La fuente principal de información de este blog es La Biblia. Todas las enseñanzas compartidas aquí, son y serán principalmente basadas en la Biblia Reyna Valera Versión de 1960

Solo Dos Elecciones (El Libre Albedrío)

 

Muchos ven la vida como una puerta giratoria, que sin encontrarla salida, solo dan vueltas y vueltas, y vueltas, cuando finalmente la encuentran, salen desorientados, pierden el equilibrio  y no ven las cosas con nitidez. Otros, la ven más como una montaña rusa con subidas y bajadas, algunas más empinadas que otras, y estando en ella, ¡ya qué! Echan los brazos arriba y gritan, tratando de divertirse lo mejor que puedan. Si te gusta la poesía, si te gusta la música, te darás cuenta cómo es que otros también  ven la vida. A mí me gustan ambas, pero ninguna de ellas, y ninguna de las filosofías del mundo actual ni del mundo antiguo, satisfacen mi alma y mi espíritu como lo hace la palabra de Dios.


Dios nos dio, lo que pienso que es el “don” más maravilloso que poseemos, además del “don” del “espíritu santo” por supuesto, y se llama “libre albedrío”. Y cuando Dios creó varón y hembra conforme a su propia imagen espiritual, como dice en Génesis 1:27 y 28, tan solo les dijo que fructificaran, se multiplicaran y llenasen la tierra; para sojuzgarla, para señorear en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. Dios les dio el poder, el dominio y la autoridad para hacer todo eso, solo dependía de ellos llevarlo a cabo. Pienso,  que hasta cierto punto lo hicieron, porque Adán, con la ayuda de Dios, nombró a todos los animales, y después de que Dios le dio a Adán su regalo personal, "Eva", los dos se movían libremente por el jardín y comían libremente de los árboles que Dios les dijo que estaban disponibles para que comiesen de ellos, hasta que sucedió lo que ya todos sabemos, desobedecieron a Dios. Pero, aquí, quiero notar una cosa.


(Génesis 2:16) Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer;  {17}  mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás. 


Ese mandato fue primordialmente dado a Adán; y no fue una sugerencia y tampoco un comentario del tipo “…haz lo que quieras”. Era un mandato, una orden directa del Dios todopoderoso, y tú simplemente no contiendes con él, ni lo desobedeces sin que haya consecuencia alguna. Pienso que Adán, y tal vez Eva, si no hubiesen tenido ningún tipo de influencia maligna sobre ellos, probablemente  hubiesen obedecido ese mandato. Algo más que quiero hacer notar, es que Eva no estaba físicamente presente cuando Dios le dio a Adán esta orden, aunque eso no la excusa de haber desobedecido a Dios y de sucumbir a las palabras seductoras y tentadoras de Satanás, pero esa es otra historia. El punto es que Dios les dio “libre albedrío”, y ellos, por su propia voluntad no solo desobedecieron a Dios, sino que transgredieron el primer y más vital mandamiento que les fue dado, al grado que Dios tuvo que idear un plan para redimir a la humanidad y salvarlos de su propia destrucción como consecuencia de la desobediencia de Adán y Eva.


(2 Crónicas 24:1) De siete años era Joás cuando comenzó a reinar, y cuarenta años reinó en Jerusalén. El nombre de su madre fue Sibia, de Beerseba. 


Joás solo tenía siete años y era tan solo un niño, a esa edad no podía gobernar a su pueblo, por lo que necesitaba personas maduras como consejeros y asesores, que le enseñaran y le indicaran qué decisiones tomar.


(2 Crónicas 24:2) E hizo Joás lo recto ante los ojos de Jehová todos los días de Joiada el sacerdote. 


La persona que ayudó a este joven rey a tomar buenas decisiones fue Joiada, el sumo sacerdote, así que este joven rey hizo lo recto ante los ojos de Dios, pero dice aquí: “todos los días de Joiada, el sacerdote”. Lo que me hace pensar que no hizo lo recto ante los ojos de Dios todos los días de su vida, sino tan sólo el tiempo que tuvo el privilegio de tener a este gran hombre de Dios como su guía y consejero.


(2 Crónicas 24:3) Y Joiada tomó para él dos mujeres; y engendró hijos e hijas.  {4} Después de esto aconteció que Joás  decidió restaurar la casa de Jehová.  {5 Y reunió a los sacerdotes y los levitas, y les dijo: Salid por las ciudades de Judá, y recoged dinero de todo Israel, para que cada año sea reparada la casa de vuestro Dios; y vosotros poned diligencia en el asunto. Pero los levitas no pusieron diligencia. 


La combinación de las dos palabras hebreas traducidas como “decidió” en el versículo 4, indican que algo “obró” dentro del corazón de Joás, en su voluntad y su intelecto, al grado que Joás quería reparar la casa de Jehová, y dijo a los sacerdotes y a los levitas que pusieran diligencia en el asunto, pero ellos no se apresuraron en obedecer la orden del joven rey. Al parecer, no tenían interés alguno  por los asuntos de Dios, tampoco pusieron  interés alguno en mantener la casa de Jehová en buen estado, por lo que no hicieron nada. Era la responsabilidad tanto de sacerdotes, como levitas de tomar cuidado de la casa de Jehová, pero a esta gente no les importaba.


(2 Crónicas 24:6) Por lo cual el rey llamó al sumo sacerdote Joiada y le dijo: ¿Por qué no has procurado que los levitas traigan de Judá y de Jerusalén la ofrenda que Moisés siervo de Jehová impuso a la congregación de Israel para el tabernáculo del testimonio? {7} Porque la impía Atalía y sus hijos habían destruído la casa de Dios, y además habían gastado en los ídolos todas las cosas consagradas de la casa de Jehová. 


En el versículo 6 el rey reprende al sacerdote Joiada porque no se estaba llevando a cabo la obra en la casa de Jehová, y era su responsabilidad, como sumo sacerdote cuidar, de las cosas de Dios, aunque  la culpa en sí, era de los levitas, que no se apresuraron a cumplir con sus responsabilidades a tiempo. El versículo 7 nos da un poco de contexto, al explica por qué la casa de Dios había llegado a tal grado de destrucción. Porque esta mujer llamada Atalía y sus hijos, algunos de los cuales también fueron reyes, habían causado ese daño. Todo lo que Moisés había recibido de Dios, todas las cosas que también David había soñado hacer y que Salomón cumplió para Dios, todo lo consagrado de la casa de Dios, esta malvada mujer y sus hijos se lo habían dedicado a los ídolos. El texto hebreo dice que esa malvada reina y sus hijos habían dedicado todas las cosas de la casa de Jehová a Baal, el dios de la fertilidad para los cananeos).


(2 Crónicas 24:8} Mandó, pues, el rey que hiciesen un arca, la cual pusieron fuera, a la puerta de la casa de Jehová;  {9} e hicieron pregonar en Judá y en Jerusalén, que trajesen a Jehová la ofrenda que Moisés siervo de Dios había impuesto a Israel en el desierto.  {10} Y todos los jefes y todo el pueblo se gozaron, y trajeron ofrendas, y las echaron en el arca hasta llenarla. 


Así que reunieron todo el dinero necesario para reparar la casa de Jehová.


(2 Crónicas 24:12)  y el rey y Joiada lo daban a los que hacían el trabajo del servicio de la casa de Jehová, y tomaban canteros y carpinteros que reparasen la casa de Jehová, y artífices en hierro y bronce para componer la casa. {13} Hacían, pues, los artesanos la obra, y por sus manos la obra fue restaurada, y restituyeron la casa de Dios a su antigua condición, y la consolidaron.  {14} Y cuando terminaron, trajeron al rey y a Joiada lo que quedaba del dinero, e hicieron de él utensilios para la casa de Jehová, utensilios para el servicio, morteros, cucharas, vasos de oro y de plata. Y sacrificaban holocaustos continuamente en la casa de Jehová todos los días de Joiada. 


El versículo 14 dice que sacrificaban holocausto en la casa de Jehová continuamente todos los días de Joiada. Nuevamente vemos aquí la frase, “…todos los días de Joiada”, como leímos en el versículo 2. Podemos decir que Joiada fue un hombre de Dios muy responsable, un muy buen tutor y una maravillosa influencia positiva sobre la vida de ese joven rey.


(2 Crónicas 24:15) Mas Joiada envejeció, y murió lleno de días: de ciento y treinta años era cuando murió. {16}} Y lo sepultaron en la ciudad de David con los reyes, por cuanto había hecho bien con Israel, y para con Dios, y con su casa. 


Cuando Joiada murió, fue sepultado en la ciudad de David, entre los reyes, lo fue un gran privilegio y honor para Joiada, que había hecho bien con Israel,  y para con Dios, y con su casa. Si lees el capítulo 23 verás todas las cosas que hizo, por el pueblo de Israel, por Dios, y también por el joven rey Joás, quien a su muerte, también fue sepultado en la ciudad de David, pero no recibió el honor ni el privilegio de ser sepultado entre los reyes.


(2 Crónicas 24:17) Muerto Joiada, vinieron los príncipes de Judá, y ofrecieron obediencia al rey; y el rey los oyó. 


Ahora bien, Joiada ha muerto, y esos mismos príncipes que se regocijaron, como leímos en el versículo 10, que además pusieron dinero en el arca de la colecta para reparar la casa de Jehová, estos príncipes,  y gobernantes de las ciudades de Judá vinieron a hablar con el rey y se postraron delante de él, homenajeándole, suplicándole humildemente y haciendo reverencias ante él, inclinándose al suelo como adorando y venerando a este joven rey. La palabra Hebrea traducida aquí como “oyó,” indica que les prestó mucha atención, que los escuchó atentamente, con extrema atención y que consintió en lo que le pedían.  Lo que este versículo quiere decir, es que los príncipes de Judá vinieron  a ofrecerle un trato al rey, a cambio de su obediencia, con el fin de obtener su consentimiento para volver a practicar la idolatría. ¿Cómo te sientes tú cuando eres halagado por otros? Bien ¿verdad? Y seguramente vas a acceder también a sus peticiones. Lo que sucedió realmente, es que mientras Joiada estaba vivo nadie vino a hablar con el rey para hacer tratos con él, ¿recuerdan que  leímos: “ Y sacrificaban holocaustos continuamente en la casa de Jehová todos los días de Joiada?” Él era un hombre de Dios que hacía la voluntad de Dios, pero tan pronto como murió, todos los príncipes de Judá llegaron a influir en el joven rey, y a presionarlo para que se apartara de Dios. Lo más triste de toda esta situación, es que este joven rey, olvidándose de los consejos, y el maravilloso ejemplo de alguien que prácticamente fue un padre para él, les hizo caso, los escuchó atentamente, y consintió a sus demandas.


(2 Crónicas 24:18) Y desampararon la casa de Jehová el Dios de sus padres, y sirvieron a los símbolos de Asera y a las imágenes esculpidas. Entonces la ira de Dios vino sobre Judá y Jerusalén por este su pecado.


Mientras Joiada vivía, el pueblo tenía sus ídolos e imágenes esculpidas escondidas en algún lugar, y cuando él murió, convencieron al rey y sacaron sus ídolos nuevamente para adorarlos.


No fue Dios quien se apartó de ellos, ellos se apartaron de Dios. Joás tuvo la oportunidad más maravillosa de continuar cosechando las bendiciones de Dios, pero él, al igual que Adán y Eva, prestó atención a las malas influencias y sucumbió a la presión de las palabras halagadoras, seductivas y tentadoras de los príncipes que gobernaban la tierra. La idolatría era y es una de las dos principales cosas contra las que Dios advirtió a su pueblo, siendo la otra la desobediencia. Ahora, ¿qué tenía Joás en común con Adán y Eva? ¡Sucumbieron a la adulación, la seducción y la tentación! Joás, de parte de los príncipes, los gobernantes de la tierra que en realidad era su propio reino. ¡Él como rey podía decidir quién vivía y quien moría, él era el rey! Adán y Eva de aquella seductora serpiente antigua, también conocida como el príncipe de la potestad del aire, el espíritu que aún ahora, opera en los hijos de desobediencia, y le transfieren el poder, el dominio y la autoridad que el Dios todopoderoso les había dado a ellos, siendo el Jardín del Edén, su propio reino; y todo lo hicieron, por su “libre albedrío”.


La gente puede ver la vida de muchas y diferentes maneras. Hay un viejo refrán que dice: “En este mundo traidor, nada es verdad, ni es mentira; todo depende del color del cristal con que se mira”. ¿De qué color es el cristal con el que tú miras la vida? Nos han enseñado que hay tres colores primarios, pero vemos tantos, y diferentes tonos, matices y sombras, pero esos tonos, sombras y matices se tornan más oscuros o más claros dependiendo de cuánto negro o blanco mezclemos. El blanco y el negro son las dos influencias dominantes que pueden hacer que la vida se te presente en el tono, matiz, o sombra, que más te agrade. El blanco y el negro simbólicamente representan el bien y el mal, la pureza y la corrupción, respectivamente, por lo que solo tenemos dos opciones para mezclar nuestro color y hacer de nuestra vida nuestro color preferido.  ¿Sabías que el negro no es un color? Aunque se dice que es la “suma de todos los colores” es en realidad “la ausencia de color” y cuando agregas negro al color de tu vida, no le estás agregando intensidad, ni profundidad, ni sobriedad; estás quitando el color de tu vida porque el negro absorbe los colores cuando se elimina la radiación de luz. Por otro lado, ¿sabías que el  blanco también es considerado como  la ausencia de color, porque no hay color en él? Aunque de hecho es la combinación de todos los colores. El blanco es lo que vemos cuando todas las longitudes de onda de la luz reflejan todos los colores del espectro de luz visible a los ojos , y al agregar blanco al color de tu vida, como resultado se vuelve más rica, más colorida, más brillante. Entonces, ¿qué prefieres? Negro o blanco, o sea, ¿el bien o el mal? ¡La decisión es solo tuya! Bien pudieras decir, yo no adoro ídolos, o imágenes, o esas cosas, pero la idolatría no es solo imágenes y bultos o cosas por el estilo, también tiene que ver con poner cualquier cosa por encima de Dios en nuestras vidas, el trabajo, el dinero, el negocio, el hobby, incluso mi familia, mis títulos, mi estatus o mi condición social; cualquier cosa halagadora que nos haga sentir bien. Déjame preguntarte ¿a quién escuchas? ¿Quién o qué influencia tu vida,  al grado de controlar tus gustos, tus afecciones y tu manera de ser? No olvides que la elección es tuya y solo tuya, no hay manera de culpar a nadie más, y mucho menos a Dios. ¿Sabías que? Eva culpó a la serpiente y dijo: “la serpiente me engañó, y comí”. Adán culpa a Eva, y trata de culpar también a Dios cuando dijo: “la mujer que me diste, me dio del árbol, y yo comí”. Satanás no tuvo a quien culpar, sino a sí mismo, quien por al considerarse perfecto,  por su arrogancia se corrompió, y por su “libre albedrío” decidió desobedecer y tratar de usurpar el trono del Dios altísimo. Desde entonces sigue siendo el malvado de la historia, tratando de influenciar a la humanidad para que lo escuchen y convencerlos también de desobedecer a Dios, que de hecho es la otra cosa que Dios también aborrece aparte de la idolatría, la desobediencia.


Podemos ver entonces, cuán poderoso y cuán importante es para nosotros pararnos firmes sobre nuestros propios pies, y por qué también es importante desarrollar una verdadera relación personal con nuestro padre celestial, apegarnos a la verdad y andar en rectitud todos los días de nuestras vidas, y nunca permitir que nada ni nadie nos influencie para apartarnos de ella. He ahí la importancia de vestir toda la armadura de Dios. Esos falsamente llamados amigos, compañeros de trabajo, vecinos, parientes, personas que vienen a nosotros y tratan de alguna manera influenciar en nuestras vidas para apartarnos de Dios y su palabra. No digo que todos ellos sean malos, pero que los que lo son, no tengo duda alguna que están obrando de acuerdo con esos principados, esas potestades, esos gobernadores de las tinieblas de este mundo y esas huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Joás fue presionado e influenciado por los príncipes y gobernantes de las ciudades en su reino. No debemos tomar en vano lo que la Palabra de Dios nos enseña.


El rey Joás, bajo la dirección y el consejo de Joiada el sacerdote fue un gran creyente, al grado que Dios obró en su corazón para inspirarlo a reparar el templo, pero después de la muerte de Joiada, no pudo soportar la presión del príncipes sobre él, la Biblia dice: “Entonces el rey los escuchó”. ¿A quién escuchas tú? Esas mismas presiones, esas mismas tentaciones van a tratar de alejar a esos jóvenes creyentes cristianos de Dios y de su Palabra, y no sólo a ellos. Ve a Mateo 24 y lee lo que Jesús mismo le dijo a sus discípulos.


(Mateo 24:24) Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos. 


La palabra griega traducida como “engañarán” también significa: “hacer descarriar, desviar”. El objetivo de Satanás sigue siendo el mismo; desviar a la gente de Dios y su Palabra! Y no olvides el consejo de Pablo.


(2 Corintios 11:13)  Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. {14} Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz.  {15} Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras.


La historia de Josías nos proporciona una enseñanza y una moraleja maravillosas tanto para creyentes cristianos jóvenes, como para cristianos maduros en el conocimiento de la Palabra de Dios. De ella podemos concluir que somos nosotros quienes tenemos la última palabra. Nosotros elegimos, nosotros decidimos qué hacer con nuestros “libre albedrío;” y hay solo dos opciones a escoger: el bien o el mal. Dios dice en su palabra que nunca nos dejará y nunca jamás nos desamparará. Es pues nuestra elección  si nos apartamos de él y su Palabra, sabemos con certeza que la calamidad llegará. Pero si decidimos apegarnos a su Palabra Dios mismo ha prometido que abrirá las ventanas de los cielos y derramará bendiciones hasta que sobreabunden. ¿Queremos ser prósperos, queremos gozar de buena salud, queremos paz y armonía en nuestras vidas y queremos sentirnos seguros? Esos son algunos de los colores que podemos añadir a nuestras vidas cuando hacemos la voluntad de Dios y vivimos de acuerdo a su Palabra, amemos a Dios con todo nuestro corazón, alma y mente, y amemos al prójimo como a nosotros mismos.


(2 Pedro 1:2) Gracia y paz os sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús. {3}  Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, 


Dios quiere que lo conozcamos a través  de su Palabra, por eso dije que es muy importante desarrollar una relación real y personal con él, a por medio del conocimiento de Cristo Jesús nuestro señor y salvador.


(2 Pedro 1:4) por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia


La palabra “concupiscencia” se refiere al apetito de placeres y deseos desordenados y deshonestos, y  el exceso de deseo es lo que metió en problemas a Adán y Eva, y lo que hizo que tanto ellos como Joás se sintieran alagados, engrandecidos. Joás, al ser prácticamente venerado, por los príncipes de las tierras de su reino, y Adán y Eva al creer en la mentira de Satanás cuando les dijo: “serán abiertos vuestros ojos, y seréis como dios, sabiendo el bien y el mal”. El bien ya lo tenían, pero quisieron conocer el mal, y ¡vaya que si conocieron el mal! Se encontraron con el mal encarnado cara a cara, y decidieron, por su “libre albedrío” desobedecieron a Dios.


Comencé esta enseñanza hablando de como algunas personas ven lo que es la vida, y hasta cierto punto tienen razón, porque el color del cristal a través del cual ven la vida, está contaminado, alterado con negro, más bien, el mal. Al igual que Adán, Eva y Joás, han sido engañados, se les dijo, y creyeron que el color de sus vidas sería más intenso, más agresivo, más misterioso, más místico, más interesante, lo que sonó muy atractivo a sus oídos. Bueno, simplemente, todos fueron engañados, porque al agregar el negro a sus vidas, hablando de la “maldad”, le quitaron el color, la brillantez. Dios no quiere que hagamos eso, quiere que agreguemos más color y aquí hay algunos más colores que podemos agregar junto con los que anteriormente mencioné.


(2 Pedro 1:5) vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento;  {6}  al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad;  {7}  a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.  {8}  Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. 


Y, ¿Cuál es el consejo de Dios para nosotros?


(Proverbios 3:1) Hijo mío, no te olvides de mi ley, Y tu corazón guarde mis mandamientos;  {2} Porque largura de días y años de vida  Y paz te aumentarán.  {3} Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad;  Átalas a tu cuello, Escríbelas en la tabla de tu corazón; 


¿Nuestro corazón es de donde mana la vida y es lo que Dios nuestro padre celestial busca de nosotros, no nuestro tono de piel, nuestra estatura, fama, intelecto, condición social o nuestro estatus? ¡Y él quiere que confiemos en él con todo nuestro corazón!


(Proverbios 3:4) Y hallarás gracia y buena opinión  Ante los ojos de Dios y de los hombres. {5} Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. {6} Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas. {7} No seas sabio en tu propia opinión; Teme a Jehová, y apártate del mal; 


¡Por confiar en su propia prudencia y dejarse llevar por sus cinco sentidos, ojos, oídos, olfato, gusto, y tacto, y por no tomar la decisión de apartarse del mal, Adán y Eva Cayeron!


El bien y el mal, son las dos fuerzas principales que gobiernan el mundo, son los dos poderes que impulsan la vida de los hombres, y son simbólicamente representados por el blanco y el negro, pero el resultado de elegir uno u otro no es simbólico, es real, es vida o muerte. Así que, Dios dio a los hombres el maravilloso regalo del “libre albedrío,” cualquier cosa que hagas con él depende solo de ti. Ya sea que agregue blanco o negro al color de su vida, ya sea que elija hacer el bien o el mal, sabe con certeza cuál será el resultado final real, no simbólico, en términos espirituales, la vida eterna o la destrucción eterna. Así, que, mis queridos hermanos y hermanas, sus vidas está en sus manos, la elección depende de cada uno de ustedes, sean sabios, sean entendidos, y no desperdicien el maravilloso regalo de su propio “libre albedrío.”


Quiero cerrar con algunos versículos más en Proverbios 3.


(Proverbios 3:13) Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría, Y que obtiene la inteligencia; {14} Porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata, Y sus frutos más que el oro fino. {15} Más preciosa es que las piedras preciosas;  Y todo lo que puedes desear, no se puede comparar a ella.


La palabra “inteligencia” del hebreo también significa: “entendimiento, conocimiento.”


¡No hay nada mejor que el hombre pueda desear en su corazón que la sabiduría, y el conocimiento de la Palabra de Dios!


{16} Largura de días está en su mano derecha; En su izquierda, riquezas y honra.  {17} Sus caminos son caminos deleitosos, Y todas sus veredas paz. 


¿No es todo esto lo que todos queremos para nuestras vidas?


{18}Ella es árbol de vida a los que de ella echan mano, Y bienaventurados son los que la retienen. .


El árbol de vida, amigos míos, no es una fuente donde solo salta el agua que recicla, sino un manantial inagotable de sabiduría y de conocimiento de donde fluye el  agua de vida. Sé tú de los bienaventurados que la retienen. El árbol de vida eterna está enfrente de tus ojos y se llama, ¡la Palabra de Dios!


Mis queridos hermanos y hermanas: ¡Así dice el Señor!


¡Amén!


J. E. R. S.


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