La fuente principal de información de este blog es La Biblia. Todas las enseñanzas compartidas aquí, son y serán principalmente basadas en la Biblia Reyna Valera Versión de 1960

LA ORACIÓN DE DIOS.

 

Una de las frases que la gente usa con más frecuencia cuando planea hacer algo a futuro, es: "Primero Dios, si Dios quiere, o, si Dios me lo permite, haré tal cosa o visitaré tal lugar...". Y cuando algo negativo sucede, generalmente culpan a Dios  diciendo que: "era la voluntad de Dios que eso pasara."


 Mucha gente ignora cuál es en realidad la voluntad de Dios. Todos sabemos que la voluntad de Dios está revelada en su santa palabra, y hoy quiero compartir que como parte de la voluntad de Dios, hay una oración y un deseo de nuestro Padre celestial para nosotros, sus hijos. Por esa razón titulé esta enseñanza: "La Oración de Dios."


Establezcamos las bases con un par de versículos que nos ayudarán a comprender cuál es la voluntad de Dios para sus hijos.


(2 Timoteo 3:16) Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, {17} a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra


La frase "inspirada por Dios" en el versículo 16 es la palabra Griega “theópneustos” que significa: "respirada por Dios.” Una traducción literal del griego es: “divinamente inspirado.” Por lo que toda la Escritura, desde Génesis 1:1 hasta Apocalipsis 22:21, fue respirada por Dios o “divinamente inspirada,” a sus santos hombres como se describe exactamente en el segundo libro de Pedro.


(2 Pedro 1:21) porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.


La palabra “profecía” aquí se refiere a la Palabra de Dios, los santos hombres de Dios fueron inspirados por el Espíritu Santo, para que pudieran profetizar; ya sea, predecir eventos futuros, o declarar la Palabra de Dios. Por eso Abraham, Samuel, Eliseo, Isaías, Mateo, Pedro, Juan y Pablo, entre muchos, expresaron la voluntad de Dios.


Algo más que debemos entender de 2 Timoteo capítulo 3 en el versículo 17, es las palabra “perfecto,” que significa “completo o entero,” lo que tiene mucho que ver con ser salvo, y el hecho de ser nuevamente cuerpo, alma y espíritu, como en el principio, cuando Dios formó el cuerpo del polvo de la tierra, sopló en su nariz para darle aliento de vida o vida de alma, y creó de su espíritu a su imagen y semejanza.


La frase: “enteramente preparado,” también del versículo 17, significa: estar completamente completo, o completamente equipado para llevar a cabo toda buena obra. Todo eso es parte de lo que la voluntad de Dios es.


El apóstol Juan escribió una carta a un querido creyente llamado Gayo, y lejos de escribir una carta personal desde su mentalidad humana, sobre lo que él deseaba, para sí mismo o para Gayo, escribió una carta inspirada por el Espíritu Santo, una carta que muestra los deseos de Dios para todos sus hijos:


(3 Juan 1:2) Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma


La palabra “deseo” es traducida de la palabra griega (éucomai). Esta palabra aparece solamente 7 veces en la Biblia, cinco veces en las epístolas a la iglesia, una vez en Santiago, y una vez aquí en tercera de Juan. Su significado Bíblico tiene que ver con orar a Dios, y es traducida como: orar, expresarse, desear, o  querer. Hechos 26:9 y 2 Corintios 13:7 son ejemplos claros de su uso Bíblico.


(Hechos 26:29) Y Pablo dijo: ¡Quisiera Dios (éucomai) que por poco o por mucho, no solamente tú, sino también todos los que hoy me oyen, fueseis hechos tales cual yo soy, excepto estas cadenas! 


Lo que Pablo está diciendo es que: “Dios desearía” que todos los que me oyen fuesen como yo, pero sin estar presos. En otras palabras; la oración o deseo de Dios, es que todos los que oyesen las palabras de  Pablo fueran como él.  Vean ahora lo que Pablo dice a los Corintios.


(2 Corintios 13:7) Y oramos (éucomai) a Dios que ninguna cosa mala hagáis; no para que nosotros aparezcamos aprobados, sino para que vosotros hagáis lo bueno, aunque nosotros seamos como reprobados. {8} Porque nada podemos contra la verdad, sino por la verdad. {9} Por lo cual nos gozamos de que seamos nosotros débiles, y que vosotros estéis fuertes; y aun oramos (éucomai) por vuestra perfección


Aquí el “deseo” u oración a Dios del apóstol  Pablo para los Corintios, y en general para la iglesia del cuerpo de Cristo (del que nosotros también somos parte) no era tan solo que prosperásemos y tuviésemos salud como lo  expresó el apóstol Juan, sino que no hiciéramos el mal, cosas deshonestas o reprobables, sino que hiciéramos cosas honestas y nos sujetáramos a la verdad  y por la verdad. Y eso no fue todo, su “deseo” u “oración a Dios” era por nuestra perfección. “Perfección aquí es la palabra Griega “katársis,” que significa:  "completamente equipado,” lo cual encaja plenamente con lo que dice 2 Timoteo 3:17: "Que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra". Eso es lo que la palabra de Dios expresa, y esa es la voluntad de Dios.”


Así, que, la palabra "deseo," éucomai,” puede traducirse como: “una oración en nombre de Dios.” Pero no debemos errar, como Eliú, hijo de Baraquel buzita, un joven que confrontó a Job y a sus tres amigos que eran mucho mayor de edad que él, tratando de explicar la causa del sufrimiento de Job.


(Job 33:4) El espíritu de Dios me hizo, Y el soplo del Omnipotente me dio vida. {5} Respóndeme si puedes; Ordena tus palabras, ponte en pie. {6} Heme aquí a mí en lugar de Dios, conforme a tu dicho; De barro fui yo también formado. 


Eliú pensó que hablaba a Job y a sus tres amigos en lugar de Dios, que por ello estaba haciendo la voluntad de Dios; y aunque sus palabras parecían más perspicaces que las de los tres amigos de Job, aun así resultaron insatisfactorias para poder explicar el sufrimiento de Job, quien al final tuvo que orar por sus incómodos amigos  para que recibieran liberación.


(Job 42:7) Y aconteció que después que habló Jehová estas palabras a Job, Jehová dijo a Elifaz temanita: Mi ira se encendió contra ti y tus dos compañeros; porque no habéis hablado de mí lo recto, como mi siervo Job. {8} Ahora, pues, tomaos siete becerros y siete carneros, e id a mi siervo Job, y ofreced holocausto por vosotros, y mi siervo Job orará por vosotros; porque de cierto a él atenderé para no trataros afrentosamente, por cuanto no habéis hablado de mí con rectitud, como mi siervo Job. {9}  Fueron, pues, Elifaz temanita, Bildad suhita y Zofar naamatita, e hicieron como Jehová les dijo; y Jehová aceptó la oración de Job. 


Eliú creyó que hablaba por Dios pero estaba equivocado, hablaba por sí mismo con su razonamiento carnal o humano. Pero cuando el apóstol Juan dijo: " Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma,” él estaba hablando por Dios. No olvidemos que “toda la escritura es divinamente inspirada,” y Juan hablo siendo inspirado por el espíritu santo, al igual que el apóstol Pablo. Como podemos ver, “éucomai,” no es ni expresa un “tonto o ingenuo deseo” del apóstol Juan, sino una oración a Dios o un “deseo” incesante de la voluntad de Dios, una oración continua para la iglesia del cuerpo de Cristo. Esto es lo que Dios quiere para nosotros diariamente, en todo lo que tiene que ver con nuestras vidas. ¡Juan expresa que la voluntad de Dios es que seamos un pueblo próspero y saludable!


Ahora, la palabra "prosperar" significa tener éxito en los negocios, ser rentable, de provecho. La prosperidad no tiene que ver solamente con dinero o tener éxito en las finanzas, es algo que debe suceder en todos los aspectos de la vida, y Dios es quien nos hace prosperar cuando se lo permitimos: El libro de Génesis nos muestra un claro ejemplo de lo que la palabra “prosperar” significa.


(Génesis 24:40) Entonces él me respondió: Jehová, en cuya presencia he andado, enviará su ángel contigo, y prosperará tu camino; y tomarás para mi hijo mujer de mi familia y de la casa de mi padre.


Abraham envió a su siervo a un viaje en busca de una esposa para su hijo Isaac, y le dijo que Dios “prosperaría” su camino, lo que significa que su viaje sería provechoso, que tendría éxito. La palabra “camino” del hebreo aquí también puede traducirse como: “el curso de tu vida,” indicando que la prosperidad no solo tiene que ver con las finanzas, sino con todo lo relacionado a la vida de las personas. En Génesis 39 vemos el ejemplo de José, quien en ese momento estaba en prisión, así como el apóstol Pablo lo estuvo al final de su vida.


(Génesis 39:23)  No necesitaba atender el jefe de la cárcel cosa alguna de las que estaban al cuidado de José, porque Jehová estaba con José, y lo que él hacía, Jehová lo prosperaba.


Aún cuando José estaba en prisión Dios lo prosperó, eso no significa que acumuló una gran cantidad de dinero. ¡No! El versículo dice que Dios lo prosperaba en todo lo que hacía. Nosotros no estamos en prisión, sujetos a ningún cautiverio físico, o viajando por los caminos con una encomienda, pero así como Dios prosperó al siervo de Abraham y a José, él también nos prosperará a nosotros en todo, porque Dios es quien prospera a los que en él confían.


(1 Corintios 16:2) Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas


La palabra “ofrenda” en realidad no expresa el significado real del mensaje.  Es traducida de la palabra griega “logia” que significa: contribución, colecta, o, lo reunido. El apóstol Pablo habla aquí de “separar o apartar” de lo que Dios nos haya prosperado, nosotros le llamamos el “compartir abundante,” porque   otro aspecto de la voluntad de Dios es que compartamos abundantemente de lo que él nos haya prosperado. Dios no quiere hijos tacaños o avaros, él quiere que compartamos abundantemente de aquello en lo que él nos haya prosperado. Pero volviendo a 3 Juan 1:2.


(3 Juan 1:2) Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. 


La palabra "seas" no está en el texto Griego. Lo que sí está en el texto es el deseo de Dios para nosotros que tengamos salud.


"Salud" es la palabra griega ugiáino; que significa: tener buena salud, estar bien (físicamente); Ser incorrupto (fiel a la doctrina); estar sano y salvo. Así que vemos que "ugiánio" no solo se refiere a la salud física, sino también a la mental y espiritual.


(Lucas 5:31) Respondiendo Jesús, les dijo: Los que están sanos (ugiáino)  no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. 


El Sr. E. W. Bullinger, explica que, “ugiáino" es una palabra médica que significa "sano o fuerte." La palabra "enfermo" describe a alguien "enfermo, con dolencias, enfermedades, oprimido o necesitado.”


Eso de que “es la voluntad de Dios que yo esté enfermo, pobre o miserable” es una mentira promovida por el diablo y sus huestes. Dios no quiere que estemos enfermos, oprimidos o necesitados. ¡La voluntad de Dios es que estemos sanos, fuertes, física, mental y espiritualmente! Veamos un ejemplo de esta palabra Griega.


(Lucas 7:10) Al regresar a casa, los que habían sido enviados encontraron sano (ugiáino) al siervo que había estado enfermo.


Este hombre era siervo de un centurión muy reconocido y apreciado por los ancianos judíos de Capernaum y estaba físicamente enfermo, pero gracias enorme creencia de su amo fue sanado completamente. Veamos otro ejemplo.


(Lucas 15:27) Y le dijo: “Tu hermano ha venido; y tu padre ha matado el becerro cebado, porque lo recibió sano y salvo (ugiáino, ugiáino).”


Este hombre regresó a casa sano y salvo física y mentalmente, porque su enfermedad no era solamente física, al parecer tampoco estaba muy bien de la mente, pero ahora volvía a casa “sano y salvo.” Esta historia debería ser conocida como “el padre perdonador,” porque después de todo lo que el hijo hizo, su padre  lo perdonó; y eso y más es lo que nuestro Padre celestial hace cada día por nosotros.


(2 Timoteo 1:13) Retén la forma de las sanas (ugiáino) palabras que oíste de mí, en la fe y el amor que es en Cristo Jesús.


La sanidad y la solidez espiritual solo se adquieren a través de la sana doctrina, eso es la Palabra de Dios, en la fe y el amor, que es en Cristo Jesús nuestro Señor.


(2 Timoteo 4:3) Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana (ugiáino) doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, 


Este versículo muestra la realidad del mundo de hoy, las personas no toleran la sana (ugiáino) doctrina y van al mundo buscando complacer sus propias concupiscencias, y prestando oído a toda clase de doctrinas de demonios, en lugar de la sana doctrina.


(3 Juan 1:2) Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. 


Anteriormente mencioné que la palabra “seas" no está en el texto Griego, porque en realidad no es necesaria, pero fue agregada para dar sentido a la oración. Aunque la voluntad de Dios es que prosperes, y la voluntad de Dios es absoluta: él quiere que prosperes o tengas éxito en todas las cosas relacionadas a tu vida y que tengas salud.


En la última parte del versículo, la frase "así como" del griego es: kathos kai, que significa: tal como, (en la medida en que), o, según. Esta es una cláusula comparativa, pero ¿por qué Dios la comparó con la prosperidad de nuestra alma?


Aquí, "alma" es la palabra griega psucé; significa: “respirar.” De acuerdo al Sr. Bullinger, aquí se usa en referencia a la vida. Pero para mejor entender qué es el “alma” y cómo “prospera,” veamos dónde se usa la palabra “alma” en la Biblia por primera vez.


(Génesis 2:7) Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.


La Biblia Lamsa, así como la traducción al español, dicen: “y fue el hombre un ser viviente.”


En este versículo, la palabra “alma” proviene del hebreo “nephesh,” que significa: una criatura que respira.


Podemos ver que tanto el griego como el hebreo tienen el mismo significado básico: “respiro, respirar; o vida.” De hecho, “alma” significa: “respirar vida.” Cuando dejamos de respirar, no hay más vida; por lo tanto, no hay más alma. Pero ¿qué es lo que mantiene a un ser respirando? ¿Dónde está la vida en el cuerpo del hombre?


(Levítico 17:10) Si cualquier varón de la casa de Israel, o de los extranjeros que moran entre ellos, comiere alguna sangre, yo pondré mi rostro contra la persona que comiere sangre, y la cortaré de entre su pueblo. {11} Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la persona. {12} Por tanto, he dicho a los hijos de Israel: Ninguna persona de vosotros comerá sangre, ni el extranjero que mora entre vosotros comerá sangre. {13} Y cualquier varón de los hijos de Israel, o de los extranjeros que moran entre ellos, que cazare animal o ave que sea de comer, derramará su sangre y la cubrirá con tierra. {14} Porque la vida de toda carne es su sangre; por tanto, he dicho a los hijos de Israel: No comeréis la sangre de ninguna carne, porque la vida de toda carne es su sangre; cualquiera que la comiere será cortado. 


Así que el alma es lo que Dios sopló en la nariz del primer hombre, Adán. Al hacerlo, la sangre comenzó a fluir a través de Adán. Por eso, cuando el hombre se desangra, la respiración se detiene y el alma abandona el cuerpo. Sin sangre, y sin aliento, no hay alma y no hay vida.


Pero todavía me pregunto por qué Dios comparó nuestra prosperidad y salud con nuestra alma. Realmente no lo sé, solo puedo pensar que cuando un bebé se gesta, la sangre ya fluye por su cuerpo, alimentada por el cordón umbilical con su madre. El bebé al estar aún conectado por el cordón umbilical es una extensión del alma de su madre; en ese momento, el proceso de prosperidad de esta alma pudiera detenerse. Pero tan pronto como el bebé nace a este mundo, comienza a respirar y se convierte en un alma independiente, a menos que se detenga esa respiración, ya no se puede impedir que el pequeño crezca y prospere. A medida que la respiración continúa, el bebé se desarrollará y prosperará con el tiempo. Esta es la única manera en que la vida de alma prospera.


Así que, debemos aprender a conocer la voluntad de Dios y no tan solo asumir que Dios es quien nos ha puesto en la situación en la que vivimos hoy. El mundo culpa a Dios de todos los males habidos y por haber, por ser pobre, por estar enfermo, por no poder obtener las cosas que deseamos en la vida. Pero eso no es lo que la Palabra de Dios nos enseña. La Biblia es la voluntad revelada de Dios y parte de esa voluntad es un deseo continuo, día tras día, de que prosperemos y tengamos salud en la medida en la que nuestra alma prospera; para que podamos llegar al punto de ser perfectos, íntegros, completos física, mental y espiritualmente, con la sana doctrina que es en si la Palabra respirada por Dios,  completamente preparados para toda buena obra. Tanto el apóstol Juan como el apóstol Pablo no hablaron las cosas con su mentalidad mundana, hablaron siendo inspirados por el espíritu santo, por lo tanto, sus deseos no eran sus opiniones personales sino el deseo de lo que Dios mismo quiere en la vida de todos sus hijos ¡Y esa mis amigos, es la oración de Dios por nosotros, sus hijos amados!


¡Dios los bendiga!


E. S. N.


J.E.R.S.

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