El tema de
la resurrección es ciertamente complejo y simple a la vez, por un lado el uso
de las palabras griegas pudiera hacer pensar a uno en las dificultades del
lenguaje y la interpretación. Por otro lado, no hay nada más simple que
entender, que al morir el cuerpo tal y como le conocemos en la carne, será
resucitado en un ser completamente diferente, un ser espiritual para no morir
más, y vivir por la eternidad con Dios, con
Jesucristo, su hijo quien es nuestro señor y salvador, y nuestra familia
espiritual acompañada de innumerable cantidad de ángeles.
El capítulo
10 del Evangelio de Juan presenta una maravillosa variedad de figuras
retóricas, comenzando en los versículos del 1 al 6, con una alegoría acerca de
las ovejas y el pastor.
(Juan 10:1) De
cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de las
ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador. {2} Mas
el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es. {3} A éste abre
el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las
saca.
{4} Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las
ovejas le siguen, porque conocen su voz. {5} Mas al extraño no
seguirán, sino huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños. {6}
Esta alegoría les dijo Jesús; pero ellos no entendieron qué era lo que les
decía.
En los versículos 7 al 9, Jesús afirma que Él
es la puerta por la que las ovejas entrarán al redil y obtendrán la salvación.
(Juan 10:7)
Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la
puerta de las ovejas.
{8} Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero
no los oyeron las ovejas.
{9} Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y
saldrá, y hallará pastos.
La palabra
“redil” del griego, también significa: “corte, pabellón, salón, palacio.”
Luego, en el versículo 10, está una de las declaraciones más contundentes de
Jesús sobre el marcado contraste entre el bien y el mal, entre el verdadero
propósito de su venida y el verdadero objetivo del archienemigo de Dios.
(Juan
10:10) El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido
para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (perissós = sobreabundante, superior).
Hurtar,
matar y destruir es el ministerio del enemigo, y lo más esencial que quiere hurtar
de nuestras vidas es la Palabra de Dios. Por el contrario, Jesús vino para que
tengamos una vida más que abundante. La palabra "abundante" proviene
del griego perissós, que
significa: en el sentido de más allá de lo que es abundancia para nosotros;
literalmente, sobreabundante en cantidad o superior en calidad.
(Juan
10:11) Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. {12} Mas
el asalariado, y que no es el
pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas
y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. {13} Así que el
asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas. {14} Yo
soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, {15} así
como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las
ovejas.
De esta
simple frase: “…y pongo mi vida por las ovejas,” sabemos que todo lo que Jesús
hizo salió de su propio corazón y voluntad, aunque eso no exime de responsabilidad
al pueblo judío. Jesús dio su vida por la humanidad por voluntad propia, él
pudo haberse negado a ello, pero no lo hizo. Los “asalariados” de los que habla Jesús son falsos profetas, falsos
maestros y falsos pastores que trabajan para el adversario. Los “asalariados”
de hoy no solo huyen, dejando a las ovejas solas, sino que ellos mismos las
atacan, convirtiéndose en lobos rapaces, y las conducen hacia el lobo alfa, que
es el mismísimo Satanás.
(Mateo
7:13) Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el
camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; {14} porque
estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los
que la hallan. {15} Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros
con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.
Toda esta
sección está repleta de figuras retóricas, alegorías, repeticiones, símiles y
analogías. Aquí en Mateo podemos nuevamente ver el contraste entre el bien y el
mal, entra la vida y la muerte; y la advertencia sigue siendo la misma que en el
capítulo 10 del evangelio de Juan. Los “extraños, ladrones y salteadores” en el
evangelio de Juan, son llamados “asalariados” en el evangelio de Mateo, pero
son los mismos falsos profetas, pastores y maestros que se disfrazan de ovejas,
que han estado aquí desde los tiempos de Jesús, promoviendo mentiras y
doctrinas de demonios.
(1 Timoteo
4:1) Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros (ústeron = más después,
eventualmente, últimos) tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a
espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; {2} por la hipocresía de
mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia,
Hoy muchos
hablan y enseñan que el Apocalipsis ya está aquí, dicen que hablar en lenguas
ya no sirve de nada, porque Jesucristo ya vino, que la resurrección de los
muertos ya ocurrió y nos hemos quedado atrás, sin esperanza y sin Dios en este
mundo.
Hoy quiero
hablar de la resurrección, porque esos falsos profetas, pastores y maestros
siguen promoviendo el ministerio del adversario. Hurtan la palabra de la mente
de la gente, hurtan la esperanza, las promesas y las recompensas, llevando a la
gente a ignorar la voluntad de Dios, encubriendo
el hecho de que solo hay una estrecha puerta para llegar al Padre, Jesucristo,
el unigénito de Dios. Predican sobre la
virgen María; predican sobre los ángeles, sobre Buda, sobre Mahoma y predican
doctrinas que no tienen nada que ver con la Palabra de Dios. Desechan la verdad
de que solo haciendo la voluntad del Padre escrita en su santa Palabra, el
rebaño, del que Jesús es el pastor, puede salvarse y entrar en el redil, en el
cielo y en la mansión de Dios. Pero ¿cuál es la voluntad del Padre?
(Juan 6:39)
Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite
(anístemi) en el día postrero (éscatos = último) {40} Y esta es la voluntad del
que me ha enviado: Que todo aquel que ve
al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero
(éscatos = último).
La palabra
griega para “resucite y resucitaré” en ambos versículos es (anístemi) y la palabra griega
para “postrero” de la frase “el día postrero”” es (éscatos = último).
Hay tres
aspectos muy importantes que debemos considerar aquí.
Primero: Que la voluntad del Padre se declara dos
veces, en los versículos 39 y 40: “Que Dios resucitará en el día postrero a
todos aquellos que dio a Jesús. Al que “ve” al Hijo de Dios y cree en él, para
que tengan vida eterna.” La palabra “ve” en el versículo 40 significa:
percibir, reconocer, experimentar. ¡Así que no únicamente debemos decir que
creemos en el hijo, debemos reconocerlo al grado de experimentar a Jesús, el
unigénito de Dios!
(1
Tesalonicenses 4:13) Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que
duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen
esperanza. {14} Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en
él.
La palabra “resucite” en el versículo 39 de Juan 6 y la palabra “resucitó” en 1 Tesalonicenses 4:14 son la misma palabra griega: “anístemi,” que significa: “ser levantado, levantarse de nuevo, levantarse. Curiosamente, la palabra “anístemi” se cita dos veces en ambos versículos y literalmente significa: levantar a alguien que está postrado o, en el caso de Jesús, muerto y sepultado. Así que lo primero que debemos notar en esta sección de las Escrituras es que la voluntad de Dios es que nos resucitará en los postreros (éscatos) días. ¡Eso está establecido!
Lo segundo que debemos observar en Juan 6 es la frase “en
el día postrero,” también citada dos veces en los versículos 39 y 40. Cuando
algo es repetido dos veces en la Biblia significa que estas cosas están
establecidas y realmente sucederán. La frase “postreros días” aparece diez
veces en diez versículos; algunas de ellas se refieren al fin del mundo, pero
en estos casos se refieren a los días cercanos al final de los días, pero no al
fin. ¿Por qué digo eso?
(Mateo 24:1)
Cuando Jesús salió del templo y se iba, se acercaron sus discípulos para
mostrarle los edificios del templo. {2} Respondiendo él, les dijo: ¿Veis
todo esto? De cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no
sea derribada. {3} Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los
discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas
cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin (suntéleia =
consumación total de una dispensación o administración) del siglo?
Jesús se refería
a que el templo seria derribado en un tiempo futuro, pero los apóstoles le
formularon tres preguntas: “¿cuándo serán estas cosas, refiriéndose al templo?
¿Qué señal habrá de tu venida? Y “¿Que señales habrá del fin del mundo?” No
olvidemos que los apóstoles, hasta antes de seguir a Jesús estaban
acostumbrados a vivir por señales y no por fe. Pero enfoquémonos en la frase “…el
fin del siglo.” La palabra “siglo,” del griego también se traduce como “mundo o
tiempos.”
(Mateo 24:4) Respondiendo Jesús, les
dijo: Mirad que nadie os engañe. {5} Porque vendrán muchos en mi
nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán. {6} Y
oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es
necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin (telos = la conmoción de un acto, el resultado final, el fin
absoluto).
Cuando los
apóstoles preguntaron acerca del fin del
siglo usaron la palabra griega, suntéleia
= que es la consumación total de una dispensación o administración,
refiriéndose a cuando los judíos serían reinstaurados nuevamente, como rama
natural en el olivo. Jesús ya les había dicho justo antes de su ascensión que:
“No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su
sola potestad;” y tampoco usó la misma palabra griega “sunteleia,” para “fin.” Él usó la palabra griega “telos,” refiriéndose al fin absoluto
del mundo.
Ahora,
¿cuál es la diferencia entre esos “postreros días (éscatos)” a los que se refiere Jesús en Juan 6:39, 40; “sunteleia,” en Mateo 24:3 y (telos = la conmoción de un acto,
el resultado final, el fin absoluto) en Mateo 24:6? ¡Las tres se refieren a
tiempos diferentes!
(1 Corintios
15:51) He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos
transformados (alláso = hacer
diferente, cambiado), {52} en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la
final (éscatos) trompeta;
porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados (egéiro) incorruptibles, y nosotros seremos
transformados.
La palabra
griega para “final” en la frase “final trompeta” aquí es exactamente la misma
palabra griega (éscatos) para
“día postrero” en Juan 6:39-40, y se refiere básicamente al día de la venida de
nuestro Señor y Salvador Jesucristo, nuestra reunión con él, pero no
necesariamente al fin (telos)
del mundo. Además, la palabra "resucitados" aquí en 1 Corintios 15 no
es la misma palabra griega usada en Juan 6:39-40 y 1 Tesalonicenses 4:13: “anístemi,” que literalmente se
refiere a la acción de levantar a alguien que está postrado o muerto. En 1
Corintios 15 se usa la palabra griega “egéiro,”
similar a la raíz de “agorá,”
que proviene de “agéiro,” que
significa: “reunir.”¿Pueden ver la relación entre las palabras? También hay
otra palabra griega relacionada: “agorázo,”
que significa: “comprar o redimir.” Así que la palabra “egéiro” no solo significa “levantar a alguien que está
postrado o muerto,” sino, que, también implica: “reunir, ser comprado, o ser
redimido.” Estos son requisitos previos
para ser resucitado incorruptible, ser transformado y levantado para ida
eterna.
(1
Corintios 15:53) Porque es necesario que esto corruptible se vista de
incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. {54} Y cuando esto
corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de
inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. {55}
¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? {56} ya
que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley.
{57} Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro
Señor Jesucristo. {58} Así que, hermanos míos amados, estad firmes y
constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro
trabajo en el Señor no es en vano.
¡Es entonces cuando la muerte será sorbida en
victoria, no antes!
Así que, en
segundo lugar, debemos entender que esos “postreros días,” no se refieren al
fin de los tiempos, sino a nuestra reunión con el señor en el aire; y que “egéiro,” además de que significa:
“resucitar o levantar a alguien que está postrado o muerto, también implica un
cambio total, una transformación en algo completamente diferente.
El tercer aspecto a considerar en Juan 6:40, refiriéndose también a
la voluntad del Padre: “que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida
eterna.” La palabra "tenga" es la palabra griega “éco,” que, entre otras
aplicaciones, significa: sostener, tener, conservar. Una traducción literal del
griego en Juan 6, versículo 40, diría:
“Y esta es
la determinación, elección, deseo o voluntad del Padre: que todos los que
contemplan, disciernen, [experimentan] o intensamente [reconocen al hijo] y
tienen fe o confían en él, se aferren, tengan o conserven la vida perpetua,
eterna o sempiterna.”
(Mateo
7:21) No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los
cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. {22} Muchos
me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu
nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? {23} Y
entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.
Estos son
esos falsos profetas, pastores y maestros. Los que enseñan y promueven el fin (telos = la conmoción de un acto,
el resultado final, el fin absoluto) ya está aquí hoy, y que la resurrección de
los muertos ya ha sucedido. Usan el evangelio de Mateo para promover sus
mentiras.
(Mateo
27:50) Mas Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el
espíritu. {51} Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba
abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron; {52} y se abrieron los
sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron; {53}
y saliendo de los sepulcros, después de
la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a
muchos.
{54} El centurión, y los que estaban con él guardando a Jesús, visto el
terremoto, y las cosas que habían sido hechas, temieron en gran manera, y
dijeron: Verdaderamente éste era Hijo de Dios.
Quienes
enseñan esto dicen: “Todo lo que se enumera en los versículos 51-53 son
diferentes aspectos de los excelentes efectos de la muerte del Señor.” Para el
versículo 51, explican: “Esto significa que la base de la rebelión de Satanás
fue sacudida y que la fortaleza de su reino primitivo fue quebrantada.” Para el
versículo 52 dicen: “Esto significa que el poder de los muertos y del Hades fue
conquistado y sometido, y que se liberó el poder de la muerte de Cristo.” Para
el versículo 53 dicen: “En la figura de las primicias de la cosecha (Levítico
23:10-11) no se encontraba una sola espiga de trigo, sino una gavilla, que
simbolizaba no solo a Cristo resucitado, sino también a los santos que
resucitaron de entre los muertos después de su resurrección y que se ven aquí.”
Pero en cuanto a “adónde fueron los muertos después de esto, no tienen forma de
rastrearlo.”
La sola
idea de que esto realmente sucediera causaría no solo un gran temor entre la
gente, sino una gran consternación que no creo que Marcos, Lucas y Juan hubiesen
ignorado. Así que, al leer Marcos, Lucas y Juan, se podría pensar que
probablemente dormían profundamente a esa hora, porque nunca mencionan nada
parecido al leer el relato de la crucifixión.
Marcos
habla de cómo el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo, y menciona al
centurión que dijo: “Verdaderamente este hombre era hijo de Dios.” Lucas
también menciona lo mismo sobre el velo del templo; a Jesús clamando a gran voz: “Padre, en tus manos
encomiendo mi espíritu;” al centurión que dijo: “Verdaderamente este hombre era
justo,” y a la multitud que volvía a Jerusalén golpeándose el pecho. Juan solo menciona cómo se cumplieron en ese
momento las escrituras de Salmos 34:20 al respecto de que no le quebrarían ni
un solo hueso, y Zacarías 12:10, donde menciona que sería traspasado. Pero
ninguno de los tres menciona nada sobre la resurrección de los muertos, ni
entonces ni después de que nuestro Señor y Salvador resucitara. Ya vimos cuándo
será la resurrección de los muertos, ¡eso aún no ha sucedido!
El Dr.
Victor Paul Wierwielle, en su libro "Jesucristo, nuestra Pascua", en
la página 257, nota al pie n.° 24, dice: "Mateo 27:52 y 53 fueron
claramente añadidos por escribas. El manuscrito 354 de Venecia, Italia, omite
estos versículos. Aunque aún no se ha encontrado otra documentación al
respecto, cabe destacar que los manuscritos más antiguos que incluyen esta
sección de Mateo 27 datan del siglo IV d. C. Estos versículos deben ser una
adición, ya que contradicen otras escrituras que nos enseñan que los muertos
están muertos y permanecerán así hasta que Cristo regrese. Hasta entonces, solo
Cristo había resucitado corporalmente de la muerte a la vida eterna. Los
críticos textuales, así como las notas marginales de otros manuscritos
antiguos, han reconocido estos versículos como interpolaciones posteriores. La
frase “después de su resurrección de él” en Mateo 27:53 demuestra que el pasaje
está totalmente fuera de contexto, obviamente algo añadido por los escribas.
Ahora bien,
la Biblia habla de personas que fueron resucitadas de los muertos, pero no para
vida eterna desde ese momento, como en los casos de Lázaro, Dorcas y la joven
hija de un principal de la sinagoga.
(Juan
11:21) Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no
habría muerto. {22} Mas también sé ahora que todo lo que pidas a Dios,
Dios te lo dará. {23} Jesús le dijo: Tu hermano resucitará (anístemi). {24} Marta le
dijo: Yo sé que resucitará (anístemi)
en la resurrección, en el día postrero (éscatos). {25}
Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección (anástasis)
y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. {26} Y todo
aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?
(Hechos 9:36) Había entonces en Jope una
discípula llamada Tabita, que traducido quiere decir, Dorcas. Esta abundaba en
buenas obras y en limosnas que hacía. {37} Y aconteció que en aquellos
días enfermó y murió. Después de lavada, la pusieron en una sala. {38} Y
como Lida estaba cerca de Jope, los discípulos, oyendo que Pedro estaba allí,
le enviaron dos hombres, a rogarle: No tardes en venir a nosotros. {39}
Levantándose entonces Pedro, fue con ellos; y cuando llegó, le llevaron a la
sala, donde le rodearon todas las viudas, llorando y mostrando las túnicas y
los vestidos que Dorcas hacía cuando estaba con ellas. {40} Entonces, sacando a
todos, Pedro se puso de rodillas y oró; y volviéndose al cuerpo, dijo: Tabita,
levántate (anístemi.) Y ella abrió los ojos, y al ver a Pedro, se
incorporó. {41} Y él, dándole la mano, la levantó (anístemi;) entonces, llamando a los santos y a las viudas,
la presentó viva.
(Marcos
5:38) Y vino a casa del principal de la sinagoga, y vio el alboroto y a los que
lloraban y lamentaban mucho. {39} Y entrando, les dijo: ¿Por qué
alborotáis y lloráis? La niña no está muerta, sino duerme. {40} Y se
burlaban de él. Mas él, echando fuera a todos, tomó al padre y a la madre de la
niña, y a los que estaban con él, y entró donde estaba la niña. {41} Y
tomando la mano de la niña, le dijo: Talita
cumi; que traducido es: Niña, a ti te digo, levántate (egéiro.) {42} Y luego la
niña se levantó (anístemi) y andaba, pues tenía doce años. Y se
espantaron grandemente.
En los casos de Lázaro y Dorcas, las palabras “resucitará y levántate,” son la misma palabra griega (anístemi), y la palabra “resurrección” es “anástasis.”
Pero en Marcos 5:41, la palabra para “levántate” es “egéiro,” implicando únicamente la acción de levantar a alguien que está postrado o muerto, porque eso es lo que esta palabra también significa. Sin embargo, la palabra “levantó” en el versículo 42 es “anístemi,” porque ella resucitó para vivir de nuevo, pero no para tener la vida eterna desde ese mismo instante.
Un aspecto
interesante en la sección de Mateo 27:52-53 es que, cuando los escribas
insertaron esos versículos espurios, usaron la palabra griega “egéiro” para “levantaron” y
"egérsis" para “resurrección,”
intentando dar a entender que los cuerpos de los santos muertos que “se
levantaron,” resucitaron para vida eterna lo que no es verdad. ¡Una sutil y
sucia artimaña de Satanás!
Mateo
27:52-53 es una falsificación que Satanás usó para engañar a los creyentes
cristianos, logrando quizás convencer a muchos, pero esa fábula de que “los
muertos ya resucitaron” es una mentira directamente maquinada por Satanás, el
padre de toda mentira. Lázaro, Dorcas y la niña de 12 años que Jesús resucitó,
fueron levantados (anístemi) solo
para morir de nuevo al tiempo debido, pero no para vivir para siempre desde ese
momento. ¿Por qué digo que “egéiro”
está vinculado a la eternidad cuando se trata de ser resucitado? Porque a
diferencia de “anístemi,” no
solo significa levantar a alguien que está postrado o muerto, sino que también
implica un cambio total hacia algo totalmente opuesto al original. De un cuerpo
carnal a un ser completamente espiritual.
(1 Corintios
15:41) Una es la gloria del sol, otra la gloria de la luna, y otra la gloria de
las estrellas, pues una estrella es diferente de otra en gloria. {42} Así
también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará
(egéiro) en
incorrupción. {43} Se siembra en deshonra, resucitará (egéiro) en gloria; se siembra en
debilidad, resucitará (egéiro)
en poder. {44} Se siembra cuerpo animal, resucitará (egéiro) cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo
espiritual.
La palabra “resucitará”
que se usa en toda esta sección NO es “anístemi,”
sino (egéiro).
(1
Corintios 15:52) en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final
trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados (egéiro) incorruptibles, y
nosotros seremos transformados (allásso
= ser hecho diferente).
¡Seremos
transformados! ¡Eso es lo que egeiro
sugiere! La resurrección, no es solo la
idea de ser levantados de entre los muertos, sino el hecho innegable de ser completamente
transformados en un ser espiritual completamente nuevo, tal como Jesucristo,
nuestro Señor y Salvador. ¡Así que eso puedes darlo por hecho!
El capítulo
10 de Juan está lleno de todo tipo de figuras retóricas. Y el versículo 10 no es
tan solo una ADVERTENCIA con letras MAYUSCULA para los creyentes cristianos
sobre el ministerio de mentiras, muerte y destrucción del adversario, el archienemigo
de Dios, para que los creyentes cristianos de aquellos tiempos y nosotros, hoy,
estemos conscientes de ello y no caigamos presa de sus maquinaciones. El
versículo 10 no solo promete una vida sobreabundante en cantidad o superior en
calidad aquí en la tierra hoy, sino que promete la garantía innegable de que
todos los que creen, todos los que tienen fe, todos los que confían en
Jesucristo, el Hijo de Dios, la puerta del redil, la entrada a los atrios de la
mansión del Padre, definitivamente conservarán, poseerán o tendrán la vida
eterna, como se establece en Juan capítulo 6, versículos 39 y 40.
(1 Juan
2:15) No améis al mundo, ni las
cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está
en él. {16} Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne,
los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino
del mundo. {17} Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la
voluntad de Dios permanece para siempre.
Aquí hay
otra advertencia: el mundo se refiere a las cosas físicas o materiales de la
vida, y todos sabemos quién es el “dios de este mundo,” quien intenta
engañarnos para que no hagamos la voluntad del Padre. Pero ni él ni sus
artimañas podrán impedir que nuestro Señor y Salvador Jesucristo regrese para
que podamos estar con él para siempre.
(1 Tesalonicenses
4:13) Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para
que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. {14} Porque
si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los
que durmieron en él. {15} Por lo cual os decimos esto en palabra del
Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del
Señor, no precederemos a los que durmieron. {16} Porque el Señor mismo con
voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del
cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. {17} Luego nosotros
los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con
ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre
con el Señor.
Como antes mencioné,
la palabra “resucitó y resucitarán” en esta sección es la misma palabra griega “anístemi,”
que literalmente se refiere al acto de “levantar” a alguien que está postrado o
“resucitar” a alguien que está muerto. “Egéiro”
también implica la acción de “levantar” a alguien que está postrado o “resucitar”
a alguien de entre los muertos; pero la mayoría de las veces, cuando se traduce
como “resurrección o resucitado,” a diferencia de “anístemi,” “egéiro”
además de que implica ser cambiado o transformado en algo totalmente diferente,
también implica el ser reunidos, comprados o redimidos.
El
evangelio de Juan nos muestra la preocupación de Jesús por las doctrinas
demoníacas promovidas por falsos profetas, pastores y maestros. El apóstol
Pablo quería también que los creyentes cristianos no se dejaran engañar al
ignorar lo que sucedería durante la venida de nuestro Señor Jesucristo. La
Palabra de Dios dice que a su debido tiempo seremos como Él ES, y si cumplimos
la voluntad del Padre establecida en Juan 6:40, ¡espiritualmente YA SOMOS COMO
ÉL ES!
(1 Juan
3:2) Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos
de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él,
porque le veremos tal como él es.
La
resurrección, amigos míos, no es solo la idea de ser “resucitados” de entre los
muertos, sino el hecho innegable de ser totalmente TRANSFORMADOS en un ser
espiritual completamente nuevo y diferente para la vida eterna.
No nos
dejemos engañar por doctrinas demoníacas promovidas por falsos profetas,
pastores y maestros. En el capítulo 7 del evangelio de Mateo, Jesús dijo no
solo una, sino dos veces en los versículos 16 y 20: “Por sus frutos los
conoceréis.” Debemos pues prestar mucha atención para identificarlos y no
dejarnos engañar.
Así que, no
crean lo que muchos dicen, el apocalipsis no ha sucedido y aún no está aquí.
Los acontecimientos actuales pudieran parecer el fin del mundo para muchos, pero
aún no es el “telos = final
absoluto.” Antes de que nace un bebé, siempre hay dolores de parto que preceden
al alumbramiento, y aunque “toda la creación gime a una, y a una está con
dolores de parto hasta ahora;” como lo establece Romanos 8:22, el fin (telos = la conmoción de un acto,
el resultado final, el fin absoluto) aún no ha llegado. En la próxima enseñanza
tocaremos el tema de “El día de la Resurrección,” pare realmente entender que
es lo que eso significa.
Y con
respecto a esos “postreros días” de los que habla Jesús, considerémoslos como
una forma amorosa de recordarnos que el día en que nuestro Señor y Salvador
Jesucristo regrese por nosotros se acerca cada día más. Amigos míos, tengan
confianza en el Padre y crean en Jesucristo, su hijo. Él regresará por nosotros
antes de que el día de la gran tribulación llegue. ¡Así que, no se turben
vuestros corazones!
(1 Tesalonicenses
4:18) Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.
¡Que Dios
los bendiga!
E. S. N.
J. E. R. S.
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