En mi propuesta a la mejor meta de año nuevo como
creyentes cristianos para llevar a cabo durante este 2021, hoy continuaremos
con la segunda parte de "Ser Imitadores de Dios como hijos amados".
Vimos que el primer paso es confesar Romanos 10:9,10 haciendo a Jesús señor de
nuestras vidas, estudiar, aprender y crecer en la Palabra de Dios y en el
conocimiento de nuestro Señor Jesucristo y su doctrina, para madurar al grado
de intentar seguir el ejemplo de Pablo, quién
abandonó todo lo que era y lo que tenía, reconociendo la justicia de
Dios que es en Cristo Jesús, por encima de su antigua religión y su antigua
manera de vivir. Vimos que Efesios nos exhorta a ser imitadores de Dios y que
el apóstol Pablo nos muestra que eso es algo posible de lograr, claro que no es
lo más fácil del mundo y tampoco algo que se logre en unos cuantos mese o años,
y que pudiera quizás tomarnos toda una vida, pero es algo que vale la pena
intentar.
(Lucas 9:23) Y decía a todos: Si alguno quiere venir
en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.
¿Cuál es esa cruz que debemos tomar cada día? Hace
algunos años compartí una enseñanza titulada "La Cruz" te exhorto a
que la leas, ve al índice y búscala, ahí
concluyo que la cruz que debemos tomar cada día es: rendir nuestras vidas a
Dios a su hijo, y al movimiento de la Palabra de Dios, y hacer la voluntad de
Dios, siempre.
Pablo se negó a sí mismo, y rindió su vida a Dios, a
su hijo y al movimiento de su Palabra, él no solo fue en pos de Jesús como
alguien que va solo para acompañar, él lo imitó, y eso es lo que estamos
tratando de aprender de Pablo, así que después de renacer del espíritu de Dios
al confesar a Jesús como señor de nuestras vidas, debemos permanecer en él y en
la Palabra de Dios.
(Juan 8:31) Dijo entonces Jesús a los judíos que
habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis
verdaderamente mis discípulos; {32} y conoceréis la verdad, y la verdad os hará
libres.
Verdad y liberación han sido siempre el propósito y el
deseo de Dios para su gente desde que Dios creó al hombre.
(Génesis 1:27) Y creó Dios al hombre a su imagen, a
imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. {28} Y los bendijo Dios, y les
dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en
los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se
mueven sobre la tierra.
¿Qué crees tú que significa fructificad y
multiplicaos, sojuzgad y señorear? ¿A qué crees tú que Dios envió a su hijo a
esta tierra? ¡Para traernos las buenas nuevas de la liberación de parte de Dios
a través de su verdad!
(Lucas 4:18) El
Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas
nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A
pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a
los oprimidos; {19 }A predicar el año
agradable del Señor. {20} Y enrollando
el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga
estaban fijos en él.
Ahora, el propósito y el deseo del adversario no son
precisamente la verdad ni la liberación, sino todo lo contrario. ¡La mentira,
el cautiverio, y la muerte!
(Juan 10:10) El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido
para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
Verdad, liberación, vida en abundancia son algunos de
los beneficios de permanecer en Dios, en su Palabra y en Cristo Jesús nuestro
señor y salvador. Pero hay tantos "creyentes cristianos" que tan solo
se conforman con ser salvos, lo que ya es una gran ventaja sobre todos aquellos
que no lo son, pero continúan enfermos, oprimidos, en miseria, en condenación;
y son generalmente derrotados por esos dardos de fuego del adversario que hurta
sus pensamientos. ¿Quieres conocer la verdad, recibir la liberación de tus
prisiones y disfrutar de esa vida en abundancia que la Palabra de Dios promete?
¡Comprométete a amar a Dios con todo tu corazón,
mente, alma y fuerzas, y a Jesucristo su hijo, nuestro Señor y salvador más que
a tu familia, tus pertenencias y a ti mismo! Eso es lo que Pablo hizo, él
permaneció fiel a Dios y su Palabra, no te apartes, eso es lo que el adversario
quiere, que te aísles, y al final, te acorrala, como el león que ataca a la
presa más débil, o a la que se encuentra aislada. Ya leímos lo que Pablo hizo
para abandonar su vida pasada.
(Filipenses 3:7) Pero cuantas cosas eran para mí
ganancia, las he estimado como pérdida
por amor de Cristo. {8} Y
ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del
conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y
lo tengo por basura, para ganar a Cristo, {9} y ser hallado en él, no
teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la
fe; {10} a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la
participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte,
{11} si en alguna manera llegase a la
resurrección de entre los muertos.
Nuevamente podemos resumir que todo lo que Pablo era y
todo lo que tenía lo dio por perdido, con el solo propósito de ganar no solo
conocimiento en Cristo sino su amor, y determinar nuevamente que la única
verdad que justifica es la de Dios por medio de creer en su hijo, no en nadie
más, el conocer a Cristo fue para Pablo fundamental, así también, el poder de
su resurrección.
(Filipenses 3:12) No que lo haya alcanzado ya, ni que
ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual
fui también asido por Cristo Jesús.
La humilde humanidad de Pablo se hace tangible en este
versículo, él no se gloría ni dice que ya haya alcanzado la excelencia del
conocimiento de Cristo, ni la perfección o madurez espiritual; él dice: "prosigo
por ver si logro asir aquello para
lo cual fui también asido por Cristo
Jesús". La palabra "prosigo" del Griego díoko significa: "correr detrás de, o perseguir".
Las palabras "asir, y asido", del Griego katalambáno, significa: apoderarse o poseer, pero también
significa percibir y comprender. Pablo se comparaba con alguien que corre
detrás de algo, con grandes ansias de atraparlo, hacerlo suyo, y poseerlo; pero
también percibir y comprender. Él corría detrás de la excelencia del
conocimiento de Cristo para apoderarse de él, pero decía no haberlo hecho suyo
aún, y a la vez quería comprender por
qué fue atrapado por Cristo al grado que Cristo lo hizo suyo, en un sentido de
pertenencia, porque Pablo ya no se pertenecía a sí mismo, le pertenecía a
Cristo. Nosotros debemos hacer lo mismo si queremos intentar ser imitadores de
Pablo, de Cristo, y a la postre de Dios. Los dos versículos siguientes son
fundamentales es en nuestra búsqueda y aprendizaje como imitadores de Pablo.
(Filipenses 3:13) Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya
alcanzado; pero una cosa hago: olvidando
ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, {14}
prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
La frase "no pretendo" significa
"reconozco". La palabra "alcanzado" es traducida también de
katalambáno, que es: apoderarse o
poseer. Pablo reconoció que aún no poseía la excelencia del conocimiento de
Cristo pero no se desanimó y dejó de perseguir o correr detrás de ello, ¡no! Él
dijo: "una cosa hago",
aunque en realidad son tres, como lo
veremos más adelante. La primera: "olvidando ciertamente lo que queda
atrás". Esto significa: olvidar el pasado, el viejo estilo de vida, las
viejas costumbres, religión, tradición, cultura, relaciones (especialmente las
tóxicas), recuerdos (especialmente los negativos), básicamente todo lo que
tiene que ver con nuestras vidas pasadas en el mundo de los sentidos, antes de
haber renacido del espíritu de Dios.
(2 Corintios 5:17) De modo que si alguno está en
Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas
nuevas.
Este primer
paso es desafortunadamente el que tiene atado a cada creyente cristiano que no
se desarrolla y crece en el conocimiento de la Palabra de Dios, pero es algo
que es necesario hacer si queremos crecer y desarrollarnos en Dios y su
Palabra. Debemos dejar el pasado atrás.
(Efesios 4:22) En cuanto a la pasada manera de vivir,
despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos
Ese hombre viejo está contaminado con una vana manera
de vivir, por eso debemos deshacernos de él. Todo mundo piensa que "todo
antes era mejor", y quieren seguir aferrados a esa pasada manera de vivir
y no entienden que cuando tenemos a Dios y su Palabra en nuestras vidas, hay en
nosotros una nueva creación, lo que requiere sepultar esos deseos engañosos del
pasado.
(Romanos 6:6) sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue
crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a
fin de que no sirvamos más al pecado.
Cuando Cristo fue crucificado, nuestros pecados fueron
crucificados también con él y destruidos, a fin de que ya no sirvamos más al
pecado. Dios ya hizo su parte, Jesucristo ya hizo su parte, el apóstol Pablo ya
hizo la suya y nos enseña cómo es que debemos hacer la nuestra, porque ahora
nos corresponde a nosotros hacer la nuestra, no servir más al pecado.
(Colosenses 3:1) Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad
las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. {2} Poned la
mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. {3} Porque habéis muerto,
y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. {4} Cuando Cristo, vuestra
vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en
gloria.
La frase "habéis resucitado con Cristo"
significa: haber renacido del espíritu de Dios, al haber aceptado a Cristo como
nuestro señor, y salvador personal de nuestras vidas. La frase "porque
habéis muerto..." significa: que nuestros pecados murieron, aunque
nosotros estamos vivos aún, pero nuestros pecados ya han sido perdonados, y esa
vida nueva, esa nueva creación de la que 2 Corintios 5:17 habla está escondida
con Cristo en Dios, y si queremos que Cristo se manifieste en nuestras vidas,
debemos sepultar al viejo hombre de una vez y para siempre. ¿Cómo?
¡Despojándonos del hombre viejo!¡Dejando atrás nuestra pasada manera de vivir!
(Colosenses 3:5) Haced morir, pues, lo terrenal en
vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y
avaricia, que es idolatría; {6} cosas
por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia, {7} en las cuales vosotros también anduvisteis
en otro tiempo cuando vivíais en ellas. {8} Pero ahora dejad también vosotros
todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de
vuestra boca. {9} No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del
viejo hombre con sus hechos,
Estos versículos nos dan una lista de todas las cosas
que debemos hacer morir; y es todo lo que está relacionado al hombre viejo. El
versículo 5 dice "haced morir" ¿Quién debe hacerlo? El versículo 8
dice: "Pero ahora dejad..." ¿Quién debe dejarlo? El versículo 9 dice:
"No mintáis..." ¿Quién no debe mentir? ¡Tú y yo!
La segunda parte del versículo 9 dice:
"...habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos". Otras
versiones de la Biblia leen: "Habiéndoos despojado del viejo hombre con
sus (malos) hábitos", porque el viejo hombre está plagado de malos hábito
o malas costumbres, es un hombre lleno de vicios, por así decirlo. ¿Entiendes
ahora porqué Pablo hizo lo que hizo cuando dijo: "olvidando ciertamente lo
que queda atrás"?
¿Crees tú que fue fácil para Pablo olvidar todo lo que
hizo en contra del movimiento de la Palabra de Dios cuando persiguió a la
iglesia? No fue fácil, no únicamente el dar por perdido o por basura todo lo
que él era y todo lo que tenía, sino renovar su mente al grado de despojarse del hombre viejo para olvidar todo lo que
quedó atrás.
(Filipenses 3:13) Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya
alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante,
Después de dejar el pasado atrás y no traerlo más a su
vida, la segunda cosa que Pablo hizo fue moverse. Pablo tuvo de verdad que
renovar su mente para olvidar el pasado y poder extenderse a lo que estaba
adelante. Quiero que hagas un ejercicio conmigo: Quiero que busques el mueble u
objeto más pesado de tu casa y te aferres a él, ya sea tu cama, tu estufa, tu
refrigerador o tu sofá, puede ser incluso tu automóvil. Solamente quiero que te
aferres a ello con tus dos manos, ahora quiero que sin soltarte te muevas a
cualquier lugar. Si estás en tu recámara asido de tu cama quiero que sin
soltarte vayas a la sala. Si estás en la sala asido de tu sofá vayas a la
cocina. Si estas en la cocina asido de tu refrigerador vayas al patio. Si estás
afuera sido de tu auto entres a tu casa.
¿Has logrado realizar alguna de esas cuatro actividades? ¡Lógicamente no!
Porque cuando estas aferrado a algo simplemente no puedes avanzar, el pasado es
así, como algo pesado y fuerte que simplemente nos impide avanzar; nos impide
movernos, y aunque a veces no sea tan pesado, se asemeja a una maleta que
cuando salimos de viaje tenemos que cargar y que no nos permite movernos con
facilidad. Piensa también, cómo una pequeña ancla puede evitar que un
gigantesco buque se mueva hacia adelante. Pero Pablo nos muestra el mejor
ejemplo que podemos hallar en la Palabra de Dios.
(Romanos 7:14) Porque sabemos que la ley es
espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado.
{15} Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo
que aborrezco, eso hago. {16} Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la
ley es buena. {17} De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el
pecado que mora en mí. {8} Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el
bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. {19} Porque no
hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. {20} Y si hago lo
que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.
¡Por eso es que Dios nos pide despojarnos del hombre
viejo que está viciado a los deseos engañosos del pecado y ser más
espirituales!
(Romanos 7:21) Así que, queriendo yo hacer el bien,
hallo esta ley: que el mal está en mí. {22 }Porque según el hombre interior, me
deleito en la ley de Dios; {23} pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela
contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está
en mis miembros.
Todo creyente cristiano renacido del espíritu de Dios
siempre quiere hacer el bien, pero no puede deleitarse en la ley de Dios en el
hombre interior porque ese hombre interior tiene que renovarse para derrotar
esa ley de pecado que se rebela en su mente y que lo cautiva a la ley del
pecado. ¿Cómo puede uno lograr eso?
(Romanos 7:24) ¡Miserable de mí! ¿quién me librará de
este cuerpo de muerte?
Pablo dice: ¿Quién me librará de este cuerpo de
muerte? Así es el pasado en nuestras mentes, es como traer un cuerpo muerto
atado a nosotros todo el tiempo. Ese hombre viejo, con una vieja manera de
vivir; viejas costumbres, buenas y malas; viejos recuerdos, buenos y malos;
viejos hábitos, vicios, tradiciones, cultura, posición social, etc.
Exactamente, todo lo que Pablo dio por perdido y contó por basura, esos
recuerdos de pecados pasados que anegan la mente son como un maloliente cuerpo
muerto que traemos atado a la espalda y debemos deshacernos de él. Todo está en
la mente, la batalla espiritual que tenemos que pelear está en la mente, he ahí
la importancia de renovar la mente, lo que es un tema para otra ocasión. Y
también la importancia de aceptar a Jesucristo como nuestro señor y salvador
personal de nuestras vidas.
(Romanos 7:25) Gracias doy a Dios, por Jesucristo
Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con
la carne a la ley del pecado.
Tenemos que pensar y decidir si vamos a seguir
sirviendo al pecado cuando ya hemos muerto al pecado, cuando ya nuestros
pecados han sido perdonados
(Romanos 8:1) Ahora, pues, ninguna condenación hay
para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino
conforme al Espíritu. {2 }Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me
ha librado de la ley del pecado y de la muerte. {3} Porque lo que era imposible
para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en
semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la
carne; {4} para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no
andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. {5} Porque los que son
de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en
las cosas del Espíritu. {6} Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el
ocuparse del Espíritu es vida y paz.
¡Quién no quiere tener vida y paz? Todo creyente
cristiano renacido del espíritu de Dios tiene a Cristo en su interior, y puede
decir: "Yo tengo a Cristo en mi". Pero eso no es lo mismo que decir :
"Yo estoy en Cristo". En el versículo uno dice: "...para los que
están en Cristo". Estar en Cristo
es sinónimo de andar conforme al espíritu, es sinónimo de haberse deshecho del
hombre viejo y ponerse el hombre nuevo. Ese fue el segundo paso de Pablo, se
movió, al dejar el pasado atrás, al soltarse de aquello a lo que estaba
aferrado con uñas y dientes, su cultura, su religión, su posición, sus
influencias, sus riquezas, su propia justicia, todo lo que era y lo que tenía,
¿Podrías hacer tú lo mismo? Cuando lo logres, podrás imitar a Pablo en su
tercer paso.
(Filipenses 3:13)
Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo
ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando
ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, {14}
prosigo a la meta, al premio del supremo
llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
Pablo no solo dejó el pasado atrás, se movió adelante
y se detuvo a gritar ¡"Ya la hice! ¡Ya olvidé el pasado, lo logré! ¡No! En
el versículo 14 Pablo dice: "Prosigo a la meta, al premio del supremo
llamamiento de Dios en Cristo Jesús".
Ya vimos que la palabra "prosigo" del Griego
díoko significa: "correr
detrás de, o perseguir". Vimos que Pablo
se comparaba con alguien que corre detrás de algo, con grandes ansias de
atraparlo, hacerlo suyo, y poseerlo. En Filipenses 3:12 dice que él corría
detrás de la excelencia del conocimiento de Cristo para apoderarse de él, pero
reconocía no haberlo hecho suyo aún. Ahora, después de dejar el pasado atrás,
de extenderse a lo que está adelante, dice que prosigue a la meta, al premio
del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. La palabra "premio"
proviene del griego brabéion,
que significa: "premio o galardón", como los que son otorgados en las
competencias".
(1Corintios 9:24) ¿No sabéis que los que corren en el
estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de
tal manera que lo obtengáis.
"Premio" aquí es la misma palabra Griega, y
"obtengáis" proviene también de katalambáno,
apoderarse o poseer. Pablo quería apoderarse de ese galardón por el que corría
para hacerse de él.
(1 Corintios 9:25)
Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una
corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. {26} Así que, yo de esta
manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea
el aire, {27} sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que
habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.
Golpear el cuerpo no significa fustigarse o azotar el
cuerpo con látigos o artefactos de cuero, significa disciplinarse, renovar la
mente y sujetarse a Cristo como un esclavo por amor.
(2 Corintios 10:3) Pues aunque andamos en la carne, no
militamos según la carne; {4} porque las armas de nuestra milicia no son
carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, {5}
derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de
Dios, y llevando cautivo todo
pensamiento a la obediencia a Cristo, {6} y estando prontos para castigar
toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta.
La meta de Pablo era correr para obtener ese galardón,
y seguramente también obtendrá esa
corona incorruptible, y ese reconocimiento maravilloso de parte de Dios por un
andar cristiano genuino.
(2 Timoteo 4:7) He peleado la buena batalla, he acabado la
carrera, he guardado la fe. {8} Por lo demás, me está guardada la corona de
justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí,
sino también a todos los que aman su venida.
Efesios 5:1 es una meta que todos deberíamos
esforzarnos por alcanzar, pero nadie dice que sea fácil de alcanzar, ni siquiera
Pablo dijo eso. Ser un imitador de Dios es el resultado final de la exhortación
dada en los versículos anteriores en el capítulo 4.
(Efesios 4:1) Yo pues, preso en el Señor, os ruego que
andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, {2} con toda
humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en
amor, {3} solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz;
La palabra "ruego" es básicamente una "exhortación
amorosa, o una súplica de parte de Dios" a un andar balanceado. La palabra
"vocación" es la palabra Griega klesis,
que significa también "invitación", y es la misma palabra traducida
como "llamamiento" en
Filipenses 3:14 donde Pablodice: " prosigo
a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús".
¿Cómo podemos lograr eso?
(Efesios 4:17) Esto, pues, digo y requiero en el
Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su
mente, {18} teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios
por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; {19} los
cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia
para cometer con avidez toda clase de impureza.
Eso éramos nosotros en nuestro hombre viejo, estábamos
acostumbrados a andar en la vanidad de nuestras mentes , ajenos de la vida de
Dios con un entendimiento entenebrecido, en
ignorancia por la dureza de nuestros corazones. Todos sabemos muy bien
lo que sucedió después de que todos confesamos a Jesús como nuestro Señor y
Salvador personal. Pablo pasó por el mismo proceso, quizás incluso peor siendo
el tipo de persona que era y habiendo hecho todo lo posible en contra la
Iglesia de Dios.
(Efesios 4:20) Mas vosotros no habéis aprendido así a
Cristo, {21} si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados,
conforme a la verdad que está en Jesús. {22} En cuanto a la pasada manera de
vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos
engañosos,
{23} y renovaos en el espíritu de vuestra mente, {24} y vestíos del nuevo
hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.
Debemos dejar el pasado atrás y extendernos a lo que
está delante. El 2021 ya está aquí, no hay ningún beneficio en seguir
revolcándonos en los malos recuerdos,
las malas relaciones y en las metas no
alcanzadas del pasado, todo ello son como piedras de molino atadas a nuestro
cuello en medio del mar de confusión que es este mundo. Cristo ya nos ha
liberado de ese cuerpo de muerte y nos ha liberado del pecado y de la muerte.
La verdad de la Palabra de Dios nos ha dado ya liberación.
(Gálatas 5:1) Estad, pues, firmes en la libertad con
que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.
Ser imitadores de Dios significa hacer la voluntad de
Dios todos los días de nuestra vida, significa dejar atrás nuestra antigua manera
de vivir, despojarnos del viejo hombre, y ponernos el nuevo que fue creado
según Dios en la justicia y santidad de la verdad. Eso es lo que yo llamo un
andar cristiano genuino, y esa es mi exhortación para todos nosotros, no solo
por este nuevo año sino por la eternidad.
Ahora, en términos de comportamiento, la Palabra de
Dios nos dice que Dios es amor, solo echa un vistazo en (1 Juan 4: 8,16), (1
Cor. 13), (Romanos 5: 8), (Efesios 2 : 4), Gal. 5:22), (Hebreos 6:10). Y es ahí
básicamente donde debemos esforzarnos más para imitar a Dios, como dice la
segunda parte del versículo uno en Efesios 5: "... como hijos
amados". La palabra "amados" es la palabra griega agapetós, porque somos los amados
de Dios. Pero esa será una historia para otro día, cuando veamos la tercera
parte de "Ser Imitadores de Dios"
¡Dios los bendiga!