En la Iglesia del primer siglo, solo el libro de Hechos, es aproximadamente 40 años lo que leemos en él, desde hechos 2 hasta el final del libro.
Para el año 100 DC. Para cuando Pablo, y casi todos los llamados Padres de la Iglesia habían muerto, las escrituras de los lideres de esa época, lo que describen como la doctrina de la Iglesia Cristiana, y las practicas de la Iglesia Cristiana, estaban ya tan alejadas de lo que el libro de hechos muestra; ni siquiera parece que eran seguidores, y practicantes del Cristianismo que Jesús vino a enseñar, es un contraste tremendo.
Ellos describen una unidad, que se tornó en una división completa, que adoptaron doctrinas, que no tenían nada que ver con Cristo y ningún fundamento Bíblico, describen condenación, juicio, tortura, todo completamente cambiado, y ¿cómo sucedió esto en solo una generación? ¿Saben cómo es que el adversario lo hizo? Logró que los creyentes pelearan entre ellos mismos. Esto no es invento mío, quiero que vayamos a las escrituras para que leamos lo que pasó.
En Hechos 15 es la primer reunión del consejo de ancianos de la Iglesia Cristiana; porque hay un desacuerdo en la doctrina de la Iglesia, eran de verdad fuertes desacuerdos en la doctrina que practicaban, el entender si el legalismo era necesario para la salvación, esto es, si el circuncidarse o no era requerido para que los Gentiles fueran salvos, o si simplemente lo eran por gracia.
Así que los líderes se reunieron, estudiaron el caso y llegaron a un acuerdo, sin embargo Pablo y Bernabé, después de ser encomendados a enseñar el evangelio y a no imponer ninguna carga a los Gentiles para la salvación, tuvieron una disputa y se apartaron uno del otro. En Gálatas se relata de cómo Pablo tuvo que confrontar a Pedro por no actuar conforme a la palabra, y donde quiera que Pablo iba, encontraba creyentes peleando unos con otros.
En lugar de adherirse al compromiso de vivir en amor, decidieron que su punto de vista y creencia eran más correctos que los de su oponente. Comenzaron a acosarse unos a otros, a torturarse unos a otros, hubo división, y continuaron peleando unos con otros. Eso fue lo que puso a la Iglesia del primes siglo de rodillas. Y todo ese tiempo, nadie se había percatado, que el adversario era quien estaba detrás de toda esta división y contienda. Los creyentes sinceramente creían que ellos estaban en lo correcto y los demás estaban errados. Solo recuerden lo que sucedió en el libro de Corintios, donde unos clamaban ser de Pablo, otros clamaban ser de Apolo, y otros de Cefas, y no solo disputaban a quien creían y seguían, sino que la Palabra dice que había contiendas entre ellos, y eso en el principio del libro de Corintios. Aunque se cree que el libro de Gálatas fue escrito antes del libro de Corintios, y el de Gálatas fue escrito casi después del libro de Hechos 15, casi después de que tuvieron su primer reunión para tratar los desacuerdos de la doctrina de salvación para los Gentiles. In Gálatas 5 está escrita la exhortación que Dios nos da.
(Gálatas 5:13) Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros.
{14} Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. {15} Pero si os mordéis y os coméis unos a otros, mirad que también no os consumáis unos a otros.
La palabra “mirad” en Español no enfatiza lo que en realidad se quiere comunicar en el versículo, la palabra Griega “Blepo” significa “tener cuidado” “vigilar” “estar pendiente” “... que no os consumáis los unos a los otros”.
Desgraciadamente, no es lo que muchas veces hacemos, no escuchamos a las exhortaciones que Dios nos da, y los creyentes de la Iglesia del primer siglo, se mordían y se comían unos a otros, figurativamente hablando.
De la misma manera como vimos la relación en el matrimonio, en la familia, en cualquier otra relación humana, y la relación entre los creyentes de la Iglesia, así es como toda la gente es engañada y pelean y contienden unos con otros. Y como dije anteriormente, todo esto pasa porque uno cree que está en lo correcto y está firme en la Palabra de Dios, y que el otro está mal en su opinión, o en su creencia con respecto a Dios y su Palabra.
A mi no me importa que tan correctos estén mis hijos en su filosofía o su doctrina, si pelea uno contra el otro, como padre, me hieren. Dios es nuestro Padre Celestial, y de la manera como él estableció su familia, es de la manera que él quiso. Todo depende en que nosotros prestemos atención y obedezcamos sus demandas.
(Efesios 4:1) Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, {2} con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, {3} solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; {4} un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación;
¿Cuántos cuerpos dice la Biblia que hay? ¡Un cuerpo¡ ¿Y cuantos espíritus? ¡Un espíritu! ¿Y cuantas esperanzas? ¡Una sola esperanza¡
En estos tiempos, cuando por todas partes aparecen sabios, adivinos, brujos, que han pronosticado que el mundo se va a acabar en poco tiempo; unos decían que para el año 2000, otros que cuando haya una conjunción de planetas alineados con el sol; otros, que los días que vivimos son los últimos porque ciertas profecías de la escritura ya se han cumplido, y hay tantas guerras y hambre y terremotos; cada uno da su propia versión al respecto del fin del mundo, y por lo tanto cada uno da su propia doctrina con respecto a la salvación y a la esperanza del retorno de Jesucristo. Todas esas predicciones van y vienen al igual que quienes las predicen, quizá haya más de 100 o más de 1000 diferentes doctrinas respecto a la salvación, y del retorno de Jesucristo, pero ¿Cuántas esperanzas dice la Palabra de Dios que hay? ¡Una, y una sola! Todos esos sabios y todas sus predicciones, nunca van a evitar el hechos de que solo hay ¡UNA ESPERANZA! Aunque muchas veces hablemos de la misma cosa, no todo mundo está en lo correcto, pero lo que sí es correcto es que ¡JESUCRISTO VIENE!
Ojalá, que el que dice que viene más pronto esté en lo correcto, pero lo más importante de todo es que solo hay ¡UNA ESPERANZA! y que ¡EL VIENE! ¡Jesucristo va a regresar! Porqué no enfocarnos en eso, sabiendo que ¡él regresa! En lugar de discutir y pelear por cualquier otro motivo.
(Efesios 4:5) un Señor, una fe, un bautismo, {6} un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.
El diablo influencia en la gente de Dios para hacerlos pensar que su enemigo es su propio hermano creyente.
En cualquier grupo, en cualquier congregación, encuentra la manera de poner en nuestras mentes sus ideas diabólicas, para hacernos pensar que nosotros somos diferentes de los demás, o que alguien más en el grupo es diferente a nosotros, y que lo que hacen está mal y que yo, o nosotros estamos en lo correcto; y pensamos que no debemos comunicarnos o tener comunión con ese tipo de gente, y que debo prevenir a otros creyentes sobre el comportamiento y acciones de los otros que yo pienso están mal, quizá debemos aislar a esta o estas personas del grupo, o si no puedo hacer eso, yo me aíslo del grupo. Es la misma cosa que sucede en el matrimonio y en cualquier otra relación de pareja. Es el adversario quien trata de separarnos, aislarnos, divorciarnos unos a otros. Y es tan fácil de hacer hoy día porque si te sales de un grupo, a la vuelta de la esquina te abren las puertas y encuentras otro. Como en los matrimonios de hoy día, te separas y te divorcias, y te buscas otra pareja nueva.
La clave, el punto principal de la fortaleza, y el éxito de la Iglesia del primer siglo, es que se mantuvieron juntos, no peleaban unos contra otros solo porque creían que los miraban feo, o pensaban que los menospreciaban, no buscaban faltas ni defectos unos a otros, se amaban y se apoyaban unos a otros, tenían comunión unos con otros. Ellos no tenían los evangelios ni las epístolas escritas como nosotros ahora, pero ellos tenían el corazón para creer y amar, la mansedumbre y la humildad para apoyarse y perdonarse unos a otros. Seguramente tenían gustos diversos, costumbres diversas y hasta creencias diversas, pero de una forma u otra se las arreglaron para creer la misma doctrina, amarse, cuidarse, y mantenerse juntos haciendo la voluntad de Dios. Tenían el mismo Dios, el mismo Señor, la misma fe, el mismo bautismo, el mismo espíritu, y seguramente también creían lo que dice el libro de Corintios:
(1 Corintios 12:12) Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo.
{13} Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.
¿Podemos ver algún pensamiento dominante en estos versículos? ¿Cuál es? ¡UNO! ¡Un cuerpo, un espíritu! ¡UNO! ¡UNO! ¡UNO! Como sabemos, tenemos toda clase de divisiones en nuestra Iglesia, y divisiones aún más obvias en el cuerpo de Cristo, grupos enteros de denominaciones como: Bautistas, Presbiterianos, Pentecostés, Metodistas, Católicos, Testigos de Jehová, y muchas otra más. 2 Corintios 12:12, dice que todos somos uno, que debemos estar juntos; sin embargo pensamos que debemos estar juntos dentro de nuestro grupo solamente, y que cualquiera fuera de nuestro grupo trabaja para el adversario. Pero eso no es verdad, quizás hay en diferentes grupos, gente que trabaje para el adversario, pero lo que Dios quiere es que TODOS, los que creemos su Palabra nos mantengamos siendo ¡UNO! Que mantengamos la unidad en amor, todos los que somos renacidos somos parte de ese cuerpo único.
(2 Corintios 12:14) Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos. {15} Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo?
{16} Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? {17} Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaría el olfato?
Dios usa esta analogía del cuerpo para mostrarnos que todos somos miembros y que todos importamos. El ojo no puede hacer las funciones que hace el oído, ni el oído las del olfato. Lo mismo los pies, que no pueden hacer lo que las manos hacen, y viceversa.
Cada uno debe de hacer lo que le corresponde, el celo, o el deseo de hacer lo que otros hacen, o tener lo que otros tienen. es algo que Dios enfatiza en estos versículos. Todo ese celo y ese deseo, no cambian la realidad de las cosas; el ojo no deja de ser ojo, ni de hacer sus funciones como ojo, solo porque quiera ser y hacer lo que el oído. Los pies siempre van a ser pies, las manos, manos, el olfato, olfato, el ojo, ojo, y el oído, oído.
¿Por qué esta contienda, solo porque somos diferentes? Los miembros del cuerpo son todos diferentes, asimismo en la Iglesia, todos somos diferentes: Se imaginan si todos fuésemos iguales, e hiciéramos todos la misma cosa, ¿quien se encargaría de hacer las demás cosas necesarias en la Iglesia? Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿cómo se movería de un lado a otro? O cómo tomaría las cosas que necesitara, para resolver o arreglar lo necesario si no tuviese ¿manos?
Cada parte del cuerpo es necesaria, no debería haber ningún tipo de conflicto o desacuerdo entre los miembros, solo porque somos diferentes. ¿Saben porqué hay conflictos? Porque existe el diablo, por eso, y porque nos consideramos enemigos unos de los otros, en lugar de reconocer a quien de verdad es el enemigo real, ¡El diablo!
(2 Corintios 12:18) Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él quiso. {19} Porque si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo? {20} Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo.
Dios puso a cada miembro en el lugar que él quiso, no en el lugar que cada miembro decidió, sino, nos guste o no. ¡Como Dios quiso!
Nuestra responsabilidad como creyentes Cristianos, como hijos de Dios, como creyentes renacidos del espíritu de Dios, es leer la Palabra de Dios y obedecer su voluntad, no discutir con él. La Palabra dice que hay un solo Dios, no más. Un Dios, un Señor, un Bautismo, un espíritu, una esperanza, un cuerpo. Todas estas cosas hacen una sola unidad que debería existir entre nosotros. Pero, si en nuestra arrogancia pensamos que somos mejores que Dios, ¿quien creen ustedes que tiene el problema? ¡Nosotros! Tenemos, que reconocer esa unidad, y que todos somos parte de la familia de Dios.
Esto no significa que no vamos a tener problemas, o que todo sea color de rosa, por supuesto que no; si hay conflictos o problemas, tenemos que ser lo suficientemente maduros, manifestar el amor y el perdón y la misericordia de Dios para solucionarlos, los conflictos no tienen que ser motivo de separación y divorcio entre las partes. ¡Los conflictos, son oportunidades para creer a Dios por liberación!
El punto principal que quiero establecer con todo esto es el descubrir quien es el enemigo, el Diablo, Satanás, el adversario. Yo no soy tu enemigo, ustedes no son mis enemigos, su esposo o esposa no es el enemigo, tampoco el hermano, el primo, la tía, el amigo o el vecino. El hecho de que alguien piense o hable diferente que nosotros, no significa que es nuestro enemigo, solo los hace ser diferentes; y para Dios el ser diferente está bien, Dios acepta eso, de otra forma, hubiera hecho todos los miembros del cuerpo iguales. Si Dios tiene el corazón para aceptar e invitar a todo mundo a ser parte del cuerpo, y de su familia, no pienso que sea correcto, que nosotros como sus hijos, echemos a todo mundo afuera, solo porque no piensan ni actúan como nosotros.
(1 Juan 5:1) Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por él.
Si amamos a Dios, debemos amar a todos sus hijos, no pelear con ellos; si queremos ver la Palabra de Dios, vivir, moverse; tenemos que aceptarnos amorosamente unos a otros. No somos enemigos unos de otros, el diablo es el enemigo, el ladrón, no nosotros mismos.
(Efesios 6:10) Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. {11} Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. {12} Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
Más claro que el agua no puede estar. ¡No tenemos lucha contra carne y sangre, nunca! Nuestro enemigo no es carne y sangre; sino, principados, potestades, huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Dentro de la familia de Dios, cuando una persona es renacida, tiene una actitud de agradecimiento, todo es tan maravilloso, hay aceptación y tolerancia, se disfruta la compañía de todos los creyentes, y es cuando uno desea que el tiempo se detenga, porque todo es tan especial con los creyentes, quiere uno participar, dar y compartir abundantemente, bendecir, enseñar, y ser ejemplo en todo lo que la Palabra de Dios nos inspire; es muy semejante a cuando una pareja de enamorados recién comienza su sueño, todo es color de rosa. ¿Cómo es que todo eso puede cambiar a una actitud completamente diferente? Amargura, ira, celos, envidia, venganza, murmuraciones, separación y divorcio, ¿cómo es que todo cambia tan drásticamente?
No traten de hallar una razón lógica, porque no hay lógica en esto. ¡Es espiritual! ¡Es el diablo! Es él quien causa ese cambio en el corazón de la mente de las personas. Porque comenzamos a escuchar, a poner atención, y creer lo que él dice y quiere que pensemos, en lugar de creer lo que la Palabra de Dios dice que debemos hacer. Aunque el diablo tiene gran culpa en esto, porque es la fuente de donde proviene todo mal, cada quién es responsable de sus propias acciones.
Así que, cualquiera que sea la relación, en el matrimonio, en la familia, en el trabajo, en la escuela, con los amigos, incluso, dentro del cuerpo de creyentes ¿Quién es el enemigo? ¡El adversario! Si prestamos atención, y entendemos esto, y reconocemos quien es y cómo actúa el enemigo, tenemos posibilidades de ganar, y disfrutar de la libertad y la victoria que ya tenemos en Cristo. No hagamos oídos sordos a las exhortaciones que Dios mismo en su bondad establece en su Palabra, para prevenirnos, y al mismo tiempo darnos la respuesta de cómo salir victoriosos contra las acechanzas del diablo.
(1 Pedro 5:8) Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; {9} al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.
Esta es la voluntad de Dios, que no nos descuidemos, que estemos alertas y que resistamos firmes en nuestra creencia. De que no todo va a ser tan fácil y de que vamos a tener problemas no hay duda, pero debemos mantenernos firmes en nuestra creencia.
El libro de Santiago en el capítulo 4 versículo 7 dice “SOMETEOS, PUES, A DIOS; RESISTID AL DIABLO, Y HUIRÁ DE VOSOTROS.”
El someternos a Dios significa el hacer su voluntad, no lo que se nos de la gana hacer, el estudiar, creer su Palabra y vivirla, día tras día. De ésa manera el diablo huirá de nuestras vidas y se mantendrá alejado, que va a tratar de atacar y hacernos caer, lo hará mil veces o más, pero es nuestra decisión de pararnos firmes y cada vez que él venga con sus maquinaciones pararlo en seco y hacerlo huir con nuestra firme creencia de que mayor es el que está en nosotros que él que está en el mundo.
(1 Pedro 5:10) Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.
¡Vivamos pues en unidad, y demos siempre la gloria a Dios!
¡Dios los bendiga!
Traducida de una enseñanza del Reverendo Vincent C. Finnegan, por J. Edixon Rosales S.
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