La fuente principal de información de este blog es La Biblia. Todas las enseñanzas compartidas aquí, son y serán principalmente basadas en la Biblia Reyna Valera Versión de 1960

Resurrección (Levantados para Vida Eterna)

El tema de la resurrección es ciertamente complejo y simple a la vez, por un lado el uso de las palabras griegas pudiera hacer pensar a uno en las dificultades del lenguaje y la interpretación. Por otro lado, no hay nada más simple que entender, que al morir el cuerpo tal y como le conocemos en la carne, será resucitado en un ser completamente diferente, un ser espiritual para no morir más, y vivir por la eternidad con Dios, con  Jesucristo, su hijo quien es nuestro señor y salvador, y nuestra familia espiritual acompañada de innumerable cantidad de ángeles.  


El capítulo 10 del Evangelio de Juan presenta una maravillosa variedad de figuras retóricas, comenzando en los versículos del 1 al 6, con una alegoría acerca de las ovejas y el pastor.


(Juan 10:1) De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador. {2} Mas el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es. {3} A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca. 
{4} Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz.  {5} Mas al extraño no seguirán, sino huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños. {6} Esta alegoría les dijo Jesús; pero ellos no entendieron qué era lo que les decía.

 

En los versículos 7 al 9, Jesús afirma que Él es la puerta por la que las ovejas entrarán al redil y obtendrán la salvación.


(Juan 10:7) Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas.
{8} Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas. 
{9} Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. 


La palabra “redil” del griego, también significa: “corte, pabellón, salón, palacio.” Luego, en el versículo 10, está una de las declaraciones más contundentes de Jesús sobre el marcado contraste entre el bien y el mal, entre el verdadero propósito de su venida y el verdadero objetivo del archienemigo de Dios.


(Juan 10:10) El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (perissós = sobreabundante, superior).


Hurtar, matar y destruir es el ministerio del enemigo, y lo más esencial que quiere hurtar de nuestras vidas es la Palabra de Dios. Por el contrario, Jesús vino para que tengamos una vida más que abundante. La palabra "abundante" proviene del griego perissós, que significa: en el sentido de más allá de lo que es abundancia para nosotros; literalmente, sobreabundante en cantidad o superior en calidad.


(Juan 10:11) Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. {12} Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. {13} Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas. {14} Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, {15} así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas. 


De esta simple frase: “…y pongo mi vida por las ovejas,” sabemos que todo lo que Jesús hizo salió de su propio corazón y voluntad, aunque eso no exime de responsabilidad al pueblo judío. Jesús dio su vida por la humanidad por voluntad propia, él pudo haberse negado a ello, pero no lo hizo. Los “asalariados”  de los que habla Jesús son falsos profetas, falsos maestros y falsos pastores que trabajan para el adversario. Los “asalariados” de hoy no solo huyen, dejando a las ovejas solas, sino que ellos mismos las atacan, convirtiéndose en lobos rapaces, y las conducen hacia el lobo alfa, que es el mismísimo Satanás.


(Mateo 7:13) Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; {14} porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan. {15} Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.


Toda esta sección está repleta de figuras retóricas, alegorías, repeticiones, símiles y analogías. Aquí en Mateo podemos nuevamente ver el contraste entre el bien y el mal, entra la vida y la muerte; y la advertencia sigue siendo la misma que en el capítulo 10 del evangelio de Juan. Los “extraños, ladrones y salteadores” en el evangelio de Juan, son llamados “asalariados” en el evangelio de Mateo, pero son los mismos falsos profetas, pastores y maestros que se disfrazan de ovejas, que han estado aquí desde los tiempos de Jesús, promoviendo mentiras y doctrinas de demonios.


(1 Timoteo 4:1) Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros (ústeron = más después, eventualmente, últimos) tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; {2} por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia, 


Hoy muchos hablan y enseñan que el Apocalipsis ya está aquí, dicen que hablar en lenguas ya no sirve de nada, porque Jesucristo ya vino, que la resurrección de los muertos ya ocurrió y nos hemos quedado atrás, sin esperanza y sin Dios en este mundo.


Hoy quiero hablar de la resurrección, porque esos falsos profetas, pastores y maestros siguen promoviendo el ministerio del adversario. Hurtan la palabra de la mente de la gente, hurtan la esperanza, las promesas y las recompensas, llevando a la gente a ignorar la voluntad de Dios,  encubriendo el hecho de que solo hay una estrecha puerta para llegar al Padre, Jesucristo, el unigénito  de Dios. Predican sobre la virgen María; predican sobre los ángeles, sobre Buda, sobre Mahoma y predican doctrinas que no tienen nada que ver con la Palabra de Dios. Desechan la verdad de que solo haciendo la voluntad del Padre escrita en su santa Palabra, el rebaño, del que Jesús es el pastor, puede salvarse y entrar en el redil, en el cielo y en la mansión de Dios. Pero ¿cuál es la voluntad del Padre?


(Juan 6:39) Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite (anístemi)  en el día postrero (éscatos = último) {40} Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero (éscatos = último).


La palabra griega para “resucite y resucitaré” en ambos versículos es (anístemi) y la palabra griega para “postrero” de la frase “el día postrero”” es (éscatos = último).


Hay tres aspectos muy importantes que debemos considerar aquí.

Primero: Que la voluntad del Padre se declara dos veces, en los versículos 39 y 40: “Que Dios resucitará en el día postrero a todos aquellos que dio a Jesús. Al que “ve” al Hijo de Dios y cree en él, para que tengan vida eterna.” La palabra “ve” en el versículo 40 significa: percibir, reconocer, experimentar. ¡Así que no únicamente debemos decir que creemos en el hijo, debemos reconocerlo al grado de experimentar a Jesús, el unigénito de Dios!


(1 Tesalonicenses 4:13) Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. {14} Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.


La palabra “resucite” en el versículo 39 de Juan 6 y la palabra “resucitó” en 1 Tesalonicenses 4:14 son la misma palabra griega: “anístemi,” que significa: “ser levantado, levantarse de nuevo, levantarse. Curiosamente, la palabra “anístemi” se cita dos veces en ambos versículos y literalmente significa: levantar a alguien que está postrado o, en el caso de Jesús, muerto y sepultado. Así que lo primero que debemos notar en esta sección de las Escrituras es que la voluntad de Dios es que nos resucitará en los postreros (éscatos) días. ¡Eso está establecido!


Lo segundo que debemos observar en Juan 6 es la frase “en el día postrero,” también citada dos veces en los versículos 39 y 40. Cuando algo es repetido dos veces en la Biblia significa que estas cosas están establecidas y realmente sucederán. La frase “postreros días” aparece diez veces en diez versículos; algunas de ellas se refieren al fin del mundo, pero en estos casos se refieren a los días cercanos al final de los días, pero no al fin. ¿Por qué digo eso?


(Mateo 24:1) Cuando Jesús salió del templo y se iba, se acercaron sus discípulos para mostrarle los edificios del templo. {2} Respondiendo él, les dijo: ¿Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada. {3} Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin (suntéleia = consumación total de una dispensación o administración) del siglo? 


Jesús se refería a que el templo seria derribado en un tiempo futuro, pero los apóstoles le formularon tres preguntas: “¿cuándo serán estas cosas, refiriéndose al templo? ¿Qué señal habrá de tu venida? Y “¿Que señales habrá del fin del mundo?” No olvidemos que los apóstoles, hasta antes de seguir a Jesús estaban acostumbrados a vivir por señales y no por fe. Pero enfoquémonos en la frase “…el fin del siglo.” La palabra “siglo,” del griego también se traduce como “mundo o tiempos.”


(Mateo 24:4)  Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. {5} Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán. {6} Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin (telos = la conmoción de un acto, el resultado final, el fin absoluto).


Cuando los apóstoles preguntaron acerca del fin del siglo usaron la palabra griega, suntéleia = que es la consumación total de una dispensación o administración, refiriéndose a cuando los judíos serían reinstaurados nuevamente, como rama natural en el olivo. Jesús ya les había dicho justo antes de su ascensión que: “No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad;” y tampoco usó la misma palabra griega “sunteleia,” para “fin.” Él usó la palabra griega “telos,” refiriéndose al fin absoluto del mundo.


Ahora, ¿cuál es la diferencia entre esos “postreros días (éscatos)” a los que se refiere Jesús en Juan 6:39, 40; “sunteleia,” en Mateo 24:3 y (telos = la conmoción de un acto, el resultado final, el fin absoluto) en Mateo 24:6? ¡Las tres se refieren a tiempos diferentes!


(1 Corintios 15:51) He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados (alláso = hacer diferente, cambiado), {52} en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final (éscatos) trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados (egéiro) incorruptibles, y nosotros seremos transformados.


La palabra griega para “final” en la frase “final trompeta” aquí es exactamente la misma palabra griega (éscatos) para “día postrero” en Juan 6:39-40, y se refiere básicamente al día de la venida de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, nuestra reunión con él, pero no necesariamente al fin (telos) del mundo. Además, la palabra "resucitados" aquí en 1 Corintios 15 no es la misma palabra griega usada en Juan 6:39-40 y 1 Tesalonicenses 4:13: “anístemi,” que literalmente se refiere a la acción de levantar a alguien que está postrado o muerto. En 1 Corintios 15 se usa la palabra griega “egéiro,” similar a la raíz de “agorá,” que proviene de “agéiro,” que significa: “reunir.”¿Pueden ver la relación entre las palabras? También hay otra palabra griega relacionada: “agorázo,” que significa: “comprar o redimir.” Así que la palabra “egéiro” no solo significa “levantar a alguien que está postrado o muerto,” sino, que, también implica: “reunir, ser comprado, o ser redimido.” Estos son requisitos previos para ser resucitado incorruptible, ser transformado y levantado para ida eterna.


(1 Corintios 15:53) Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. {54} Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. {55} ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? {56} ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley.  {57} Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. {58} Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.


¡Es entonces cuando la muerte será sorbida en victoria, no antes!

Así que, en segundo lugar, debemos entender que esos “postreros días,” no se refieren al fin de los tiempos, sino a nuestra  reunión con el señor en el aire; y que “egéiro,” además de que significa: “resucitar o levantar a alguien que está postrado o muerto, también implica un cambio total, una transformación en algo completamente diferente.


El tercer aspecto a considerar en Juan 6:40, refiriéndose también a la voluntad del Padre: “que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna.” La palabra "tenga" es la palabra griega “éco,” que, entre otras aplicaciones, significa: sostener, tener, conservar. Una traducción literal del griego en  Juan 6, versículo 40, diría:


“Y esta es la determinación, elección, deseo o voluntad del Padre: que todos los que contemplan, disciernen, [experimentan] o intensamente [reconocen al hijo] y tienen fe o confían en él, se aferren, tengan o conserven la vida perpetua, eterna o sempiterna.”


(Mateo 7:21)  No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. {22} Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? {23} Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.


Estos son esos falsos profetas, pastores y maestros. Los que enseñan y promueven el fin (telos = la conmoción de un acto, el resultado final, el fin absoluto) ya está aquí hoy, y que la resurrección de los muertos ya ha sucedido. Usan el evangelio de Mateo para promover sus mentiras.


(Mateo 27:50) Mas Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu. {51} Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron; {52} y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron; {53} y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos. 
{54} El centurión, y los que estaban con él guardando a Jesús, visto el terremoto, y las cosas que habían sido hechas, temieron en gran manera, y dijeron: Verdaderamente éste era Hijo de Dios. 


Quienes enseñan esto dicen: “Todo lo que se enumera en los versículos 51-53 son diferentes aspectos de los excelentes efectos de la muerte del Señor.” Para el versículo 51, explican: “Esto significa que la base de la rebelión de Satanás fue sacudida y que la fortaleza de su reino primitivo fue quebrantada.” Para el versículo 52 dicen: “Esto significa que el poder de los muertos y del Hades fue conquistado y sometido, y que se liberó el poder de la muerte de Cristo.” Para el versículo 53 dicen: “En la figura de las primicias de la cosecha (Levítico 23:10-11) no se encontraba una sola espiga de trigo, sino una gavilla, que simbolizaba no solo a Cristo resucitado, sino también a los santos que resucitaron de entre los muertos después de su resurrección y que se ven aquí.” Pero en cuanto a “adónde fueron los muertos después de esto, no tienen forma de rastrearlo.”


La sola idea de que esto realmente sucediera causaría no solo un gran temor entre la gente, sino una gran consternación que no creo que Marcos, Lucas y Juan hubiesen ignorado. Así que, al leer Marcos, Lucas y Juan, se podría pensar que probablemente dormían profundamente a esa hora, porque nunca mencionan nada parecido al leer el relato de la crucifixión.


Marcos habla de cómo el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo, y menciona al centurión que dijo: “Verdaderamente este hombre era hijo de Dios.” Lucas también menciona lo mismo sobre el velo del templo;  a Jesús clamando a gran voz: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu;” al centurión que dijo: “Verdaderamente este hombre era justo,” y a la multitud que volvía a Jerusalén golpeándose el pecho.  Juan solo menciona cómo se cumplieron en ese momento las escrituras de Salmos 34:20 al respecto de que no le quebrarían ni un solo hueso, y Zacarías 12:10, donde menciona que sería traspasado. Pero ninguno de los tres menciona nada sobre la resurrección de los muertos, ni entonces ni después de que nuestro Señor y Salvador resucitara. Ya vimos cuándo será la resurrección de los muertos, ¡eso aún no ha sucedido!


El Dr. Victor Paul Wierwielle, en su libro "Jesucristo, nuestra Pascua", en la página 257, nota al pie n.° 24, dice: "Mateo 27:52 y 53 fueron claramente añadidos por escribas. El manuscrito 354 de Venecia, Italia, omite estos versículos. Aunque aún no se ha encontrado otra documentación al respecto, cabe destacar que los manuscritos más antiguos que incluyen esta sección de Mateo 27 datan del siglo IV d. C. Estos versículos deben ser una adición, ya que contradicen otras escrituras que nos enseñan que los muertos están muertos y permanecerán así hasta que Cristo regrese. Hasta entonces, solo Cristo había resucitado corporalmente de la muerte a la vida eterna. Los críticos textuales, así como las notas marginales de otros manuscritos antiguos, han reconocido estos versículos como interpolaciones posteriores. La frase “después de su resurrección de él” en Mateo 27:53 demuestra que el pasaje está totalmente fuera de contexto, obviamente algo añadido por los escribas.


Ahora bien, la Biblia habla de personas que fueron resucitadas de los muertos, pero no para vida eterna desde ese momento, como en los casos de Lázaro, Dorcas y la joven hija de un principal de la sinagoga.


(Juan 11:21) Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto. {22} Mas también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará. {23} Jesús le dijo: Tu hermano resucitará (anístemi). {24} Marta le dijo: Yo sé que resucitará (anístemi) en la resurrección, en el día postrero (éscatos). {25} Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección (anástasis) y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. {26} Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?


(Hechos 9:36) Había entonces en Jope una discípula llamada Tabita, que traducido quiere decir, Dorcas. Esta abundaba en buenas obras y en limosnas que hacía. {37} Y aconteció que en aquellos días enfermó y murió. Después de lavada, la pusieron en una sala. {38} Y como Lida estaba cerca de Jope, los discípulos, oyendo que Pedro estaba allí, le enviaron dos hombres, a rogarle: No tardes en venir a nosotros. {39} Levantándose entonces Pedro, fue con ellos; y cuando llegó, le llevaron a la sala, donde le rodearon todas las viudas, llorando y mostrando las túnicas y los vestidos que Dorcas hacía cuando estaba con ellas. {40} Entonces, sacando a todos, Pedro se puso de rodillas y oró; y volviéndose al cuerpo, dijo: Tabita, levántate (anístemi.)  Y ella abrió los ojos, y al ver a Pedro, se incorporó. {41} Y él, dándole la mano, la levantó (anístemi;) entonces, llamando a los santos y a las viudas, la presentó viva. 


(Marcos 5:38) Y vino a casa del principal de la sinagoga, y vio el alboroto y a los que lloraban y lamentaban mucho. {39} Y entrando, les dijo: ¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no está muerta, sino duerme. {40} Y se burlaban de él. Mas él, echando fuera a todos, tomó al padre y a la madre de la niña, y a los que estaban con él, y entró donde estaba la niña. {41} Y tomando la mano de la niña, le dijo: Talita cumi; que traducido es: Niña, a ti te digo, levántate (egéiro.) {42} Y luego la niña se levantó (anístemi)  y andaba, pues tenía doce años. Y se espantaron grandemente. 


En los casos de Lázaro y Dorcas, las palabras “resucitará y levántate,” son la misma palabra griega (anístemi), y la palabra “resurrección” es “anástasis.”


Pero en Marcos 5:41, la palabra para “levántate” es “egéiro,” implicando únicamente la acción de levantar a alguien que está postrado o muerto, porque eso es lo que esta palabra también significa. Sin embargo, la palabra “levantó” en el versículo 42 es “anístemi,” porque ella resucitó para vivir de nuevo, pero no para tener la vida eterna desde ese mismo instante.


Un aspecto interesante en la sección de Mateo 27:52-53 es que, cuando los escribas insertaron esos versículos espurios, usaron la palabra griega “egéiro” para “levantaron” y "egérsis" para “resurrección,” intentando dar a entender que los cuerpos de los santos muertos que “se levantaron,” resucitaron para vida eterna lo que no es verdad. ¡Una sutil y sucia artimaña de Satanás!


Mateo 27:52-53 es una falsificación que Satanás usó para engañar a los creyentes cristianos, logrando quizás convencer a muchos, pero esa fábula de que “los muertos ya resucitaron” es una mentira directamente maquinada por Satanás, el padre de toda mentira. Lázaro, Dorcas y la niña de 12 años que Jesús resucitó, fueron levantados (anístemi) solo para morir de nuevo al tiempo debido, pero no para vivir para siempre desde ese momento. ¿Por qué digo que “egéiro” está vinculado a la eternidad cuando se trata de ser resucitado? Porque a diferencia de “anístemi,” no solo significa levantar a alguien que está postrado o muerto, sino que también implica un cambio total hacia algo totalmente opuesto al original. De un cuerpo carnal a un ser completamente espiritual.


(1 Corintios 15:41) Una es la gloria del sol, otra la gloria de la luna, y otra la gloria de las estrellas, pues una estrella es diferente de otra en gloria. {42} Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará (egéiro) en incorrupción. {43} Se siembra en deshonra, resucitará (egéiro) en gloria; se siembra en debilidad, resucitará (egéiro) en poder. {44} Se siembra cuerpo animal, resucitará (egéiro) cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual. 


La palabra “resucitará” que se usa en toda esta sección NO es “anístemi,” sino (egéiro).


(1 Corintios 15:52) en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados (egéiro) incorruptibles, y nosotros seremos transformados (allásso = ser hecho diferente).


¡Seremos transformados! ¡Eso es lo que egeiro sugiere! La resurrección,  no es solo la idea de ser levantados de entre los muertos, sino el hecho innegable de ser completamente transformados en un ser espiritual completamente nuevo, tal como Jesucristo, nuestro Señor y Salvador. ¡Así que eso puedes darlo por hecho!


El capítulo 10 de Juan está lleno de todo tipo de figuras retóricas. Y el versículo 10 no es tan solo una ADVERTENCIA con letras MAYUSCULA para los creyentes cristianos sobre el ministerio de mentiras, muerte y destrucción del adversario, el archienemigo de Dios, para que los creyentes cristianos de aquellos tiempos y nosotros, hoy, estemos conscientes de ello y no caigamos presa de sus maquinaciones. El versículo 10 no solo promete una vida sobreabundante en cantidad o superior en calidad aquí en la tierra hoy, sino que promete la garantía innegable de que todos los que creen, todos los que tienen fe, todos los que confían en Jesucristo, el Hijo de Dios, la puerta del redil, la entrada a los atrios de la mansión del Padre, definitivamente conservarán, poseerán o tendrán la vida eterna, como se establece en Juan capítulo 6, versículos 39 y 40.


(1 Juan 2:15) No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. {16} Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. {17} Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.


Aquí hay otra advertencia: el mundo se refiere a las cosas físicas o materiales de la vida, y todos sabemos quién es el “dios de este mundo,” quien intenta engañarnos para que no hagamos la voluntad del Padre. Pero ni él ni sus artimañas podrán impedir que nuestro Señor y Salvador Jesucristo regrese para que podamos estar con él para siempre.


(1 Tesalonicenses 4:13) Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. {14} Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. {15} Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. {16} Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. {17} Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.


Como antes mencioné, la palabra “resucitó y resucitarán” en esta sección es la misma palabra griega  “anístemi,” que literalmente se refiere al acto de “levantar” a alguien que está postrado o “resucitar” a alguien que está muerto. “Egéiro” también implica la acción de “levantar” a alguien que está postrado o “resucitar” a alguien de entre los muertos; pero la mayoría de las veces, cuando se traduce como “resurrección o resucitado,” a diferencia de “anístemi,” “egéiro” además de que implica ser cambiado o transformado en algo totalmente diferente, también implica el ser reunidos, comprados o redimidos.


El evangelio de Juan nos muestra la preocupación de Jesús por las doctrinas demoníacas promovidas por falsos profetas, pastores y maestros. El apóstol Pablo quería también que los creyentes cristianos no se dejaran engañar al ignorar lo que sucedería durante la venida de nuestro Señor Jesucristo. La Palabra de Dios dice que a su debido tiempo seremos como Él ES, y si cumplimos la voluntad del Padre establecida en Juan 6:40, ¡espiritualmente YA SOMOS COMO ÉL ES!


(1 Juan 3:2) Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.


La resurrección, amigos míos, no es solo la idea de ser “resucitados” de entre los muertos, sino el hecho innegable de ser totalmente TRANSFORMADOS en un ser espiritual completamente nuevo y diferente para la vida eterna.


No nos dejemos engañar por doctrinas demoníacas promovidas por falsos profetas, pastores y maestros. En el capítulo 7 del evangelio de Mateo, Jesús dijo no solo una, sino dos veces en los versículos 16 y 20: “Por sus frutos los conoceréis.” Debemos pues prestar mucha atención para identificarlos y no dejarnos engañar.


Así que, no crean lo que muchos dicen, el apocalipsis no ha sucedido y aún no está aquí. Los acontecimientos actuales pudieran parecer el fin del mundo para muchos, pero aún no es el “telos = final absoluto.” Antes de que nace un bebé, siempre hay dolores de parto que preceden al alumbramiento, y aunque “toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora;” como lo establece Romanos 8:22, el fin (telos = la conmoción de un acto, el resultado final, el fin absoluto) aún no ha llegado. En la próxima enseñanza tocaremos el tema de “El día de la Resurrección,” pare realmente entender que es lo que eso significa.


Y con respecto a esos “postreros días” de los que habla Jesús, considerémoslos como una forma amorosa de recordarnos que el día en que nuestro Señor y Salvador Jesucristo regrese por nosotros se acerca cada día más. Amigos míos, tengan confianza en el Padre y crean en Jesucristo, su hijo. Él regresará por nosotros antes de que el día de la gran tribulación llegue. ¡Así que, no se turben vuestros corazones!


(1 Tesalonicenses 4:18) Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.


¡Que Dios los bendiga!


E. S. N.


J. E. R. S.


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