Una de las frases que la gente usa con más frecuencia
cuando planea hacer algo a futuro, es: "Primero Dios, si Dios quiere, o,
si Dios me lo permite, haré tal cosa o visitaré tal lugar...". Y cuando
algo negativo sucede, generalmente culpan a Dios diciendo que: "era la voluntad de Dios
que eso pasara."
Mucha gente
ignora cuál es en realidad la voluntad de Dios. Todos sabemos que la voluntad
de Dios está revelada en su santa palabra, y hoy quiero compartir que como parte
de la voluntad de Dios, hay una oración y un deseo de nuestro Padre celestial
para nosotros, sus hijos. Por esa razón titulé esta enseñanza: "La Oración
de Dios."
Establezcamos las bases con un par de versículos que
nos ayudarán a comprender cuál es la voluntad de Dios para sus hijos.
(2 Timoteo 3:16) Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para
enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, {17} a
fin de que el hombre de Dios sea perfecto,
enteramente preparado para toda buena obra.
La frase "inspirada por Dios" en el
versículo 16 es la palabra Griega “theópneustos”
que significa: "respirada por Dios.” Una traducción literal del griego es:
“divinamente inspirado.” Por lo que toda la Escritura, desde Génesis 1:1 hasta
Apocalipsis 22:21, fue respirada por Dios o “divinamente inspirada,” a sus
santos hombres como se describe exactamente en el segundo libro de Pedro.
(2 Pedro 1:21) porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos
hombres de Dios hablaron siendo
inspirados por el Espíritu Santo.
La palabra “profecía” aquí se refiere a la Palabra de
Dios, los santos hombres de Dios fueron inspirados por el Espíritu Santo, para
que pudieran profetizar; ya sea, predecir eventos futuros, o declarar la Palabra
de Dios. Por eso Abraham, Samuel, Eliseo, Isaías, Mateo, Pedro, Juan y Pablo,
entre muchos, expresaron la voluntad de Dios.
Algo más que debemos entender de 2 Timoteo capítulo 3
en el versículo 17, es las palabra “perfecto,” que significa “completo o
entero,” lo que tiene mucho que ver con ser salvo, y el hecho de ser nuevamente
cuerpo, alma y espíritu, como en el principio, cuando Dios formó el cuerpo del
polvo de la tierra, sopló en su nariz para darle aliento de vida o vida de
alma, y creó de su espíritu a su imagen y semejanza.
La frase:
“enteramente preparado,” también del versículo 17, significa: estar completamente completo, o completamente equipado para llevar a
cabo toda buena obra. Todo eso es
parte de lo que la voluntad de Dios es.
El apóstol Juan escribió una carta a un querido
creyente llamado Gayo, y lejos de escribir una carta personal desde su
mentalidad humana, sobre lo que él deseaba, para sí mismo o para Gayo, escribió
una carta inspirada por el Espíritu Santo, una carta que muestra los deseos de
Dios para todos sus hijos:
(3 Juan 1:2) Amado, yo deseo que tú seas prosperado
en todas las cosas, y que tengas salud,
así como prospera tu alma.
La palabra “deseo” es traducida de la palabra griega (éucomai). Esta palabra aparece
solamente 7 veces en la Biblia, cinco veces en las epístolas a la iglesia, una
vez en Santiago, y una vez aquí en tercera de Juan. Su significado Bíblico
tiene que ver con orar a Dios, y es traducida como: orar, expresarse, desear, o
querer. Hechos 26:9 y 2 Corintios 13:7
son ejemplos claros de su uso Bíblico.
(Hechos 26:29) Y Pablo dijo: ¡Quisiera Dios (éucomai)
que por poco o por mucho, no solamente tú, sino también todos los que hoy me
oyen, fueseis hechos tales cual yo soy, excepto estas cadenas!
Lo que Pablo está diciendo es que: “Dios desearía” que
todos los que me oyen fuesen como yo, pero sin estar presos. En otras palabras;
la oración o deseo de Dios, es que todos los que oyesen las palabras de Pablo fueran como él. Vean ahora lo que Pablo dice a los Corintios.
(2 Corintios 13:7) Y oramos (éucomai) a Dios que ninguna cosa mala hagáis; no para que nosotros aparezcamos
aprobados, sino para que vosotros hagáis
lo bueno, aunque nosotros seamos como reprobados. {8} Porque nada
podemos contra la verdad, sino por la
verdad. {9} Por lo cual nos gozamos de que seamos nosotros débiles, y
que vosotros estéis fuertes; y aun oramos
(éucomai) por vuestra perfección.
Aquí el “deseo” u oración a Dios del apóstol Pablo para los Corintios, y en general para la
iglesia del cuerpo de Cristo (del que nosotros también somos parte) no era tan
solo que prosperásemos y tuviésemos salud como lo expresó el apóstol Juan, sino que no
hiciéramos el mal, cosas deshonestas o reprobables, sino que hiciéramos cosas
honestas y nos sujetáramos a la verdad y
por la verdad. Y eso no fue todo, su “deseo” u “oración a Dios” era por nuestra
perfección. “Perfección aquí es la palabra Griega “katársis,” que significa: "completamente equipado,” lo cual encaja
plenamente con lo que dice 2 Timoteo 3:17: "Que el hombre de Dios sea
perfecto, enteramente preparado para toda buena obra". Eso es lo que la
palabra de Dios expresa, y esa es la voluntad de Dios.”
Así, que, la palabra "deseo," éucomai,” puede traducirse como: “una
oración en nombre de Dios.” Pero no debemos errar, como Eliú, hijo de Baraquel
buzita, un joven que confrontó a Job y a sus tres amigos que eran mucho mayor
de edad que él, tratando de explicar la causa del sufrimiento de Job.
(Job 33:4) El espíritu de Dios me hizo, Y el
soplo del Omnipotente me dio vida. {5} Respóndeme si puedes; Ordena
tus palabras, ponte en pie. {6} Heme
aquí a mí en lugar de Dios, conforme a tu dicho; De barro fui yo también formado.
Eliú pensó que hablaba a Job y a sus tres amigos en
lugar de Dios, que por ello estaba haciendo la voluntad de Dios; y aunque sus
palabras parecían más perspicaces que las de los tres amigos de Job, aun así resultaron
insatisfactorias para poder explicar el sufrimiento de Job, quien al final tuvo
que orar por sus incómodos amigos para que
recibieran liberación.
(Job 42:7) Y aconteció que después que habló Jehová
estas palabras a Job, Jehová dijo a Elifaz temanita: Mi ira se encendió contra
ti y tus dos compañeros; porque no habéis hablado de mí lo recto, como mi
siervo Job. {8} Ahora, pues, tomaos siete becerros y siete carneros, e id a mi
siervo Job, y ofreced holocausto por vosotros, y mi siervo Job orará por
vosotros; porque de cierto a él atenderé para no trataros afrentosamente, por
cuanto no habéis hablado de mí con rectitud, como mi siervo Job. {9} Fueron, pues, Elifaz temanita, Bildad suhita y
Zofar naamatita, e hicieron como Jehová les dijo; y Jehová aceptó la oración de
Job.
Eliú creyó que hablaba por Dios pero estaba equivocado,
hablaba por sí mismo con su razonamiento carnal o humano. Pero cuando el
apóstol Juan dijo: " Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las
cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma,” él estaba hablando por
Dios. No olvidemos que “toda la escritura es divinamente inspirada,” y Juan
hablo siendo inspirado por el espíritu santo, al igual que el apóstol Pablo. Como
podemos ver, “éucomai,” no es ni
expresa un “tonto o ingenuo deseo” del apóstol Juan, sino una oración a Dios o un
“deseo” incesante de la voluntad de Dios, una oración continua para la iglesia
del cuerpo de Cristo. Esto es lo que Dios quiere para nosotros diariamente, en
todo lo que tiene que ver con nuestras vidas. ¡Juan expresa que la voluntad de
Dios es que seamos un pueblo próspero y saludable!
Ahora, la palabra "prosperar" significa
tener éxito en los negocios, ser rentable, de provecho. La prosperidad no tiene
que ver solamente con dinero o tener éxito en las finanzas, es algo que debe
suceder en todos los aspectos de la vida, y Dios es quien nos hace prosperar
cuando se lo permitimos: El libro de Génesis nos muestra un claro ejemplo de lo
que la palabra “prosperar” significa.
(Génesis 24:40) Entonces él me respondió: Jehová, en
cuya presencia he andado, enviará su ángel contigo, y prosperará tu camino; y tomarás para mi hijo mujer de mi familia y
de la casa de mi padre.
Abraham envió a su siervo a un viaje en busca de una esposa para su hijo Isaac, y le dijo que Dios “prosperaría” su camino, lo que significa que su viaje sería provechoso, que tendría éxito. La palabra “camino” del hebreo aquí también puede traducirse como: “el curso de tu vida,” indicando que la prosperidad no solo tiene que ver con las finanzas, sino con todo lo relacionado a la vida de las personas. En Génesis 39 vemos el ejemplo de José, quien en ese momento estaba en prisión, así como el apóstol Pablo lo estuvo al final de su vida.
(Génesis 39:23) No necesitaba atender el jefe de la cárcel cosa alguna de las que estaban al cuidado de José, porque Jehová estaba con José, y lo que él hacía, Jehová lo prosperaba.
Aún cuando José estaba en prisión Dios lo prosperó,
eso no significa que acumuló una gran cantidad de dinero. ¡No! El versículo
dice que Dios lo prosperaba en todo lo que hacía. Nosotros no estamos en
prisión, sujetos a ningún cautiverio físico, o viajando por los caminos con una
encomienda, pero así como Dios prosperó al siervo de Abraham y a José, él también
nos prosperará a nosotros en todo, porque Dios es quien prospera a los que en
él confían.
(1 Corintios 16:2) Cada primer día de la semana cada
uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan
entonces ofrendas.
La palabra “ofrenda” en realidad no expresa el
significado real del mensaje. Es
traducida de la palabra griega “logia”
que significa: contribución, colecta, o, lo reunido. El apóstol Pablo habla
aquí de “separar o apartar” de lo que Dios nos haya prosperado, nosotros le
llamamos el “compartir abundante,” porque
otro aspecto de la voluntad de
Dios es que compartamos abundantemente de lo que él nos haya prosperado. Dios no
quiere hijos tacaños o avaros, él quiere que compartamos abundantemente de
aquello en lo que él nos haya prosperado. Pero volviendo a 3 Juan 1:2.
(3 Juan 1:2) Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y
que tengas salud, así como prospera tu alma.
La palabra "seas" no está en el texto Griego.
Lo que sí está en el texto es el deseo de Dios para nosotros que tengamos
salud.
"Salud" es la palabra griega ugiáino; que significa: tener
buena salud, estar bien (físicamente); Ser incorrupto (fiel a la doctrina);
estar sano y salvo. Así que vemos que "ugiánio"
no solo se refiere a la salud física, sino también a la mental y espiritual.
(Lucas 5:31) Respondiendo Jesús, les dijo: Los
que están sanos (ugiáino) no tienen necesidad de médico, sino los
enfermos.
El Sr. E. W. Bullinger, explica que, “ugiáino" es una palabra
médica que significa "sano o fuerte." La palabra "enfermo"
describe a alguien "enfermo, con dolencias, enfermedades, oprimido o
necesitado.”
Eso de que “es la voluntad de Dios que yo esté
enfermo, pobre o miserable” es una mentira promovida por el diablo y sus
huestes. Dios no quiere que estemos enfermos, oprimidos o necesitados. ¡La
voluntad de Dios es que estemos sanos, fuertes, física, mental y
espiritualmente! Veamos un ejemplo de esta palabra Griega.
(Lucas 7:10) Al regresar a casa, los que habían sido
enviados encontraron sano (ugiáino)
al siervo que había estado enfermo.
Este hombre era siervo de un centurión muy reconocido
y apreciado por los ancianos judíos de Capernaum y estaba físicamente enfermo,
pero gracias enorme creencia de su amo fue sanado completamente. Veamos otro
ejemplo.
(Lucas 15:27) Y le dijo: “Tu hermano ha venido; y tu
padre ha matado el becerro cebado, porque lo recibió sano y salvo (ugiáino, ugiáino).”
Este hombre regresó a casa sano y salvo física y
mentalmente, porque su enfermedad no era solamente física, al parecer tampoco
estaba muy bien de la mente, pero ahora volvía a casa “sano y salvo.” Esta
historia debería ser conocida como “el padre perdonador,” porque después de
todo lo que el hijo hizo, su padre lo
perdonó; y eso y más es lo que nuestro Padre celestial hace cada día por
nosotros.
(2 Timoteo 1:13) Retén la forma de las sanas (ugiáino) palabras que oíste de
mí, en la fe y el amor que es en Cristo Jesús.
La sanidad y la solidez espiritual solo se adquieren a
través de la sana doctrina, eso es la Palabra de Dios, en la fe y el amor, que
es en Cristo Jesús nuestro Señor.
(2 Timoteo 4:3) Porque vendrá tiempo cuando no
sufrirán la sana (ugiáino) doctrina,
sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus
propias concupiscencias,
Este versículo muestra la realidad del mundo de hoy, las
personas no toleran la sana (ugiáino)
doctrina y van al mundo buscando complacer sus propias concupiscencias, y
prestando oído a toda clase de doctrinas de demonios, en lugar de la sana
doctrina.
(3 Juan 1:2) Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y
que tengas salud, así como prospera
tu alma.
Anteriormente mencioné que la palabra “seas" no
está en el texto Griego, porque en realidad no es necesaria, pero fue agregada
para dar sentido a la oración. Aunque la voluntad de Dios es que prosperes, y
la voluntad de Dios es absoluta: él quiere que prosperes o tengas éxito en
todas las cosas relacionadas a tu vida y que tengas salud.
En la última parte del versículo, la frase "así
como" del griego es: kathos kai,
que significa: tal como, (en la medida en que), o, según. Esta es una cláusula
comparativa, pero ¿por qué Dios la comparó con la prosperidad de nuestra alma?
Aquí, "alma" es la palabra griega psucé; significa: “respirar.” De
acuerdo al Sr. Bullinger, aquí se usa en referencia a la vida. Pero para mejor entender
qué es el “alma” y cómo “prospera,” veamos dónde se usa la palabra “alma” en la
Biblia por primera vez.
(Génesis 2:7) Entonces Jehová Dios formó al hombre del
polvo de la tierra, y sopló en su
nariz aliento de vida, y fue el
hombre un ser viviente.
La Biblia Lamsa, así como la traducción al español,
dicen: “y fue el hombre un ser viviente.”
En este versículo, la palabra “alma” proviene del
hebreo “nephesh,” que significa: una criatura que respira.
Podemos ver que tanto el griego como el hebreo tienen
el mismo significado básico: “respiro, respirar; o vida.” De hecho, “alma”
significa: “respirar vida.” Cuando dejamos de respirar, no hay más vida; por lo
tanto, no hay más alma. Pero ¿qué es lo que mantiene a un ser respirando?
¿Dónde está la vida en el cuerpo del hombre?
(Levítico 17:10) Si cualquier varón de la casa de
Israel, o de los extranjeros que moran entre ellos, comiere alguna sangre, yo pondré mi rostro contra la
persona que comiere sangre, y la
cortaré de entre su pueblo. {11} Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para
hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará
expiación de la persona. {12} Por tanto, he dicho a los hijos de Israel: Ninguna
persona de vosotros comerá sangre, ni el extranjero que mora entre vosotros
comerá sangre. {13} Y cualquier varón de los hijos de Israel, o de los
extranjeros que moran entre ellos, que cazare animal o ave que sea de comer,
derramará su sangre y la cubrirá con tierra. {14} Porque la vida de toda carne es su sangre; por tanto, he dicho a
los hijos de Israel: No comeréis la sangre de ninguna carne, porque la vida de toda carne es su sangre;
cualquiera que la comiere será cortado.
Así que el alma es lo que Dios sopló en la nariz del
primer hombre, Adán. Al hacerlo, la sangre comenzó a fluir a través de Adán.
Por eso, cuando el hombre se desangra, la respiración se detiene y el alma
abandona el cuerpo. Sin sangre, y sin aliento, no hay alma y no hay vida.
Pero todavía me pregunto por qué Dios comparó nuestra
prosperidad y salud con nuestra alma. Realmente no lo sé, solo puedo pensar que
cuando un bebé se gesta, la sangre ya fluye por su cuerpo, alimentada por el
cordón umbilical con su madre. El bebé al estar aún conectado por el cordón
umbilical es una extensión del alma de su madre; en ese momento, el proceso de
prosperidad de esta alma pudiera detenerse. Pero tan pronto como el bebé nace a
este mundo, comienza a respirar y se convierte en un alma independiente, a
menos que se detenga esa respiración, ya no se puede impedir que el pequeño
crezca y prospere. A medida que la respiración continúa, el bebé se
desarrollará y prosperará con el tiempo. Esta es la única manera en que la vida
de alma prospera.
Así que, debemos aprender a conocer la voluntad de
Dios y no tan solo asumir que Dios es quien nos ha puesto en la situación en la
que vivimos hoy. El mundo culpa a Dios de todos los males habidos y por haber,
por ser pobre, por estar enfermo, por no poder obtener las cosas que deseamos
en la vida. Pero eso no es lo que la Palabra de Dios nos enseña. La Biblia es
la voluntad revelada de Dios y parte de esa voluntad es un deseo continuo, día tras
día, de que prosperemos y tengamos salud en la medida en la que nuestra alma
prospera; para que podamos llegar al punto de ser perfectos, íntegros,
completos física, mental y espiritualmente, con la sana doctrina que es en si
la Palabra respirada por Dios, completamente
preparados para toda buena obra. Tanto el apóstol Juan como el apóstol Pablo no
hablaron las cosas con su mentalidad mundana, hablaron siendo inspirados por el
espíritu santo, por lo tanto, sus deseos no eran sus opiniones personales sino
el deseo de lo que Dios mismo quiere en la vida de todos sus hijos ¡Y esa mis
amigos, es la oración de Dios por nosotros, sus hijos amados!
¡Dios los bendiga!
E. S. N.
J.E.R.S.