La fuente principal de información de este blog es La Biblia. Todas las enseñanzas compartidas aquí, son y serán principalmente basadas en la Biblia Reyna Valera Versión de 1960

 

Una de las frases que la gente usa con más frecuencia cuando planea hacer algo a futuro, es: "Primero Dios, si Dios quiere, o, si Dios me lo permite, haré tal cosa o visitaré tal lugar...". Y cuando algo negativo sucede, generalmente culpan a Dios  diciendo que: "era la voluntad de Dios que eso pasara."


 Mucha gente ignora cuál es en realidad la voluntad de Dios. Todos sabemos que la voluntad de Dios está revelada en su santa palabra, y hoy quiero compartir que como parte de la voluntad de Dios, hay una oración y un deseo de nuestro Padre celestial para nosotros, sus hijos. Por esa razón titulé esta enseñanza: "La Oración de Dios."


Establezcamos las bases con un par de versículos que nos ayudarán a comprender cuál es la voluntad de Dios para sus hijos.


(2 Timoteo 3:16) Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, {17} a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra


La frase "inspirada por Dios" en el versículo 16 es la palabra Griega “theópneustos” que significa: "respirada por Dios.” Una traducción literal del griego es: “divinamente inspirado.” Por lo que toda la Escritura, desde Génesis 1:1 hasta Apocalipsis 22:21, fue respirada por Dios o “divinamente inspirada,” a sus santos hombres como se describe exactamente en el segundo libro de Pedro.


(2 Pedro 1:21) porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.


La palabra “profecía” aquí se refiere a la Palabra de Dios, los santos hombres de Dios fueron inspirados por el Espíritu Santo, para que pudieran profetizar; ya sea, predecir eventos futuros, o declarar la Palabra de Dios. Por eso Abraham, Samuel, Eliseo, Isaías, Mateo, Pedro, Juan y Pablo, entre muchos, expresaron la voluntad de Dios.


Algo más que debemos entender de 2 Timoteo capítulo 3 en el versículo 17, es las palabra “perfecto,” que significa “completo o entero,” lo que tiene mucho que ver con ser salvo, y el hecho de ser nuevamente cuerpo, alma y espíritu, como en el principio, cuando Dios formó el cuerpo del polvo de la tierra, sopló en su nariz para darle aliento de vida o vida de alma, y creó de su espíritu a su imagen y semejanza.


La frase: “enteramente preparado,” también del versículo 17, significa: estar completamente completo, o completamente equipado para llevar a cabo toda buena obra. Todo eso es parte de lo que la voluntad de Dios es.


El apóstol Juan escribió una carta a un querido creyente llamado Gayo, y lejos de escribir una carta personal desde su mentalidad humana, sobre lo que él deseaba, para sí mismo o para Gayo, escribió una carta inspirada por el Espíritu Santo, una carta que muestra los deseos de Dios para todos sus hijos:


(3 Juan 1:2) Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma


La palabra “deseo” es traducida de la palabra griega (éucomai). Esta palabra aparece solamente 7 veces en la Biblia, cinco veces en las epístolas a la iglesia, una vez en Santiago, y una vez aquí en tercera de Juan. Su significado Bíblico tiene que ver con orar a Dios, y es traducida como: orar, expresarse, desear, o  querer. Hechos 26:9 y 2 Corintios 13:7 son ejemplos claros de su uso Bíblico.


(Hechos 26:29) Y Pablo dijo: ¡Quisiera Dios (éucomai) que por poco o por mucho, no solamente tú, sino también todos los que hoy me oyen, fueseis hechos tales cual yo soy, excepto estas cadenas! 


Lo que Pablo está diciendo es que: “Dios desearía” que todos los que me oyen fuesen como yo, pero sin estar presos. En otras palabras; la oración o deseo de Dios, es que todos los que oyesen las palabras de  Pablo fueran como él.  Vean ahora lo que Pablo dice a los Corintios.


(2 Corintios 13:7) Y oramos (éucomai) a Dios que ninguna cosa mala hagáis; no para que nosotros aparezcamos aprobados, sino para que vosotros hagáis lo bueno, aunque nosotros seamos como reprobados. {8} Porque nada podemos contra la verdad, sino por la verdad. {9} Por lo cual nos gozamos de que seamos nosotros débiles, y que vosotros estéis fuertes; y aun oramos (éucomai) por vuestra perfección


Aquí el “deseo” u oración a Dios del apóstol  Pablo para los Corintios, y en general para la iglesia del cuerpo de Cristo (del que nosotros también somos parte) no era tan solo que prosperásemos y tuviésemos salud como lo  expresó el apóstol Juan, sino que no hiciéramos el mal, cosas deshonestas o reprobables, sino que hiciéramos cosas honestas y nos sujetáramos a la verdad  y por la verdad. Y eso no fue todo, su “deseo” u “oración a Dios” era por nuestra perfección. “Perfección aquí es la palabra Griega “katársis,” que significa:  "completamente equipado,” lo cual encaja plenamente con lo que dice 2 Timoteo 3:17: "Que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra". Eso es lo que la palabra de Dios expresa, y esa es la voluntad de Dios.”


Así, que, la palabra "deseo," éucomai,” puede traducirse como: “una oración en nombre de Dios.” Pero no debemos errar, como Eliú, hijo de Baraquel buzita, un joven que confrontó a Job y a sus tres amigos que eran mucho mayor de edad que él, tratando de explicar la causa del sufrimiento de Job.


(Job 33:4) El espíritu de Dios me hizo, Y el soplo del Omnipotente me dio vida. {5} Respóndeme si puedes; Ordena tus palabras, ponte en pie. {6} Heme aquí a mí en lugar de Dios, conforme a tu dicho; De barro fui yo también formado. 


Eliú pensó que hablaba a Job y a sus tres amigos en lugar de Dios, que por ello estaba haciendo la voluntad de Dios; y aunque sus palabras parecían más perspicaces que las de los tres amigos de Job, aun así resultaron insatisfactorias para poder explicar el sufrimiento de Job, quien al final tuvo que orar por sus incómodos amigos  para que recibieran liberación.


(Job 42:7) Y aconteció que después que habló Jehová estas palabras a Job, Jehová dijo a Elifaz temanita: Mi ira se encendió contra ti y tus dos compañeros; porque no habéis hablado de mí lo recto, como mi siervo Job. {8} Ahora, pues, tomaos siete becerros y siete carneros, e id a mi siervo Job, y ofreced holocausto por vosotros, y mi siervo Job orará por vosotros; porque de cierto a él atenderé para no trataros afrentosamente, por cuanto no habéis hablado de mí con rectitud, como mi siervo Job. {9}  Fueron, pues, Elifaz temanita, Bildad suhita y Zofar naamatita, e hicieron como Jehová les dijo; y Jehová aceptó la oración de Job. 


Eliú creyó que hablaba por Dios pero estaba equivocado, hablaba por sí mismo con su razonamiento carnal o humano. Pero cuando el apóstol Juan dijo: " Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma,” él estaba hablando por Dios. No olvidemos que “toda la escritura es divinamente inspirada,” y Juan hablo siendo inspirado por el espíritu santo, al igual que el apóstol Pablo. Como podemos ver, “éucomai,” no es ni expresa un “tonto o ingenuo deseo” del apóstol Juan, sino una oración a Dios o un “deseo” incesante de la voluntad de Dios, una oración continua para la iglesia del cuerpo de Cristo. Esto es lo que Dios quiere para nosotros diariamente, en todo lo que tiene que ver con nuestras vidas. ¡Juan expresa que la voluntad de Dios es que seamos un pueblo próspero y saludable!


Ahora, la palabra "prosperar" significa tener éxito en los negocios, ser rentable, de provecho. La prosperidad no tiene que ver solamente con dinero o tener éxito en las finanzas, es algo que debe suceder en todos los aspectos de la vida, y Dios es quien nos hace prosperar cuando se lo permitimos: El libro de Génesis nos muestra un claro ejemplo de lo que la palabra “prosperar” significa.


(Génesis 24:40) Entonces él me respondió: Jehová, en cuya presencia he andado, enviará su ángel contigo, y prosperará tu camino; y tomarás para mi hijo mujer de mi familia y de la casa de mi padre.


Abraham envió a su siervo a un viaje en busca de una esposa para su hijo Isaac, y le dijo que Dios “prosperaría” su camino, lo que significa que su viaje sería provechoso, que tendría éxito. La palabra “camino” del hebreo aquí también puede traducirse como: “el curso de tu vida,” indicando que la prosperidad no solo tiene que ver con las finanzas, sino con todo lo relacionado a la vida de las personas. En Génesis 39 vemos el ejemplo de José, quien en ese momento estaba en prisión, así como el apóstol Pablo lo estuvo al final de su vida.


(Génesis 39:23)  No necesitaba atender el jefe de la cárcel cosa alguna de las que estaban al cuidado de José, porque Jehová estaba con José, y lo que él hacía, Jehová lo prosperaba.


Aún cuando José estaba en prisión Dios lo prosperó, eso no significa que acumuló una gran cantidad de dinero. ¡No! El versículo dice que Dios lo prosperaba en todo lo que hacía. Nosotros no estamos en prisión, sujetos a ningún cautiverio físico, o viajando por los caminos con una encomienda, pero así como Dios prosperó al siervo de Abraham y a José, él también nos prosperará a nosotros en todo, porque Dios es quien prospera a los que en él confían.


(1 Corintios 16:2) Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas


La palabra “ofrenda” en realidad no expresa el significado real del mensaje.  Es traducida de la palabra griega “logia” que significa: contribución, colecta, o, lo reunido. El apóstol Pablo habla aquí de “separar o apartar” de lo que Dios nos haya prosperado, nosotros le llamamos el “compartir abundante,” porque   otro aspecto de la voluntad de Dios es que compartamos abundantemente de lo que él nos haya prosperado. Dios no quiere hijos tacaños o avaros, él quiere que compartamos abundantemente de aquello en lo que él nos haya prosperado. Pero volviendo a 3 Juan 1:2.


(3 Juan 1:2) Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. 


La palabra "seas" no está en el texto Griego. Lo que sí está en el texto es el deseo de Dios para nosotros que tengamos salud.


"Salud" es la palabra griega ugiáino; que significa: tener buena salud, estar bien (físicamente); Ser incorrupto (fiel a la doctrina); estar sano y salvo. Así que vemos que "ugiánio" no solo se refiere a la salud física, sino también a la mental y espiritual.


(Lucas 5:31) Respondiendo Jesús, les dijo: Los que están sanos (ugiáino)  no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. 


El Sr. E. W. Bullinger, explica que, “ugiáino" es una palabra médica que significa "sano o fuerte." La palabra "enfermo" describe a alguien "enfermo, con dolencias, enfermedades, oprimido o necesitado.”


Eso de que “es la voluntad de Dios que yo esté enfermo, pobre o miserable” es una mentira promovida por el diablo y sus huestes. Dios no quiere que estemos enfermos, oprimidos o necesitados. ¡La voluntad de Dios es que estemos sanos, fuertes, física, mental y espiritualmente! Veamos un ejemplo de esta palabra Griega.


(Lucas 7:10) Al regresar a casa, los que habían sido enviados encontraron sano (ugiáino) al siervo que había estado enfermo.


Este hombre era siervo de un centurión muy reconocido y apreciado por los ancianos judíos de Capernaum y estaba físicamente enfermo, pero gracias enorme creencia de su amo fue sanado completamente. Veamos otro ejemplo.


(Lucas 15:27) Y le dijo: “Tu hermano ha venido; y tu padre ha matado el becerro cebado, porque lo recibió sano y salvo (ugiáino, ugiáino).”


Este hombre regresó a casa sano y salvo física y mentalmente, porque su enfermedad no era solamente física, al parecer tampoco estaba muy bien de la mente, pero ahora volvía a casa “sano y salvo.” Esta historia debería ser conocida como “el padre perdonador,” porque después de todo lo que el hijo hizo, su padre  lo perdonó; y eso y más es lo que nuestro Padre celestial hace cada día por nosotros.


(2 Timoteo 1:13) Retén la forma de las sanas (ugiáino) palabras que oíste de mí, en la fe y el amor que es en Cristo Jesús.


La sanidad y la solidez espiritual solo se adquieren a través de la sana doctrina, eso es la Palabra de Dios, en la fe y el amor, que es en Cristo Jesús nuestro Señor.


(2 Timoteo 4:3) Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana (ugiáino) doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, 


Este versículo muestra la realidad del mundo de hoy, las personas no toleran la sana (ugiáino) doctrina y van al mundo buscando complacer sus propias concupiscencias, y prestando oído a toda clase de doctrinas de demonios, en lugar de la sana doctrina.


(3 Juan 1:2) Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. 


Anteriormente mencioné que la palabra “seas" no está en el texto Griego, porque en realidad no es necesaria, pero fue agregada para dar sentido a la oración. Aunque la voluntad de Dios es que prosperes, y la voluntad de Dios es absoluta: él quiere que prosperes o tengas éxito en todas las cosas relacionadas a tu vida y que tengas salud.


En la última parte del versículo, la frase "así como" del griego es: kathos kai, que significa: tal como, (en la medida en que), o, según. Esta es una cláusula comparativa, pero ¿por qué Dios la comparó con la prosperidad de nuestra alma?


Aquí, "alma" es la palabra griega psucé; significa: “respirar.” De acuerdo al Sr. Bullinger, aquí se usa en referencia a la vida. Pero para mejor entender qué es el “alma” y cómo “prospera,” veamos dónde se usa la palabra “alma” en la Biblia por primera vez.


(Génesis 2:7) Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.


La Biblia Lamsa, así como la traducción al español, dicen: “y fue el hombre un ser viviente.”


En este versículo, la palabra “alma” proviene del hebreo “nephesh,” que significa: una criatura que respira.


Podemos ver que tanto el griego como el hebreo tienen el mismo significado básico: “respiro, respirar; o vida.” De hecho, “alma” significa: “respirar vida.” Cuando dejamos de respirar, no hay más vida; por lo tanto, no hay más alma. Pero ¿qué es lo que mantiene a un ser respirando? ¿Dónde está la vida en el cuerpo del hombre?


(Levítico 17:10) Si cualquier varón de la casa de Israel, o de los extranjeros que moran entre ellos, comiere alguna sangre, yo pondré mi rostro contra la persona que comiere sangre, y la cortaré de entre su pueblo. {11} Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la persona. {12} Por tanto, he dicho a los hijos de Israel: Ninguna persona de vosotros comerá sangre, ni el extranjero que mora entre vosotros comerá sangre. {13} Y cualquier varón de los hijos de Israel, o de los extranjeros que moran entre ellos, que cazare animal o ave que sea de comer, derramará su sangre y la cubrirá con tierra. {14} Porque la vida de toda carne es su sangre; por tanto, he dicho a los hijos de Israel: No comeréis la sangre de ninguna carne, porque la vida de toda carne es su sangre; cualquiera que la comiere será cortado. 


Así que el alma es lo que Dios sopló en la nariz del primer hombre, Adán. Al hacerlo, la sangre comenzó a fluir a través de Adán. Por eso, cuando el hombre se desangra, la respiración se detiene y el alma abandona el cuerpo. Sin sangre, y sin aliento, no hay alma y no hay vida.


Pero todavía me pregunto por qué Dios comparó nuestra prosperidad y salud con nuestra alma. Realmente no lo sé, solo puedo pensar que cuando un bebé se gesta, la sangre ya fluye por su cuerpo, alimentada por el cordón umbilical con su madre. El bebé al estar aún conectado por el cordón umbilical es una extensión del alma de su madre; en ese momento, el proceso de prosperidad de esta alma pudiera detenerse. Pero tan pronto como el bebé nace a este mundo, comienza a respirar y se convierte en un alma independiente, a menos que se detenga esa respiración, ya no se puede impedir que el pequeño crezca y prospere. A medida que la respiración continúa, el bebé se desarrollará y prosperará con el tiempo. Esta es la única manera en que la vida de alma prospera.


Así que, debemos aprender a conocer la voluntad de Dios y no tan solo asumir que Dios es quien nos ha puesto en la situación en la que vivimos hoy. El mundo culpa a Dios de todos los males habidos y por haber, por ser pobre, por estar enfermo, por no poder obtener las cosas que deseamos en la vida. Pero eso no es lo que la Palabra de Dios nos enseña. La Biblia es la voluntad revelada de Dios y parte de esa voluntad es un deseo continuo, día tras día, de que prosperemos y tengamos salud en la medida en la que nuestra alma prospera; para que podamos llegar al punto de ser perfectos, íntegros, completos física, mental y espiritualmente, con la sana doctrina que es en si la Palabra respirada por Dios,  completamente preparados para toda buena obra. Tanto el apóstol Juan como el apóstol Pablo no hablaron las cosas con su mentalidad mundana, hablaron siendo inspirados por el espíritu santo, por lo tanto, sus deseos no eran sus opiniones personales sino el deseo de lo que Dios mismo quiere en la vida de todos sus hijos ¡Y esa mis amigos, es la oración de Dios por nosotros, sus hijos amados!


¡Dios los bendiga!


E. S. N.


J.E.R.S.

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El tema de la resurrección es ciertamente complejo y simple a la vez, por un lado el uso de las palabras griegas pudiera hacer pensar a uno en las dificultades del lenguaje y la interpretación. Por otro lado, no hay nada más simple que entender, que al morir el cuerpo tal y como le conocemos en la carne, será resucitado en un ser completamente diferente, un ser espiritual para no morir más, y vivir por la eternidad con Dios, con  Jesucristo, su hijo quien es nuestro señor y salvador, y nuestra familia espiritual acompañada de innumerable cantidad de ángeles.  


El capítulo 10 del Evangelio de Juan presenta una maravillosa variedad de figuras retóricas, comenzando en los versículos del 1 al 6, con una alegoría acerca de las ovejas y el pastor.


(Juan 10:1) De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador. {2} Mas el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es. {3} A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca. 
{4} Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz.  {5} Mas al extraño no seguirán, sino huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños. {6} Esta alegoría les dijo Jesús; pero ellos no entendieron qué era lo que les decía.

 

En los versículos 7 al 9, Jesús afirma que Él es la puerta por la que las ovejas entrarán al redil y obtendrán la salvación.


(Juan 10:7) Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas.
{8} Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas. 
{9} Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. 


La palabra “redil” del griego, también significa: “corte, pabellón, salón, palacio.” Luego, en el versículo 10, está una de las declaraciones más contundentes de Jesús sobre el marcado contraste entre el bien y el mal, entre el verdadero propósito de su venida y el verdadero objetivo del archienemigo de Dios.


(Juan 10:10) El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (perissós = sobreabundante, superior).


Hurtar, matar y destruir es el ministerio del enemigo, y lo más esencial que quiere hurtar de nuestras vidas es la Palabra de Dios. Por el contrario, Jesús vino para que tengamos una vida más que abundante. La palabra "abundante" proviene del griego perissós, que significa: en el sentido de más allá de lo que es abundancia para nosotros; literalmente, sobreabundante en cantidad o superior en calidad.


(Juan 10:11) Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. {12} Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. {13} Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas. {14} Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, {15} así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas. 


De esta simple frase: “…y pongo mi vida por las ovejas,” sabemos que todo lo que Jesús hizo salió de su propio corazón y voluntad, aunque eso no exime de responsabilidad al pueblo judío. Jesús dio su vida por la humanidad por voluntad propia, él pudo haberse negado a ello, pero no lo hizo. Los “asalariados”  de los que habla Jesús son falsos profetas, falsos maestros y falsos pastores que trabajan para el adversario. Los “asalariados” de hoy no solo huyen, dejando a las ovejas solas, sino que ellos mismos las atacan, convirtiéndose en lobos rapaces, y las conducen hacia el lobo alfa, que es el mismísimo Satanás.


(Mateo 7:13) Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; {14} porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan. {15} Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.


Toda esta sección está repleta de figuras retóricas, alegorías, repeticiones, símiles y analogías. Aquí en Mateo podemos nuevamente ver el contraste entre el bien y el mal, entra la vida y la muerte; y la advertencia sigue siendo la misma que en el capítulo 10 del evangelio de Juan. Los “extraños, ladrones y salteadores” en el evangelio de Juan, son llamados “asalariados” en el evangelio de Mateo, pero son los mismos falsos profetas, pastores y maestros que se disfrazan de ovejas, que han estado aquí desde los tiempos de Jesús, promoviendo mentiras y doctrinas de demonios.


(1 Timoteo 4:1) Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros (ústeron = más después, eventualmente, últimos) tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; {2} por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia, 


Hoy muchos hablan y enseñan que el Apocalipsis ya está aquí, dicen que hablar en lenguas ya no sirve de nada, porque Jesucristo ya vino, que la resurrección de los muertos ya ocurrió y nos hemos quedado atrás, sin esperanza y sin Dios en este mundo.


Hoy quiero hablar de la resurrección, porque esos falsos profetas, pastores y maestros siguen promoviendo el ministerio del adversario. Hurtan la palabra de la mente de la gente, hurtan la esperanza, las promesas y las recompensas, llevando a la gente a ignorar la voluntad de Dios,  encubriendo el hecho de que solo hay una estrecha puerta para llegar al Padre, Jesucristo, el unigénito  de Dios. Predican sobre la virgen María; predican sobre los ángeles, sobre Buda, sobre Mahoma y predican doctrinas que no tienen nada que ver con la Palabra de Dios. Desechan la verdad de que solo haciendo la voluntad del Padre escrita en su santa Palabra, el rebaño, del que Jesús es el pastor, puede salvarse y entrar en el redil, en el cielo y en la mansión de Dios. Pero ¿cuál es la voluntad del Padre?


(Juan 6:39) Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite (anístemi)  en el día postrero (éscatos = último) {40} Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero (éscatos = último).


La palabra griega para “resucite y resucitaré” en ambos versículos es (anístemi) y la palabra griega para “postrero” de la frase “el día postrero”” es (éscatos = último).


Hay tres aspectos muy importantes que debemos considerar aquí.

Primero: Que la voluntad del Padre se declara dos veces, en los versículos 39 y 40: “Que Dios resucitará en el día postrero a todos aquellos que dio a Jesús. Al que “ve” al Hijo de Dios y cree en él, para que tengan vida eterna.” La palabra “ve” en el versículo 40 significa: percibir, reconocer, experimentar. ¡Así que no únicamente debemos decir que creemos en el hijo, debemos reconocerlo al grado de experimentar a Jesús, el unigénito de Dios!


(1 Tesalonicenses 4:13) Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. {14} Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.


La palabra “resucite” en el versículo 39 de Juan 6 y la palabra “resucitó” en 1 Tesalonicenses 4:14 son la misma palabra griega: “anístemi,” que significa: “ser levantado, levantarse de nuevo, levantarse. Curiosamente, la palabra “anístemi” se cita dos veces en ambos versículos y literalmente significa: levantar a alguien que está postrado o, en el caso de Jesús, muerto y sepultado. Así que lo primero que debemos notar en esta sección de las Escrituras es que la voluntad de Dios es que nos resucitará en los postreros (éscatos) días. ¡Eso está establecido!


Lo segundo que debemos observar en Juan 6 es la frase “en el día postrero,” también citada dos veces en los versículos 39 y 40. Cuando algo es repetido dos veces en la Biblia significa que estas cosas están establecidas y realmente sucederán. La frase “postreros días” aparece diez veces en diez versículos; algunas de ellas se refieren al fin del mundo, pero en estos casos se refieren a los días cercanos al final de los días, pero no al fin. ¿Por qué digo eso?


(Mateo 24:1) Cuando Jesús salió del templo y se iba, se acercaron sus discípulos para mostrarle los edificios del templo. {2} Respondiendo él, les dijo: ¿Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada. {3} Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin (suntéleia = consumación total de una dispensación o administración) del siglo? 


Jesús se refería a que el templo seria derribado en un tiempo futuro, pero los apóstoles le formularon tres preguntas: “¿cuándo serán estas cosas, refiriéndose al templo? ¿Qué señal habrá de tu venida? Y “¿Que señales habrá del fin del mundo?” No olvidemos que los apóstoles, hasta antes de seguir a Jesús estaban acostumbrados a vivir por señales y no por fe. Pero enfoquémonos en la frase “…el fin del siglo.” La palabra “siglo,” del griego también se traduce como “mundo o tiempos.”


(Mateo 24:4)  Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. {5} Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán. {6} Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin (telos = la conmoción de un acto, el resultado final, el fin absoluto).


Cuando los apóstoles preguntaron acerca del fin del siglo usaron la palabra griega, suntéleia = que es la consumación total de una dispensación o administración, refiriéndose a cuando los judíos serían reinstaurados nuevamente, como rama natural en el olivo. Jesús ya les había dicho justo antes de su ascensión que: “No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad;” y tampoco usó la misma palabra griega “sunteleia,” para “fin.” Él usó la palabra griega “telos,” refiriéndose al fin absoluto del mundo.


Ahora, ¿cuál es la diferencia entre esos “postreros días (éscatos)” a los que se refiere Jesús en Juan 6:39, 40; “sunteleia,” en Mateo 24:3 y (telos = la conmoción de un acto, el resultado final, el fin absoluto) en Mateo 24:6? ¡Las tres se refieren a tiempos diferentes!


(1 Corintios 15:51) He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados (alláso = hacer diferente, cambiado), {52} en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final (éscatos) trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados (egéiro) incorruptibles, y nosotros seremos transformados.


La palabra griega para “final” en la frase “final trompeta” aquí es exactamente la misma palabra griega (éscatos) para “día postrero” en Juan 6:39-40, y se refiere básicamente al día de la venida de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, nuestra reunión con él, pero no necesariamente al fin (telos) del mundo. Además, la palabra "resucitados" aquí en 1 Corintios 15 no es la misma palabra griega usada en Juan 6:39-40 y 1 Tesalonicenses 4:13: “anístemi,” que literalmente se refiere a la acción de levantar a alguien que está postrado o muerto. En 1 Corintios 15 se usa la palabra griega “egéiro,” similar a la raíz de “agorá,” que proviene de “agéiro,” que significa: “reunir.”¿Pueden ver la relación entre las palabras? También hay otra palabra griega relacionada: “agorázo,” que significa: “comprar o redimir.” Así que la palabra “egéiro” no solo significa “levantar a alguien que está postrado o muerto,” sino, que, también implica: “reunir, ser comprado, o ser redimido.” Estos son requisitos previos para ser resucitado incorruptible, ser transformado y levantado para ida eterna.


(1 Corintios 15:53) Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. {54} Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. {55} ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? {56} ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley.  {57} Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. {58} Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.


¡Es entonces cuando la muerte será sorbida en victoria, no antes!

Así que, en segundo lugar, debemos entender que esos “postreros días,” no se refieren al fin de los tiempos, sino a nuestra  reunión con el señor en el aire; y que “egéiro,” además de que significa: “resucitar o levantar a alguien que está postrado o muerto, también implica un cambio total, una transformación en algo completamente diferente.


El tercer aspecto a considerar en Juan 6:40, refiriéndose también a la voluntad del Padre: “que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna.” La palabra "tenga" es la palabra griega “éco,” que, entre otras aplicaciones, significa: sostener, tener, conservar. Una traducción literal del griego en  Juan 6, versículo 40, diría:


“Y esta es la determinación, elección, deseo o voluntad del Padre: que todos los que contemplan, disciernen, [experimentan] o intensamente [reconocen al hijo] y tienen fe o confían en él, se aferren, tengan o conserven la vida perpetua, eterna o sempiterna.”


(Mateo 7:21)  No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. {22} Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? {23} Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.


Estos son esos falsos profetas, pastores y maestros. Los que enseñan y promueven el fin (telos = la conmoción de un acto, el resultado final, el fin absoluto) ya está aquí hoy, y que la resurrección de los muertos ya ha sucedido. Usan el evangelio de Mateo para promover sus mentiras.


(Mateo 27:50) Mas Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu. {51} Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron; {52} y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron; {53} y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos. 
{54} El centurión, y los que estaban con él guardando a Jesús, visto el terremoto, y las cosas que habían sido hechas, temieron en gran manera, y dijeron: Verdaderamente éste era Hijo de Dios. 


Quienes enseñan esto dicen: “Todo lo que se enumera en los versículos 51-53 son diferentes aspectos de los excelentes efectos de la muerte del Señor.” Para el versículo 51, explican: “Esto significa que la base de la rebelión de Satanás fue sacudida y que la fortaleza de su reino primitivo fue quebrantada.” Para el versículo 52 dicen: “Esto significa que el poder de los muertos y del Hades fue conquistado y sometido, y que se liberó el poder de la muerte de Cristo.” Para el versículo 53 dicen: “En la figura de las primicias de la cosecha (Levítico 23:10-11) no se encontraba una sola espiga de trigo, sino una gavilla, que simbolizaba no solo a Cristo resucitado, sino también a los santos que resucitaron de entre los muertos después de su resurrección y que se ven aquí.” Pero en cuanto a “adónde fueron los muertos después de esto, no tienen forma de rastrearlo.”


La sola idea de que esto realmente sucediera causaría no solo un gran temor entre la gente, sino una gran consternación que no creo que Marcos, Lucas y Juan hubiesen ignorado. Así que, al leer Marcos, Lucas y Juan, se podría pensar que probablemente dormían profundamente a esa hora, porque nunca mencionan nada parecido al leer el relato de la crucifixión.


Marcos habla de cómo el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo, y menciona al centurión que dijo: “Verdaderamente este hombre era hijo de Dios.” Lucas también menciona lo mismo sobre el velo del templo;  a Jesús clamando a gran voz: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu;” al centurión que dijo: “Verdaderamente este hombre era justo,” y a la multitud que volvía a Jerusalén golpeándose el pecho.  Juan solo menciona cómo se cumplieron en ese momento las escrituras de Salmos 34:20 al respecto de que no le quebrarían ni un solo hueso, y Zacarías 12:10, donde menciona que sería traspasado. Pero ninguno de los tres menciona nada sobre la resurrección de los muertos, ni entonces ni después de que nuestro Señor y Salvador resucitara. Ya vimos cuándo será la resurrección de los muertos, ¡eso aún no ha sucedido!


El Dr. Victor Paul Wierwielle, en su libro "Jesucristo, nuestra Pascua", en la página 257, nota al pie n.° 24, dice: "Mateo 27:52 y 53 fueron claramente añadidos por escribas. El manuscrito 354 de Venecia, Italia, omite estos versículos. Aunque aún no se ha encontrado otra documentación al respecto, cabe destacar que los manuscritos más antiguos que incluyen esta sección de Mateo 27 datan del siglo IV d. C. Estos versículos deben ser una adición, ya que contradicen otras escrituras que nos enseñan que los muertos están muertos y permanecerán así hasta que Cristo regrese. Hasta entonces, solo Cristo había resucitado corporalmente de la muerte a la vida eterna. Los críticos textuales, así como las notas marginales de otros manuscritos antiguos, han reconocido estos versículos como interpolaciones posteriores. La frase “después de su resurrección de él” en Mateo 27:53 demuestra que el pasaje está totalmente fuera de contexto, obviamente algo añadido por los escribas.


Ahora bien, la Biblia habla de personas que fueron resucitadas de los muertos, pero no para vida eterna desde ese momento, como en los casos de Lázaro, Dorcas y la joven hija de un principal de la sinagoga.


(Juan 11:21) Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto. {22} Mas también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará. {23} Jesús le dijo: Tu hermano resucitará (anístemi). {24} Marta le dijo: Yo sé que resucitará (anístemi) en la resurrección, en el día postrero (éscatos). {25} Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección (anástasis) y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. {26} Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?


(Hechos 9:36) Había entonces en Jope una discípula llamada Tabita, que traducido quiere decir, Dorcas. Esta abundaba en buenas obras y en limosnas que hacía. {37} Y aconteció que en aquellos días enfermó y murió. Después de lavada, la pusieron en una sala. {38} Y como Lida estaba cerca de Jope, los discípulos, oyendo que Pedro estaba allí, le enviaron dos hombres, a rogarle: No tardes en venir a nosotros. {39} Levantándose entonces Pedro, fue con ellos; y cuando llegó, le llevaron a la sala, donde le rodearon todas las viudas, llorando y mostrando las túnicas y los vestidos que Dorcas hacía cuando estaba con ellas. {40} Entonces, sacando a todos, Pedro se puso de rodillas y oró; y volviéndose al cuerpo, dijo: Tabita, levántate (anístemi.)  Y ella abrió los ojos, y al ver a Pedro, se incorporó. {41} Y él, dándole la mano, la levantó (anístemi;) entonces, llamando a los santos y a las viudas, la presentó viva. 


(Marcos 5:38) Y vino a casa del principal de la sinagoga, y vio el alboroto y a los que lloraban y lamentaban mucho. {39} Y entrando, les dijo: ¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no está muerta, sino duerme. {40} Y se burlaban de él. Mas él, echando fuera a todos, tomó al padre y a la madre de la niña, y a los que estaban con él, y entró donde estaba la niña. {41} Y tomando la mano de la niña, le dijo: Talita cumi; que traducido es: Niña, a ti te digo, levántate (egéiro.) {42} Y luego la niña se levantó (anístemi)  y andaba, pues tenía doce años. Y se espantaron grandemente. 


En los casos de Lázaro y Dorcas, las palabras “resucitará y levántate,” son la misma palabra griega (anístemi), y la palabra “resurrección” es “anástasis.”


Pero en Marcos 5:41, la palabra para “levántate” es “egéiro,” implicando únicamente la acción de levantar a alguien que está postrado o muerto, porque eso es lo que esta palabra también significa. Sin embargo, la palabra “levantó” en el versículo 42 es “anístemi,” porque ella resucitó para vivir de nuevo, pero no para tener la vida eterna desde ese mismo instante.


Un aspecto interesante en la sección de Mateo 27:52-53 es que, cuando los escribas insertaron esos versículos espurios, usaron la palabra griega “egéiro” para “levantaron” y "egérsis" para “resurrección,” intentando dar a entender que los cuerpos de los santos muertos que “se levantaron,” resucitaron para vida eterna lo que no es verdad. ¡Una sutil y sucia artimaña de Satanás!


Mateo 27:52-53 es una falsificación que Satanás usó para engañar a los creyentes cristianos, logrando quizás convencer a muchos, pero esa fábula de que “los muertos ya resucitaron” es una mentira directamente maquinada por Satanás, el padre de toda mentira. Lázaro, Dorcas y la niña de 12 años que Jesús resucitó, fueron levantados (anístemi) solo para morir de nuevo al tiempo debido, pero no para vivir para siempre desde ese momento. ¿Por qué digo que “egéiro” está vinculado a la eternidad cuando se trata de ser resucitado? Porque a diferencia de “anístemi,” no solo significa levantar a alguien que está postrado o muerto, sino que también implica un cambio total hacia algo totalmente opuesto al original. De un cuerpo carnal a un ser completamente espiritual.


(1 Corintios 15:41) Una es la gloria del sol, otra la gloria de la luna, y otra la gloria de las estrellas, pues una estrella es diferente de otra en gloria. {42} Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará (egéiro) en incorrupción. {43} Se siembra en deshonra, resucitará (egéiro) en gloria; se siembra en debilidad, resucitará (egéiro) en poder. {44} Se siembra cuerpo animal, resucitará (egéiro) cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual. 


La palabra “resucitará” que se usa en toda esta sección NO es “anístemi,” sino (egéiro).


(1 Corintios 15:52) en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados (egéiro) incorruptibles, y nosotros seremos transformados (allásso = ser hecho diferente).


¡Seremos transformados! ¡Eso es lo que egeiro sugiere! La resurrección,  no es solo la idea de ser levantados de entre los muertos, sino el hecho innegable de ser completamente transformados en un ser espiritual completamente nuevo, tal como Jesucristo, nuestro Señor y Salvador. ¡Así que eso puedes darlo por hecho!


El capítulo 10 de Juan está lleno de todo tipo de figuras retóricas. Y el versículo 10 no es tan solo una ADVERTENCIA con letras MAYUSCULA para los creyentes cristianos sobre el ministerio de mentiras, muerte y destrucción del adversario, el archienemigo de Dios, para que los creyentes cristianos de aquellos tiempos y nosotros, hoy, estemos conscientes de ello y no caigamos presa de sus maquinaciones. El versículo 10 no solo promete una vida sobreabundante en cantidad o superior en calidad aquí en la tierra hoy, sino que promete la garantía innegable de que todos los que creen, todos los que tienen fe, todos los que confían en Jesucristo, el Hijo de Dios, la puerta del redil, la entrada a los atrios de la mansión del Padre, definitivamente conservarán, poseerán o tendrán la vida eterna, como se establece en Juan capítulo 6, versículos 39 y 40.


(1 Juan 2:15) No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. {16} Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. {17} Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.


Aquí hay otra advertencia: el mundo se refiere a las cosas físicas o materiales de la vida, y todos sabemos quién es el “dios de este mundo,” quien intenta engañarnos para que no hagamos la voluntad del Padre. Pero ni él ni sus artimañas podrán impedir que nuestro Señor y Salvador Jesucristo regrese para que podamos estar con él para siempre.


(1 Tesalonicenses 4:13) Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. {14} Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. {15} Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. {16} Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. {17} Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.


Como antes mencioné, la palabra “resucitó y resucitarán” en esta sección es la misma palabra griega  “anístemi,” que literalmente se refiere al acto de “levantar” a alguien que está postrado o “resucitar” a alguien que está muerto. “Egéiro” también implica la acción de “levantar” a alguien que está postrado o “resucitar” a alguien de entre los muertos; pero la mayoría de las veces, cuando se traduce como “resurrección o resucitado,” a diferencia de “anístemi,” “egéiro” además de que implica ser cambiado o transformado en algo totalmente diferente, también implica el ser reunidos, comprados o redimidos.


El evangelio de Juan nos muestra la preocupación de Jesús por las doctrinas demoníacas promovidas por falsos profetas, pastores y maestros. El apóstol Pablo quería también que los creyentes cristianos no se dejaran engañar al ignorar lo que sucedería durante la venida de nuestro Señor Jesucristo. La Palabra de Dios dice que a su debido tiempo seremos como Él ES, y si cumplimos la voluntad del Padre establecida en Juan 6:40, ¡espiritualmente YA SOMOS COMO ÉL ES!


(1 Juan 3:2) Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.


La resurrección, amigos míos, no es solo la idea de ser “resucitados” de entre los muertos, sino el hecho innegable de ser totalmente TRANSFORMADOS en un ser espiritual completamente nuevo y diferente para la vida eterna.


No nos dejemos engañar por doctrinas demoníacas promovidas por falsos profetas, pastores y maestros. En el capítulo 7 del evangelio de Mateo, Jesús dijo no solo una, sino dos veces en los versículos 16 y 20: “Por sus frutos los conoceréis.” Debemos pues prestar mucha atención para identificarlos y no dejarnos engañar.


Así que, no crean lo que muchos dicen, el apocalipsis no ha sucedido y aún no está aquí. Los acontecimientos actuales pudieran parecer el fin del mundo para muchos, pero aún no es el “telos = final absoluto.” Antes de que nace un bebé, siempre hay dolores de parto que preceden al alumbramiento, y aunque “toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora;” como lo establece Romanos 8:22, el fin (telos = la conmoción de un acto, el resultado final, el fin absoluto) aún no ha llegado. En la próxima enseñanza tocaremos el tema de “El día de la Resurrección,” pare realmente entender que es lo que eso significa.


Y con respecto a esos “postreros días” de los que habla Jesús, considerémoslos como una forma amorosa de recordarnos que el día en que nuestro Señor y Salvador Jesucristo regrese por nosotros se acerca cada día más. Amigos míos, tengan confianza en el Padre y crean en Jesucristo, su hijo. Él regresará por nosotros antes de que el día de la gran tribulación llegue. ¡Así que, no se turben vuestros corazones!


(1 Tesalonicenses 4:18) Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.


¡Que Dios los bendiga!


E. S. N.


J. E. R. S.


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Las cartas Ártios son enseñanzas que compartimos mensualmente en nuestra página de la Internet  [rbrc.us.] Artios es una palabra griega que aparece solamente una vez en toda la Biblia, en 2 Timoteo 3:17, y se ha traducido como: “perfecto.” La palabra “perfecto,” bíblicamente hablando significa “madurez espiritual,” y ayudar a alcanzar esa “madurez espiritual,” esa perfección, es uno de los propósitos de estas enseñanzas que compartimos. La Biblia es la Palabra de Dios, y esa Palabra de Dios nos revela la voluntad de Dios. Veamos pues lo que la Biblia enseña con respecto a la voluntad de Dios.

 

1 Timoteo 1:1 Pablo, apóstol de Jesucristo por mandato de Dios nuestro Salvador, y del Señor Jesucristo nuestra esperanza, {2} a Timoteo, verdadero hijo en la fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios nuestro Padre y de Cristo Jesús nuestro Señor.

Aquí vemos que Pablo no escribió esto a Timoteo solamente porque se le ocurrió, porque quiso impresionarlo, ni por hacerse el importante. El versículo dice que lo hizo por mandato de Dios. La palabra griega para “mandato” también significa “decreto, autoridad.” ¿Cómo es que Dios mandó a Pablo que escribiera esta carta a Timoteo? ¡Por revelación! y con toda la autoridad de Dios mismo.

 
(1 Timoteo 1:3) Como te rogué que te quedases en Éfeso, cuando fui a Macedonia, para que mandases a algunos que no enseñen diferente doctrina, {4} ni presten atención a fábulas y genealogías interminables, que acarrean disputas más bien que edificación de Dios que es por fe, así te encargo ahora. 

La palabra griega traducida como “rogué,” también se puede traducir como “invité, animé, exhorté.” Pablo no le estaba rogando o suplicando a Timoteo, como si Timoteo no hubiese querido hacer lo que Pablo le había dicho en Macedonia. Pablo está invitando, animando, exhortando a Timoteo, a hacer lo que ya antes Pablo le había indicado, y que también lo hiciera en ese momento; “que mandase a algunos que no enseñasen doctrinas diferentes, ni que prestaran atención a fábulas y genealogías interminables. La palabra griega para “mandase” también indica; instruir, encargar, mandar. Timoteo instruyó a la gente, como un encargo de Dios transmitido por Pablo, mandándoles que no enseñasen doctrinas diferentes, ni prestaran atención a fábulas y genealogías interminables. ¿Por qué? Porque solo acarrean disputas en lugar de obtener la edificación de Dios que es por fe. ¡Fe es la palabra griega pistis, y significa creencia! ¡La edificación de Dios viene por la creencia del individuo mismo! ¿Recuerdan que la fe (creencia) viene por el oír, y el oír la Palabra de Dios? Dios quiere que oigamos su Palabra y que la creamos, para poder recibir edificación, Dios no quiere que nos involucremos con las fábulas del mundo, ni con genealogías interminables que solo acarrean disputas.

 

(1 Timoteo 1:5) Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida, 

 

Este es el punto importante de este mandato, mandamiento o encargo, el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida. Esto me recuerda lo que dice:

 

(Romanos12:9) El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno. 

 

La palabra fingimiento aquí es la misma palabra griega que la de 1 Timoteo 1:5 El amor al igual que la creencia (fe) deben ser genuinos, no fingidos. La buena conciencia tiene que ver con nuestra percepción moral y escala de valores.  Todo esto me lleva a un punto de gran importancia al cual todos los creyentes cristianos debemos someternos. ¿Recuerdan ustedes cuál es el más grande mandamiento? 

 

(Mateo 22:35) Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarle, diciendo: {36} Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? {37} Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. {38} Este es el primero y grande mandamiento. {39} Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. {40} De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.

 

Si el más grande mandamiento es amar a Dios, y el segundo es amar al prójimo, por simple lógica podemos deducir que la ley del amor es la ley más importante a la que nos debemos someter. 1 Corintios 13 habla del amor, no del amor como una emoción, tampoco como de un sentimiento que debemos tener hacia Dios y hacia los demás, sino como un código de conducta, una manera de conducirnos o comportarnos en la vida. 1 Corintios 13 habla de las características del amor agápe, esas características nos muestran los más altos conceptos de ética y moral, ese es el amor al que debemos sujetarnos, el amor en el que Dios quiere que andemos y practiquemos cuando renovamos la mente. Ahora podemos entender con claridad cuál es el propósito del mandato de Pablo hacia Timoteo. 

 

(1 Timoteo 1:5) Pues el propósito de este mandamiento es el amor (agápe) nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida, 

 

La voluntad de Dios es que nosotros, sus hijos, no nos desviemos de la verdad enseñando falsas doctrinas, sino la verdad de la Palabra de Dios.

 

(1 Timoteo 1:6) de las cuales cosas desviándose algunos, se apartaron a vana palabrería, {7} queriendo ser doctores de la ley, sin entender ni lo que hablan ni lo que afirman. {8} Pero sabemos que la ley es buena, si uno la usa legítimamente; 

 

Por eso es que Dios quiere que no hagamos caso a las fábulas del mundo, a la vana palabrería. El quiere que nosotros de verdad entendamos lo que hablamos y lo que afirmamos. El versículo 8 dice que la ley es buena, si uno la usa legítimamente. Sea la ley de Moisés, o la ley del amor; lo que quiere decir, es que aunque la ley sea buena, si no se usa legítimamente, no sirve de nada. Así es la Palabra de Dios, aún cuando es buena, si los que la enseñan, no entienden lo que hablan, no traerá provecho a los oyentes. Por esa razón es importante y necesario, usar bien, o dividir correctamente la Palabra de Dios.

  

(1Timoteo 2:1) Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres;

 

Al inicio del capítulo uno, vinos que Pablo, por medio de revelación, por mandato de Dios, escribió esta epístola a Timoteo. En este capítulo dos, Dios dice que quiere que los cristianos oremos, y con acción de gracias hagamos peticiones por TODOS los hombres.

 

En la Biblia, la palabra “TODO” se usa de dos maneras: “TODO CON DISTINCION” o “TODO SIN EXCEPCION.” En este caso, Dios quiere que oremos por TODOS los hombres, SIN EXCEPCION. Sean creyentes cristianos o no lo sean.

  
(1 Timoteo 2:2) por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. 

Dios quiere que todos sus hijos vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad, y el orar por los demás, por nuestros gobernantes, la gente en el poder, así como por TODOS los hombres SIN EXCEPCIÓN, puede producir que vivamos quieta y reposadamente, en toda piedad y honestidad.

 

(1 Timoteo 2:3) Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, 

Dios solamente quiere lo mejor para sus hijos, y quiere que hagamos cosas buenas y agradables delante de él. Esa es su voluntad, y también es su voluntad que los demás, aquellos que no son creyentes cristianos, vengan a ser parte de su familia.

 

(1 Timoteo 2:4) el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. 

 

Dios no solamente quiere que TODOS SIN EXCEPCION sean salvos, sino que también vengan, al conocimiento de la verdad. Pero el ir al conocimiento de la verdad, es algo que ellos, cada persona, debe hacer por su propia cuenta. Dios no forza a nadie, todo es libre albedrío, la salvación está disponible para todo aquel que crea y quiera ser salvo, la salvación es personal, depende de cada individuo.  Claro que no todos creen ni todos quieren, pero aquellos que son salvos, es porque tomaron la decisión de creer ¿cuál es la verdad que Dios quiere que conozcan?


(1 Timoteo 2:5) Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, 

 

Este solo versículo, echa por tierra la idea de que hay tres dioses en uno. Dios padre, dios hijo, y dios espíritu santo no existen. El versículo 5 claramente dice “Porque hay solo un Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.” La letra “y” es la palabra griega “kai,” que distingue entre un personaje, “un solo Dios,”  y (kai) “un solo mediador, (Jesucristo hombre).”  La trinidad no es parte de la verdad que la Palabra de Dios enseña, es parte de lo que la tradición enseña, las tradiciones son doctrinas de hombres, y esas doctrinas de hombres son lo que hacen la religión. Dios no quiere que prestemos atención a fábulas y genealogías interminables. La Palabra de Dios no es una religión, la Palabra de Dios no se basa en falsas doctrinas hechas por el hombre. La Palabra de Dios es la voluntad de Dios, y es un estilo de vida, no una religión. La Palabra de Dios nos muestra la relación que existe entre un padre y sus hijos. Eso es lo que la verdad de la Palabra de Dios enseña.

¡Y la voluntad de Dios es que TODOS LOS HOMBRES SIN EXCEPCION, sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad! Ahora, ¿cómo es que después de ser salvos, podemos llegar al conocimiento de la verdad? Dios también nos dice cómo.

 

(2 Timoteo 2:15) Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad. 

 

¿Qué es lo que un obrero hace? ¡Trabaja! Un obrero de Dios debe trabajar la Palabra para llegar a conocerla y usarla bien. La única manera de usar bien la Palabra de Dios es conociéndola bien. La frase “que usa bien,” es la palabra griega “orthotomounta.” Y significa:”hacer un corte recto, dividir correctamente.” Por eso es que nosotros usamos la frase; “dividir correctamente, o correctamente dividida.” El usar bien la Palabra de Dios es enseñarla correctamente dividida. Muchos solo enseñan la Palabra porque han oído lo que otros enseñan aún sin saber si está correctamente dividida. Es importante dividir correctamente o usar bien la Palabra de Dios. No olviden que aunque la ley sea buena, en nuestro caso, la ley del amor, si no se usa bien, no traerá provecho a los oyentes. No olvidemos que estoy haciendo una pequeña reseña de lo que la palabra ártios, significa. ¿Por qué? Vean lo que Dios dice de su Palabra.

 

(2 Timoteo 3:16) Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, 

 

Esto significa que TODA la escritura es dada por inspiración de Dios, pero también que TODA la escritura es la respiración de Dios mismo. La Biblia es la Palabra respirada de Dios y es dada por inspiración de Dios a sus santos hombres.

 

(2 Pedro 1:20) entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, {21} porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.

 

2 Timoteo 3:16 dice que TODA la escritura es útil; la palabra útil es la palabra griega ophelinos; que significa: servicial, de beneficio, útil. Dios nos dice que su Palabra es servicial, benéfica, útil para tres cosas: La primera es para enseñar, enseñar la verdad de la Palabra de Dios a quien no la conoce, a quien la ignora, y enseñarla correctamente dividida. La segunda es para redarguir. Redarguir es reprender, amonestar, cuando alguien que ya ha sido enseñado correctamente, no está actuando conforme a la voluntad de Dios. La tercera es para corregir, cuando a alguien no se le a enseñado correctamente, y está tomando un camino erróneo. Estas tres cosas en conjunto, enseñar, redarguir y corregir, son instrucción en justicia.

 

Aquí podemos ver un claro ejemplo de usar bien, o dividir correctamente la Palabra de Dios, porque muchos mal interpretan este versículo y dicen que la palabra de Dios es útil para cuatro cosas; enseñar, redarguir, corregir, e instruir en justicia, pero no es así. La Palabra de Dios instruye en justicia por medio de la enseñanza, la reprensión, y la corrección.

 

Ahora, ya vimos que Pablo por revelación, por mandato de Dios exhortó a Timoteo a que instruyera a los creyentes cristianos que por mandato de Dios, no enseñasen doctrinas diferentes ni prestaran atención a fábulas y genealogías interminables, que solo acarrean disputas y no edifican. Vimos que el propósito de ese mandato o mandamiento, es el amor nacido de corazón limpio, de buena conciencia y de fe no fingida. Vimos que el amor de Dios es el mandamiento más grande al que debemos sujetarnos, y que de acuerdo a 1 Corintios 13, es el código de conducta del creyente cristiano, porque señala las características del amor de Dios, con los más altos conceptos de ética y moral.

Vimos que Dios quiere que conozcamos su Palabra al grado de entender lo que hablamos y afirmamos, y que debamos usar bien la palabra de Dios, porque como una ley, si no se usa bien, no aprovecha. Vimos que la voluntad de Dios es que TODOS los hombres y mujeres claro, SIN EXCEPCION sean salvos, y que por voluntad propia vengan al conocimiento de la verdad. Ya vimos que la verdad es que hay un solo Dios y un solo intermediario entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre. Vimos que Dios mismo nos indica cómo es que podemos llegar al conocimiento de la verdad. Trabajando su Palabra como obreros y que solamente conociendo su Palabra es que podemos usarla bien o dividirla correctamente. Vimos también que toda la escritura es inspirada o respirada de Dios, y que es útil para tres cosas, para enseñar, para redarguir, y para corregir, esas tres cosas juntas representan la instrucción en justicia. ¿Para qué es que Dios quiere que hagamos, aprendamos, y entendamos todas estas cosas? 


(2 Timoteo 3:17) a fin de que el hombre de Dios sea perfecto [artios], enteramente preparado para toda buena obra.

 

Ese es el propósito de todo creyente cristiano, ser perfecto. La perfección a la que Dios se refiere es la perfección o madurez espiritual, porque si miramos a nuestras características y capacidades físicas, nunca vamos a hallar la perfección. Unos gordos, otros flacos, unos altos, otros bajos, unos feos otros guapos, unos débiles y otros fuertes. Defectos vamos a hallar cuando vemos nuestras vidas a la luz de los sentidos, y cuando basamos todo lo que hacemos en el mundo de los sentidos, nunca vamos a estar enteramente preparados para toda buena obra. El propósito de todo creyente cristiano, conforme a la voluntad de Dios es ser perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. Recuerden que la palabra “perfecto” en 2 Timoteo 3:17 es la palabra Griega “Ártios.” De ahí es donde tomamos el nombre de nuestras cartas mensuales, porque ese es el propósito de nuestras cartas. ¡Enseñar la Palabra de Dios correctamente dividida, para que TODOS los hombres sean salvos, y vengan al conocimiento de la verdad, y puedan alcanzar esa madurez espiritual, esa es  la perfección con la que Dios nos ve! ¡Esa es la voluntad de Dios y eso es por lo que oramos, creemos y deseamos para todo creyente cristiano, ser Ártios, espiritualmente maduros, perfectos, enteramente preparados para toda buena obra!

 

I.H.N.

 

J.E.R.S.

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