La fuente principal de información de este blog es La Biblia. Todas las enseñanzas compartidas aquí, son y serán principalmente basadas en la Biblia Reyna Valera Versión de 1960

Continuando con nuestro estudio sobre upotásso, veremos lo que las epístolas dicen sobre las mujeres, y porqué los creyentes cristianos debemos someternos unos a otros en respetuosa obediencia a Cristo. Por favor tomen sus Biblias y vamos a:

 (1 Corintios 14:29) Asimismo, los profetas hablen dos o tres, y los demás juzguen. {30} Y si algo le fuere revelado a otro que estuviere sentado, calle el primero. {31} Porque podéis profetizar todos uno por uno, para que todos aprendan, y todos sean exhortados. {32} Y los espíritus de los profetas están sujetos (upotásso) a los profetas; 

Estos versículos hablan de operar las manifestaciones del espíritu santo, un tema que es poco entendido en el mundo cristiano hoy, y que veremos con más detalle en otra ocasión. Hoy solo quiero que entiendan que el espíritu santo del que aquí se habla, es el “don” que Dios hizo disponible a todo el que confiesa a Jesucristo como su señor (Romanos 10:9). Este “don” del espíritu santo es como una caja de herramientas, donde se incluyen nueve maravillosas herramientas que el creyente cristiano, renacido del espíritu de Dios debe manifestar para andar en poder, estas herramientas son: Diversos géneros de lenguas (hablar en lenguas), lenguas con interpretación, la manifestación de profecía (no el ministerio de profeta), palabra de ciencia, palabra de sabiduría, discernimiento de espíritus, fe (la manifestación de creencia),  milagros, y dones de  sanidad.  Los capítulos 12, 13, y 14 de libro de 1 Corintios, hablan y enseñan acerca de ese maravilloso tema.

En 1 Corintios 14, en los versículos del 29 al 32, se habla de la manifestación de profecía, no del ministerio de un profeta. Y el espíritu al que se refiere es el “don” del espíritu santo, que mora en nuestro interior, y está sujeto a la persona que lo opera. Este versículo demuestra que Dios no posee a la gente, y que tenemos la libre voluntad de decidir. 

El versículo 32 claramente dice, que el espíritu es quien está sujeto a quien opera la manifestación de profecía, nuevamente aclaro, que no se refiere al ministerio de un profeta, sino, a una de las nueve manifestaciones del espíritu santo que es; palabra de profecía. Esos “cristianos” que dicen que el “espíritu” los sacudió tan fuerte que los tiró al suelo, o “el espíritu me dijo que le dijera hermano…”, simplemente están inventando, o contradiciendo lo que la Palabra de Dios enseña. 

Es importante saber quién está en control, y nosotros los creyentes cristianos, tenemos la capacidad de operar las manifestaciones del espíritu santo a voluntad. Dios es espíritu y es santo, y en muchas partes de la Biblia cuando se refiere al espíritu santo se refiere a Dios, pero en este caso re refiere al “don” del espíritu santo que Dios nos dio. Y ése espíritu santo está sujeto a quien lo opera, ¿no es maravilloso?

(1 Corintios 14:34) vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas (upotásso), como también la ley lo dice.

Ahora es el turno de las mujeres, y este versículo dice que las mujeres deben permanecer en silencio en la iglesia, como también lo dice la ley. 

Pensé que la única ley que aplica a los creyentes cristianos es la ley del amor. Entonces, ¿a qué ley se refiere? ¿Aplica esta ley sólo a las mujeres creyentes, o a todas las mujeres en general? Si aplicamos el principio de a quién está escrito, podríamos decir que este versículo está escrito sólo a creyentes cristianos, porque dice: "en las congregaciones," ¿verdad? Pero, ¿es esta ley algo que aún está vigente, o es algo que ya expiró?

Primeramente debemos considerar y entender que Dios estableció leyes fundamentales que aplican a toda la humanidad, como la ley de la creencia, como el hecho de que el sol sale para buenos y malos, y que la lluvia cae sobre creyentes e incrédulos. Aunque también estableció leyes específicas para el pueblo judío, entre las que se encuentran los diez mandamientos. Por favor, vayan a:

(Génesis 3:16) A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti. 

"... Tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará sobre ti".

Mucho antes que el pueblo judío apareciera en la historia de la humanidad, Dios le dijo eso a Eva, cuando fue engañada por la serpiente, y dio de comer a Adán del árbol que se les dijo que no comieran.  Esta ley de: “…tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará sobre ti”, está vigente y aplica a toda mujer en el mundo entero, creyente o no creyente. Pero ya hemos visto que los no creyentes no se sujetan a la Palabra de Dios, es por eso que vemos tantos matrimonios rotos hoy en día. La gente que no conoce  la Palabra de Dios, no tiene ni idea de lo que un principio divino es, simplemente ignoran la voluntad de Dios. Tristemente, aún matrimonios cristianos se separan ignorando lo que establecen las sagradas escrituras. Pero en un matrimonio de creyentes cristianos, donde el hombre y la mujer conocen la Palabra de Dios y tratan de vivir sus vidas guiados por ella, la mujer debe sujetarse a su marido con el fin de agradar a Dios, el simple hecho de no obedecer a su marido es una clara actitud de rebelión en contra de Dios. Así que cuando una mujer cristiana no se sujeta a su marido, también cristiano, no es a él a quien ella rechaza, sino a Dios. ¿Por qué digo eso?

(1 Corintios 11:1) Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo. {2} Os alabo, hermanos, porque en todo os acordáis de mí, y retenéis las instrucciones tal como os las entregué. {3} Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo.

¡Porque el varón es la cabeza de la mujer, y además es imagen y gloria de Dios!

(1 Corintios 11:7) Porque el varón no debe cubrirse la cabeza, pues él es imagen y gloria de Dios; pero la mujer es gloria del varón.

Este versículo resalta el hecho de que el hombre es imagen y gloria de Dios, y aunque la mujer es gloria del varón, establece el hecho de que la mujer tiene que sujetarse a su marido, porque el hombre es  imagen de Dios. “Imagen” aquí, figurativamente hablando, significa: representación, por lo tanto, el hombre es la representación de Dios para la mujer. La palabra “gloria” significa: dignidad, honor. Así que cuando la mujer no se sujeta a su marido, ella lo rechaza como representante de Dios y también trae deshonra a su vida.
     
En el versículo 2 Pablo habla de “retener las instrucciones”, ésta es la palabra griega parádosis, que significa: precepto; ordenanza, tradición, instrucción. En los evangelios es mayormente traducida haciendo referencia a las tradiciones de hombres, adoptadas por los líderes judíos, contrarias a los mandamientos de Dios. Veamos algunos ejemplos:

(Mateo 15:1) Entonces se acercaron a Jesús ciertos escribas y fariseos de Jerusalén, diciendo: {2} ¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición (parádosis) de los ancianos? Porque no se lavan las manos cuando comen pan. {3} Respondiendo él, les dijo: ¿Por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios por vuestra tradición (parádosis)?

Pablo mismo declara que él era un celoso seguidor de las tradiciones judías.

(Gálatas 1:13) Porque ya habéis oído acerca de mi conducta en otro tiempo en el judaísmo, que perseguía sobremanera a la iglesia de Dios, y la asolaba; {14} y en el judaísmo aventajaba a muchos de mis contemporáneos en mi nación, siendo mucho más celoso de las tradiciones de mis padres.

Pero también declara que eso era antes de recibir el evangelio de Jesucristo. La doctrina que enseñó a todas las iglesias a lo largo de su ministerio.

(Gálatas1:11) Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según hombre; {12} pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo. 

Y nos advierte que no nos dejemos engañar por las tradiciones y doctrinas de hombres.

(Colosenses 2:8) Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo. 

(2 Tesalonicenses 2:15) Así que, hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra. 

(2 Tesalonicenses 3:6) Pero os ordenamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de todo hermano que ande desordenadamente, y no según la enseñanza que recibisteis de nosotros.

Parádosis es traducida como “tradiciones” en Colosenses 2:8; como “doctrina” en 2 Tesalonicenses 2:15; como “enseñanza” en 2 Tesalonicenses 3:6; y como “instrucciones” en 1 Corintios 11:2. Los traductores realmente usaron la palabra que quisieron, donde quisieron, y cuando quisieron. Por eso tenemos que estudiar la Palabra de Dios, ver el contexto, y asegurarnos que los versículos estén en armonía con el resto de las escrituras. El siguiente versículo muestra las “instrucciones” a las que Pablo se refiere, con respecto a la manera de conducirse de las mujeres en la congregación.

(1 Timoteo 2:11) La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción (upotásso). {12} Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio. 

Así es como las mujeres cristianas deben comportarse, en la congregación, y aprender en silencio, con toda sujeción, la Palabra de Dios. Pablo escribió esto en su carta a Timoteo, diciendo a las mujeres cristianas, que no trataran de enseñar, o usurpar la autoridad del hombre, ejerciendo dominio sobre ellos, sino, que se sujetaran a ellos.

Mi punto en todo esto no es incomodar a las mujeres, ni menospreciar su valor, sino resaltar que la sumisión es un ingrediente vital en el matrimonio. Y que Dios puso al hombre como cabeza de la familia. No tiene nada que ver con que las mujeres de hoy hablen o enseñen la Palabra de Dios. Gracias a Dios, tanto hombres como mujeres renacidos del espíritu de Dios, tenemos la misma medida de fe, todos tenemos la mismas habilidades dadas por Dios para operar las nueve manifestaciones del espíritu santo. No olvidemos que Dios creó varón y hembra a semejanza de su imagen (espíritu). Pero el hombre es el responsable ante Dios en el matrimonio, no la mujer.

En estos tiempos modernos, cuando la mujer está tratando de entrar en áreas de trabajo afines al hombre, muchas mujeres están siendo engañadas, igual que Eva fue engañada por la serpiente.  Quieren ser independientes, y ser las encargadas de tomar las decisiones en el hogar, pero ese no es su trabajo, ni es como Dios lo diseñó en su maravillosa Palabra. Ser ayuda idónea para sus maridos no hace a la mujer menos que el hombre, sino iguales, porque todas las responsabilidades deben ser compartidas entre los dos, pero Dios puso al hombre como cabeza de la familia.

Veamos ahora porque debemos someternos unos a otros en respetuosa obediencia a Jesucristo.

(Efesios 5:21) Someteos unos a otros en el temor de Dios.

De acuerdo a la Real Academia Española, la palabra “temor” significa: “miedo reverencial y respetuoso que se debe tener a Dios”. En primer lugar, a Dios debemos tenerle respeto y reverencia, no necesariamente, temor. El Dios de los cristianos no es un Dios terrible y vengativo, sino un Dios de amor, de misericordia y de gracia. La mentalidad del Dios de los judíos, no aplica a los creyentes cristianos. Hoy vivimos en gracia, no bajo la ley. En segundo lugar, la palabra “Dios” no aparece en el texto griego, lo que en realidad dice en  Efesios 5:21 es: "Someteos unos a otros en el temor de Cristo". Y en tercer lugar, debemos entender que Dios y Cristo no son la misma persona. Así, que, “temor”, no necesariamente significa “miedo, terror”, sino: "respeto, o reverencia".

Pero, ¿porqué debemos someternos unos a otros en el respeto, o reverencia a Cristo?

(1 Corintios 15:22) Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. {23} Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida. {24} Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia. {25} Porque preciso es que él (JC) reine hasta que (Dios) haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies (JC).

¡Por eso! ¡Y algo más!

(1 Corintios 15:27) Porque todas las cosas (Dios) las sujetó (upotásso) debajo de sus pies (JC). Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas (upotásso) a él (JC), claramente se exceptúa aquel (Dios) que sujetó (upotásso) a él (JC) todas las cosas. {28} Pero luego que todas las cosas le estén (JC) sujetas (upotásso), entonces también el Hijo mismo (JC) se sujetará (upotásso) al (Dios) que le sujetó (upotásso) a él (JC) todas las cosas, para que Dios sea todo en todos. 

Tuve el atrevimiento de agregar (JC) y (Dios) en estos versículos para poder entenderlos mejor.

No es Jesucristo mismo quien sujetará todas las cosas bajo sus pies, sino Dios. Esta es otra sección de las escrituras que corroboran que Dios y Jesucristo no son la misma persona. No estoy tratando desacreditar, o minimizar de ninguna manera la importancia de Jesucristo y su obra, solo estoy tratando de aclarar las cosas para que podamos realmente entender lo que la Palabra de Dios dice, acerca de someternos a la autoridad de Jesucristo, que a la postre, nos llevará a someternos a la poderosa autoridad de nuestro Padre celestial. Vamos a leer los siguientes versículos de la misma forma para facilitar la comprensión.

( Efesios 11:16) no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, {17} para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él (Dios), {18} alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él (Dios) os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su (Dios) herencia en los santos, {19} y cuál la supereminente grandeza de su poder (Dios) para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su  fuerza (Dios), {20} la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su (Dios) diestra en los lugares celestiales, {21} sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero; {22} y sometió (upotásso) (Dios)todas las cosas bajo sus (JC) pies, y lo dio por cabeza (JC) sobre todas las cosas a la iglesia, {23} la cual es su cuerpo (JC), la plenitud de Aquel (Dios) que todo lo llena en todo.

 Espero que estos versículos ayuden a entender porqué debemos someternos unos a otros en la obediencia reverente a Cristo, como leímos en 1 Corintios 15. Debemos someternos unos a otros en la obediencia reverente a Cristo, porque él es las primicias, la cabeza de la iglesia, el que recibió toda la autoridad, y el dominio, y el poder de parte de Dios, nuestro Padre Celestial.


( Hebreos 2:7) Le hiciste un poco menor que los ángeles, Le coronaste de gloria y de honra, Y le pusiste sobre las obras de tus manos; {8} Todo lo sujetaste (upotásso)(Dios) bajo sus (JC) pies. Porque en cuanto (Dios) le sujetó (upotásso) todas las cosas, nada dejó que no sea sujeto (upotásso) a él (JC); pero todavía no vemos que todas las cosas le sean (JC) sujetas (upotásso). {9} Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos

 ¿No es genial? Es por eso que tenemos que someternos unos a otros, bajo la autoridad de Jesucristo, y hay aún más:

(Filipenses 3:20) Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; {21} el cual (JC) transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya (JC), por el poder (de Dios) con el cual puede también sujetar (upotásso) a  sí (JC) mismo todas las cosas.

Estos versículos están hablando de Jesucristo, porque nosotros estamos esperando esa transformación, él cambiará nuestros cuerpos de humillación a semejanza de su cuerpo glorioso, y por el poder de Dios en sí mismo que es capaz de someter todas las cosas.

(1 Pedro. 3:22) quien habiendo subido al cielo está a la diestra de Dios; y a él están sujetos (upotásso) ángeles, autoridades y potestades.

Otro versículo que corrobora que Jesucristo y Dios no son la misma persona. Si Jesucristo es Dios, ¿cómo puede él sentarse a la diestra de sí mismo?

Debemos someternos uno a otro en la obediencia respetuosa a Cristo, porque un hombre como él se merece todo el respeto que podemos dar. A través de su obra somos hijos e hijas de Dios, tenemos vida eterna, por su sangre hemos sido justificados y puestos aparte por Dios y para Dios.

¿Cómo no respetar y obedecer a un hombre que va a cambiar el cuerpo de la humillación nuestra por un cuerpo glorioso semejante al suyo? Someternos uno a otros en respetuosa obediencia a Cristo, no es algo difícil de hacer cuando estamos agradecidos por lo que él ha hecho y logrado por, y para nosotros.

Resumiendo todo lo que hemos visto. Las mujeres en general deben sujetarse a sus maridos, eso es lo que Dios le dijo a Eva cuando fue engañada. Aunque no les guste, el hombre es la cabeza del matrimonio, no la mujer, aunque ella tenga mejor trabajo, gane más dinero, sea más famosa, o tenga más influencias. Lo mismo aplica para las mujeres cristianas, deben sujetarse a sus maridos y aprender la Palabra de Dios en silencio con toda sujeción y callar en la congregación, callar en la congregación no significa que no deben hablar, significa que no deben tratar de usurpar la autoridad de sus maridos.

Como creyentes cristianos, cuando nos sometemos unos a otros, nos sometemos a Cristo, y al hacerlo, estamos sometiéndonos también a Dios. Jesucristo es la Cabeza de la Iglesia, es nuestro Señor y salvador, él es cabeza del cuerpo, a él se sujetarán todas las cosas. Y cuando todas las cosas se hayan sometido bajo sus pies, él también se sujetará a la única autoridad por encima de él, Dios, el creador de los cielos y la tierra, a quien corresponde todo dominio y poder y señorío.

¡A él sea la gloria por los siglos de los siglos!

Amén.

¡Dios los bendiga!


J.E.R.S.
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Hace algunos años, un gran creyente de nombre Joe Brown compartió una gran enseñanza sobre por qué tenemos que llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo. Inspirado por ello, quise estudiar sobre el tema de la obediencia y terminé investigando acerca de la sumisión, lo que me hizo entender aún más la tremenda diferencia que existe entre Dios nuestro Padre Celestial y su hijo Jesucristo, nuestro señor y salvador personal.

Muchas denominaciones religiosas predican y enseñan a sus feligreses que Jesucristo es Dios, ignorando lo que en realidad enseñan las agradas escrituras. No hay un solo versículo en toda la Biblia que diga o sugiera claramente que Jesucristo es Dios, pero hay cientos de versículos que expresan sin duda alguna que él es el hijo de Dios, algo que declararon sus apóstoles, los ángeles, y hasta el mismo Satanás. Sin embargo, la religión ignora todo eso y continúa pregonando que toda la gloria, el poder y la autoridad le pertenece a Jesús, a quien le oran, le ruegan, le cantan, y le honran.  No es el propósito en este estudio determinar la identidad de quien es Dios y quien es Jesucristo, yo sé y entiendo quién es quién, y para los que dudan, algunos pasajes de nuestro estudio corroborarán quien es el Padre, y quien es el hijo.


Nos enfocaremos principalmente en upotásso; que es traducida al español como: subordinarse, obedecer, someterse, ser sumiso. Aunque es traducida también como OBEDECER, principalmente significa: SOMETERSE, SER SUMISO. Comencemos pues con la primera parte de este interesante estudio que compartiré en cuatro partes.

En el Antiguo Testamento, SOMETERSE es la palabra hebrea 'anah, que quiere decir; humillarse uno mismo, ser sumiso, someterse.

Vamos al libro de Génesis, donde hallamos la primera vez que la palabra “someterse o ser sumiso” se usa en la Biblia:

(Génesis 16:8) Y le dijo: Agar, sierva de Sarai, ¿de dónde vienes tú? y ¿a dónde has de ir? Y ella respondió: Huyo de delante de Sarai, mi señora . {9} Y le dijo el ángel de Jehová: Vuélvete a tu señora, y ponte sumisa (' anah)  bajo su mano.

   El ángel de Dios le dijo a Agar que volviera y se sometiera a la autoridad de Sarai.

En el Antiguo Testamento, la palabra OBEDECER es traducida de otra palabra Hebrea. Veamos un par de ejemplos donde ambas palabras son usadas porque la sumisión y la obediencia siempre van de la mano.

(2 Samuel 22:45)  Los hijos de extraños se someterán (Kachash) a mí; Al oir de mí, me obedecerán (shama).

(Salmo 18:44) Al oír de mí me obedecieron (shama); Los hijos de extraños se sometieron (kachash) a mí. 

La palabra “someterán” en estos dos versículos, es la  palabra hebrea, kachash, lo interesante de esta palabra Hebrea, es que, de 22 veces que se usa en el Antiguo Testamento, solo fue traducida como “someter,” 4 veces; en 2 Samuel 22:45, en el Salmo 18:44, el Salmo 66:3, y el Salmo 81:15; las 18 veces restantes fue traducida como: mentir, fingir, engañar. Suena muy interesante ¿no? 

Ahora en 2 Samuel 22:45, así como en el Salmo 18:44 el rey David habla de cómo la gente tenía que someterse bajo su autoridad, y obedecer. Someter es la palabra Hebrea kachash, pero obedecer es la palabra Hebrea shama. Independientemente de la palabra Hebrea usada, el pueblo y aún los extranjeros junto con sus hijos debían obedecer y someterse bajo la autoridad del rey David. Precisamente en el salmo 18 el rey David nos muestra que aún siendo él,el rey, tenía que someterse a una autoridad muy superior a él y a toda autoridad humana.

(Salmos 18:31) Porque ¿quién es Dios sino sólo Jehová? ¿Y qué roca hay fuera de nuestro Dios? {32} Dios es el que me ciñe de poder, Y quien hace perfecto mi camino; {33} Quien hace mis pies como de ciervas, Y me hace estar firme sobre mis alturas;

(Salmo 18:43) Me has librado de las contiendas del pueblo; Me has hecho cabeza de las naciones; Pueblo que yo no conocía me sirvió. {44} Al oír de mí me obedecieron; Los hijos de extraños se sometieron (' anah)  a mí.

Podemos ver como el rey David le da todo el crédito a Dios como su suficiencia, como su fuerza, como su protección, como su libertador, como su ayuda, como su paz, como su esperanza. Pero así como toda la gente, incluyendo a los extranjeros, tenían que someterse a su autoridad como rey, el también tuvo que someterse a la autoridad única del Dios supremo. El rey David proclamó el poder,  la autoridad, y el dominio de Dios nuestro Señor a través de todos los salmos que escribió en el Antiguo Testamento.

(Salmos 66:1) Aclamad a Dios con alegría, toda la tierra. {2} Cantad la gloria de su nombre; Poned gloria en su alabanza. {3} Decid a Dios: ¡Cuán asombrosas son tus obras! Por la grandeza de tu poder se someterán (kachash)  a ti tus enemigos. {4} Toda la tierra te adorará, Y cantará a ti; Cantarán a tu nombre. Selah.

Estos versículos el rey David habla de aclamar a Dios con alegría, de cantar la gloria de su nombre y alabarle, reconociendo su asombroso poder. En todos estos versículos que hemos leído se da la honra, la gloria y la autoridad a Dios. A Agar le fue dicho por medio de un ángel que se sometiera a Sarai, y de ese modo se sujetaría a sí misma a Dios. En cuanto a David, toda la gente tenía que someterse a él, incluyendo los extranjeros, de esa manera, todos ellos se someterían también a Dios quien es la máxima autoridad.

Hasta aquí, en todo lo que hemos leído del Antiguo Testamento, no debe haber duda alguna sobre a quién es que debemos adorar, cantar, glorificar, y someternos.

Veamos ahora lo que dicen los evangelios al respecto de obediencia y sumisión, recuerden que tanto en los evanglios como en las epístoles la palabra griega upotásso, es traducida como SOMETERSE o SER SUMISO.

(Lucas 2:42) y cuando tuvo doce años, subieron a Jerusalén conforme a la costumbre de la fiesta. {43} Al regresar ellos, acabada la fiesta, se quedó el niño Jesús en Jerusalén, sin que lo supiesen José y su madre.

Cuando José y María se dieron cuenta que Jesús se había quedado en Jerusalén, regresaron para buscarle, y cuando lo encontraron, estaba discutiendo las Escrituras con los doctores de la ley, los que se suponía conocían todo al respecto de la ley, y quienes quedaron sorprendidos por la inteligencia y las respuestas de Jesús.

(Lucas 2:48) Cuando le vieron, se sorprendieron; y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te hemos buscado con angustia. {49} Entonces él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar? {50} Más ellos no entendieron las palabras que les habló. {51} Y descendió con ellos, y volvió a Nazaret, y estaba sujeto (upotásso) a ellos. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón.

Jesús se sujetó a sus padres, él conocía la ley mejor que nadie, sabía que sometiéndose a sí mismo a  José y María glorificaría a Dios. Jesús no discutió con sus padres, simplemente se sujetó bajo su autoridad.

(Lucas 10:17) Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan (upotásso) en tu nombre.

En este versículo vemos la autoridad y el poder dado a los discípulos. Los espíritus malignos se sujetaron a ellos en el nombre de Jesús.

(Lucas 10:18) Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. {19} He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará. {20} Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan (upotásso), sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos.

Jesús les dijo que él veía a Satanás caer del cielo como un rayo, cuando ellos operaban el poder del espíritu santo, pero les dijo que era aún mejor que sus nombres estaban ya escritos en los cielos. Nosotros también tenemos ese poder que delegó a sus discípulos, ¡SOBRE TODA FUERZA DEL ENEMIGO! Pero,  no te desanimes si el día de hoy tú no has podido someter a los espíritus malignos, nuestros nombres también están ya escritos en los cielos. ¡La eternidad es aún mejor! 

Lo que hemos leído en el Antiguo Testamento, y en los evangelios, no cambia la realidad de las cosas. Hoy también debemos someternos a Dios. Dios no cambia, es el mismo Dios, y así como estuvo con la gente del Antiguo Testamento, la gente de los Evangelios y con los creyentes cristianos de la Iglesia del primer siglo, Él está y estará con nosotros.

Dios quiere que todos vengan al conocimiento de la verdad, por eso tenemos que estudiar la Palabra fiel, para aprender y aplicar las claves y los principios que enseñan que la Palabra de Dios se interpreta a sí misma, sin que nosotros le demos nuestra propia interpretación privada.

Una de las claves para permitir que la Palabra se interprete a sí misma es: ¡SABER A QUIEN ESTA ESCRITA (dirigida)!

Las epístolas a la iglesia están dirigidas específicamente a los creyentes cristianos. Veamos que dicen las epístolas acerca de la palabra SOMETERSE (upotásso), vamos  al libro de Romanos para ver a quien está escrito.

(Romanos 1:1) Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios,

Vean el versículo 7

(Romanos 1:7) A todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos: Gracia a vosotros y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

Esta es una epístola dirigida a los creyentes cristianos, a los amados de Dios, a los santos. Aunque en esta epístola Dios también se refiere a los no creyentes, los que lo rechazaron y desestimaron su Palabra, como lo muestran los siguientes versículos.

(Romanos 8:5) Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. {6} Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. {7} Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan (upotásso) a la ley de Dios, ni tampoco pueden; {8} y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.

Los incrédulos no pueden agradar a Dios, porque ellos no se sujetan a la ley de Dios, a su dominio y poder. Ellos no pueden caminar por el espíritu, porque se sujetan a las cosas de la carne.

(Romanos 10:1) Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación.

¿No es Dios maravilloso? Este versículo se dirige a los israelitas, pero la voluntad de Dios es que toda la humanidad sea salva, Dios quiere que cada uno sea salvo, pero no todo el mundo cree ni todo el mundo decide obedecer a Dios y Su Palabra.

(Romanos 10:3) Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado (upotásso) a la justicia de Dios;

Los incrédulos no reconocen la autoridad de Dios ni su justicia, sino que tratan de establecer su propia justicia. Ellos tratan de justificar sus acciones impías, y simplemente no quieren tener nada que ver con Dios en absoluto.

Por otro lado, los creyentes, los que obedecen a Dios y buscar su justicia, los santos, deben someterse bajo la poderosa mano de nuestro Padre celestial.

(Romanos 13:1) Sométase (upotásso) toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. (2) De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.

La frase "toda persona", en este caso se refiere a todos los creyentes. La frase "autoridades superiores", se refiere al liderazgo en la iglesia de Dios. Dios es quien establece el liderazgo, nadie puede ser un líder en la iglesia, simplemente porque quieran, o porque tenga suficiente influencia en la vida de las personas, ¡eso es religión! ¡Nuestra responsabilidad es la de someternos a nuestro liderazgo, de lo contrario, resistimos las ordenanzas de Dios, y rechazamos a Dios!

La palabra “ordenanza” en el versículo 2 es la palabra griega diatage, que quiere decir: algo ya dispuesto, instituido, instrumentado. En realidad no es como una ley o un decreto, sino como algo que Dios designó de antemano. Es prerrogativa de Dios elegir a los líderes, no a nuestros propios deseos. Así que, te guste o no, si tú no estás en una posición de liderazgo, debe someterte a tu líder, llámese pastor, ministro, etc.

(Romanos 13:3) Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella;

La palabra “magistrados” se refiere al hombre de Dios, al líder. Estos versículos no están dirigidos a todo el mundo, sino a los creyentes cristianos. No se refiere a los gobernantes, los presidentes, los reyes, ni a los primeros ministros de los diferentes países del mundo, sino a los líderes o ministros que ejercen autoridad dentro de la iglesia de Dios, los siguientes versículos corroboran esto.

(Romanos 13:4) porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo. {5} Por lo cual es necesario estarle sujetos (upotásso), no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia.

Con la finalidad de someternos a Dios, debemos primero someternos a las autoridades, o al liderazgo en la iglesia. Los ministros de Dios deben hacer el bien, y castigar a los que hacen lo malo. ¡Sujetarnos a la autoridad de los ministros de Dios es una necesidad!

Espero que noten el patrón a lo largo de todo lo que he compartido. Se supone que las personas y las cosas deben someterse a Dios primera y principalmente. El ángel de Dios le dijo a Agar, que regresara y fuera sumisa a Saraí. Al pueblo de Israel se le dijo que se sometiera a David su rey, incluyendo a los extranjeros. David mismo, siendo el rey, se sujetó a Dios y reconoció la gloria, la autoridad, y el poder del creador de los cielos y la tierra. Jesús, estamos hablando del hijo de Dios quien a los 12 años se sujetó a sus padres, María y José, y todos estos, al someterse, obedecieron a Dios.

La epístola a los romanos es la doctrina que establece los fundamentos de creencia para los cristianos, y nos enseña que es una necesidad el someternos a nuestro liderazgo, de esa manera nos sujetamos también a Dios nuestro señor.

A pesar de que la voluntad de Dios es que toda la humanidad sea salva, los incrédulos no se someten a Dios porque tienen una mente carnal, y quieren establecer su propia justicia.
   
Tienes aún alguna duda de,  ¿a quién es que tenemos que sujetarnos, obedecer, o someternos? ¡Yo no! ¡Al Dios todo poderoso, creador de los cielos y la tierra, al Padre de nuestro señor y salvador Jesucristo!

En la segunda parte, vamos a ver cómo es que debemos someternos, veremos algunas referencias dirigidas específicamente a hombres, mujeres, niños, siervos, y cómo Dios ha ordenado  los tiempos, el poder, y la gloria que está reservada para todos los que creen en su hijo, Jesucristo, a quien también debemos obedecer y someternos, con el fin de hacer la voluntad de Dios.

¡Dios los bendiga!

J.E.R.S.
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En el libro de hechos capítulo11 versículo 26 dice: "Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía."

Dice aquí, que a los discípulos se les llamó por primera vez cristianos, lo que significa que nunca antes habían sido llamados cristianos. Un cristiano es un seguidor de Cristo, pero antes de Antioquía, solo eran llamados discípulos. Un discípulo es un  aprendiz de algo, un oficio, un arte, una habilidad, una profesión. Los creyentes de la iglesia del primer siglo eran discípulos de Cristo, aprendices del oficio, arte, habilidad, o profesión, de enseñar el ministerio Cristo, que era promulgado por los apóstoles.

Si tú eres un creyente cristiano ¿porqué sigues sujetándote al yugo de la ley de Moisés? Quizás porque nunca nadie te ha enseñado que los cristianos somos un grupo diferente, único. Somos miembros en particular del cuerpo de Cristo.

(Gálatas 4:21) Decidme, los que queréis estar bajo la ley: ¿no habéis oído la ley? {22} Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos; uno de la esclava, el otro de la libre. {23} Pero el de la esclava nació según la carne; mas el de la libre, por la promesa.  {24} Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; éste es Agar. {25} Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, pues ésta, junto con sus hijos, está en esclavitud.  {26}Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre. {27}Porque está escrito: Regocíjate, oh estéril, tú que no das a luz; Prorrumpe en júbilo y clama, tú que no tienes dolores de parto; Porque más son los hijos de la desolada, que de la que tiene marido. {28}Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa. {29}Pero como entonces el que había nacido según la carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también ahora. {30}Más ¿qué dice la Escritura? Echa fuera a la esclava y a su hijo, porque no heredará el hijo de la esclava con el hijo de la libre. {31}De manera, hermanos, que no somos hijos de la esclava, sino de la libre.

La ley de Moisés fue escrita para el pueblo judío. ¿Eres tú judío? Si no lo eres, no necesitas sujetarte a sus leyes, disfruta el privilegio de andar en la libertad con que Cristo nos hizo libres.

(Gálatas 5:1) Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.

Para evitar que convirtamos esa libertad en libertinaje, debemos aprender a practicar, un andar digno de la vocación con que fuimos llamados. La única manera en que podamos hacer eso, es por medio del conocimiento de la Palabra de Dios, y para conocer la Palabra de Dios debemos estudiarla.

(2 Timoteo 2:15) Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.

La palabra Griega traducida como "procura" también puede traducirse como "estudia". Dios quiere que estudiemos su palabra con diligencia. Déjenme mostrarles lo que el Nuevo Testamento Interlineal Griego-Español dice:

"Pon diligencia en ti mismo aprobado presentarte a Dios, obrero que no tiene porque qué avergonzarse, que usa correctamente la palabra de verdad".

Un obrero es alguien que trabaja, Dios quiere que trabajemos su palabra con diligencia. De acuerdo al diccionario, diligencia es: La disposición para resolver con rapidez e interés lo que ha de hacerse. La voluntad de Dios es que nosotros, los creyentes cristianos renacidos del espíritu de Dios, estudiemos o trabajemos su Palabra con rapidez e interés, para usarla correctamente, con el propósito de presentarnos a él aprobados.

Yo soy un discípulo, un aprendiz de las enseñanzas de nuestro señor y salvador viviente Cristo Jesús, y procuro trabajar la Palabra de Dios con diligencia. No soy ni pretendo ser un erudito, no soy pastor, ni reverendo, ni ostento un título a ningún nivel de teología, aunque cualquiera de estos títulos son muy nobles, yo solo soy un seguidor de Cristo y estudio la Palabra de Dios. Para mí, la Biblia, es la voluntad revelada de Dios y es un estilo de vida, no una religión.  La religión la hace el hombre mismo, con sus reglas, con sus mandamientos, con sus doctrinas. Es el hombre quien prohíbe, restringe, juzga y condena. Dios y su Palabra no prohíben nada, por el contrario, nos da la maravillosa libertad de escoger lo que queramos hacer

(1 Corintios 10:23) Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica.

(1 Corintios 6:12) Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna.

Entre varios, Dios nos dio el regalo incomparable del libre albedrío, nosotros somos completamente responsables de cada decisión que tomamos, y Dios no tiene la culpa de las consecuencias que estas puedan acarrear, él solo nos dice que no todo conviene, y no todo edifica. Pero el hombre, llámese pastor, ministro, reverendo, etc. para que puedas ser parte de su "iglesia" te pide que firmes una declaración de fe, establecida por su ideología, y prácticamente patentada por su filiación o denominación religiosa. La única declaración de fe, o mejor dicho, la única confesión de creencia que he encontrado en la Biblia, como un requisito para ser parte de la familia de Dios, está en el libro de romanos.

(Romanos 10:9) que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.

Esta es la única confesión que te hace cristiano, la única confesión que te da salvación y vida eterna, la única confesión que hace a Jesucristo tu señor, la única confesión que te hace un hijo de Dios con todo poder desde lo alto.

Yo no pertenezco a ninguna denominación, la Palabra de Dios para mí es un estilo de vida. Yo creo lo que dice la Biblia, que existe un solo Dios, creador de los cielos y la tierra, y todo lo que en ellos hay. El único Dios verdadero, quien es el padre de nuestro señor y salvador Cristo Jesús. También creo en el poder que tenemos gracias al don del espíritu santo que mora en nuestro interior. Pero yo no voy a imponerte mis creencias, ni a exigirte una declaración de fe, porque no se habla de ello en ninguna parte de la Biblia. Tú tienes la libre voluntad de decidir. Yo decidí creerle a Dios, y aunque se que todas las cosas me son lícitas, y que no todas convienen, también se que no debo dejarme dominar por ninguna.

Si tú eres un creyente cristiano, renacido del espíritu de Dios, te exhorto a que también estudies o trabajes la Palabra de Dios con diligencia.

(2 Timoteo 2:15) Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.

Más adelante compartiré un poco más acerca de este maravilloso versículo, hoy solo quiero exhortarte a que aprendas a usar correctamente la Palabra de Dios como obrero que la trabaja, y no tiene de que avergonzarse. Sé diligente al estudiarla, para que puedas así presentarte aprobado ante Dios, no ante el hombre. Es ante Dios solo y únicamente ante quien debemos presentarnos aprobados, no ante el pastor, no ante el mundo, no ante nadie, solo ante Dios.

(Efesios 4:1) Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados,

Todo creyente cristiano que quiere andar dignamente, conforme a la vocación con que fue llamado, debe procurar con diligencia presentarse a Dios aprobado, usando bien la Palabra de verdad.

Dios los bendiga.

J.E.R.S.
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