Hoy en día, vivimos en un mundo donde todo es rápido y gratis, tenemos servicios de correo electrónico gratuito, bebidas y comidas, bajas en calorías, azúcar y grasa, y los ojos de la gente van detrás de todo lo que tenga la palabra “gratis” en frente. La gente no quiere gastar su dinero, su tiempo, su energía, su esfuerzo, y ni siquiera quieren pensar, todo lo quieren hecho a la medida y en la boca. La tecnología es de gran ayuda, pero también promueve la pereza, no caminamos porque hay coches, no escribimos cartas porque hablar por teléfono es más rápido y más fácil, lo irónico, es que ni siquiera utilizamos los teléfonos para hablar, enviar mensajes de texto es lo que está de moda hoy. No cocinamos, porque hay montones de comida rápida en el departamento de alimentos congelados, en los súper mercados, que con solo ponerlas en el micro-ondas, la cena para toda la familia, está lista en cinco minutos. Las generaciones de jóvenes, parecieran no tener valores, moral, buenas costumbres, ni ética en lo absoluto. Pero nosotros, los creyentes cristianos si tenemos valores, moral, buenas costumbres, y ética. No somos perezosos, y sabemos que todo lo que tiene la palabra “gratis” al lado, tiene condiciones adjuntas, como las letras pequeñas que nunca leemos de las tarjetas de crédito, y es nuestra responsabilidad andar y actuar de acuerdo a nuestra creencia, fundamentada y arraigada en la verdad de la Palabra de Dios. No importa si nuestros vecinos, nuestros amigos, o nuestros familiares, quieren seguir viviendo el estilo de vida fácil que el mundo impone.
La enseñanza de hoy la escuché hace más de 25 años y se titula una vida nueva, vida que está disponible para nosotros hoy, gracias al sacrificio de nuestro Señor y salvador Jesucristo, cuando fue resucitado de los muertos.
(Lucas 24:1) El primer día de la semana, muy de mañana, vinieron al sepulcro, trayendo las especias aromáticas que habían preparado, y algunas otras mujeres con ellas. {2} Y hallaron removida la piedra del sepulcro; {3} y entrando, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. {4} Aconteció que estando ellas perplejas por esto, he aquí se pararon junto a ellas dos varones con vestiduras resplandecientes; {5} y como tuvieron temor, y bajaron el rostro a tierra, les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? {6} No está aquí, sino que ha resucitado. Acordaos de lo que os habló, cuando aún estaba en Galilea, {7} diciendo: Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado, y resucite al tercer día. {8} Entonces ellas se acordaron de sus palabras, {9} y volviendo del sepulcro, dieron nuevas de todas estas cosas a los once, y a todos los demás. {10} Eran María Magdalena, y Juana, y María madre de Jacobo, y las demás con ellas, quienes dijeron estas cosas a los apóstoles. {11} Más a ellos les parecían locura las palabras de ellas, y no las creían. {12} Pero levantándose Pedro, corrió al sepulcro; y cuando miró dentro, vio los lienzos solos, y se fue a casa maravillándose de lo que había sucedido.
El versículo diez, mencionan que estas mujeres fueron al sepulcro y no encontraron el cuerpo del Señor y estaban perplejas, pues no entendían lo que estaba pasando. Jesucristo les dijo muchas veces que él iba a morir, y que Dios le levantaría de los muertos al tercer día. Se acordaron de eso, después que esos dos varones con vestiduras resplandecientes, les dijeron lo que había sucedido en los versículos del 5 al 8. Los versículo del 9 al 11, relatan que ellas fueron a contar todas estas cosas a los apóstoles, pero no les creyeron. El versículo 12, dicen que sólo Pedro tuvo una actitud diferente. Hubo seis cosas que Pedro hizo que podemos contar en este relato:
1. El se levantó; 2. Corrió al sepulcro; 3. Miró dentro de la cueva; 4. Él vio los lienzos; 5. Se fue a casa; 6. Se maravilló de lo sucedido. Probablemente se rascaba la cabeza pensando en lo que había sucedido.
Una de las cosas que la Biblia no menciona es, si Pedro creyó. Ese fue la séptima cosa que Pedro no hizo. Probablemente te preguntas, ¿qué tiene que ver todo esto con la vida nueva? Bueno, estas mujeres en este relato, así como los apóstoles, al principio, no creyeron lo que sucedió cuando Jesús Cristo fue resucitado de entre los muertos. Vivieron con él, fueron enseñados e instruidos por él, vieron la cueva vacía y los lienzos solos, vieron a los dos varones con vestiduras resplandecientes, quienes les dijeron que Jesucristo había sido levantado de entre los muertos, y sin embargo, no creyeron. Les tomó un poco de tiempo darse cuenta de lo que había sucedido. Ellos no vieron la clase de vida que estaba disponible para ellos a partir de ese momento. Tampoco nosotros no nos damos cuenta a veces, de la clase de vida que está disponible para nosotros hoy, para disfrutar, amar, servir, dar, y enseñar a otros.
Esa vida nueva no llega a nosotros cuando compramos el boleto ganador de la lotería, o cuando nos graduamos de la universidad, o cuando nos casamos y tenemos hijos, esas cosas pudieran también representa una vida nueva, pero la nueva vida de la que estoy hablando, no viene a nosotros porque seamos buenos o malos, o porque seamos guapos y perfectos. La nueva vida llegó cuando Jesucristo resucitó de entre los muertos; ¡Sí! La resurrección de Jesucristo es la única cosa que trae una nueva vida.
(Juan 10:10) El ladrón no viene sino para hurtar, y matar, y destruir: yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
Jesucristo no solo vino para darnos vida, sino una vida mucho más abundante. Si alguien te preguntara cuál es el mejor regalo que desearías recibir ¿qué dirías? ¿Un automóvil nuevo, o un trabajo donde pudieras ganar un montón de dinero y tomar unas largas vacaciones, o una enorme mansión para ti y tu familia? Quizás estés en desacuerdo con mi respuesta, pero yo pienso que la vida de alma es el mejor regalo que pudiéramos recibir, si no tenemos vida, todo lo demás es irrelevante, no necesitamos el auto, ni el título universitario, ni la casa, ni el trabajo, ni nada. Y si la vida de alma es tan importante, al grado de saber, que sin ella nada sirve, ¿cuán importante y grandiosa crees tú, que pudiera ser la vida eterna? ¡Mucho más importante, mucho más grandiosa!
(1 Juan 2:25) Y esta es la promesa que él nos hizo, la vida eterna.
Así que Jesucristo no sólo hizo posible para nosotros una vida de alma mucho más que abundante, sino que hizo disponible para nosotros, también, la vida eterna. ¿No es genial?
Los jóvenes de hoy no tienen valores, piensan que son eternos, que nunca se enfermarán y que nunca van a morir. Piensan que pueden hacer todo tipo de locuras, y que son inmunes a todo. Ellos no se dan cuenta de lo grandioso que es tan sólo el estar vivo, y mucho menos se dan cuenta, de cuán importante y maravillosa es, la vida eterna, y eso es triste. Si un joven supiera que le queda poco tiempo de vida, les aseguro, que no pedirían un auto nuevo, o que les celebren la mejor fiesta de cumpleaños de su vida, pediría más tiempo para vivir. Como dije antes, si la vida de alma tiene un gran valor, mucho más valor tiene la vida eterna. Ahora, ¿cómo podemos obtener la vida eterna? ¡Confesando Romanos 10:9,10!
(Romanos 10: 9) que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. {10} Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.
Déjenme mostrarles lo que dice el texto Griego:
(Romanos 10:9) Que si confesares con la boca de ti (como) señor a Jesús, y crees en el corazón de ti que Dios le levantó de entre (los) muertos, serás salvo; porque con (el) corazón se cree para justicia, y con (la) boca se confiesa para salvación.
Poniendo esta traducción de Romanos10:9 en un castellano más claro, dice:
(Romanos 10:9) Que si confesares con la boca a Jesús como tu señor, y crees en tu corazón que Dios le levantó de entre los muertos serás salvo.
¿Notas la diferencia entre: “confesar que Jesús es el señor” y “confesar a Jesús como tu señor”? La diferencia está en que; al confesar que Jesús “es el señor” muchos asumen, que como en el antiguo testamento la palabra “señor” se refiere a Dios, deducen, que Jesús debe ser Dios. Por otro lado, al confesar a Jesús “cómo tu señor” no lo convierte automáticamente en Dios, sino en señor personal de tu vida, y como dice 2 Corintios 10:12 debemos llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, como señor personal de nuestras vidas.
Ahora, confesar romanos 10:9 es simple, pero algunas personas no creen que la salvación es tan simple y tratan de hacerlo más complicado, el hombre siempre se complica la existencia pues la manera en la que pensamos es complicada, pero el hecho que seamos complicados, no significa que los caminos de Dios sean también complicados. Se supone que debemos pensar como niños y creer, los niños son simples, ellos solo oran y creen que Jesucristo va a volver, no preguntan sobre la manera en la que va a suceder, simplemente oran y creen. No podemos darnos el lujo de ser complicados y tratar de analizar cómo esas cosas van a suceder. Eso le corresponde a Dios y debemos dejárselo a él, pues él sabe lo que está haciendo, seamos simples, creer y actuar es nuestro trabajo.
Las mujeres que fueron a la tumba, al igual que Pedro convivieron con Jesús, fueron enseñados por él y escucharon cuando les dijo que iba a morir, pero que resucitaría al tercer día, pero cuando hallaron la tumba vacía y vieron los lienzos solos, no recordaron ni creyeron en ese momento, aún cuando dos varones de Dios les informaron de lo que había sucedido, no creían, pero finalmente creyeron que había sido levantado de entre los muertos, y nosotros también creímos. Nosotros no vimos la tumba vacía ni los lienzos solos, pero creímos; ellos tenían la palabra hablada por el mismo Jesús; hoy nosotros tenemos la Palabra escrita de la que podemos aprender.
(Romanos 6:1) ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? {2} En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? {3} ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? {4} Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva
Estos versículos se refieren al hombre viejo y al hombre nuevo. La Palabra de Dios dice que el hombre viejo está muerto, que fue sepultado cuando Jesucristo murió, y al igual que Cristo fuimos resucitados con él, para que andemos en vida nueva. ¡La vida nueva llegó a través de la resurrección de Jesucristo! Eso es lo importante, la resurrección de Jesucristo, de allí es de donde viene la nueva vida.
El mundo celebra la Pascua; El diccionario dice que la Pascua es "un festival de la iglesia observado en el primer domingo después de la luna llena, o el siguiente después del equinoccio de primavera, en conmemoración de la resurrección de Jesucristo. Lo último que la gente busca en esto es lo que la resurrección representa y significa. El mundo organizan festivales, eventos y procesiones que pretenden emular el sufrimiento de nuestro Señor Jesucristo, desde que fue capturado, crucificado y muerto; pero todo es una farsa, porque no entienden la importancia de la resurrección con todo el poder y la liberación que vienen con ello. Y eso se debe a que el diablo tiene cautivo al mundo, en esclavitud, es oscuridad total. La resurrección es el fin de ese cautiverio, pero es nuestra decisión de creer y caminar como lo hizo Jesucristo.
(Romanos 6:5) Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; {6} sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.
Nosotros éramos esclavos de ese hombre viejo, ese viejo estilo de vida, en el que estábamos sirviendo al pecado, y eso es lo que la gente en el mundo vive, eso es todo lo que saben, nosotros también fuimos esclavos de ese hombre viejo.
(Efesios 2:1) Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, {2} en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, {3} entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. {4} Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, {5} aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos)
Por gracia somos salvos, no porque somos tan buenos, bonitos o guapos, ¡es por gracia! No teníamos nada que ver con esa gracia, pero la misericordia de Dios y el amor de Cristo Jesús por nosotros lo hizo posible. El versículo 2 habla de que en otro tiempo estuvimos siguiendo la corriente de este mundo, y el curso del mundo es como una montaña rusa; al principio puede que disfrutes de la velocidad, las curvas, las subidas y bajadas, gritas, levantas las manos, pero no puedes quedarte ahí para siempre, te enfermarías, y si tratas de permanecer por mucho más tiempo, incluso podrías morir. ¿Cuántos de ustedes han estado en una montaña rusa? ¿Por cuánto tiempo puedes tú disfrutar de ella? No por mucho tiempo, pero eso es sólo una diversión, el mundo es algo así, pero cuando una persona mantiene un estilo de vida como el de una montaña rusa durante toda su vida, no es nada divertido.
En la montaña rusa un operador maneja los controles, tú no puedes controlar nada, la velocidad, las curvas, las subidas y bajadas, y no la puedes parar cuando tú quieras, tienes que esperar hasta que el operador la detenga y te bajas de ella. Pero, ¿sabes quién opera los controles del mundo? ¡El diablo! Él es quien controla el mundo y él no conoce la palabra “parar”. Recuerda que él vino para hurtar y matar y destruir. La única cosa que puede sacarte de la corriente del mundo es confesar Romanos 10:9-10 y creerlo, entonces recibimos la oportunidad de una nueva vida. Así de poderosa es la resurrección, que puede sacarnos de la esclavitud y la oscuridad del mundo, nos puede dar una vida más que abundante, y aún más, puede darnos una vida que no tiene fin, la vida eterna.
(Efesios 2:6) y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, {7} para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. {8} Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; {9} no por obras, para que nadie se gloríe. {10} Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
Somos hechura de Dios, creados en Cristo para buenas obras. La biblia dice que ya estamos sentados en los lugares celestiales, y que tenemos ahora una nueva vida para vivir.
(2 Corintios 5:17) De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
(Romanos 6:7) Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. {8} Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; {9} sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él. {1}0 Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive. {11} Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.
Así que la Biblia dice que el viejo hombre está muerto y nuestro hombre nuevo con una nueva vida debe vivir para Dios. Tenemos que creer esto, actuar, y caminar conforme a la voluntad de Dios. Si todavía pensamos que somos demasiado malos, piensa en el apóstol Pablo, todas las cosas que hizo, él mató a la gente, él persiguió a los cristianos, él tuvo que renovar su mente y vivir una vida nueva por la gracia de Dios.
(1 Timoteo 1:12) Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio, {13} habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador; mas fui recibido a misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad. {14} Pero la gracia de nuestro Señor fue más abundante con la fe y el amor que es en Cristo Jesús. {15} Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. {16} Pero por esto fui recibido a misericordia, para que Jesucristo mostrase en mí el primero toda su clemencia, para ejemplo de los que habrían de creer en él para vida eterna.
Después de todas las cosas que Pablo hizo, obtuvo la misericordia de Dios. Ninguno de nosotros ha hecho nada parecido a lo que hizo Pablo. ¿No te parece que la gracia de Dios es más grande que cualquier pecado que hayamos cometido en el pasado? No importa lo que hicimos, o lo que fuimos, Dios nos ha llamado para buenas obras. Él ya olvidó el pasado, está bendiciendo el presente y ha asegurado el futuro porque la resurrección venció a la muerte.
(Colosenses 2:6) Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él; {7} arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias.
Esa es la vida nueva, andar en Cristo, arraigados y edificados en él, y para hacer eso tenemos que esforzarnos, inicie esta enseñanza diciendo que en el mundo de hoy, casi todo es fácil, sin esfuerzo , gratis, pero para caminar este andar, tenemos que movernos y actuar, la palabra de Dios no es una pastilla para el dolor, se requiere tiempo para que nuestra mente pueda digerir y creer, para aceptar la voluntad de Dios, la Palabra de Dios no es pasiva, tenemos que tomar acción creyente y movernos adelante, tenemos que leerla, estudiarla, y ponerla en nuestras mentes. Si queremos tener resultados y vivir ese nuevo estilo de vida que tenemos disponible ahora, gracias a la resurrección de Jesucristo, tenemos que movernos. Jesucristo vino y habló la Palabra de Dios, fue crucificado, murió por nosotros y resucitó de entre los muertos para que todos podamos vivir una nueva vida, con su muerte, puso nuestro hombre viejo bajo tierra, él si está muerto y no tiene ya dominio sobre nosotros. La resurrección, trajo a nuestras vidas al hombre nuevo. Debemos dejar que esa nueva creación se manifieste en nuestras vidas y viva, y que el estándar de un andar en Cristo sea nuestra norma para disfrutar y vivir nuestra vida nueva.
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