La fuente principal de información de este blog es La Biblia. Todas las enseñanzas compartidas aquí, son y serán principalmente basadas en la Biblia Reyna Valera Versión de 1960

Un Talento Llamado Fe Parte I.

 

Titulé esta enseñanza "Un talento llamado fe".  Porque quiero hablar de la fe haciendo alusión a la "parábola de los talentos", de lo cual hablaremos en la primera parte de esta enseñanza.


Después que Jesús fue bautizado por Juan, y llevado al desierto para ser tentado por el diablo, inmediatamente comenzó a predicar acerca del reino de Dios, llamado también el reino de los cielos, y el capítulo 13 del libro de Mateo, nos dice, que Jesús comenzó a hablar a la gente por medio de "parábolas".


(Mateo 13:1) Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar. {2} Y se le juntó mucha gente; y entrando él en la barca, se sentó, y toda la gente estaba en la playa. {3} Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar.


Es aquí donde Jesús les compartió la muy conocida "parábola del sembrador".  Aunque sus discípulos estaban intrigados y le preguntaron por qué hacía eso.


(Mateo 13:10) Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas por parábolas? {11} El respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado (dídomi) saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado (dídomi).

El reino de los cielos estaba reservado solamente para el pueblo escogido de Dios, específicamente, para aquellos que lo aceptaran y creyeran en el hijo de Dios, pero no vamos a hablar de eso ahora. 

Jesús dijo a sus discípulos que hablaba a la gente por "parábolas", porque no les era dado saber los misterios del reino de los cielos, sino solo a ellos, sus discípulos, les sería dado (dídomi). La palabra "dado", aquí,  es la palabra Griega dídomi, de la que hablaremos más adelante.


Entendamos primero, qué es una  "parábola". Traducida del Griego significa: "Similitud, comparación, o semejanza, de una narración ficticia que expresa una verdad importante o una enseñanza moral ". El diccionario de la RAE la define casi de la misma manera:  "Una narración de un suceso fingido, del que se deduce por comparación o semejanza, una  importante verdad, o una enseñanza moral". Eso es una parábola, una comparación o semejanza de una historia ficticia, no real. Muchos cristianos son engañados al hacerles creer que cada parábola que Jesús compartía era una verdad absoluta, como en la parábola del "rico y Lázaro", por ello muchos creen que cuando la gente muere se va primero a un lugar especial (el purgatorio) antes de recibir su condena, eso no es verdad.  Jesús compartió una parábola, o sea, una comparación o semejanza de una historia ficticia, no real. Lo único que es verdad en una parábola, es el principio o la enseñanza moral que se comparte. Ya que sabemos que es una "parábola",  volvamos al libro de Mateo para ver el siguiente relato, donde tenemos a Jesús nuestro Señor, haciendo una " comparación o semejanza", acerca  del reino de los cielos. Él dijo que es semejante a "un hombre que viaja a un país lejano y entrega sus bienes a sus siervos", veamos  lo que dice.


(Mateo 25:14) Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. {15} A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos. 


El mundo cristiano ha interpretado este relato de diversas maneras. Pero quiero que tú imagines a este hombre rico, que planeando viajar a un país extranjero, muy lejos del suyo, llamó a sus siervos, a quienes les entregó "sus bienes" como dice el versículo 14. La palabra "bienes" del griego, significa: "propiedad o posesiones", también significa "sustancia", que básicamente representa todo lo que una persona  tiene o posee. La palabra "entregó", es la palabra griega: paradídomi, que  aquí significa: "entregar, ceder, confiar". Entonces, imagina lo que este "hombre" hizo, antes de partir muy lejos; él "confió" todos sus "bienes" a sus siervos, en otras palabras: "puso a disposición" de ellos todas sus posesiones. Quiero que entiendas que no dice que se las "dio",  dice que: "les entrego sus bienes", porque "dar"  no es exactamente lo mismo que "entregar", al menos no en el Griego.


El versículo 15 dice que "dio", a cada uno de sus siervos algo específico, cinco, dos, y un talento, respectivamente. La palabra "dio" aquí, es la palabra griega dídomi , que significa: "dar, otorgar, ceder", muy parecida a la palabra "entregó" del versículo anterior  ¿verdad? La única diferencia entre estas dos palabras  Griegas es el prefijo "para" antes de la palabra "dídomi";  y "para" significa: "a la par, lado a lado, junto a".  Así, que, "entregar" (paradídomi),  está "a la par de dar", es  "junto a dar", está "lado alado con dar", pero no es exactamente lo mismo que "dar" (dídomi). Por eso dije que este hombre rico  "puso sus bienes a disposición" de sus siervos, pero no dice que se los "dio" para ellos; lo que  les "dio",  específicamente fueron "talentos". Cinco talentos al primero, dos talentos al segundo,  y un talento al tercero.  En el Antiguo Testamento, un "talento" era la unidad de medida de peso, bíblica, más  grande;  equivalente a aproximadamente 75 libras o 35 kilogramos de plata. Sin embargo, en los tiempos de Jesús, un "talento" no era una medida de peso en plata, sino el "talento" de los tiempos romanos, que equivalía a 6000 denarios  que era la moneda romana de la época, o 6000 dracmas, que era la moneda Griega.


Así que en  esta  historia ficticia, donde Jesús nuestro señor compara el reino de Dios con un hombre muy rico que sale de viaje a un país muy lejano al suyo, cada uno de sus siervos recibió una muy buena cantidad de dinero para esa época. El versículo 15 agrega,  que les dio a cada uno "conforme a su capacidad ". La palabra "capacidad" es la palabra griega "dúnamis", que en gran parte es traducida como "milagros".  El diccionario Bíblico Vine's, dice que, "fuerza", sería la traducción más exacta, aunque también significa: "poderío, o poder milagroso ". Ahora bien, dúnamis  proviene de la raíz Griega, dúnamai,  que significa: “ser capaz de hacer, o ser posible, poder de hacer, lo que podría ser. Básicamente describe el significado de  "poder", no en el sentido de fuerza o potencia, sino como la habilidad, física o moral que reside en una persona , el poder de hacer algo , la capacidad o habilidad de llevar algo a cabo”. Esta última definición de "poder" me llama mucho la atención, porque me expresa, que después que esos siervos  recibieron sus respectivos  talentos, el resultado que cada uno de estos siervos obtuviera, dependía de la capacidad individual que cada uno de ellos podía o no podía hacer, conforme a su propia posibilidad o poder, conforme a esa habilidad física o moral que residía en su interior, esa capacidad de llevar algo a cabo. Así, que, si lo viéramos a la luz de los tiempos de hoy, pudiéramos decir que el  primero invirtió su dinero en la bolsa de valores y ganó el doble. El segundo lo invirtió en tecnología y también duplicó su dinero, pero el tercero, simplemente decidió guardar su dinero debajo del colchón y no ganó absolutamente nada.


Muchos interpretan esta parábola como: "una lección de mayordomía, para que podamos manejar las tareas que el Señor nos ha encomendado". Otros piensan que: "solo es una exhortación a los discípulos de Jesús, para que usen sus habilidades dadas por Dios, en el servicio a Dios, y correr riesgos por el bien del reino de Dios, sugiriendo que (las habilidades personales tales como: ser hospitalario, familiar, saber cómo hacer que la gente se sienta cómoda, gente de negocios, maestros, músicos, etc.) son esos  "talentos" en el sentido cotidiano, que debemos incrementar,  así como la riqueza personal".


Otros, dicen que, "esta parábola impone sobre  Israel el peso de esa responsabilidad y las graves consecuencias de no entender y aplicar sus instrucciones, y que ese es también un mensaje para toda la humanidad, porque desde el tiempo de la creación de la humanidad, a cada individuo se le han confiado recursos de tiempo y riquezas materiales, y que todo lo que tenemos viene de Dios y le pertenece a Él, y somos responsables de usar esos recursos para que aumenten su valor. Que como cristianos, tenemos adicionalmente el recurso más valioso de todos: la Palabra de Dios. Si creemos, entendemos, y aplicamos su Palabra como buenos mayordomos, somos una bendición para los demás, y el valor de lo que hacemos se multiplica, y somos responsables ante el Señor por el uso de sus recursos".


Yo estoy completamente de acuerdo con esta última declaración, porque en realidad depende de cada uno de nosotros, como responsables del uso de lo que Dios nos ha dado, así como los siervos en la parábola eran responsables de los “talentos” que les fueron dados.


Ahora bien, ¿a quién se dirigía Jesús cuando narró esta "parábola"? ¡A Israel!  Jesús estaba predicando el reino de Dios, que anteriormente había sido ya rechazado por el pueblo Judío, cuando Juan el bautista predicó al pueblo acerca del reino de los cielos, antes que Jesús. Pero Israel hizo oídos sordos y rechazo  la invitación. A mí me parece que el siervo que escondió el "talento" debajo del colchón fue Israel, y por eso Jesús tuvo que morir para poder redimir a la humanidad, no sólo por la ceguera y terquedad de Israel, sino por la maldición que vino como consecuencia del pecado y la muerte, debido a la desobediencia de Adán.  El hombre rico de esta "parábola" se asemeja a Dios, el creador, el padre de nuestro señor y salvador Jesucristo. Ese ficticio hombre rico dio a sus ficticios siervos mucho dinero y puso a disposición de ellos todo su reino.


Pero, ¿qué podemos aprender de esta parábola? ¿ Porque debemos entender que nosotros no vivimos en un reino ficticio, ni creemos en un Dios ficticio, que nos da cosas de manera ficticia. Vivimos en un mundo real, creemos en un Dios real, que da y otorga cosas reales. Y entre las cosas reales, que Dios, a través de su hijo, Jesucristo, dio (dídomi) no solo a Israel, sino a todos nosotros, están los dones de ministerio que dio a la iglesia cristiana.


(Efesios  4:11)  Y él mismo constituyó (dídomi) a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, {12} a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,


La palabra "constituyó" es la palabra Griega dídomi (dio), y aquí dice que Dios, dio (dídomi) a la iglesia, cinco dones de ministerio, con el propósito final de  "edificar el cuerpo de Cristo", del que cada uno de nosotros, los creyentes cristianos,  somos miembros en particular. Pero estos "ministerios" no son los  "talentos" de una historia ficticia, estos "ministerios" de verdad fueron dados por Dios, no ficticiamente, sino de verdad,  fueron dados a la iglesia, para la edificación del cuerpo de Cristo, y se supone que debemos hacer algo con ellos, a excepción de esconderlos debajo del colchón.


Así, que, la moraleja, o el principio que rescatamos de la parábola de los "talentos", se puede aplicar aquí.  Pero, ¿cuál es esa moraleja,  verdad importante, o principio moral que esta parábola nos enseña? ¡Que no debemos esconder las cosas que nos ha dado Dios, sino, invertir en ellas para multiplicarlas!


Recuerdas lo que mencioné anteriormente acerca de la palabra "capacidad" (dúnamis), que proviene de: dúnamai,  que significa: “ser capaz de hacer, o ser posible, poder de hacer, lo que podría ser, y que describe lo que la palabra  "poder",  expresa? No en el sentido de fuerza o potencia, sino como la habilidad, física o moral que reside en una persona , el poder , la capacidad, o la habilidad de llevar algo a cabo”. Déjame mostrarte lo que dice el texto Griego, en Mateo 25:15:


(Mateo 25:15) Y a uno dio cinco talentos, a otro dos, a otro uno, a cada uno según la (su) propia capacidad (dúnamis), y se fue de viaje.  (Interlineal Griego - Español)


El texto Griego dice que:  "dio a cada uno, según (su) propia dúnamis  (capacidad o habilidad)", o "dio a cada uno, según (la) propia dúnamis  (capacidad o habilidad).


Así que, como dije anteriormente,  la ganancia o pérdida que resultara después de recibir esos "talentos", dependía principalmente del poder, la fuerza , o la habilidad, física o moral que residía en el interior, de cada uno de esos siervos”, y esa fue la clave para que dos de esos siervos multiplicaran sus "talentos",  y el que lo escondió, simplemente perdió todo.


Ahora, con respecto a los dones de ministerio que Dios dio (dídomi) a la iglesia cristiana, debemos entender, que cada creyente nacido de nuevo con  el espíritu santo morando en su interior, tiene la habilidad, capacidad o poder, de operar uno o más de estos ministerios, cualquiera que sea la necesidad.


Pero la gran mayoría de creyentes cristianos ni siquiera saben que esos dones de ministerio están disponibles, y mucho menos saben,  que cada creyente cristiano renacido del espíritu de Dios está capacitado para operarlos, y no solamente uno de ellos, sino cuantos sean  requeridos conforme a las necesidades de la iglesia.


Y, ¿cómo podría ser eso posible? ¿Cómo puedo yo operar más de un ministerio cuando ni siquiera sé cuál es mi llamado? ¿Cómo  saber si soy un pastor, o un evangelista, o un apóstol, o un profeta, o un maestro? ¿Cuando apenas  puedo creer lo suficiente para mantenerme a flote en la Palabra de Dios?


¿Oíste eso? Dijiste, ¿creer lo suficiente? Primero, déjame informarte que nuestro llamado, es hacer la voluntad de Dios, andar en amor, y abundar en buenas obras;  pero la función, o ministerio que tú y yo podemos, pudiéramos, o podríamos ejercer, depende de lo que acabas de expresar, ¡creer lo suficiente! Jesús dijo a sus discípulos en el evangelio de Lucas, que si tan solo tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza desarraigarían árboles y los plantarían en el mar y obedecerían. En el evangelio de Mateo les dijo que si hubiesen tenido fe del tamaño de un grano de mostaza removerían montes y nada les sería imposible, lo que significa que algunos de ellos creían, si, pero no tenían fe, porque es la fe, lo que activa nuestra creencia.


¡Tenemos que creer, más que lo que hemos creído hasta ahora, para operar cualquiera de estos  ministerios, ellos están ahí, pero tenemos que creer más que tan solo para mantenernos a flote en la Palabra de Dios! Es exactamente lo mismo que con la operación de las nueve manifestaciones del espíritu santo, ¿cuántas de ellas podemos operar? ¡La Biblia dice que podemos operarlas todas! ¿Se ha desarrollado tu creencia lo suficiente para hacer eso? ¡Bueno, eso también depende del  dúnamis,  poder, fuerza, o  habilidad de cada creyente cristiano, hombre o mujer!


La creencia es un ingrediente muy importante dentro de la fórmula cristiana para llevar a cabo las cosas que Dios quiere que realicemos, y en la segunda parte de esta enseñanza me enfocaré más en ella.


En resume, vimos que cuando Jesús comenzó a predicar el reino de Dios, al pueblo de Israel, habló a la gente por parábolas, y explicó a sus discípulos, porque hacía eso, y a quién estaban reservados los misterios acerca del reino de los cielos. Vimos que una "parábola" es: "una narración ficticias que se compara o se asemeja  a otra, expresando una importante verdad. Vimos que en la parábola de los talentos, el hombre rico se asemeja a Dios, el creador, el padre de nuestro señor y salvador Jesucristo, quien como un hombre rico, dio, a sus ficticios siervos mucho dinero, conforme a la capacidad individual de cada uno de ellos, y puso también a disposición de ellos todo su reino.  Vimos que la ganancia o pérdida resultante, después de recibir esos "talentos", dependía principalmente del dúnamis, el poder, la fuerza , la capacidad o habilidad, física o moral que residía en el interior, de cada uno de esos siervos”, y que la moraleja, la importante verdad o principio moral que aprendimos de esta parábola es:  Que debemos invertir en las cosas que Dios nos da para aumentarlas, y nunca esconderlas.


Vimos que Dios "dio" (dídomi) a la iglesia cristiana, no ficticiamente, sino en realidad, cinco dones de ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, y que todo creyente cristiano renacido del espíritu de Dios, está capacitado para operar no solo uno, sino todos los dones de ministerio, dependiendo de las necesidades de la iglesia, así como también la habilidad de operar las nueve manifestaciones del don del espíritu santo.


Y finalmente, mencioné, que la creencia, es un ingrediente muy importante dentro de la fórmula cristiana, para llevar a cabo las cosas que Dios nos dice que podemos y debemos hacer, y que la fe es lo que nos ayuda a aumentar nuestra creencia, de lo cual hablaremos en la segunda parte de esta enseñanza, hasta entonces. 


¡Dios los bendiga!


E. S. N.


J.E.R.S.


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