La fuente principal de información de este blog es La Biblia. Todas las enseñanzas compartidas aquí, son y serán principalmente basadas en la Biblia Reyna Valera Versión de 1960

 

La palabra “familia“puede definirse como: “la unidad básica de la sociedad, tradicionalmente compuesta por dos padres que crían a sus hijos o un grupo de personas que viven bajo un mismo techo y, por lo general, bajo una sola cabeza (un hogar).” La palabra “familia” se usa 123 veces en el Antiguo Testamento. ¿Quieres saber cuántas veces aparece esta palabra “familia” en los evangelios? ¡Ninguna! ¿Y en las epístolas a la iglesia? ¡Solo una vez!


Siempre hablamos de ser parte de la familia de Dios, así que busqué la palabra “familia” en la Biblia y cuando vi su primer uso en el Antiguo Testamento, la historia en la que se usa no me agradó mucho.


(Levítico 20:5) entonces yo pondré mi rostro contra aquel varón y contra su familia, y le cortaré de entre su pueblo, con todos los que fornicaron en pos de él prostituyéndose con Moloc. 


Así que la primera vez que la palabra "familia" se usa en la Biblia, no deja una muy buena impresión, porque aquí se habla de algunas familias idólatras de la casa de Israel; específicamente aquellos que adoraban, dedicaban y ofrecían a sus hijos a Moloc, el dios pagano de los cananeos. Ahora bien, hay tres palabras hebreas traducidas como "familia" en todo el Antiguo Testamento: "mishpachah," que significa: un círculo de parientes, una tribu, una clase de personas, parentesco y familia. Esta palabra se usa en la mayoría de los casos 120 veces, desde Levítico 20:5 hasta Zacarías 14:18. 


La segunda palabra "'eleph," de la raíz hebrea “'alaph,” también traducida como "familia," y usada solo como tal en el libro de los Jueces, capítulo 6, en la historia de Gedeón, aunque otras versiones Bíblicas en español usan las palabras "clan o tribu" en lugar de "familia." Esta palabra hebrea se usa 8 veces en el Antiguo Testamento, principalmente traducida en relación con el ganado porque significa: bueyes o vacas (en plural). Imaginen lo inadecuado  que se sentía Gedeón y lo inferior que consideraba a su familia al compararla con ganado, pero vean las maravillas que Dios obró a través de él. De la misma manera, no importa cuán inadecuados nos sintamos a veces, Dios sigue siendo el mismo, ayer, hoy y mañana, y seguirá obrando maravillas a través de todos nosotros cuando confiamos y obedecemos su Palabra. 


Ahora bien, la tercera palabra, "bayith," es usada solo dos veces, en 1 Crónicas 13:14 y Zacarías 12:13, también es traducida como "familia," pero refiriéndose más específicamente a una "casa” o un “hogar." Esa es la historia de la palabra "familia" en el Antiguo Testamento. No hubo tanta  interacción padre e hijo entre Dios e Israel como pensé que sería. Pero al revisar la palabra "padre," que se usa 979 veces, encontré en el libro de Deuteronomio que Moisés le dijo a Israel que Dios era su "padre," quien los compró, los hizo y los estableció, agregando una hermosa analogía de lo que un padre en realidad representa.


(Deuteronomio 32:6) ¿Así pagáis a Jehová, Pueblo loco e ignorante? ¿No es él tu padre que te creó? 
El te hizo y te estableció. {7} Acuérdate de los tiempos antiguos, Considera los años de muchas generaciones;  Pregunta a tu padre, y él te declarará; A tus ancianos, y ellos te dirán.


La palabra hebrea “qanah  fue traducida como “creó” en el versículo 6, pero realmente significa “compró.” Moisés está  reprendiendo a Israel por cómo ellos estaban retribuyendo a Dios después de todo lo que Dios había hecho por ellos y además está presentando a Dios como padre de Israel, insinuando que eran hijos de Dios, aunque Moisés sabía que Dios los había comprado por precio. “Qanah” también significa: “erigir, procurar o ser obtenido por compra, poseer.” La palabra “hizo” es la misma palabra hebrea usada cuando Dios dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen…” Y la palabra “estableció” también significa erigir, literalmente, permanecer perpendicular, establecido, confirmado. 


En sentido figurado: hacer seguro, apropiado o próspero. Dios hizo todas estas cosas por Israel pero hasta ahora no se menciona la familia de Dios, aunque sí se menciona a Dios como una figura paterna.


(Deuteronomio 32:8) Cuando el Altísimo hizo heredar a las naciones, Cuando hizo dividir a los hijos de los hombres, Estableció los límites de los pueblos Según el número de los hijos de Israel.


El versículo 9 menciona que “el pueblo” era la “porción, participación, parte o asignación” de Dios. Y con  respecto a la herencia de Jacob, el Sr. E. W. Bullinger explica que esta fue asignada con una cuerda o cordel, lo que significa que fue medida, como con cuerdas y como si estuviera unida.


(Deuteronomio 32:10) Le halló en tierra de desierto, Y en yermo de horrible soledad; Lo trajo alrededor, lo instruyó, Lo guardó como a la niña de su ojo. {11} Como el águila que excita su nidada, Revolotea sobre sus pollos, Extiende sus alas, los toma, Los lleva sobre sus plumas, {12} Jehová solo le guió, Y con él no hubo dios extraño. {13} Lo hizo subir sobre las alturas de la tierra, Y comió los frutos del campo, E hizo que chupase miel de la peña, Y aceite del duro pedernal; {14} Mantequilla de vacas y leche de ovejas, Con grosura de corderos, Y carneros de Basán; también machos cabríos, Con lo mejor del trigo; Y de la sangre de la uva bebiste vino. 


Estos versículos describen lo que tierna y amorosamente Dios hizo por Israel y cómo los guió y los cuidó, con una figura retórica similar a la de una águila que cuida a sus crías, pero también nos muestra como un padre debe cuidar a sus hijos aunque no sean su propia descendencia.


(Deuteronomio 32:15) Pero engordó Jesurún, y tiró coces (Engordaste, te cubriste de grasa); Entonces abandonó al Dios que lo hizo, Y menospreció la Roca de su salvación. {16} Le despertaron a celos con los dioses ajenos; Lo provocaron a ira con abominaciones. {17} Sacrificaron a los demonios, y no a Dios;A dioses que no habían conocido, A nuevos dioses venidos de cerca, Que no habían temido vuestros padres. {18} De la Roca que te creó te olvidaste; Te has olvidado de Dios tu creador. 


Estos últimos versículos explican por qué Moisés reprendió a Israel en el versículo 6, llamándolos “locos e ignorantes.” Pero los inconsistentes caminos de Israel se repitieron a lo largo de su historia con Dios hasta los tiempos de Jesús. En 2 Samuel, capítulo 7:14, Dios le dijo al rey David que Dios mismo sería como padre para Salomón y que Salomón sería como su hijo, pero si Salomón cometía iniquidad, como lo hizo, Dios lo abandonaría, como sucedió al final de la vida de Salomón. La última sección de las Escrituras del Antiguo Testamento que habla de Dios como padre de Israel se encuentra en Malaquías.


(Mal. 2:1) Ahora, pues, oh sacerdotes, para vosotros es este mandamiento. {2} Si no oyereis, y si no decidís de corazón dar gloria a mi nombre, ha dicho Jehová de los ejércitos, enviaré maldición sobre vosotros, y maldeciré vuestras bendiciones; y aun las he maldecido, porque no os habéis decidido de corazón. 


Aquí el profeta Malaquías está hablando a los sacerdotes de Israel quienes no escucharon ni cumplieron con los mandamientos de Dios; Tampoco creyeron a Dios en sus corazones (eso es lo que significa la frase: “decidís de corazón,”) que aparece dos veces en estos versículos, y tampoco le dieron la gloria a Dios. Aquí vemos que lo que más le importa a Dios es el corazón de las personas, porque del corazón  mana la vida.


La palabra hebrea traducida como "corazón" aquí significa: "los sentimientos, la voluntad y el intelecto, así como, el centro de todo." Algo que debemos entender es que este sacerdocio no provenía del linaje de Leví; a quien Dios había delegado la responsabilidad del sacerdocio por medio de un pacto, por lo tanto, si observamos cómo se comportó este sacerdocio, apartados de Dios y sus mandamientos, así también lo hizo el pueblo que ellos guiaban, como lo expresan los siguientes versículos.


(Mal 2:8)  Mas vosotros os habéis apartado del camino; habéis hecho tropezar a muchos en la ley; habéis corrompido el pacto de Leví, dice Jehová de los ejércitos. {9} Por tanto, yo también os he hecho viles y bajos ante todo el pueblo, así como vosotros no habéis guardado mis caminos (curso de vida, modo de vivir, conducta o comportamiento), y en la ley (tora) hacéis acepción de personas.


Me temo que mucho que lo que dicen estos versículos puede aplicarse hoy en día a muchas de las llamadas "iglesias cristianas." Por un lado, siguen aferrado a la Ley de Moisés, aunque la enseñen de manera errónea, alejándose aún más de los caminos de Dios. Por otro lado, sus liderazgos se preocupan más por la popularidad, haciendo acepción de personas para hacerse de un nombre entre las multitudes, en lugar de enseñar la Palabra de Dios correctamente dividida y dar gloria al Padre.


(Mal 2:10) ¿No tenemos todos un mismo padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios? ¿Por qué, pues, nos portamos deslealmente el uno contra el otro, profanando el pacto de nuestros padres? {11} Prevaricó Judá, y en Israel y en Jerusalén se ha cometido abominación; porque Judá ha profanado el santuario de Jehová que él amó, y se casó con hija de dios extraño. 


Aquí nuevamente se menciona a Dios como el padre de Israel. La palabra "creado" es la palabra hebrea "bara',”  que significa "crear,” es la misma palabra hebrea que se usa en Génesis capítulo 1 versículo 1 donde dice: "En el principio creó Dios los cielos y la tierra.” En el versículo 11 la palabra “amó” es la palabra hebrea “‘ahab,” que significa: “tener afecto por (sexualmente o de otra manera). Se menciona a Judá, el hijo de Jacob y su desleal conducta, no solo se había casado con una mujer cananea, de lo cual Dios les había advertido a no unirse con mujeres de pueblos paganos, y tuvo tres hijos con ella, y  después que ella murió, concibió un hijo con su nuera, quien fuera esposa de sus dos hijos mayores. Así, que, Malaquías no solo está hablando de la conducta o del comportamiento en cuerpo y alma, también se refiere al lado espiritual del hombre, porque la idolatría no es solo el hecho de adorar un trozo de madera o piedra, la idolatría profana espiritualmente la santidad de Dios. Después de todo lo que hemos leído, aún no veo una verdadera relación de Padre e hijo entre Dios e Israel en el Antiguo Testamento. Ahora bien, en los evangelios, Jesús predicó a Dios como su Padre, pero también como el padre del pueblo mientras les mostraba cómo orar a Dios.


(Mateo 6:9) Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.
{10} Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.


A lo largo de su ministerio, Jesús siempre confrontó a los líderes judíos, negando que fueran hijos del Dios Altísimo, pues se consideraban descendientes de Abraham, dándole a Abraham preeminencia sobre Jesús y sobre el Dios Todopoderoso. Vean el evangelio de Juan.


(Juan 8:37) Sé que sois descendientes de Abraham; pero procuráis matarme, porque mi palabra no halla cabida en vosotros. {38} Yo hablo lo que he visto cerca del Padre; y vosotros hacéis lo que habéis oído cerca de vuestro padre.


En la primera parte del versículo 41, Jesús dijo: “vosotros hacéis las obras de vuestro padre.” “Yo hablo y hago las que he visto cerca del Padre.” Por eso subtitulé esta primera parte “De tal palo, tal astilla,” Porque por un lado, Jesús siempre hablo e hizo las cosas que vio de su Padre. Y por otro lado, los lideres Judíos hacían las obras de su verdadero padre, quien es mencionado por Jesús en el versículo 44.


(Juan 8:44) Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él fue homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso y padre de mentira.


Así que nunca hubo una relación de padre e hijo entre Dios e Israel, aunque Moisés mencionó que Dios era su padre, al igual que Malaquías, en su carta a los sacerdotes. Pero la historia que mejor describe la relación entre Dios e Israel es quizás la del "padre perdonador," comúnmente conocido como "el hijo pródigo." La cual puedes leer el el evangelio de Lucas 15:11-32.  Ahora bien, la única relación real entre padre e hijo se describe en los evangelios durante el ministerio de Jesús.


(Marcos 1:1) Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. 


El Sr. E. W. Bullinger afirma que la frase "comienzo del evangelio" es un hebraísmo proveniente del libro de Oseas, que significa "comienzo de la palabra de Jehová." Aclara que este es el comienzo, no del libro de Marcos, sino de los hechos de la buena nueva. Siendo el hecho que: "Jesucristo es el hijo de Dios." 


La frase "hijo de Dios" aparece en la Biblia 84 veces, una de ellas en el libro de Daniel, en la historia del "horno de fuego ardiente." ¿Recuerdan la historia de Daniel, Sadrac, Mesac y Abed-nego? Si no la conocen, lean el capítulo 3 del libro de Daniel. Volviendo a la frase “hijo de Dios,” esta aparece 28 veces en los evangelios y 55 veces en las epístolas. Aunque hubo algunos que intentaron negar la verdad acerca de que Jesús es el hijo de Dios.


(Mateo 26:59) Y los principales sacerdotes y los ancianos y todo el concilio, buscaban falso testimonio contra Jesús, para entregarle a la muerte, {60} y no lo hallaron, aunque muchos testigos falsos se presentaban. Pero al fin vinieron dos testigos falsos, {61} que dijeron: Este dijo: Puedo derribar el templo de Dios, y en tres días reedificarlo.


Se negaron a creer en Jesús como el hijo de Dios y procuraban matarlo por medio de falsos testigos.


(Mateo 26:62) Y levantándose el sumo sacerdote, le dijo: ¿No respondes nada? ¿Qué testifican éstos contra ti? {63} Mas Jesús callaba. Entonces el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios. {64} Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo. {65} Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: ¡Ha blasfemado! ¿Qué más necesidad tenemos de testigos? He aquí, ahora mismo habéis oído su blasfemia. {66} ¿Qué os parece? Y respondiendo ellos, dijeron: ¡Es reo de muerte!


En Juan, capítulo 19, cuando Jesús fue llevado ante Poncio Pilatos, quien tampoco halló falta alguna en él y, queriendo liberarlo, lo entregó a los judíos, quienes lo condenaron a muerte.


(Juan 19:7) Los judíos le respondieron: Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley debe morir, porque se hizo a sí mismo Hijo de Dios. 


Aún en el momento de su crucifixión, muchos negaban que fuera el hijo de Dios.


(Mateo 27:40) y diciendo: Tú que derribas el templo, y en tres días lo reedificas, sálvate a ti mismo; si eres Hijo de Dios, desciende de la cruz. {41} De esta manera también los principales sacerdotes, escarneciéndole con los escribas y los fariseos y los ancianos, decían: {42} A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar; si es el Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, y creeremos en él. {43} Confió en Dios; líbrele ahora si le quiere; porque ha dicho: Soy Hijo de Dios. {44} Lo mismo le injuriaban también los ladrones que estaban crucificados con él. 


Ninguna de estas personas creía que Jesús era el hijo de Dios, eso es lo que dicen las Escrituras. Y también podemos agregar una lista extra bíblica adicional de negadores, como las denominaciones evangélicas, mejor conocidas como trinitarias, incluyendo a los católicos y los judíos mesiánicos, incluyendo también a musulmanes, budistas, hindúes, etc. Ahora bien, en Mateo capítulo 4, podemos ver que no solo todas estas personas mintieron al intentar negar que Jesús era el hijo de Dios, sino que aquí tenemos la historia de Satanás tentando a Jesús en el desierto.


(Mateo 4:1) Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo. {2} Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. {3} Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. {4} Él respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.


La partícula condicional "si" en el versículo 3 podría ser engañosa, haciendo que la gente piense que el diablo cuestiona a Jesús, si realmente es el hijo de Dios. La palabra "si" aquí, al igual que en el versículo 6, es la palabra griega ei, con el modo indicativo asumiendo y dando por sentado un hecho real. "Si" también puede traducirse como "ya que, o puesto que eres hijo de Dios." En el griego actual, la palabra "ei" es una afirmación: "Sí, eres hijo de Dios." ¿Ven cómo los traductores jugaron con las palabras? ¿Intentaban acaso también engañar a los creyentes? Ahora, veamos el versículo 9.


(Mateo 4:9) Y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares.

"Si" aquí es la palabra griega ean, una partícula condicional diferente que se usa a menudo en conexión con otras partículas para denotar indefinición o incertidumbre; significa: pero, excepto, si o cuándo. Así que en los versículos 3 y 6, Satanás no cuestionaba a Jesús, sino que afirmaba que Jesús era el hijo de Dios y por eso intentó convencerlo para que lo adorara en lugar de adorar a Dios el creador de los cielos y la tierra. Ya que hablamos de quienes negaron que Jesús fuera el hijo de Dios, hablemos ahora de lo que la Palabra de Dios, a través de muchos, dice, sobre quién es Jesús.


Acabamos de ver la historia en Mateo capítulo 4: Satanás literalmente dijo: “Puesto que eres hijo de Dios…” El estaba confirmando que Jesús era el hijo de Dios. También en Mateo 8:29, dos espíritus  malignos clamaron: “¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo? En el libro de Lucas 4:33-34, estando Jesús en la sinagoga, un hombre con un espíritu maligno inmundo clamó: “Déjanos; ¿qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Yo te conozco quién eres, el Santo de Dios.” El espíritu maligno dijo: Yo te conozco quién eres, el Santo de Dios.” El espíritu maligno no dijo: “Tú eres Dios, el todo poderoso, sino, el santificado o consagrado, el ungido de Dios.” En Mateo 14, cuando Pedro se hundía al tratar de caminar sobre el agua y después de que Jesús lo rescatara, todos los discípulos en la barca se inclinaron ante él diciendo: “Verdaderamente eres hijo de Dios.” No lo adoraron como Dios, sino que lo reverenciaron y lo reconocieron como” hijo de Dios.” Y en los versículos 40 y 41, cuando sanaba a todos los enfermos con diversas enfermedades, salieron demonios clamando: “Tú eres el Hijo de Dios. Pero él los reprendía y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Cristo.” “Cristo significa: “mesías, elegido, ungido o consagrado.” Y la lista sigue y sigue. María, su madre, cuando el ángel vino y le dijo: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá será llamado Hijo de Dios.” Los apóstoles, Natanael, Marta (la hermana de Lázaro), el centurión que lo vio clavado en el madero, el eunuco, que era una gran autoridad que estaba a cargo de todos los tesoros de Candace, reina de los etíopes. Este eunuco, quien vino a Jerusalén a adorar, volvía a su tierra sin haber entendido las escrituras hasta que Felipe le expuso la verdad acerca del mesías.


(Hechos 8:37)  Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios. 


Este eunuco declaró lo que creyó en su corazón después que Felipe le enseñó, “Jesucristo es el hijo de Dios.” ¿Pueden ver cómo esto es también un asunto del corazón? Algunos aún dirán: Bueno, Jesús mismo dijo que “el diablo es el padre de toda mentira,” así que, ¿por qué creerle al diablo? Y esos espíritus malignos son parte de la misma sopa que Satanás, una bola de mentirosos. Y el resto, bueno, solo eran personas y no son confiables, todos tienen una agenda por seguir, siempre están tratando de promover lo que les conviene. Bueno, amigos míos, pueden decir lo que quieran, creer o pensar lo que prefieran, y tienen derecho a su propia opinión. Pero permítanme mostrarles algunos versículos básicos de las Escrituras.


(2 Timoteo 3:16) Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, {17} a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. 


(2 Pedro 1:19) Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;


¿Ven la importancia que tiene el corazón?


(2 Pedro 1:20) entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, {21} porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.


Todo lo que leemos sobre estas personas no eran solo sus opiniones, sino lo que creían en sus corazones. Recordemos que a Dios le importa el corazón de la gente y que él es el único que conoce y discierne los corazones.


(2 Pedro 2:1) Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. {2} Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, {3} y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme. 


¿Lo ven? Dios conoce el corazón de la gente y nos advierte sobre los falsos profetas y falsos maestros.


Permítanme concluir esta primera parte con el mejor testigo, la máxima autoridad que afirma que Jesús es el hijo de Dios.


(Mateo 3:16) Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. {17} Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.


¿Recuerdan ahora la historia de la transfiguración? ¿Cuando Jesús llevó a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan a una montaña, apartados del resto?


(Mateo 17:3) Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él. {4} Entonces Pedro dijo a Jesús: Señor, bueno es para nosotros que estemos aquí; si quieres, hagamos aquí tres enramadas: una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías. {5} Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd.


¿Qué creen que era eso? La voz del Dios Todopoderoso. ¿Aún quieren negar que Jesús es el hijo de Dios cuando Dios mismo dijo: “Este es mi Hijo amado; a él oíd.” No le crean a Satanás si no quieren, no le crean a esos espíritus malignos, no le crean a toda esa gente que afirmó, creyó y proclamó que Jesús es el hijo de Dios, pero si no creen en Dios el Creador de los cielos y la tierra, ni en la palabra inspirada por Él, pueden incluirse en la lista de aquellos cuyo juicio, desde hace mucho tiempo, no se alarga, y su condenación no se duerme.


Ahora bien, comencé diciendo que una familia es definida como: “la unidad básica de la sociedad, tradicionalmente compuesta por dos padres que crían a sus hijos o un grupo de individuos que viven bajo un mismo techo y, por lo general, bajo una sola cabeza (un hogar).”


 Hasta ahora solo hemos hablado de un padre y un hijo; en la segunda parte hablaremos del resto de los miembros de esta, la familia de Dios. 


¡Dios los bendiga!


E. S. N.


J. E. R. S.

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