Quiero compartir
acerca del hablar, específicamente acerca de lo que declaramos o hablamos cada
día, para entender, cómo el poder de las palabras puede usarse para bendecir o
para destruir. El poder que tienen las
palabras es impresionante; por ejemplo, son mucho más efectivas que las armas
para motivar a las personas. El hombre natural, y, por desgracia, el “creyente
cristiano” promedio, son bombardeados
con palabras negativas durante todo el día y nunca considera el maravilloso
potencial positivo escondido en sus labios.
(Romanos 10:9)
Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu
corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
Nuestro andar
con Dios comienza con una confesión, algo que nosotros mismos declaramos nos
integra a la familia de Dios, confesar a Jesús como nuestro señor personal y
creer en nuestro corazón que Dios lo levantó de entre los muertos nos convierte en seguidores de Cristo, en sus
discípulos, y como tales, debemos sujetarnos a su señorío.
(2 Corintios 10:5)
Derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el
conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a
Cristo,
Confesar a Jesús
como nuestro Señor personal es sólo el comienzo, pero para continuar en un andar
positivo y tener éxito en todo lo que nos propongamos, debemos ser obedientes a
él y someter nuestra altivez, nuestro
orgullo, nuestro ego, cualquier cosa que sea contraria a la voluntad de Dios y su
Palabra, siendo mansos y humildes; sometiendo todo pensamiento a la obediencia
a Cristo.
En el curso de
nuestro día somos sometidos a variados fragmentos de conversaciones,
discusiones, discursos, etc. Por lo que nuestro andar y nuestro éxito depende
de lo que confesamos, declaramos o hablamos cada día de nuestras vidas.
La Palabra de
Dios nos muestra cómo usando solo palabras, podemos afectar positiva o
negativamente a aquellos que escuchan lo que decimos o declaramos.
(Proverbios
18:20) Del fruto de la boca del hombre se llenará su vientre; Se
saciará del producto de sus labios. {21} La muerte y la vida están en
poder de la lengua, Y el que la ama comerá de sus frutos.
¡Aquí podemos
ver el efecto nocivo o positivo que pueden tener el producto de nuestros labios!
¿Quieres estar
lleno y satisfecho? ¡Cuida el fruto de tu boca! ¡Habla la Palabra de Dios!
¿Amas el poder de la lengua? ¡Ten cuidado! ¡Porque el resultado final puede no
ser una bendición en absoluto!
(Proverbios
15:23) El hombre se alegra con la respuesta de su boca; Y la palabra
a su tiempo, ¡cuán buena es!
La alegría y la
bondad moran en una persona de buen hablar. La Palabra de Dios es lo mejor que
podemos declarar siempre y en todo momento, en ella hay gozo, bondad, paz,
abundancia, seguridad, y todas las bendiciones de nuestro padre celestial.
Aunque no todo el mundo se sujeta a la obediencia a
Cristo, pues su altivez, su orgullo y su ego, los llevan a renunciar a Dios al grado incluso de negar su existencia.
(Salmos 10:4) El
malo, por la altivez de su rostro, no busca a Dios; No hay Dios en ninguno
de sus pensamientos. {5} Sus caminos son torcidos en todo tiempo; Tus
juicios los tiene muy lejos de su vista; A todos sus adversarios desprecia. {6} Dice en su corazón: No seré movido
jamás; Nunca me alcanzará el infortunio. {7} Llena está su boca de
maldición, y de engaños y fraude; Debajo de su lengua hay vejación y
maldad. {8} Se sienta en acecho cerca de las aldeas; En escondrijos
mata al inocente. Sus ojos están acechando al desvalido; {9} Acecha
en oculto, como el león desde su cueva; Acecha para arrebatar al
pobre; Arrebata al pobre trayéndolo a su red. {10} Se encoge, se
agacha, Y caen en sus fuertes garras muchos desdichados. {11} Dice en
su corazón: Dios ha olvidado; Ha encubierto su rostro; nunca lo
verá.
Estos versículos
describen a los malos; los altivos, aquellos que ni siquiera piensan en Dios, y
creen que pueden salirse con la suya cuando cometen males. Pero, ¿Qué pasa con los fieles, cuando llena
sus mentes de vanidad en lugar de llenarlas con la Palabra de Dios?
(Salmo 12:1) Salva,
oh Jehová, porque se acabaron los piadosos; Porque han desaparecido los
fieles de entre los hijos de los hombres. {2} Habla mentira cada uno con
su prójimo; Hablan con labios lisonjeros, y con doblez de corazón. {3}
Jehová destruirá todos los labios lisonjeros, Y la lengua que habla
jactanciosamente; {4} A los que han dicho: Por nuestra lengua
prevaleceremos; Nuestros labios son nuestros; ¿quién es señor de
nosotros? {5} Por la opresión de los pobres, por el gemido de los
menesterosos, Ahora me levantaré, dice Jehová; Pondré en salvo al que
por ello suspira.
{6} Las palabras de Jehová son palabras limpias, Como plata refinada en horno de tierra,
Purificada siete veces.
{6} Las palabras de Jehová son palabras limpias, Como plata refinada en horno de tierra,
Purificada siete veces.
¡No hay nada más
puro que la Palabra de Dios para llenar nuestras vidas! No sólo la nuestra sino
la vida de aquellos a quienes la hablamos, así que debemos declarar la Palabra
todo el tiempo, el hacerlo en voz alta permite que uno de nuestros cinco
sentidos (el oído) registre las palabras y refuerce el impacto.
¡Cuando hablamos
la Palabra de Dios podemos alimentar a muchos!
(Proverbios
10:21) Los labios del justo
apacientan a muchos, Mas los necios mueren por falta de
entendimiento. {22} La bendición de Jehová es la que enriquece, Y no
añade tristeza con ella.
La Biblia Lamsa
dice: (Proverbios 10:22) La bendición del Señor traerá riquezas, y no habrá tristeza en ellas.
Solo los que se
han enriquecido sin las bendiciones de Dios viven en atemorizados y en zozobra, cuando las bendiciones de Dios te traen
riquezas no hay razón para temer y estar mentalmente distraído. ¡Habla y
declara la Palabra de Dios!
(Proverbios
12:17) El que habla verdad declara justicia; Mas el testigo mentiroso,
engaño. {18} Hay hombres cuyas palabras son como golpes de
espada; Mas la lengua de los sabios es medicina.
{19} El labio veraz permanecerá para siempre; Mas la lengua mentirosa sólo por un momento.
{19} El labio veraz permanecerá para siempre; Mas la lengua mentirosa sólo por un momento.
¿Por qué mentir
entonces? ¡La verdad no se puede ocultar, especialmente la verdad de la Palabra
de Dios, que es justa y da sabiduría a los que la buscan! El libro de Santiago habla
acerca de la lengua.
(Santiago 3:5) Así
también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He
aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego! {6} Y la lengua es un
fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y
contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es
inflamada por el infierno. {7} Porque toda naturaleza de bestias, y de
aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la
naturaleza humana; {8} pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un
mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal. {9} Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres,
que están hechos a la semejanza de Dios. {10} De una misma boca proceden
bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.
Como creyentes
cristianos debemos siempre hacernos responsables por lo que hablamos o
declaramos, pensar que nuestras palabras, pueden bendecir o maldecir, y debemos
sobre todo ser cuidadosos cuando compartimos la Palabra de Dios. Recuerda lo
que leímos en Proverbio 18:21
(Proverbios
18:21) La muerte y la vida están en poder de la lengua, Y el que la ama
comerá de sus frutos.
¡Cualquier cosa
que hables producirá frutos, los resultados serán una consecuencia de lo que
declaremos! ¡Procuremos pues hablar
palabras de vida, porque sólo algo que tiene vida puede dar frutos!
(Juan 6:63) El
espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo
os he hablado son espíritu y son vida.
La frase “…son
espíritu y son vida” nos muestra una figura de construcción llamada “Endíadis.”
Las figuras de construcción o figuras literarias, son marcas que Dios puso en
su Palabra para dejarnos saber que tal versículo o tal tema, es de gran importancia, y es necesario que nosotros lo entendamos.
“Endíadis” es una figura retórica que consiste en
denominar un solo concepto con dos palabras unidas por una conjunción
coordinada, en un sentido figurado es como la unión de dos ríos que convergen
para ensanchar el cauce del rio que alimentan. La frase “…son espíritu y son
vida” literalmente significa: “…son vida espiritual."
Otro versículo
que nos muestra esta maravillosa figura literaria es Juan 4:24.
(Juan 4:24) Dios
es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que
adoren.
“Endiádis” nos
enseña que Dios es espíritu, y tenemos que adorarlo “espiritualmente en verdad
o verdaderamente en espíritu.”
Pensemos pues que
las palabras que hablamos traen consecuencias, y que en la lengua tenemos el
poder de dar vida o de quitarla, pero solo la Palabra de Dios puede dar vida, y
cuando la declaramos estamos llevando la vida a la mente de otros
¿Recuerda lo que
Jesús dijo a Satanás cuando pasó 40 días y 40 noches en el desierto?
(Mateo 4:4) Él
respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda
palabra que sale de la boca de Dios.
Tenemos la
Palabra para hablarla, para declararla, para compartirla unos con otros, para crecer
y edificarnos en amor.
(Efesios 4:15) sino que siguiendo la verdad en amor,
crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, {16} de
quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas
que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su
crecimiento para ir edificándose en amor.
El texto Griego
lee: “sino que hablando verdad en amor…” ¡Dios quiere que hablemos la verdad de
su Palabra!
(1 Juan 2:5)
Pero el que guarda su palabra, en él se perfecciona el amor de Dios: por esto
sabemos que estamos en él. {6} El que dice que permanece en él, debe andar así,
así como anduvo.
“Guarda” aquí significa:
estar alerta, prevenir, o evitar que escape de nuestras mentes, como una
guardia militar que defiende una fortaleza.
¡Así es como debemos guardar la Palabra de Dios en nuestros corazones!
“Permanece”
significa: morar, mantenerse, continuar. ¡Si decimos que permanecemos en Cristo
también debemos andar como él, hablando la verdad en amor!
(1 Juan 4:18) En
el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el
temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el
amor. {19} Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero.
Si queremos ser
perfectos debemos manifestar el amor de Dios, y solamente en la Palabra de
Dios podemos hallar la verdad y el amor, por eso debemos
estudiarla diariamente. ¡Entonces podremos declararla!
(Mateo 12:34) O haced el árbol bueno, y su fruto bueno, o
haced el árbol malo, y su fruto malo; porque por el fruto se conoce el
árbol. {34} ¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo
malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca. {35} El hombre
bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal
tesoro saca malas cosas. {36} Mas yo os digo que de toda palabra ociosa
que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. {37}
Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.
¿Puedes ahora
entender la magnitud de lo que significa cada vez que abrimos la boca y
hablamos?
¿Hablas tú palabras
ociosas, que tipo de fruto producen tus labios, de qué clase de abundancia habla
tu boca, que tipo de tesoro hay en tu corazón?
“De la
abundancia del corazón habla la boca.” El corazón al que nuestro señor
Jesucristo se refiere es el corazón de la mente, de donde nacen los
pensamientos. ¿Qué tipo de abundancia tienes en tu corazón? ¿La abundancia de la
Palabra de Dios o las vanidades del mundo?
(Mateo 7:15) Guardaos
de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por
dentro son lobos rapaces. {16} Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se
recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? {17} Así, todo buen
árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. {18} No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos
buenos. {19} Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el
fuego. {20} Así que, por sus frutos los conoceréis.
Podemos ver el
fruto como el producto de nuestros labios, la consecuencia de lo que declaramos,
y los falsos profetas se reconocen fácilmente por el fruto que han producido,
solamente mira su estilo de vida y observa el resultado de lo que han cosechado
con su palabrería, ellos ya tienen su recompensa, pero tú no permitas ser
engañado por ellos.
¡Tienes que entender
lo que realmente representa declarar la Palabra de Dios correctamente dividida!
No olvides que
el diablo es el dios de este mundo y es el gran acusador, él tratará de hacerte
tropezar, de hacerte caer, te engañará para lograr que te enojes con otros e
incluso contigo mismo, y digas cosas que no son una bendición porque perdiste
el control de tu mente y comenzaste a maldecir en lugar de bendecir.
Las palabras que
hablamos tienen valor, que aunque limitado, pueden afectar la vida de los
demás, pero solo la Palabra de Dios tiene el poder y la autoridad de discernir
los pensamientos y las intensiones del corazón.
(Hebreos 4:12)
Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda
espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las
coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del
corazón.
Dios conoce
nuestras limitaciones, pero sabe que tenemos la habilidad de caminar con él, si
lo deseamos, y caminará con nosotros si se lo permitimos.
Dondequiera que vayamos, llevamos nuestras
mentes y nuestras bocas con nosotros. Hay poder en nuestras palabras cuando
hablamos, si hablamos positiva o negativamente, vamos a afectar a alguien de
alguna manera, principalmente a nosotros mismos. Hablamos todo el tiempo porque
es una necesidad, es la mejor manera de comunicarnos y conocer a las personas,
pero debemos ser lo suficientemente sabios para saber qué y cómo hablar.
Tenemos que
elegir si usamos el poder de la lengua para destruir, o para traer vida, y no únicamente
vida, sino vida espiritual, porque eso es lo que la Palabra de Dios trae,
porque eso es lo que la Palabra de Dios representa, eso es lo que la Palabra de
Dios es. ¡Vida!
¡Dios te
bendiga!
E. S. N.
J. E. R. S.
Mayo 15, 2017
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