La fuente principal de información de este blog es La Biblia. Todas las enseñanzas compartidas aquí, son y serán principalmente basadas en la Biblia Reyna Valera Versión de 1960

EUCARISTÍA

En 1 Timoteo, Pablo encargó a Timoteo a tomar cuidado de la iglesia en Éfeso, ellos tenían ciertos problemas acerca de diferentes doctrinas que algunos miembros de la iglesia trataban de introducir y de enseñar a los creyentes de esa congregación. Pablo también instruyó a Timoteo con respecto a la oración.

(1 Timoteo 2:1) Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; (2) por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. (3) Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, (4) el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. (5) Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre,

En el texto Griego la frase “ante todo” es “primeramente”; indicando que: “Primeramente”, o “ante todo”, antes que cualquier otra cosa, debemos orar por “todos los hombres”. ¡Porque la voluntad de Dios es que “todos los hombres” sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad!

El versículo 1 está repleto de oración. La palabra "exhortar" es la palabra griega parakaléo; que significa: hacer un llamado (a modo de exhortación, de súplica, de confort, o de instrucción).

La palabra "rogativas" es la palabra griega déesis; que significa: una petición para un objetivo especial, teniendo en cuenta nuestra necesidad más que a la suficiencia de Dios para suplirla; resaltando la necesidad personal. En griego bizantino fue utilizada como una petición por escrito.

La palabra "oraciónes" es la palabra griega proseucé; que significa: oración ferviente. En el N.T. se restringe a la oración ofrecida a Dios teniendo en cuenta su poder, y dando protagonismo a la devoción personal.

La palabra "peticiones" es la palabra griega énteuxis; que significa: Confiar acceso a Dios, dando protagonismo a la confianza, como la de un niño en la oración.

La frase "acciones de gracias" es la palabra griega  eucaristía.

Hoy quiero compartir acerca de eucaristía, porque es el ingrediente principal cuando exhortamos, hacemos rogativas, peticiones, u oramos a Dios, en cualquiera de sus formas, dando acción de gracias.

Eucaristía significa: gratitud; es un acto de lenguaje de agradecimiento a Dios, como un acto de adoración; y junto con eucaristéo, estas dos palabras se utilizan varias veces en el Nuevo Testamento y se traducen principalmente como “dar gracias, gratitud, agradecimiento”.

Hay un versículo que explica claramente lo que eucaristía verdaderamente significa.

(Salmo 100:1) Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra. {2} Servid a Jehová con alegría; Venid ante su presencia con regocijo. {3} Reconoced que Jehová es Dios; El nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado. {4} Entrad por sus puertas con acción de gracias, Por sus atrios con alabanza; Alabadle, bendecid su nombre. {5} Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia, Y su verdad por todas las generaciones.

¿Cuando oramos, no es eso lo que hacemos? ¿Ir ante el trono de Dios y pedir ayuda? ¡Pues así es como Dios quiere que entremos por sus puertas, con acción de gracias, que andemos por sus atrios con himnos de alabanza, que seamos agradecidos ante él, y bendigamos su santo nombre!

¡Esto es lo que eucaristía realmente significa, en toda la extensión de la palabra!

Ahora la frase "acción de gracias" del Salmo 100, es la palabra hebrea towdah; que significa: extender  las manos, implicando una confesión, que es una declaración abierta y pública de la adoración o alabanza, también significa dar gracias.

La palabra traducida "alabadle" es la palabra hebrea yadah; literalmente significa: lanzar las manos hacia afuera o a la distancia; específicamente significa, venerar o adorar con las manos extendidas, también significa, ser agradecidos.

Eso es exactamente lo que la gente en los países del medio Oriente hace, ellos adoran a Dios con sus manos extendidas, o elevan sus manos al venerar o adorar a Dios. Para los que piensan que la Biblia es un libro arcaico y obsoleto, que salmos es parte del antiguo testamento, y que no aplica a los creyentes cristianos, quiero que lean nuevamente el versículo 5 del salmo 100 que dice: “Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia, Y su verdad por todas las generaciones”. La misericordia de Dios es para siempre, no tiene fecha de caducidad, y su verdad no es solamente para los que vivieron en los tiempos antiguos. ¡Nosotros somos parte de una generación privilegiada en la era de gracia, y aunque no se nos pida específicamente que extendamos o levantemos nuestras manos, que nos arrodillemos, o nos postremos para orar, si se nos pide que seamos agradecidos!

(Romanos 1:8) Primeramente doy gracias a mi Dios mediante Jesucristo con respecto a todos vosotros, de que vuestra fe se divulga por todo el mundo.

Lo primero que Pablo hace aquí es dar gracias a Dios por todos los creyentes en Roma y por el movimiento de la Palabra de Dios por todo el mundo. ¡Lo primero que nosotros siempre deberíamos hacer, aún antes de poner nuestros pies sobre el suelo cuando nos levantamos cada mañana, es dar gracias a Dios, y orar, no solo por nosotros, nuestras familias y nuestra congregación, sino como Pablo encargó a Timoteo, por todos los hombres, y por el movimiento de la Palabra de Dios por todo el mundo

Vean el versículo 16.

(Romanos 1:16)  Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego {17} Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá. {18} Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; {19} porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. {20} Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. {21} Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. {22} Profesando ser sabios, se hicieron necios.

Dios no quiere que seamos necios, estos versículos nos muestran que cuando nos envanecemos en nuestros razonamientos, no somos agradecidos, y la vanidad es hijastra del orgullo, una de las cosas que Dios más aborrece. Dios quiere que seamos agradecidos, humildes, mansos y amorosos.

Veamos algunos relatos que nos muestran las diferentes razones por las que podemos ser o no, agradecidos ante Dios.

(Mateo 18:21) Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? {22} Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.  {23} Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos. {24} Y comenzando a hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos {25} A éste, como no pudo pagar, ordenó su señor venderle, y a su mujer e hijos, y todo lo que tenía, para que se le pagase la deuda. {26} Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. {27} El señor de aquel siervo, movido a misericordia, le soltó y le perdonó la deuda. {28} Pero saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos, que le debía cien denarios; y asiendo de él, le ahogaba, diciendo: Págame lo que me debes. {29} Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. {30} Mas él no quiso, sino fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase la deuda. {31} Viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y fueron y refirieron a su señor todo lo que había pasado. {32} Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste. {33} ¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti? {34} Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía.  {35} Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas.

Primero que nada, Jesús le dijo a Pedro que no solo debíamos perdonar a nuestros hermanos siete veces siete por sus ofensas, sino, setenta veces siete. ¿En la parábola que Jesús le compartió a Pedro como ejemplo, no debería el primer siervo haber perdonado la deuda a su consiervo, como le fue perdonada a él?

Cuando nosotros no perdonamos las ofensas de nuestros hermanos y hermanas en Cristo, y de los demás, ¡no somos agradecidos!

(Lucas 7:36)  Uno de los fariseos rogó a Jesús que comiese con él. Y habiendo entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa. {37} Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume; {38} y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume. {39} Cuando vio esto el fariseo que le había convidado, dijo para sí: Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora. {40} Entonces respondiendo Jesús, le dijo: Simón, una cosa tengo que decirte. Y él le dijo: Di, Maestro. {41} Un acreedor tenía dos deudores: el uno le debía quinientos denarios, y el otro cincuenta; {42} y no teniendo ellos con qué pagar, perdonó a ambos. Di, pues, ¿cuál de ellos le amará más? {43} Respondiendo Simón, dijo: Pienso que aquel a quien perdonó más. Y él le dijo: Rectamente has juzgado. {4}

Y vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies; mas ésta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha enjugado con sus cabellos. {45} No me diste beso; mas ésta, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies. {46} No ungiste mi cabeza con aceite; mas ésta ha ungido con perfume mis pies. {47} Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama. {48} Y a ella le dijo: Tus pecados te son perdonados. {49} Y los que estaban juntamente sentados a la mesa, comenzaron a decir entre sí: ¿Quién es éste, que también perdona pecados? {50} Pero él dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, vé en paz.

Aquí también vemos un relato de amor y de perdón. Pero algunas cosas que tenemos que entender, es que no debemos ser tan dados a murmurar, a criticar, y a juzgar, como Simón lo estaba haciendo, no solo con la mujer, sino también con el hijo de Dios. Otra de las cosas que Jesús le hizo ver a Simón fue su falta de hospitalidad, de cortesía, y de atención, pues él no recibió en su casa a Jesús con un beso, ni le dio agua para enjuagar sus pies, como se supone era la costumbre al recibir a los visitantes, ni le ungió la cabeza con aceite.

¡Cuando murmuramos, criticamos o juzgamos a los demás no somos agradecidos!

¡ Cuando nosotros no somos hospitalarios, ni tomamos cuidado de nuestros hermanos y hermanas en Cristo, no somos agradecidos!

(Lucas 17: 11-19)  Yendo Jesús a Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. {12} Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos {13} y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros! {14} Cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que mientras iban, fueron limpiados. {15} Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz, {16} y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano. {17} Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están? {18} ¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero? {19} Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado.

Cuando  hemos necesitado  ayuda, y la hemos recibido tanto de creyentes como de incrédulos, ¿cuántas veces se nos ha olvidado, o simplemente no hemos tenido la amabilidad de dar las gracias? En este relato, solamente uno de los diez que fueron sanados glorificó a Dios a gran voz, y vino a Jesús a darle las gracias, y era samaritano. Cuando a veces nosotros como cristianos ayudamos a alguien, creyente o no, y a sucedido, que el que regresa a dar las gracias, verbalmente, o con una tarjeta de agradecimiento, es el incrédulo, porque a nuestros hermanos en Cristo simplemente se les olvida.

¡Cuando no somos capaces de agradecer a otros por su ayuda, o a nuestros hermanos en Cristo por sus oraciones,  no somos agradecidos delante de Dios!

(Lucas 18: 10-14)  Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. {11} El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; {12} ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. {13} Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. {14} Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido. Cuando exaltamos a nosotros mismos no somos agradecidos.

¡Cuando nos exaltamos nosotros mismos por encima de los demás, cuando no somos humildes, no somos agradecidos!

(1 Samuel 1: 24-28)  Aconteció que al cumplirse el tiempo, después de haber concebido Ana, dio a luz un hijo, y le puso por nombre Samuel, diciendo: Por cuanto lo pedí a Jehová. {21} Después subió el varón Elcana con toda su familia, para ofrecer a Jehová el sacrificio acostumbrado y su voto. {22} Pero Ana no subió, sino dijo a su marido: Yo no subiré hasta que el niño sea destetado, para que lo lleve y sea presentado delante de Jehová, y se quede allá para siempre. {23} Y Elcana su marido le respondió: Haz lo que bien te parezca; quédate hasta que lo destetes; solamente que cumpla Jehová su palabra. Y se quedó la mujer, y crió a su hijo hasta que lo destetó. {24} Después que lo hubo destetado, lo llevó consigo, con tres becerros, un efa de harina, y una vasija de vino, y lo trajo a la casa de Jehová en Silo; y el niño era pequeño. {25} Y matando el becerro, trajeron el niño a Elí. {26} Y ella dijo: ¡Oh, señor mío! Vive tu alma, señor mío, yo soy aquella mujer que estuvo aquí junto a ti orando a Jehová. {27}
Por este niño oraba, y Jehová me dio lo que le pedí. {28} Yo, pues, lo dedico también a Jehová; todos los días que viva, será de Jehová. Y adoró allí a Jehová.

Muchos conocemos la historia de Ana, de su enorme pena al no poder concebir un hijo durante muchos años. Aquí leemos que Dios escuchó sus oraciones, y Ana concibió al hijo por el que oró con tanto fervor, pero ella fue capaz de devolver a su hijo, dedicándolo a Dios todos los días de su vida.

(1Samuel  2:1) Y Ana oró y dijo: Mi corazón se regocija en Jehová, Mi poder se exalta en Jehová; Mi boca se ensanchó sobre mis enemigos, Por cuanto me alegré en tu salvación. {2} No hay santo como Jehová; Porque no hay ninguno fuera de ti, Y no hay refugio como el Dios nuestro. {3} No multipliquéis palabras de grandeza y altanería; Cesen las palabras arrogantes de vuestra boca; Porque el Dios de todo saber es Jehová, Y a él toca el pesar las acciones.

De este relato podemos saber, que Dios siempre escucha, y siempre responde a nuestras oraciones, que necesitamos a prender a dar, así como Ana, y que debemos aprender a controlar nuestra lengua, para que no se multipliquen las palabra de grandeza y altanería, y cese la arrogancia, porque Dios no solo toma en cuenta lo que decimos, sino lo que realmente hacemos.

¡Cuando no reconocemos la capacidad ni la voluntad de Dios para oír y responder a nuestras oraciones, no somos agradecidos! ¡Cuando no damos o compartimos de lo que Dios nos abunda en nuestras vidas, no somos agradecidos! ¡Cuando llenamos nuestra boca de grandeza, altanería, y arrogancia, no somos agradecidos!

Cuando estamos molestos con los demás, incluso enojados con nosotros mismos, no estamos siendo agradecidos. Cuando estamos cansados de orar porque parece que nuestras oraciones  están tomando demasiado tiempo para ser respondidas, no estamos siendo agradecidos. Cuando nos da pereza leer la Biblia, no estamos siendo agradecidos, Cuando no estamos compartiendo de nuestra abundancia, no estamos siendo agradecidos. Cuando no andamos como es digno de la vocación con que fuimos llamados, no estamos siendo agradecidos. Cuando murmuramos, viendo las fallas de los demás, no estamos siendo agradecidos. Incluso cuando por cualquier razón nos condenamos a nosotros mismos, no estamos siendo agradecidos.

Un ejemplo muy simple y quizás muy tonto es el de un perrito, un perrito es siempre agradecido y siempre fiel, el agradecimiento y la fidelidad van de la mano. Un perrito te sigue por toda la casa, si vas al baño, a la cocina, al patio, a cualquier parte de la casa. Sin importar lo mal que alguna vez lo trates, el perrito regresará a ti, si le das de comer o no, si lo abraza o no, hasta si lo pateas, aún así volverá  a ti.

Nosotros no somos perritos, ni Dios nos maltrata ni nos atormenta, nosotros podemos pensar y entender mucho mejor que un perrito, aunque ser agradecido no es sólo decir que lo somos, es manifestarlo, haciendo todo lo que Dios nuestro Padre espera que nosotros hagamos, ¡su voluntad!

(Col. 3:12) Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia {13} soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. {14} Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. {15} Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos. {16} La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales. {17} Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.

Mi exhortación es nunca olvidar quienes somos, y que debemos hacer la voluntad de Dios en lugar de la nuestra. Somos hijos e hijas de Dios con todo poder desde lo alto; tenemos que renovar nuestras mentes continuamente, cuidarnos y soportarnos unos a otros, en amor, debemos perdonar, y cubrir las faltas de otros creyentes en lugar de magnificarlas, debemos compartir de nuestra abundancia; debemos leer la Biblia y orar en todo momento, entender que Dios es nuestra suficiencia y que Jesucristo ya lo hizo todo por nosotros, para que podamos vivir la vida abundante, y tener todas nuestras necesidades suplidas tan solo por ser agradecidos

¡Nunca debemos olvidar que lo que somos, y lo que tenemos se lo debemos a Dios nuestro creador,  y a él es a quien debemos total gratitud!

Así como el Salmo 100 dice y describe lo que realmente euscaristía es:

Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra. Servid a Jehová con alegría; Reconoced que Jehová es Dios; El nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado. Entrad por sus puertas con acción de gracias, Por sus atrios con alabanza; Alabadle [ser agradecidos], y bendecid su nombre.” 

¡Dios los bendiga!

E.S.N.

J.E.R.S.

9-07-2014

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