Quiero compartir un poco sobre el nombre de Jesucristo, pero antes de entrar en ese tema, quiero llevarlos al Capítulo 14 del evangelio de Juan.
(Juan 14:1) No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.
De acuerdo al señor E. W. Bullinger, que fue un erudito de la Palabra de Dios, la negación "no", es la palabra griega "me", que expresa una negación condicional dependiendo de nuestros sentimientos, o de alguna idea, concepción o hipótesis. Es una negación subjetiva porque niega basada en sentimientos, niega condicionalmente sobre una suposición y que además prohíbe. Dicho de otra manera, Jesús usa esta palabra griega "me," para advertirnos de algo, que nosotros mismos podemos traer a nuestras vidas, porque al final, nosotros decidimos lo que queremos hacer.
La palabra "Corazón" se refiere a los pensamientos, o sentimientos, especialmente al corazón de nuestra mente, el centro de nuestras emociones y sentimientos, el lugar de donde mana la vida.
La palabra "turbe" o "turbado". - Aparece más de 100 veces en la Biblia. En el Antiguo Testamento es traducida de al menos 18 palabras hebreas diferentes, como: preocupado, perturbado, afligido, agitado, conmocionado, conducir, destruido, consumido, ansiosamente, asustado, consternado, aterrorizado, entre otros significados.
En el Nuevo Testamento es traducida de al menos 14 palabras griegas diferentes, también como: agitar, agitado, clamar, asustar, perturbar por completo, hacer turbio, afligir, estrechar, agobiar, sufrir tribulaciones, problemas.
En Juan 14:1 la palabra "turbe" es la palabra griega "tarasso" traducida como agitación, o agitado, turbado, o problema, pero un significado muy particular e interesante es: "de afinidad incierta"; en otras palabras: de afinidad desconocida. Todos sabemos lo que significa "desconocido" ¿verdad? Y la "afinidad", básicamente define una atracción o gusto por alguien o por algo.
Se nos ha enseñado que los bebés solo tienen dos miedos: A caer y a los ruidos fuertes. Yo no estoy muy de acuerdo con esa afirmación. Un bebé no tiene miedos en absoluto, si le dices a un bebé que vas a dejarlo caer, él o ella no llorara por temor a lo que le dijiste; puede que lo hagas llorar si le gritas al oído cuando está durmiendo, pero no porque tengan miedo ni nada parecido, porque hasta un adulto saltaría de la cama si alguien le grita al oído cuando está durmiendo. Son los padres, los hermanos mayores, familiares y otras personas quienes infunden miedo a ese bebé tan pronto como comienzan a entender las cosas que les enseñamos y les inculcamos.
¿Por qué traigo todo este argumento a colación? Porque Jesús dijo: "No se turbe vuestro corazón".
El diccionario define "turbar" como: Alterar o interrumpir el estado o curso natural de algo, eso es turbar; pero el estar turbado, es un estado o condición de angustia, molestia o dificultad, especialmente, en la mente. Y eso es exactamente lo que Jesús les está diciendo a sus discípulos, "No permitas tú mismo que tu mente te angustie."
Pero al mismo tiempo, les dice cual es el único antídoto para contrarrestar ese estado de angustia, molestia, o dificultad mental, que es: "Creer en Dios, y también en él." En el versículo 6, Jesús dijo que él es el único camino para ir al Padre.
(Juan 14:6) Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. {7} Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.
Jesús no está diciendo eso porque él sea el padre, sino porque él hacía la voluntad del padre, así es como el Padre estaba en él y él en el Padre. Por lo tanto, al conocer a Jesús estás conociendo al padre, pero todo eso se fundamenta en el hecho de que creamos que Jesús estaba en el padre y el padre en él. Entonces, al conocer a Jesús podemos también conocer al padre, y conocer al padre, se convierte en conocer su palabra y sus promesas. Y aquí en Juan 14, hay una promesa muy audaz escrita en el versículo 12.
(Juan 14:12) De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre. {13} Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. {14} Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.
Eso debería resolver cualquier discusión. ¿Por qué dudar de esta promesa? Dijo Jesús acaso alguna vez una mentira, o es acaso Dios mentiroso? ¿No dice la Palabra de Dios que él es un Dios integro, justo y verdadero? ¿Y de Jesús? ¿No dice el libro de Hebreos que siendo un hombre, fue tentado en todo pero sin pecado? Si Jesús dijo que el que en él creyera, haría obras aún mayores que las que él hizo ¿Porqué no lo creemos? El simple hecho de creer esta promesa nos debería dar una gran liberación mental, principalmente, para no permitir que nuestros pensamientos y emociones nos angustien y nuestro corazón se turbe. Esto está escrito en el evangelio de Juan, pero los evangelios también son parte del antiguo testamento. Esto está dirigido principalmente al pueblo judío, porque Jesús fue enviado para llamar a su pueblo, Israel. Pero aunque Jesús está hablando con sus discípulos, dijo todo eso justo después de darles un nuevo mandamiento: "Amaos los unos a los otros". Y acaso, ¿no somos también nosotros sus discípulos? ¿No tenemos también el mismo mandamiento? "¿Amarnos los unos a los otros? Así que la frase" no se turbe vuestro corazón" ... ¡también aplica a nosotros!
Ahora, porque ya lo mencioné antes, todos sabemos qué es "turbar", y todos nos hemos "turbado" en muchas y diferentes circunstancias, algunos más que otros, pero este tipo de "turbar" no es tan solo tener que enfrentar una dificultad, un simple problema personal, o nuestra capacidad física para superar una situación difícil o un obstáculo.
El hecho de que el corazón esté involucrado transmite un significado mucho más profundo. El Sr. Bullinger nos muestra un par de versículos de los evangelios y del Antiguo Testamento para ilustrar a qué grado de "turbación" se refiere Jesús en Juan 14:1.
(Juan 11:32) María, cuando llegó a donde estaba Jesús, al verle, se postró a sus pies, diciéndole: Señor, si hubieses estado aquí, no habría muerto mi hermano. {33} Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que la acompañaban, también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió,
Cuando Lázaro murió, Jesús tuvo ese tipo de sentimiento en su corazón, al grado que su espíritu se estremeció y se conmovió. El Sr. Bullinger aclara que Jesús sintió una muy fuerte emoción al punto de la indignación. ¿Qué es indignación? Es enojo, ira, enfado, por algo injusto, indigno, o malo. Pero, ¿podrías tú ponerte en los zapatos de Jesús? ¿No te conmoverías a ese punto sabiendo que como hijo de Dios pudo quizás haber evitado la muerte de Lázaro? Veamos como sucedió el relato.
(Juan 11:1) Estaba entonces enfermo uno llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y de Marta su hermana. {2} (María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al Señor con perfume, y le enjugó los pies con sus cabellos.) {3} Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas está enfermo. {4} Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella. {5} Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro. {6} Cuando oyó, pues, que estaba enfermo, se quedó dos días más en el lugar donde estaba.
{7} Luego, después de esto, dijo a los discípulos: Vamos a Judea otra vez. {8} Le dijeron los discípulos: Rabí, ahora procuraban los judíos apedrearte, ¿y otra vez vas allá? {9} Respondió Jesús: ¿No tiene el día doce horas? El que anda de día, no tropieza, porque ve la luz de este mundo; {10} pero el que anda de noche, tropieza, porque no hay luz en él. {11} Dicho esto, les dijo después: Nuestro amigo Lázaro duerme; mas voy para despertarle. {12} Dijeron entonces sus discípulos: Señor, si duerme, sanará. {13} Pero Jesús decía esto de la muerte de Lázaro; y ellos pensaron que hablaba del reposar del sueño. {14} Entonces Jesús les dijo claramente: Lázaro ha muerto;
Este pasaje nos muestra cuán humano era Jesús, él sabía que Lázaro estaba enfermo y que moriría, y que al resucitarlo le daría la gloria a Dios, y Dios a él. No tenía nada que ver con algo injusto, indigno, o malo; pero aún así, Jesús mismo no pudo evitar que su espíritu se conmoviera y se estremeciera de tal manera. Veamos otro ejemplo:
(Juan 12:26) Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará. {27} Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora.
Aquí Jesús está hablando de la hora de su muerte y dijo: "Ahora mi alma está turbada" ¿Y no es el alma el asiento de nuestras emociones y sentimientos, el centro mismo de nuestros pensamientos? Cuando nuestro corazón y nuestra alma están involucrados, nuestros problemas no son solo una simple distracción, son algo profundamente serio.
(Lucas 24:36) Mientras ellos aún hablaban de estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos, y les dijo: Paz a vosotros. {37} Entonces, espantados y atemorizados, pensaban que veían espíritu. {38} Pero él les dijo: ¿Por qué estáis turbados, y vienen a vuestro corazón estos pensamientos? {39} Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo.
¡Aquí todos los discípulos estaban aterrorizados y espantados! ¡Sus pensamientos brotando agitadamente de sus corazones! Eso es lo que este tipo de turbación produce, hace que supongamos cosas. Aquí podemos entender porqué Jesús usó la palabra griega "me" cuando nos previene: "No permitas que tu corazón se turbe por causa de suposiciones" ¡Mejor cree! Vayamos al Antiguo Testamento.
(Gen 6:5) Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. {6} Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón.
Aquí, la palabra "arrepintió" es la figura de construcción "antropopatheia" o "Condescencion" que es: atribuir a Dios lo que pertenece a los seres humanos racionales, criaturas irracionales o cosas inanimadas. Básicamente, esta figura de dicción le da a Dios atributos o características humanas, pero él no puede sentir y ver las cosas de la misma manera que nosotros los humanos. Ahora, la palabra "dolió" en el versículo 6 es lo que para nosotros sería la palabra "turbado". Dios se turbó en su corazón cuando vio que la maldad del hombre era grande en la tierra, y que toda imaginación de los pensamientos de su corazón era solo de continuo el mal.
(Jueces 10:15) Y los hijos de Israel respondieron a Jehová: Hemos pecado; haz tú con nosotros como bien te parezca; sólo te rogamos que nos libres en este día. {16} Y quitaron de entre sí los dioses ajenos, y sirvieron a Jehová; y él fue angustiado a causa de la aflicción de Israel.
En el versículo 16 dice que Dios fue "angustiado" por causa de la aflicción de Israel. ¿Puede Dios angustiarse como todos nosotros? ¡No! Nuevamente vemos aquí la figura de construcción "antropopatia" o "condescendencio"; porque está tratando de describir cómo la idolatría hace que Dios se "aflija" o se "turbe" por su gente. La idolatría es una de las cosas que Dios más aborrece. De modo que este es el tipo de "turbación" del que habla Jesús en Juan 14:1, y que no debemos permitir en nuestros corazones y almas, porque es nuestra decisión. Jesús dijo: "No se turbe vuestro corazón" ¿Quién es el que "permite" que eso suceda? ¡Nosotros mismos! Vuelve al capítulo 14 de Juan.
(Juan 14:15) Si me amáis, guardad mis mandamientos. {16} Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: {17} el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.
¿No tenemos eso ahora? ¡Sí! Jesús lo dijo después de responder una pregunta a uno de los discípulos.
(Juan 14:23) Le dijo Judas (no el Iscariote): Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo? {23} Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. {24} El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió. {25} Os he dicho estas cosas estando con vosotros. {26} Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.
¿Puedes ver ahora por qué es Dios en Cristo en ti? ¡Porque mora en nuestro interior! Pero en el siguiente versículo, Jesús agrega algo más a este "turbador" asunto.
(Juan 14:27) La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.
La paz que tenemos como hijos de Dios no es igual que la paz que el mundo da, es algo interno que recibimos al mismo tiempo que confesamos a Jesucristo como señor y salvador personal de nuestras vidas. Es algo que mantiene nuestras almas y nuestros corazones estables, tranquilos, seguros, gozosos.
Pero no es paz lo que viene a nuestras mentes cuando nos turbamos. ¿No es el temor lo primero que viene a nuestra mente cuando estamos en problemas? Como niños, cuando desobedecimos a nuestros padres, ¿no temíamos una reprimenda? Como estudiantes, cuando nos metíamos en problemas con una materia o con un profesor, ¿no teníamos miedo de reprobar? ¿Lo mismo con nuestros trabajos, negocios, relaciones o asuntos legales? Se nos enseña que el temor es una de esas cosas que pueden vencer las promesas de Dios, en realidad, no hay nada pueda vencer las promesas de Dios, pero hay muchas cosas que pueden vencernos a nosotros, para que no recibamos las promesas de Dios, y una de ellas es precisamente la paz.
Ahora ¿Recuerdas ese particular significado de tarasso que mencioné al principio? ¿"De afín incierto" O sea, ¿"de afinidad desconocida"? Y no es el miedo a lo desconocido lo que "turba" el corazón y el alma de los hombres? Bueno, ¡Jesús dijo que no deberíamos permitir tampoco eso!
(Juan 14:28) Habéis oído que yo os he dicho: Voy, y vengo a vosotros. Si me amarais, os habríais regocijado, porque he dicho que voy al Padre; porque el Padre mayor es que yo. {29} Y ahora os lo he dicho antes que suceda, para que cuando suceda, creáis.
¡Esto ya sucedió! Y ahora, cuando alguien confiesa con su boca a Jesucristo como señor de su vida, y cree en su corazón que Dios le levantó de los muertos, es salvo, y recibe el don del espíritu santo en su interior para morar en él; ¡es Dios en Cristo en morando en esa persona!
El hablar en lenguas es la prueba innegable de que el consolador mora en nuestro interior. Entonces, ¿qué se supone que debemos hacer cuando algo "turba" nuestro corazón y nuestras almas, hasta el punto de la desesperación, ansiedad, indignación y miedo? En primer lugar no lo permitas! ¡Cree en él así como crees en Dios y rechaza inmediatamente cualquier cosa EN SU NOMBRE! ¿Porque en su nombre?
(Hechos 4:10) sea notorio a todos vosotros, y a todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de los muertos, por él este hombre está en vuestra presencia sano. {11} Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. {12} Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.
¡Porque en ningún otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres hay salvación! Y no únicamente salvación y vida eterna, también poder.
(Juan 14:12) De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre. {13} Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. {14} Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.
(Marcos 16:17) Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; {18} tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.
¡Está disponible hacer todo esto! ¡Porque además nos dio autoridad!
(Mateo 18:18) De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo. {19} Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. {20} Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
Jesucristo nos dio la autoridad para atar o desatar cualquier cosa con la que el adversario trate de sujetarnos, el turbarnos y el temor son algunos de ellos.
(Filipenses 2:5) Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, {6} el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, {7} sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; {8} y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. {9} Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, {10} para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;
{11} y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
Por eso es que debemos y podemos usar el nombre de Jesús, porque al humillarse y ser obediente hasta la muerte de cruz, Dios lo exaltó hasta lo sumo y le dio un nombre que es por sobre todo nombre. Quien nunca siquiera imaginó ni por una millonésima de segundo hacerse pasar por Dios. Él nunca dijo ser Dios, dijo "¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras." Así que:
(Juan 14:1) No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.
El problema y la solución se encuentran aquí mismo y en nosotros mismos. Todos sabemos que la oración tiene poder, y antes que nada, siempre y en cualquier situación debemos orar, orar a Dios porque él es el que hace las obras, y en el nombre de Jesucristo porque en su nombre se doblará toda rodilla, en los cielos, en la tierra y debajo de la tierra, y es él a quien confesamos como señor y salvador de nuestras vidas.
Después de orar, mi exhortación es:
1.- No permitas que ningún pensamiento negativo llegue al punto de hacerte manifestar una emoción o sentimiento de angustia, dificultad, indignación, o temor, porque somos nosotros quienes permitimos que eso suceda.
2.- ¡Cree en Dios y en Cristo! Porque es el antídoto más eficaz para la "turbación" y el miedo.
3.- Usa el nombre de Jesucristo, que es el nombre por sobre todo nombre, porque en ningún otro nombre dado a los hombres hay salvación
4.- Nunca olvides que es Dios en Cristo en ti, y eres un ser completo de cuerpo alma y espíritu.
(Col. 2:8). Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo. {9} Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, {10} y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.
¡ Manifiesta y disfruta la paz de Dios en tu vida, EN SU NOMBRE!
¡Dios te bendiga!
E. S. N.
J.E.R.S.
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