La fuente principal de información de este blog es La Biblia. Todas las enseñanzas compartidas aquí, son y serán principalmente basadas en la Biblia Reyna Valera Versión de 1960

 

Quiero compartir acerca de cuatro enemigos de la creencia, enemigos que evitan que los creyentes cristianos se desarrollen, crezcan y maduren. Crecer y madurar tienen todo que ver con dar frutos. En Romanos 1:13 Pablo dice: “Pero no quiero, hermanos, que ignoréis que muchas veces me he propuesto ir a vosotros (pero hasta ahora he sido estorbado), para tener también entre vosotros algún fruto, como entre los demás gentiles.” Pablo estaba comunicando la voluntad de Dios a los creyentes cristianos en Roma, esperando, o anticipando con placer tener algún fruto entre ellos, y a la vez, enseñarles también a ser fructíferos. Dios quiere que demos frutos, pero no los daremos si no creemos en su Palabra y en sus promesas. ¡El derrotar estos cuatro enemigos de la creencia, nos permitirá dar frutos de una manera fantástica!


(Romanos 5:1-5) Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; {2} por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. {3} Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; {4} y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; {5} y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado. 


“Fe” es la palabra Griega Pistis, que también significa “creencia.”  “Justificados” quiere decir; “que ya hemos sido hechos justos.” Y hemos sido hechos justos debido a nuestra creencia. Por esa misma creencia tenemos paz para con Dios, por medio de nuestro señor Jesucristo, por quien también tenemos entrada, debido a nuestra creencia, a la gracia de Dios, en la que estamos firmes, y además, nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Ahora, la palabra esperanza significa: “tener gran expectación o tener confianza,” también significa: “Anticipar con gran placer, o  con  gran alegría.” Así que cuando decimos: “…y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios” deberíamos decir: “…y nos gloriamos anticipando con gran alegría la gloria de Dios.”


Pero ¿cuántos de nosotros realmente esperamos, o anticipamos con  gran alegría las cosas? La mayoría de las veces que usamos la frase “eso espero,” la usamos con cierta desconfianza; “como esperando que a lo mejor suceda,” aunque sin estar realmente convencidos de que, lo que esperamos vaya a suceder. El versículo 3 en Romanos 5 dice: “… sino que también nos gloriamos en las tribulaciones,” pero muy a menudo pareciera que glorificamos las tribulaciones, pues nos enfocamos tanto en ellas y las magnificamos, ignorando que deberíamos gloriarnos en ellas. Las tribulaciones producen paciencia, y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza. La palabra Griega traducida como prueba también significa, fidelidad. Así que las aflicciones producen paciencia; y la paciencia, fidelidad; y la fidelidad, esperanza. Ya mencioné que la palabra esperanza significa: tener gran expectación o confianza, anticipar con gran placer o con gran alegría. ¡Es precisamente, en esa alegría donde se encuentran el gozo y el regocijo pleno!  


Los evangelios describen a los “creyentes incrédulos,” como aquellos “de poca fe.” La frase “poca fe,” proviene de la palabra Griega “oligopistos.” Esta palabra está compuesta por dos palabras griegas; “olígos,” que significa: diminuto, ya sea en extensión, en duración, en grado, o en valor; algo breve, algo pequeño. La otra palabra es: “pistos,”  que significa: creencia o fe.


La palabra “oligopistos” se usa 5 veces en los Evangelios, 4 veces en Mateo y 1 en Lucas, aunque el uso de Lucas es similar a uno de los usos en Mateo, así que técnicamente, podríamos decir que solamente se usa 4 veces en los evangelios.


(Romanos 15:4) Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza.


Los versículos que vamos a leer, fueron escritos para nuestra enseñanza, así que, vamos a ver algunos ejemplos de la palabra “oligopistos.” ¡Y a conocer esos cuatro enemigos de la creencia!


Enemigo Número Uno – El Afán y las Preocupaciones.


(Mateo 6:25) Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? {26} Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? {27} ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? {28} Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; {29} pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. {30} Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? (OLIGOPISTOS) {31} No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? {32} Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. {33} Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. {34} Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.


Podemos ver con claridad que el punto principal de este relato es confiar en Dios, aunque hallamos cierto énfasis en el afán y las preocupaciones. No debemos glorificar o magnificar las tribulaciones, sino, gloriarnos en ellas. Este es uno de los enemigos de nuestra creencia, y aunque esto no fue escrito directamente para los creyentes cristianos, ciertamente podemos aprender de ello, para que a pesar de todo, confiemos más en Dios.


Enemigo Número Dos – El Temor


(Mateo 8:23) Y entrando él en la barca, sus discípulos le siguieron. {24} Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; pero él dormía. {25} Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos! {26} El les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza. {27} Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?


En este relato vemos que los discípulos tenían miedo, algunos de ellos habían sido pescadores, y ciertamente habían enfrentado muchas tormentas a lo largo de sus vidas; pero esta tormenta era tan grande que las olas cubrían la barca, y los discípulos estaban realmente atemorizados, al grado que pensaban que morirían. Aquí, el temor es lo que detuvo la creencia de los discípulos. Veamos el siguiente relato.


Enemigo Número Tres – La Duda


(Mateo 14:23) Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo. {24} Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario. {25} Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar. {26} Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo. {27} Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis! {28} Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. {29} Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. {30} Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! {31} Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? {32} Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento.


Aquí tenemos al buen Pedro pidiéndole al señor que le permitiera caminar sobre el agua, ¡y lo hizo! ¿Recuerdan lo que Jesús les dijo cuando todos lo vieron caminar sobre el agua? ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis! Solo unos minutos antes le había dicho a Pedro; “¡No te preocupes, no tengas temor, confía en mí!” Pero Pedro miró las circunstancias a su alrededor y tuvo miedo, comenzó a dudar,  e inmediatamente comenzó a hundirse. La duda es otro de los enemigos de nuestra creencia, puede evitar que confiemos plenamente en Dios.


Enemigo Número Cuatro – El Razonamiento


(Mateo 16:5) Llegando sus discípulos al otro lado, se habían olvidado de traer pan.  {6} Y Jesús les dijo: Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos y de los saduceos. {7} Ellos pensaban dentro de sí, diciendo: Esto dice porque no trajimos pan.  {8} Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por qué pensáis dentro de vosotros, hombres de poca fe, que no tenéis pan?  {9} ¿No entendéis aún, ni os acordáis de los cinco panes entre cinco mil hombres, y cuántas cestas recogisteis?  {10} ¿Ni de los siete panes entre cuatro mil, y cuántas canastas recogisteis?  {11} ¿Cómo es que no entendéis que no fue por el pan que os dije que os guardaseis de la levadura de los fariseos y de los saduceos? {12} Entonces entendieron que no les había dicho que se guardasen de la levadura del pan, sino de la doctrina de los fariseos y de los saduceos. 


La frase; “Pensáis dentro de vosotros,” realmente significa: “Deliberar por medio del razonamiento, reflexión o discusión; considerar; cuestionar; pensar.” Los apóstoles cuestionaron, considerando en sus mentes, en lugar de creer y confiar en las palabras de Jesús, acerca de la doctrina de los Fariseos y los Saduceos. En este caso en particular el enemigo de la creencia fue el propio razonamiento de los discípulos, lo que ellos pensaron dentro de ellos mismos. Aunque el enemigo real en este caso es, el cuestionar la integridad de la Palabra de Dios y sus promesas, a través del razonamiento innecesario.


Un Ejemplo Viviente – El Centurión


Jesucristo es nuestro ejemplo a seguir, pues él creyó al punto de confiar a Dios su propia vida; pero hay un ejemplo de un hombre, un gentil, alguien que ni siquiera era parte del pueblo judío, alguien que creyó a tal grado, que Jesucristo mismo quedo maravillado por la creencia y la confianza de este hombre.


(Lucas 7:1) Después que hubo terminado todas sus palabras al pueblo que le oía, entró en Capernaum. {2} Y el siervo de un centurión, a quien éste quería mucho, estaba enfermo y a punto de morir. {3} Cuando el centurión oyó hablar de Jesús, le envió unos ancianos de los judíos, rogándole que viniese y sanase a su siervo. {4} Y ellos vinieron a Jesús y le rogaron con solicitud, diciéndole: Es digno de que le concedas esto; {5} porque ama a nuestra nación, y nos edificó una sinagoga. {6} Y Jesús fue con ellos. Pero cuando ya no estaban lejos de la casa, el centurión envió a él unos amigos, diciéndole: Señor, no te molestes, pues no soy digno de que entres bajo mi techo; {7} por lo que ni aun me tuve por digno de venir a ti; pero di la palabra, y mi siervo será sano. {8} Porque también yo soy hombre puesto bajo autoridad, y tengo soldados bajo mis órdenes; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. {9} Al oír esto, Jesús se maravilló de él, y volviéndose, dijo a la gente que le seguía: Os digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe.  Recuerden que “fe” es la palabra Griega “pistis” y también significa creencia. {10} Y al regresar a casa los que habían sido enviados, hallaron sano al siervo que había estado enfermo. 


Este centurión estaba preocupado porque su siervo a quien quería mucho estaba a punto de morir, pero cuando oyó hablar de Jesús, su preocupación se esfumo. Envió unos ancianos de los judíos a ver a Jesús, quienes dijeron a Jesús que el centurión era un hombre bueno, y digno de recibir la ayuda. El centurión no tuvo temor de pedir ayuda a Jesús, por medio de los ancianos, aun sabiendo que él era un gentil, y que no era digno de mostrarse personalmente ante Jesús. El no pensó dentro de sí que no podía recibir la ayuda que buscaba, y finalmente, el no dudo de que Jesús tenía la capacidad y la voluntad de ayudarle, sanando a su siervo. Este centurión dio a Jesús y a su palabra el valor real del poder y la autoridad que Jesús tenía sobre cualquier enfermedad.  ¿Lo hacemos nosotros?


A través de nuestras vidas lidiamos con cosas buenas y cosas malas, con alegrías y tristezas, con abundancia y con necesidades. Pero es nuestra decisión, si vamos a permitir que la vida y el mundo nos derroten, o si vamos a pararnos firmes en nuestra creencia y confiar en Dios y su Palabra, para poder así nosotros derrotar al mundo y sus tribulaciones. Esos enemigos de la creencia, las preocupaciones, el temor, la duda y nuestro razonamiento personal, esos enemigos de la creencia, vendrán y se irán a lo largo de nuestras vidas, pero mira lo que dice Hebreos.


(Hebreos 10:23) Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. 


Y también:


(Hebreos 11:1) Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. 


La palabra “certeza” es la palabra griega “upóstasis,” que significa: “esencia o naturaleza esencial, parte fundamental, seguridad.” 


El Interlineal Griego – Español se refiere a esta palabra como: “una base segura.”  


La frase “ …de lo que…” es la palabra griega “pragma,” que significa: “asunto, materia, cosa.”  


La palabra “espera,” es la palabra griega “elpízo,” que significa: “confiar, esperar, anticipar con gran placer, o gran alegría.” 


La palabra “convicción” es la palabra griega “élegcos,” que significa: “certidumbre,  evidencia, convicción.” 


La palabra “ve” es la palabra griega “blépo,” que significa: “tener el poder o la capacidad de ver, y usar los ojos para ver, percibir.” También significa: “observar con exactitud y con deseo; y puede también referirse a una visión mental.”


Una traducción literal del Interlineal Griego – Español lee: 


"Es pues la fe (creencia) una base segura, la certidumbre de lo que anticipamos con gran alegría, una prueba convincente de realidades que aún no podemos ver".


La preocupación o los afanes de la vida, el temor, la duda y el razonamiento, pueden detener nuestro crecimiento y nuestra madurez espiritual, al grado que nos volvamos infructuosos, y fallemos en nuestra creencia en Dios y su Palabra. 


Estos cuatro enemigos de la creencia, evitan que recibamos las promesas de Dios. No debemos permitir que estos cuatro enemigos de la creencia entren a nuestras vidas. 


¿Has oído la frase: ver para creer? Bueno, eso no es verdad, como creyente cristiano renacido del espíritu de Dios, y con todo poder desde lo alto, tú no necesitas ¡ver para creer! ¡Necesitas creer para recibir las promesas y las bendiciones de Dios!


Te exhorto a que no olvides, que:


¡La creencia o fe, es una base segura, una parte fundamental, una prueba convincente de las realidades de Dios, que  aunque aún no podamos verlas, son reales, y  debemos anticiparlas con gran alegría!


¡Dios los bendiga!


E. S. N.


José Edixon Rosales Serna


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El término Pentecostés proviene del griego Penetekostés, que significa: "quincuagésimo", y se refiere a la fiesta que se celebra el quincuagésimo día después de la Pascua. Es también conocida como la "Fiesta de las Semanas" y la "Fiesta de los 50 días" en la tradición rabínica. 

El número 50 tiene un gran significado. 

(Levíticos 25:1) Jehová habló a Moisés en el monte de Sinaí, diciendo: {2} Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra que yo os doy, la tierra guardará reposo para Jehová. {3} Seis años sembrarás tu tierra, y seis años podarás tu viña y recogerás sus frutos. {4} Pero el séptimo año la tierra tendrá descanso, reposo para Jehová; no sembrarás tu tierra, ni podarás tu viña. 

Dios le dio instrucciones a su pueblo acerca del uso de la tierra, y de algunas leyes sobre la siembra y la cosecha con respecto al "sábado de reposo", una celebración especial que no era necesariamente el sábado semanal. 

(Levíticos 25:8) Y contarás siete semanas de años, siete veces siete años, de modo que los días de las siete semanas de años vendrán a serte cuarenta y nueve años. {9} Entonces harás tocar fuertemente la trompeta en el mes séptimo a los diez días del mes; el día de la expiación haréis tocar la trompeta por toda vuestra tierra. 

El versículo 9 en el lenguaje Hebreo dice: " Entonces harás tocar fuertemente la trompeta del "jubileo" a los diez días del mes séptimo; en el día de la expiación haréis tocar la trompeta por toda vuestra tierra". 

El término "jubileo" proviene de la palabra hebrea "yobel", que alude al cuerno del macho cabrío que se usaba como instrumento de sonido, para anunciar al pueblo el año de "jubileo", que era el día de la expiación o restitución. 

El número 50 para el pueblo judío representaba el año de "Jubileo", una proclamación de libertad para la tierra, las propiedades, los sirvientes y los esclavos. El "jubileo", representaba el día de expiación, o sea, el día de borrar las culpas, de purificarse por medio de algún tipo de sacrificio. En este caso, la tierra misma debería descansar, no debía sembrarse absolutamente nada en ella. Todos aquellos que fueran esclavos o sirvientes, debían ser liberados de toda obligación o deuda, las propiedades también debían ser devueltas a los propietarios originales, y todo hombre o mujer debería ser devuelto a su familia, como leemos en el versículo siguiente. 

(Levíticos 25:10) Y santificaréis el año cincuenta, y pregonaréis libertad en la tierra a todos sus moradores; ese año os será de jubileo, y volveréis cada uno a vuestra posesión, y cada cual volverá a su familia. 
¿Puedes imaginar lo que eso significó para el pueblo judío? ¿Especialmente para todos aquellos que de alguna manera estaban bajo algún tipo de cautiverio? Esa proclamación de libertad fue profetizada después por el profeta Isaías. 

(Isaías 61:1) El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; {2} a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; {3} a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya. 

En un sentido espiritual, esta profecía fue cumplida por nuestro Señor y Salvador Jesucristo, cuando se le dio a leer precisamente el libro del profeta Isaías: 

(Lucas 4:18) El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; {19} A predicar el año agradable del Señor. {20} Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. {21} Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros. 

Permíteme compartir ese mismo pasaje del Interlineal Griego - Español: 

(Lucas 4:18) "El espíritu del Señor está sobre mí, por lo cual ungió me para evangelizar a los pobres, ha enviado me {19} a proclamar a los cautivos libertad y a los ciegos recuperación de la vista, para enviar a los oprimidos en libertad, a proclamar un año del Señor aceptable (como un gran jubileo). {20} Y tras enrollar el volumen, devolviéndolo al asistente, se sentó y de todos los ojos en la sinagoga estaban fijos en él. {21} Y comenzó a decir a ellos: Hoy se ha cumplido la escritura esta en los oídos de vosotros." 

Jesús proclamó esa libertad el mismo día que leyó el rollo, y mencionó que esa escritura se había cumplido "delante" de ellos. ¿Notas que solo leyó hasta donde dice: "a predicar el año agradable del Señor" y devolvió el rollo? ¿Por qué? ¡Porque él vino la primera vez a predicar el año aceptable del Señor, no para proclamar el día de venganza del Dios nuestro! ¡Y ese año aceptable del Señor está disponible aún! 

Una nota al costado del Interlineal, con respecto a " proclamar el año aceptable del Señor" dice: "Como un gran jubileo" ¡Jesús nuestro señor vino a predicar libertad, como un gran jubileo! ¡Esa libertad se hizo disponible ese mismo día! El texto Griego también dice que esa escritura, que solo era parte de la profecía de Isaías se había cumplido "en los oídos de vosotros". ¿Porqué? ¡Porque para creer en Dios y en su Palabra no necesitamos ver, necesitamos oír! 

(Romanos 10:17) Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios. 

El texto Griego, así como varias diferentes versiones leen: "Así que la fe viene del oír, y el oír, mediante las Palabras de Cristo". Porque las palabra de Cristo fue lo que Pablo junto a todos los apóstoles enseñaron y compartieron a la Iglesia de Dios, y lo que Cristo hablaba, era la Palabra de Dios.  
Pero Israel no escuchó que la libertad estaba disponible en ese momento, allí mismo, siendo Jesús el instrumento mismo de esa liberación, la única puerta de acceso a la libertad que Dios nos da. ¡Pero Israel no creyó en él! 

(Mateo 13:1) Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar. {2} Y se le juntó mucha gente; y entrando él en la barca, se sentó, y toda la gente estaba en la playa. {3} Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar. 

Jesús habló a Israel por parábolas, como aquí, la muy conocida parábola del sembrador, y en el versículo 9 Jesús resalta la importancia de oír. 

(Mateo 13:9) El que tiene oídos para oír, oiga. 

Oír, era tan importante en esos tiempos, como lo es hoy, ¿porqué? ¡Porque le fe, la creencia viene por el oír! 

(Mateo 13:10) Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas por parábolas? 

En el versículo 13, Jesús les responde a sus apóstoles por qué le habló en parábolas a Israel, y en el versículo 15 menciona la verdadera razón de la ceguera, la sordera, y la falta de entendimiento del pueblo judío. 

(Mateo 13:13) Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden. {14} De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo: De oído oiréis, y no entenderéis; Y viendo veréis, y no percibiréis. {1}5 Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, Y con los oídos oyen pesadamente, Y han cerrado sus ojos; Para que no vean con los ojos, Y oigan con los oídos, Y con el corazón entiendan, Y se conviertan, Y yo los sane. {16} Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen. {17} Porque de cierto os digo, que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron. 

La dureza del corazón de Israel no fue causada por Dios, fue obra de ellos mismos, ellos mismos cerraron sus ojos a la verdad, ellos mismos permitieron que sus oídos se embotaran y permitieron también que sus corazones se engrosaran, alejándose, en lugar de regresar a la Palabra de Dios, guiados por un liderazgo ciego y corrupto. Si tan solo hubiesen creído, y extendido sus manos, habrían recibido esa libertad en el momento mismo en que Jesús dijo: "Este día se ha cumplido esta escritura en vuestros oídos", pero no le oyeron ni creyeron en él. 

"Libertad" es la palabra Hebrea "derowr" y significa: "rapidez de movimiento, o salida espontánea, libertad, pureza". Aparece por primera vez en la Biblia en Levíticos 25:10, precisamente en referencia al año de Jubileo. La segunda vez que esta misma palabra hebrea es usada, es precisamente en Isaías 61:1,2; la profecía que se cumplió cuando Jesús leyó el rollo. 

En el antiguo testamento, el décimo día del séptimo mes, del año cincuenta, se celebraba el día de la expiación o restitución, Israel tenían que hacer sonar la trompeta en toda la tierra, consagrar el año cincuenta y proclamar la libertad a todos los habitantes para la devolución de las posesiones de cada hombre y su regreso a sus familias. Cada 50 años Israel debía celebra el Jubileo. 

Pentecostés, también significa 50, refiriéndose a cincuenta días después de la crucifixión de nuestro señor Jesucristo. Y espiritualmente hablando, no solo significó una proclamación de libertad espiritual dada a la iglesia, sino la realización de una profecía, venida de una promesa espiritual de parte de Dios. 

¡Pentecostés no solo fue una alegórica celebración de un Jubileo espiritual para proclamar la libertad espiritual, sino una promesa hecha realidad, y puesta al alcance para todo aquél que cree! 

(Mateo 11:27) Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar. {28} Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. {29} Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; {30} porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga. 

¡Esa mansedumbre y esa humildad de corazón de nuestro señor Jesucristo, contrasta totalmente con el corazón duro y engrosado del pueblo de Israel! 

(Lucas 24:45) Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras; {46} y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; {47} y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. {48} Y vosotros sois testigos de estas cosas. {49} He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto. 

La promesa del padre, era ser investidos de poder desde lo alto, y justo antes de ascender, nuestro señor Jesucristo confirmó esa promesa, ¡para certificar que estaba establecida! Y en el versículo ocho del capítulo 1 de hechos, repitió lo que dijo en Lucas 24:49. 

(Hechos 1:4) Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. {5} Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días. 

(Hechos 1: 8) Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra. 

Cuando Jesús leyó el rollo, la Escritura solo se cumplió en los oídos de Israel, aunque ellos no podían oír con sus oídos, ni ver con sus ojos, ni entender, porque permitieron que sus corazones se engrosaran, alejándose de Dios y su Palabra. 

¡Pero el día de Pentecostés ese descanso, ese refrigerio del alma, la promesa del Padre, el poder desde lo alto se hizo presente y la libertad se hizo realidad! 

(Hechos 10:34) Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas, {35} sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia. {36} Dios envió mensaje a los hijos de Israel, anunciando el evangelio de la paz por medio de Jesucristo; éste es Señor de todos. {37} Vosotros sabéis lo que se divulgó por toda Judea, comenzando desde Galilea, después del bautismo que predicó Juan: {38} cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él. {39} Y nosotros somos testigos de todas las cosas que Jesús hizo en la tierra de Judea y en Jerusalén; a quien mataron colgándole en un madero. {40} A éste levantó Dios al tercer día, e hizo que se manifestase; {41} no a todo el pueblo, sino a los testigos que Dios había ordenado de antemano, a nosotros que comimos y bebimos con él después que resucitó de los muertos. {42} Y nos mandó que predicásemos al pueblo, y testificásemos que él es el que Dios ha puesto por Juez de vivos y muertos. {43} De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre. {44} Mientras aún hablaba Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el discurso. 

Pentecostés no solo trajo descanso o refrigerio a nuestras almas, sino libertad y paz, no puede haber paz cuando no hay libertad, y también nos trajo de regreso a nuestra familia celestial. 

(Colosenses 1:12) con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; {13} el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, {14} en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados. 

(1 Pedro 2:9) Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; {10} vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia. 

El jubileo era para Israel el año 50 de la tierra, un sábado de reposo, un año consagrado. El décimo día del séptimo mes, el día de la expiación o día de la restitución, tocaron la trompeta por toda la tierra y proclamaron la libertad a todos los habitantes para la devolución de las posesiones de cada hombre y el regreso de cada hombre a sus familias. 

(2 Corintios 3:17) Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. 

El día de Pentecostés, la fiesta de los 50 días, la libertad que Jesús proclamó a Israel también se hizo disponible a todo aquél que cree y confiesa al salvador del pecado. Como dijo Pedro en el libro de los Hechos. 

(Hechos 2:39) Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare. ¡Y ustedes, hermanos y hermanas, también han sido llamados! 

La Biblia no menciona que entre la resurrección de nuestro Señor Jesucristo y el día de Pentecostés se tocara una trompeta, para proclamar la libertad sobre la tierra, como en el día del Jubileo, pero habrá una trompeta, y no solo para proclamar la libertad, sino para llamar a todos los creyentes cristianos renacidos del espíritu de Dios a nuestro hogar celestial, esa será la última trompeta, justo antes del retorno de nuestro señor y salvador Jesucristo:

(1 Corintios 15:52) en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. {53} Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad 

Y vean lo que dice también: 

(1 Tesalonicenses 4:16) Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. {17} Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. {18} Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras. 

¡Pentecostés no fue únicamente el nacimiento de la Igesia cristiana, o el advenimiento de la era de gracia, fue la celebración de una libertad espiritual que trajo descanso y paz a nuestras almas, y que  también nos trajo de vuelta a nuestra familia celestial, la familia de Dios a la que tú y yo pertenecemos. 

¡Sí, porque nosotros  no pertenecemos a este mundo! 

 (Filipenses 3:20) Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; Amen 

¡Dios te bendiga!

E. S. N. 

 J. E. R. S.
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