La palabra
“familia“puede definirse como: “la unidad básica de la sociedad,
tradicionalmente compuesta por dos padres que crían a sus hijos o un grupo de
personas que viven bajo un mismo techo y, por lo general, bajo una sola cabeza
(un hogar).” La palabra “familia” se usa 123 veces en el Antiguo Testamento.
¿Quieres saber cuántas veces aparece esta palabra “familia” en los evangelios?
¡Ninguna! ¿Y en las epístolas a la iglesia? ¡Solo una vez!
Siempre
hablamos de ser parte de la familia de Dios, así que busqué la palabra
“familia” en la Biblia y cuando vi su primer uso en el Antiguo Testamento, la
historia en la que se usa no me agradó mucho.
(Levítico
20:5) entonces yo pondré mi rostro contra aquel varón y contra su familia, y le
cortaré de entre su pueblo, con todos los que fornicaron en pos de él
prostituyéndose con Moloc.
Así que la primera vez que la palabra "familia" se usa en la Biblia, no deja una muy buena impresión, porque aquí se habla de algunas familias idólatras de la casa de Israel; específicamente aquellos que adoraban, dedicaban y ofrecían a sus hijos a Moloc, el dios pagano de los cananeos. Ahora bien, hay tres palabras hebreas traducidas como "familia" en todo el Antiguo Testamento: "mishpachah," que significa: un círculo de parientes, una tribu, una clase de personas, parentesco y familia. Esta palabra se usa en la mayoría de los casos 120 veces, desde Levítico 20:5 hasta Zacarías 14:18.
La segunda palabra "'eleph," de la raíz hebrea “'alaph,” también traducida como "familia," y usada solo como tal en el libro de los Jueces, capítulo 6, en la historia de Gedeón, aunque otras versiones Bíblicas en español usan las palabras "clan o tribu" en lugar de "familia." Esta palabra hebrea se usa 8 veces en el Antiguo Testamento, principalmente traducida en relación con el ganado porque significa: bueyes o vacas (en plural). Imaginen lo inadecuado que se sentía Gedeón y lo inferior que consideraba a su familia al compararla con ganado, pero vean las maravillas que Dios obró a través de él. De la misma manera, no importa cuán inadecuados nos sintamos a veces, Dios sigue siendo el mismo, ayer, hoy y mañana, y seguirá obrando maravillas a través de todos nosotros cuando confiamos y obedecemos su Palabra.
Ahora bien, la tercera palabra,
"bayith," es usada
solo dos veces, en 1 Crónicas 13:14 y Zacarías 12:13, también es traducida como
"familia," pero refiriéndose más específicamente a una "casa” o
un “hogar." Esa es la historia de la palabra "familia" en el
Antiguo Testamento. No hubo tanta interacción padre e hijo entre Dios e Israel
como pensé que sería. Pero al revisar la palabra "padre," que se usa
979 veces, encontré en el libro de Deuteronomio que Moisés le dijo a Israel que
Dios era su "padre," quien los compró, los hizo y los estableció,
agregando una hermosa analogía de lo que un padre en realidad representa.
(Deuteronomio
32:6) ¿Así pagáis a Jehová, Pueblo loco e ignorante? ¿No es él tu
padre que te creó?
El te hizo y te estableció. {7} Acuérdate de los tiempos
antiguos, Considera los años de muchas generaciones; Pregunta a tu
padre, y él te declarará; A tus ancianos, y ellos te dirán.
La palabra hebrea “qanah” fue traducida como “creó” en el versículo 6, pero realmente significa “compró.” Moisés está reprendiendo a Israel por cómo ellos estaban retribuyendo a Dios después de todo lo que Dios había hecho por ellos y además está presentando a Dios como padre de Israel, insinuando que eran hijos de Dios, aunque Moisés sabía que Dios los había comprado por precio. “Qanah” también significa: “erigir, procurar o ser obtenido por compra, poseer.” La palabra “hizo” es la misma palabra hebrea usada cuando Dios dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen…” Y la palabra “estableció” también significa erigir, literalmente, permanecer perpendicular, establecido, confirmado.
En sentido figurado: hacer seguro,
apropiado o próspero. Dios hizo todas estas cosas por Israel pero hasta ahora
no se menciona la familia de Dios, aunque sí se menciona a Dios como una figura
paterna.
(Deuteronomio
32:8) Cuando el Altísimo hizo heredar a las naciones, Cuando hizo dividir
a los hijos de los hombres, Estableció los límites de los
pueblos Según el número de los hijos de Israel.
El
versículo 9 menciona que “el pueblo” era la “porción, participación, parte o
asignación” de Dios. Y con respecto a la
herencia de Jacob, el Sr. E. W. Bullinger explica que esta fue asignada con una
cuerda o cordel, lo que significa que fue medida, como con cuerdas y como si
estuviera unida.
(Deuteronomio
32:10) Le halló en tierra de desierto, Y en yermo de horrible
soledad; Lo trajo alrededor, lo instruyó, Lo guardó como a la niña de
su ojo. {11} Como el águila que excita su nidada, Revolotea sobre sus
pollos, Extiende sus alas, los toma, Los lleva sobre sus plumas, {12}
Jehová solo le guió, Y con él no hubo dios extraño. {13} Lo hizo subir sobre las alturas de la
tierra, Y comió los frutos del campo, E hizo que chupase miel de la
peña, Y aceite del duro pedernal; {14} Mantequilla de vacas y leche
de ovejas, Con grosura de corderos, Y carneros de Basán; también machos
cabríos, Con lo mejor del trigo; Y de la sangre de la uva bebiste
vino.
Estos
versículos describen lo que tierna y amorosamente Dios hizo por Israel y cómo
los guió y los cuidó, con una figura retórica similar a la de una águila que
cuida a sus crías, pero también nos muestra como un padre debe cuidar a sus
hijos aunque no sean su propia descendencia.
(Deuteronomio 32:15) Pero engordó Jesurún, y tiró coces (Engordaste, te cubriste de grasa); Entonces abandonó al Dios que lo hizo, Y menospreció la Roca de su salvación. {16} Le despertaron a celos con los dioses ajenos; Lo provocaron a ira con abominaciones. {17} Sacrificaron a los demonios, y no a Dios;A dioses que no habían conocido, A nuevos dioses venidos de cerca, Que no habían temido vuestros padres. {18} De la Roca que te creó te olvidaste; Te has olvidado de Dios tu creador.
Estos
últimos versículos explican por qué Moisés reprendió a Israel en el versículo
6, llamándolos “locos e ignorantes.” Pero los inconsistentes caminos de Israel
se repitieron a lo largo de su historia con Dios hasta los tiempos de Jesús. En
2 Samuel, capítulo 7:14, Dios le dijo al rey David que Dios mismo sería como
padre para Salomón y que Salomón sería como su hijo, pero si Salomón cometía
iniquidad, como lo hizo, Dios lo abandonaría, como sucedió al final de la vida
de Salomón. La última sección de las Escrituras del Antiguo Testamento que
habla de Dios como padre de Israel se encuentra en Malaquías.
(Mal. 2:1) Ahora,
pues, oh sacerdotes, para vosotros es este mandamiento. {2} Si no oyereis,
y si no decidís de corazón dar
gloria a mi nombre, ha dicho Jehová de los ejércitos, enviaré maldición sobre
vosotros, y maldeciré vuestras bendiciones; y aun las he maldecido, porque no
os habéis decidido de corazón.
Aquí el
profeta Malaquías está hablando a los sacerdotes de Israel quienes no
escucharon ni cumplieron con los mandamientos de Dios; Tampoco creyeron a Dios en
sus corazones (eso es lo que significa la frase: “decidís de corazón,”) que
aparece dos veces en estos versículos, y tampoco le dieron la gloria a Dios.
Aquí vemos que lo que más le importa a Dios es el corazón de las personas,
porque del corazón mana la vida.
La palabra hebrea traducida como "corazón" aquí significa: "los sentimientos, la voluntad y el intelecto, así como, el centro de todo." Algo que debemos entender es que este sacerdocio no provenía del linaje de Leví; a quien Dios había delegado la responsabilidad del sacerdocio por medio de un pacto, por lo tanto, si observamos cómo se comportó este sacerdocio, apartados de Dios y sus mandamientos, así también lo hizo el pueblo que ellos guiaban, como lo expresan los siguientes versículos.
(Mal 2:8) Mas
vosotros os habéis apartado del camino; habéis hecho tropezar a muchos en la
ley; habéis corrompido el pacto de Leví, dice Jehová de los ejércitos. {9}
Por tanto, yo también os he hecho viles y bajos ante todo el pueblo, así como
vosotros no habéis guardado mis caminos (curso
de vida, modo de vivir, conducta o comportamiento), y en la ley (tora) hacéis acepción de personas.
Me temo que
mucho que lo que dicen estos versículos puede aplicarse hoy en día a muchas de
las llamadas "iglesias cristianas." Por un lado, siguen aferrado a la
Ley de Moisés, aunque la enseñen de manera errónea, alejándose aún más de los
caminos de Dios. Por otro lado, sus liderazgos se preocupan más por la
popularidad, haciendo acepción de personas para hacerse de un nombre entre las
multitudes, en lugar de enseñar la Palabra de Dios correctamente dividida y dar
gloria al Padre.
(Mal 2:10) ¿No
tenemos todos un mismo padre? ¿No nos ha creado
un mismo Dios? ¿Por qué, pues, nos portamos deslealmente el uno contra el otro,
profanando el pacto de nuestros padres? {11} Prevaricó Judá, y en Israel y
en Jerusalén se ha cometido abominación; porque Judá ha profanado el santuario
de Jehová que él amó, y se casó con
hija de dios extraño.
Aquí
nuevamente se menciona a Dios como el padre de Israel. La palabra "creado"
es la palabra hebrea "bara',”
que significa "crear,” es la misma
palabra hebrea que se usa en Génesis capítulo 1 versículo 1 donde dice:
"En el principio creó Dios los
cielos y la tierra.” En el versículo 11 la palabra “amó” es la palabra hebrea “‘ahab,” que significa: “tener
afecto por (sexualmente o de otra manera). Se menciona a Judá, el hijo de Jacob
y su desleal conducta, no solo se había casado con una mujer cananea, de lo
cual Dios les había advertido a no unirse con mujeres de pueblos paganos, y tuvo
tres hijos con ella, y después que ella
murió, concibió un hijo con su nuera, quien fuera esposa de sus dos hijos
mayores. Así, que, Malaquías no solo está hablando de la conducta o del
comportamiento en cuerpo y alma, también se refiere al lado espiritual del
hombre, porque la idolatría no es solo el hecho de adorar un trozo de madera o
piedra, la idolatría profana espiritualmente la santidad de Dios. Después de
todo lo que hemos leído, aún no veo una verdadera relación de Padre e hijo
entre Dios e Israel en el Antiguo Testamento. Ahora bien, en los evangelios,
Jesús predicó a Dios como su Padre, pero también como el padre del pueblo
mientras les mostraba cómo orar a Dios.
(Mateo 6:9)
Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado
sea tu nombre.
{10} Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en
la tierra.
A lo
largo de su ministerio, Jesús siempre confrontó a los líderes judíos, negando
que fueran hijos del Dios Altísimo, pues se consideraban descendientes de
Abraham, dándole a Abraham preeminencia sobre Jesús y sobre el Dios
Todopoderoso. Vean el evangelio de Juan.
(Juan 8:37)
Sé que sois descendientes de Abraham; pero procuráis matarme, porque mi palabra
no halla cabida en vosotros. {38} Yo hablo lo que he visto cerca del
Padre; y vosotros hacéis lo que habéis oído cerca de vuestro padre.
En la
primera parte del versículo 41, Jesús dijo: “vosotros hacéis las obras de
vuestro padre.” “Yo hablo y hago las que he visto cerca del Padre.” Por eso
subtitulé esta primera parte “De tal palo, tal astilla,” Porque por un lado, Jesús
siempre hablo e hizo las cosas que vio de su Padre. Y por otro lado, los
lideres Judíos hacían las obras de su verdadero padre, quien es mencionado por
Jesús en el versículo 44.
(Juan 8:44)
Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis
hacer. Él fue homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad,
porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es
mentiroso y padre de mentira.
Así que
nunca hubo una relación de padre e hijo entre Dios e Israel, aunque Moisés
mencionó que Dios era su padre, al igual que Malaquías, en su carta a los
sacerdotes. Pero la historia que mejor describe la relación entre Dios e Israel
es quizás la del "padre perdonador," comúnmente conocido como
"el hijo pródigo." La cual puedes leer el el evangelio de Lucas
15:11-32. Ahora bien, la única relación
real entre padre e hijo se describe en los evangelios durante el ministerio de
Jesús.
(Marcos
1:1) Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios.
El Sr. E. W. Bullinger afirma que la frase "comienzo del evangelio" es un hebraísmo proveniente del libro de Oseas, que significa "comienzo de la palabra de Jehová." Aclara que este es el comienzo, no del libro de Marcos, sino de los hechos de la buena nueva. Siendo el hecho que: "Jesucristo es el hijo de Dios."
La frase "hijo de Dios" aparece en la Biblia
84 veces, una de ellas en el libro de Daniel, en la historia del "horno de
fuego ardiente." ¿Recuerdan la historia de Daniel, Sadrac, Mesac y
Abed-nego? Si no la conocen, lean el capítulo 3 del libro de Daniel. Volviendo
a la frase “hijo de Dios,” esta aparece 28 veces en los evangelios y 55 veces
en las epístolas. Aunque hubo algunos que intentaron negar la verdad acerca de
que Jesús es el hijo de Dios.
(Mateo
26:59) Y los principales sacerdotes y los ancianos y todo el concilio, buscaban
falso testimonio contra Jesús, para entregarle a la muerte, {60} y no lo
hallaron, aunque muchos testigos falsos se presentaban. Pero al fin vinieron
dos testigos falsos, {61} que dijeron: Este dijo: Puedo derribar el templo de
Dios, y en tres días reedificarlo.
Se negaron a creer en Jesús como el hijo de Dios y procuraban matarlo por medio de falsos testigos.
(Mateo 26:62) Y
levantándose el sumo sacerdote, le dijo: ¿No respondes nada? ¿Qué testifican
éstos contra ti? {63} Mas Jesús callaba. Entonces el sumo sacerdote le
dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios. {64} Jesús le
dijo: Tú lo has dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo
del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del
cielo. {65} Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: ¡Ha
blasfemado! ¿Qué más necesidad tenemos de testigos? He aquí, ahora mismo habéis
oído su blasfemia. {66} ¿Qué os parece? Y respondiendo ellos, dijeron: ¡Es
reo de muerte!
En Juan,
capítulo 19, cuando Jesús fue llevado ante Poncio Pilatos, quien tampoco halló
falta alguna en él y, queriendo liberarlo, lo entregó a los judíos, quienes lo
condenaron a muerte.
(Juan 19:7)
Los judíos le respondieron: Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley debe
morir, porque se hizo a sí mismo Hijo de Dios.
Aún en el
momento de su crucifixión, muchos negaban que fuera el hijo de Dios.
(Mateo
27:40) y diciendo: Tú que derribas el templo, y en tres días lo reedificas,
sálvate a ti mismo; si eres Hijo de Dios, desciende de la cruz. {41} De
esta manera también los principales sacerdotes, escarneciéndole con los
escribas y los fariseos y los ancianos, decían: {42} A otros salvó, a sí
mismo no se puede salvar; si es el Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, y
creeremos en él. {43} Confió en Dios; líbrele ahora si le quiere; porque
ha dicho: Soy Hijo de Dios. {44}
Lo mismo le injuriaban también los ladrones que estaban crucificados con
él.
Ninguna de
estas personas creía que Jesús era el hijo de Dios, eso es lo que dicen las
Escrituras. Y también podemos agregar una lista extra bíblica adicional de
negadores, como las denominaciones evangélicas, mejor conocidas como
trinitarias, incluyendo a los católicos y los judíos mesiánicos, incluyendo
también a musulmanes, budistas, hindúes, etc. Ahora bien, en Mateo capítulo 4,
podemos ver que no solo todas estas personas mintieron al intentar negar que
Jesús era el hijo de Dios, sino que aquí tenemos la historia de Satanás
tentando a Jesús en el desierto.
(Mateo 4:1)
Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el
diablo. {2} Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo
hambre. {3} Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. {4}
Él respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino
de toda palabra que sale de la boca de Dios.
La partícula condicional "si" en el
versículo 3 podría ser engañosa, haciendo que la gente piense que el diablo
cuestiona a Jesús, si realmente es el hijo de Dios. La palabra "si"
aquí, al igual que en el versículo 6, es la palabra griega ei, con el modo indicativo asumiendo y dando por sentado un
hecho real. "Si" también puede traducirse como "ya que, o puesto
que eres hijo de Dios." En el griego actual, la palabra "ei" es una afirmación:
"Sí, eres hijo de Dios." ¿Ven cómo los traductores jugaron con las
palabras? ¿Intentaban acaso también engañar a los creyentes? Ahora, veamos el
versículo 9.
(Mateo 4:9)
Y le dijo: Todo esto te daré, si postrado
me adorares.
"Si"
aquí es la palabra griega ean,
una partícula condicional diferente que se usa a menudo en conexión con otras
partículas para denotar indefinición o incertidumbre; significa: pero, excepto,
si o cuándo. Así que en los versículos 3 y 6, Satanás no cuestionaba a Jesús,
sino que afirmaba que Jesús era el hijo de Dios y por eso intentó convencerlo
para que lo adorara en lugar de adorar a Dios el creador de los cielos y la
tierra. Ya que hablamos de quienes negaron que Jesús fuera el hijo de Dios,
hablemos ahora de lo que la Palabra de Dios, a través de muchos, dice, sobre
quién es Jesús.
Acabamos de
ver la historia en Mateo capítulo 4: Satanás literalmente dijo: “Puesto que
eres hijo de Dios…” El estaba confirmando que Jesús era el hijo de Dios.
También en Mateo 8:29, dos espíritus
malignos clamaron: “¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has
venido acá para atormentarnos antes de tiempo? En el libro de Lucas 4:33-34,
estando Jesús en la sinagoga, un hombre con un espíritu maligno inmundo clamó: “Déjanos;
¿qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Yo te
conozco quién eres, el Santo de Dios.” El espíritu maligno dijo: Yo te conozco
quién eres, el Santo de Dios.” El espíritu maligno no dijo: “Tú eres Dios, el
todo poderoso, sino, el santificado o consagrado, el ungido de Dios.” En
Mateo 14, cuando Pedro se hundía al tratar de caminar sobre el agua y después
de que Jesús lo rescatara, todos los discípulos en la barca se inclinaron ante
él diciendo: “Verdaderamente eres hijo de Dios.” No lo adoraron como Dios, sino
que lo reverenciaron y lo reconocieron como” hijo de Dios.” Y en los versículos
40 y 41, cuando sanaba a todos los enfermos con diversas enfermedades, salieron
demonios clamando: “Tú eres el Hijo de Dios. Pero él los reprendía y no les
dejaba hablar, porque sabían que él era el Cristo.” “Cristo significa: “mesías,
elegido, ungido o consagrado.” Y la lista sigue y sigue. María, su madre, cuando
el ángel vino y le dijo: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del
Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá
será llamado Hijo de Dios.” Los apóstoles, Natanael, Marta (la hermana de
Lázaro), el centurión que lo vio clavado en el madero, el eunuco, que era una
gran autoridad que estaba a cargo de todos los tesoros de Candace, reina de los
etíopes. Este eunuco, quien vino a Jerusalén a adorar, volvía a su tierra sin
haber entendido las escrituras hasta que Felipe le expuso la verdad acerca del
mesías.
(Hechos
8:37) Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y
respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios.
Este eunuco
declaró lo que creyó en su corazón después que Felipe le enseñó, “Jesucristo es
el hijo de Dios.” ¿Pueden ver cómo esto es también un asunto del corazón?
Algunos aún dirán: Bueno, Jesús mismo dijo que “el diablo es el padre de toda
mentira,” así que, ¿por qué creerle al diablo? Y esos espíritus malignos son
parte de la misma sopa que Satanás, una bola de mentirosos. Y el resto, bueno,
solo eran personas y no son confiables, todos tienen una agenda por seguir,
siempre están tratando de promover lo que les conviene. Bueno, amigos míos,
pueden decir lo que quieran, creer o pensar lo que prefieran, y tienen derecho
a su propia opinión. Pero permítanme mostrarles algunos versículos básicos de
las Escrituras.
(2 Timoteo
3:16) Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para
redargüir, para corregir, para instruir en justicia, {17} a fin de que el
hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.
(2 Pedro
1:19) Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en
estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día
esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;
¿Ven la
importancia que tiene el corazón?
(2 Pedro
1:20) entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de
interpretación privada, {21} porque nunca la profecía fue traída por
voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados
por el Espíritu Santo.
Todo lo que
leemos sobre estas personas no eran solo sus opiniones, sino lo que creían en
sus corazones. Recordemos que a Dios le importa el corazón de la gente y que él
es el único que conoce y discierne los corazones.
(2 Pedro
2:1) Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros
falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun
negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción
repentina. {2} Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales
el camino de la verdad será blasfemado, {3} y por avaricia harán
mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo
tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme.
¿Lo ven?
Dios conoce el corazón de la gente y nos advierte sobre los falsos profetas y
falsos maestros.
Permítanme
concluir esta primera parte con el mejor testigo, la máxima autoridad que
afirma que Jesús es el hijo de Dios.
(Mateo
3:16) Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí
cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma,
y venía sobre él. {17} Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo
amado, en quien tengo complacencia.
¿Recuerdan
ahora la historia de la transfiguración? ¿Cuando Jesús llevó a Pedro, a
Santiago y a su hermano Juan a una montaña, apartados del resto?
(Mateo
17:3) Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él. {4} Entonces
Pedro dijo a Jesús: Señor, bueno es para nosotros que estemos aquí; si quieres,
hagamos aquí tres enramadas: una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías.
{5} Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz
desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a
él oíd.
¿Qué creen
que era eso? La voz del Dios Todopoderoso. ¿Aún quieren negar que Jesús es el
hijo de Dios cuando Dios mismo dijo: “Este es mi Hijo amado; a él oíd.” No le
crean a Satanás si no quieren, no le crean a esos espíritus malignos, no le
crean a toda esa gente que afirmó, creyó y proclamó que Jesús es el hijo de
Dios, pero si no creen en Dios el Creador de los cielos y la tierra, ni en la
palabra inspirada por Él, pueden incluirse en la lista de aquellos cuyo juicio,
desde hace mucho tiempo, no se alarga, y su condenación no se duerme.
Ahora bien,
comencé diciendo que una familia es definida como: “la unidad básica de la
sociedad, tradicionalmente compuesta por dos padres que crían a sus hijos o un
grupo de individuos que viven bajo un mismo techo y, por lo general, bajo una
sola cabeza (un hogar).”
Hasta ahora solo hemos hablado de un padre y un hijo; en la segunda parte hablaremos del resto de los miembros de esta, la familia de Dios.
¡Dios los bendiga!
E. S. N.
J. E. R. S.
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