Hoy voy a compartir acerca de diligencia, pero vamos a comenzar con un pequeño relato en el libro de Lucas.
(Lucas 12: 16) También les refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había producido mucho. {17} Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos? {18} Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; {19} y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. {20} Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? {21} Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios.
Recuerda que esto es solo una parábola, donde se nos exhorta a ser ricos para Dios, y a poner la mira en las cosas de arriba. Vean el versículo 22:
(Lucas 12:22) Dijo luego a sus discípulos: Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por el cuerpo, qué vestiréis.
Como seres humanos, siempre estamos pensando en las necesidades básicas de la vida; el sustento, el vestido, y el techo. Vean el versículo 29:
(Lucas 12:29) Vosotros, pues, no os preocupéis por lo que habéis de comer, ni por lo que habéis de beber, ni estéis en ansiosa inquietud. {30} Porque todas estas cosas buscan las gentes del mundo; pero vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de estas cosas.
Dios sabe y conoce nuestras necesidades, y él dice que tomará cuidado de cada una de ellas, si hacemos una sola cosa.
(Lucas 12:31) Mas buscad el reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas. {32} No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino.
Así como Jesús les dijo a sus discípulos que no se preocuparan por las necesidades de la vida, Dios tampoco quiere que nosotros, sus hijos, estemos afanados por lo mismo, él quiere que establezcamos prioridades, que primero busquemos su Palabra y hagamos su voluntad, él se encargará de suplir cada necesidad en nuestras vidas. Los versículos 31 y 32 hablan de un reino que estaba disponible cuando el rey estaba presente aquí en la tierra, ahora ese reino ya no está disponible, pero la Palabra de Dios y las bendiciones de Dios si están disponibles hoy.
(Lucas 12:34) Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
En la enseñanza que compartí anterior a esta, hable acerca de lo importante que nuestro corazón es para Dios, y nuevamente aquí, en Lucas 12:34 se resalta la importancia del corazón para nuestro andar como creyentes cristianos renacidos del espíritu de Dios.
¿Cuál es tu prioridad? ¿Dónde está tu tesoro? ¡Porque ahí es donde tu corazón está! ¿Está tu corazón tratando de almacenar todo lo que tu suelo produce, como el hombre rico de la parábola? ¿O estás afanado pensando lo que vas a comer, beber, o vestir? ¿Tal como las naciones del mundo ansían y exigen todas esas cosas? ¿Dónde pues está tu corazón? Porque el corazón de la mente, espiritualmente, es la parte más importante de nuestro ser.
(Proverbios 4:23) Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.
E. W. Bullinger resalta la idea, de que "Por encima de todo, debemos proteger nuestro corazón, como una gran ciudadela, como una fortaleza, como el último lugar seguro para nuestra supervivencia.
¡Nuestro corazón es el lugar más seguro para nuestra supervivencia, porque de él mana la vida!
(Romanos 12:5) así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros. {6} De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; {7} o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; {8} el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría. {9} El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno. {10} Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros. {11} En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor
Este pasaje de Romanos 12 habla de solicitud, de diligencia, ambas palabras son sinónimas y son traducidas de la palabra Griega spoudé.
¿Es esta diligencia o solicitud, exigida únicamente para los creyentes en posición de liderazgo? ¡No! Todos los creyentes cristianos somos parte del cuerpo de Cristo, y miembros los unos de los otros. ¡Todos debemos servir al Señor con diligencia, en todo lo que hagamos, y no ser perezosos!
¿Qué es la diligencia? En términos legales significa: prisa o premura, es la atención y el cuidado legal que se espera de una persona como parte de un contrato. Pero lo que la diligencia representa, básicamente es: " Tomar pronta acción con relación a la brevedad del tiempo" (No sabemos cuándo Jesucristo retorne)
Así que, esa es la manera en que cada creyente cristiano debe servir a nuestro Padre Celestial. Con la prisa, con la atención y cuidado que se espera de nosotros como hijos de Dios, no siendo perezosos (arrastrando los pies) en la obra del ministerio, sirviéndole a él.
Espiritualmente hablando, deberíamos resplandecer, y con ardiente celo hablar y compartir todo lo relacionado con el movimiento de la Palabra de Dios.
(2 Corintios 8:7) Por tanto, como en todo abundáis, en fe, en palabra, en ciencia, en toda solicitud, y en vuestro amor para con nosotros, abundad también en esta gracia
Dios quiere que abundemos en todo y seamos diligentes en toda gracia.
(Hebreos 6:9) Pero en cuanto a vosotros, oh amados, estamos persuadidos de cosas mejores, y que pertenecen a la salvación, aunque hablamos así. {10} Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún.
Cualquier cosa que hagamos, no pasará desapercibida para Dios, Él sabe lo que hacemos y conoce nuestro trabajo.
(Hebreos 6:11) Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin, para plena certeza de la esperanza, {12} a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas.
Una vez más nos encontramos con la advertencia de no ser perezosos, sino solícitos hasta el fin, ser perezosos es justo lo contrario a ser diligentes. La pereza nos hace infructuosos, y todo el conocimiento que tenemos no tiene ningún efecto, si no lo aplicamos.
(2 Pedro 1:1) Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que habéis alcanzado, por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo, una fe igualmente preciosa que la nuestra: {2} Gracia y paz os sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús. {3} Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, {4} por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia
¿Recuerdas que en Lucas 12, Jesús estaba hablando acerca del reino? Bueno, eso no está disponible en la actualidad, ¡pero las promesas de Dios si lo están! ¡Y la Palabra de Dios dice, que Dios no sólo nos dio todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad, sino preciosas y grandísimas promesas!
La diligencia es una característica que debemos practicamos todos los días, hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo. Pero la diligencia no trabaja sola, hay otras características que deben acompañar a la diligencia, y debemos incluir también en nuestro andar.
(2 Pedro 1:5) vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; {6} al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; {7} a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.
Estos versículos nos muestran las características compañeras de la diligencia, y nos exhortan, a añadir cada una de ellas a nuestra fe (creencia) en nuestro diario andar.
La palabra virtud aquí significa excelencia, valor, hombría; básicamente, tiene que ver con tener el valor o la hombría de anunciar con excelencia, el evangelio de la Palabra de Dios.
El conocimiento se refiere al entendimiento de la Palabra de Dios, correctamente dividida, saber qué es lo que la Biblia dice, porqué lo dice, dónde lo dice, cómo lo dice y a quién se lo dice. No tiene nada que ver con el conocimiento de las cosas del mundo.
El dominio propio es la templanza, que a su vez es un fruto del espíritu. Esta característica nos enseña, que somos nosotros los que debemos controlar nuestras vidas, nuestro carácter, nuestras pasiones, nuestros deseos, y nuestras emociones. Nos enseña que nosotros debemos dominar todo eso y no permitir que todo eso nos domine a nosotros.
La paciencia es la característica incansable de saber esperar, de ser constantes y perseverar, de no rendirse a los deseos de la desesperación y la ansiedad, es la característica fundamental que nos ayuda a no estar afanados por nada.
La piedad es la característica hermana de la misericordia y la compasión, nos ayuda a considerar a los indefensos, a los humildes, y a los que nos ofenden.
El afecto fraternal es simplemente amor fraternal, es el afecto que podemos sentir por nuestros padres, hermanos, hijos, familiares y amigos, es el amor por la humanidad.
El amor, se refiere específicamente al amor de Dios en la mente renovada en práctica, al más grande amor, al código de conducta del creyente cristiano, que describe cada una de sus características en 1 Corintios 13.
La diligencia tiene que ir acompañada de todas estas características, y más aún, todas ellas deben abundar en nuestro andar para que nuestro trabajo no sea infructuoso.
(2 Pedro 1:8) Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. {9} Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta; es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados. {10} Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás
Yo quiero hacer firme mi vocación y mi elección, yo no quiero caer. ¿Qué quieres tú?
¡No debemos ser no perezosos sino diligentes en la obra de Dios! ¿Queremos abundancia y no estar afanados por las necesidades básicas de la vida? ¿Qué pasa con las preciosas y grandísimas promesas de Dios? ¡Ya las tenemos! ¡Dios nos ha dado todas las cosas que pertenecen a la vida ya la piedad!
Debemos ser diligentes, debemos tomar acción con respecto a la brevedad del tiempo en todo lo que hagamos, sirviendo al Señor, debemos resplandecer espiritualmente, y hablar con vehemencia el ministerio de la reconciliación. ¡No solo debemos hacerlo, necesitamos hacerlo!
El mundo de hoy es un caos total, y el adversario continúa atacándonos tratando de impedir que hablemos la Palabra de Dios. ¿Dónde está tu tesoro? ¡Porque ahí está también tu corazón!
¿Quieres tener una vida real?!No hagas tesoros aquí en la tierra, se rico para Dios! ¡Cualquiera que sea tu ministerio, o tu función en el cuerpo de Cristo, no arrastres los pies! ¡Se diligente en todo lo que hagas!
Para terminar, solo quiero leer una traducción literal del hebreo de Proverbios 4:23, porque además de comunicar la premura que debemos aplicar al movimiento de la Palabra de Dios, también nos enseña porqué es importante nuestro corazón para Dios nuestro Padre Celestial, y muestra la recomendación que él en su amor, en su misericordia, y su gracia nos ofrece.
Traducción literal del hebreo:
(Proverbios 4:23) Guardada tu corazón con toda diligencia, Porque de él mana la vida.
La versión Reina-Valera nos dice que sobre toda cosa guardada guardemos nuestro corazón, lo que significa que antes que nada, antes que cualquier cosa, protejamos nuestro corazón, porque es el lugar más seguro para nuestra supervivencia, pues de él mana la vida. La versión en hebreo simplemente agrega, que para proteger nuestro corazón, debemos también ser diligentes.
¡Pon atención a tu vida y protege diligentemente lo más importante de tu ser, la Palabra de Dios, y tu corazón!
I.H.N.
J.E.R.S.
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