La fuente principal de información de este blog es La Biblia. Todas las enseñanzas compartidas aquí, son y serán principalmente basadas en la Biblia Reyna Valera Versión de 1960

 

En mi propuesta a la mejor meta de año nuevo como creyentes cristianos para llevar a cabo durante este 2021, hoy continuaremos con la segunda parte de "Ser Imitadores de Dios como hijos amados". Vimos que el primer paso es confesar Romanos 10:9,10 haciendo a Jesús señor de nuestras vidas, estudiar, aprender y crecer en la Palabra de Dios y en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo y su doctrina, para madurar al grado de intentar seguir el ejemplo de Pablo, quién  abandonó todo lo que era y lo que tenía, reconociendo la justicia de Dios que es en Cristo Jesús, por encima de su antigua religión y su antigua manera de vivir. Vimos que Efesios nos exhorta a ser imitadores de Dios y que el apóstol Pablo nos muestra que eso es algo posible de lograr, claro que no es lo más fácil del mundo y tampoco algo que se logre en unos cuantos mese o años, y que pudiera quizás tomarnos toda una vida, pero es algo que vale la pena intentar. 


(Lucas 9:23) Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.


¿Cuál es esa cruz que debemos tomar cada día? Hace algunos años compartí una enseñanza titulada "La Cruz" te exhorto a que la leas, ve al índice y búscala,  ahí concluyo que la cruz que debemos tomar cada día es: rendir nuestras vidas a Dios a su hijo, y al movimiento de la Palabra de Dios, y hacer la voluntad de Dios, siempre.


Pablo se negó a sí mismo, y rindió su vida a Dios, a su hijo y al movimiento de su Palabra, él no solo fue en pos de Jesús como alguien que va solo para acompañar, él lo imitó, y eso es lo que estamos tratando de aprender de Pablo, así que después de renacer del espíritu de Dios al confesar a Jesús como señor de nuestras vidas, debemos permanecer en él y en la Palabra de Dios.


(Juan 8:31) Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; {32} y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.


Verdad y liberación han sido siempre el propósito y el deseo de Dios para su gente desde que Dios creó al hombre.


(Génesis 1:27) Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. {28} Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.


¿Qué crees tú que significa fructificad y multiplicaos, sojuzgad y señorear? ¿A qué crees tú que Dios envió a su hijo a esta tierra? ¡Para traernos las buenas nuevas de la liberación de parte de Dios a través de su verdad!


(Lucas 4:18)  El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos;  {19 }A predicar el año agradable del Señor.  {20} Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él.


Ahora, el propósito y el deseo del adversario no son precisamente la verdad ni la liberación, sino todo lo contrario. ¡La mentira, el cautiverio, y la muerte!


(Juan 10:10)  El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.


Verdad, liberación, vida en abundancia son algunos de los beneficios de permanecer en Dios, en su Palabra y en Cristo Jesús nuestro señor y salvador. Pero hay tantos "creyentes cristianos" que tan solo se conforman con ser salvos, lo que ya es una gran ventaja sobre todos aquellos que no lo son, pero continúan enfermos, oprimidos, en miseria, en condenación; y son generalmente derrotados por esos dardos de fuego del adversario que hurta sus pensamientos. ¿Quieres conocer la verdad, recibir la liberación de tus prisiones y disfrutar de esa vida en abundancia que la Palabra de Dios promete?


¡Comprométete a amar a Dios con todo tu corazón, mente, alma y fuerzas, y a Jesucristo su hijo, nuestro Señor y salvador más que a tu familia, tus pertenencias y a ti mismo! Eso es lo que Pablo hizo, él permaneció fiel a Dios y su Palabra, no te apartes, eso es lo que el adversario quiere, que te aísles, y al final, te acorrala, como el león que ataca a la presa más débil, o a la que se encuentra aislada. Ya leímos lo que Pablo hizo para abandonar su vida pasada.


(Filipenses 3:7) Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. {8} Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, {9} y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; {10} a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, {11}  si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos.


Nuevamente podemos resumir que todo lo que Pablo era y todo lo que tenía lo dio por perdido, con el solo propósito de ganar no solo conocimiento en Cristo sino su amor, y determinar nuevamente que la única verdad que justifica es la de Dios por medio de creer en su hijo, no en nadie más, el conocer a Cristo fue para Pablo fundamental, así también, el poder de su resurrección.


(Filipenses 3:12) No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús.


La humilde humanidad de Pablo se hace tangible en este versículo, él no se gloría ni dice que ya haya alcanzado la excelencia del conocimiento de Cristo, ni la perfección o madurez espiritual; él dice:  "prosigo por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús". La palabra "prosigo" del Griego díoko significa: "correr detrás de, o perseguir". Las palabras "asir, y asido", del Griego katalambáno, significa: apoderarse o poseer, pero también significa percibir y comprender. Pablo se comparaba con alguien que corre detrás de algo, con grandes ansias de atraparlo, hacerlo suyo, y poseerlo; pero también percibir y comprender. Él corría detrás de la excelencia del conocimiento de Cristo para apoderarse de él, pero decía no haberlo hecho suyo aún, y a la vez quería comprender  por qué fue atrapado por Cristo al grado que Cristo lo hizo suyo, en un sentido de pertenencia, porque Pablo ya no se pertenecía a sí mismo, le pertenecía a Cristo. Nosotros debemos hacer lo mismo si queremos intentar ser imitadores de Pablo, de Cristo, y a la postre de Dios. Los dos versículos siguientes son fundamentales es en nuestra búsqueda y aprendizaje como imitadores de Pablo.


(Filipenses 3:13)  Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, {14} prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.


La frase "no pretendo" significa "reconozco". La palabra "alcanzado" es traducida también de katalambáno, que es: apoderarse o poseer. Pablo reconoció que aún no poseía la excelencia del conocimiento de Cristo pero no se desanimó y dejó de perseguir o correr detrás de ello, ¡no! Él dijo: "una cosa hago", aunque  en realidad son tres, como lo veremos más adelante. La primera: "olvidando ciertamente lo que queda atrás". Esto significa: olvidar el pasado, el viejo estilo de vida, las viejas costumbres, religión, tradición, cultura, relaciones (especialmente las tóxicas), recuerdos (especialmente los negativos), básicamente todo lo que tiene que ver con nuestras vidas pasadas en el mundo de los sentidos, antes de haber renacido del espíritu de Dios.


(2 Corintios 5:17) De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.


Este primer paso es desafortunadamente el que tiene atado a cada creyente cristiano que no se desarrolla y crece en el conocimiento de la Palabra de Dios, pero es algo que es necesario hacer si queremos crecer y desarrollarnos en Dios y su Palabra. Debemos dejar el pasado atrás.


(Efesios 4:22) En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos


Ese hombre viejo está contaminado con una vana manera de vivir, por eso debemos deshacernos de él. Todo mundo piensa que "todo antes era mejor", y quieren seguir aferrados a esa pasada manera de vivir y no entienden que cuando tenemos a Dios y su Palabra en nuestras vidas, hay en nosotros una nueva creación, lo que requiere sepultar esos deseos engañosos del pasado.


(Romanos 6:6)  sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.


Cuando Cristo fue crucificado, nuestros pecados fueron crucificados también con él y destruidos, a fin de que ya no sirvamos más al pecado. Dios ya hizo su parte, Jesucristo ya hizo su parte, el apóstol Pablo ya hizo la suya y nos enseña cómo es que debemos hacer la nuestra, porque ahora nos corresponde a nosotros hacer la nuestra, no servir más al pecado.


(Colosenses 3:1)  Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. {2} Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. {3} Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. {4} Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.


La frase "habéis resucitado con Cristo" significa: haber renacido del espíritu de Dios, al haber aceptado a Cristo como nuestro señor, y salvador personal de nuestras vidas. La frase "porque habéis muerto..." significa: que nuestros pecados murieron, aunque nosotros estamos vivos aún, pero nuestros pecados ya han sido perdonados, y esa vida nueva, esa nueva creación de la que 2 Corintios 5:17 habla está escondida con Cristo en Dios, y si queremos que Cristo se manifieste en nuestras vidas, debemos sepultar al viejo hombre de una vez y para siempre. ¿Cómo? ¡Despojándonos del hombre viejo!¡Dejando atrás nuestra pasada manera de vivir!


(Colosenses 3:5) Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría;  {6} cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia,  {7} en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas. {8} Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. {9} No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos,


Estos versículos nos dan una lista de todas las cosas que debemos hacer morir; y es todo lo que está relacionado al hombre viejo. El versículo 5 dice "haced morir" ¿Quién debe hacerlo? El versículo 8 dice: "Pero ahora dejad..." ¿Quién debe dejarlo? El versículo 9 dice: "No mintáis..." ¿Quién no debe mentir? ¡Tú y yo!


La segunda parte del versículo 9 dice: "...habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos". Otras versiones de la Biblia leen: "Habiéndoos despojado del viejo hombre con sus (malos) hábitos", porque el viejo hombre está plagado de malos hábito o malas costumbres, es un hombre lleno de vicios, por así decirlo. ¿Entiendes ahora porqué Pablo hizo lo que hizo cuando dijo: "olvidando ciertamente lo que queda atrás"?


¿Crees tú que fue fácil para Pablo olvidar todo lo que hizo en contra del movimiento de la Palabra de Dios cuando persiguió a la iglesia? No fue fácil, no únicamente el dar por perdido o por basura todo lo que él era y todo lo que tenía, sino renovar su mente al grado de despojarse  del hombre viejo para olvidar todo lo que quedó atrás.


(Filipenses 3:13)  Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante,


Después de dejar el pasado atrás y no traerlo más a su vida, la segunda cosa que Pablo hizo fue moverse. Pablo tuvo de verdad que renovar su mente para olvidar el pasado y poder extenderse a lo que estaba adelante. Quiero que hagas un ejercicio conmigo: Quiero que busques el mueble u objeto más pesado de tu casa y te aferres a él, ya sea tu cama, tu estufa, tu refrigerador o tu sofá, puede ser incluso tu automóvil. Solamente quiero que te aferres a ello con tus dos manos, ahora quiero que sin soltarte te muevas a cualquier lugar. Si estás en tu recámara asido de tu cama quiero que sin soltarte vayas a la sala. Si estás en la sala asido de tu sofá vayas a la cocina. Si estas en la cocina asido de tu refrigerador vayas al patio. Si estás afuera sido de tu auto entres  a tu casa. ¿Has logrado realizar alguna de esas cuatro actividades? ¡Lógicamente no! Porque cuando estas aferrado a algo simplemente no puedes avanzar, el pasado es así, como algo pesado y fuerte que simplemente nos impide avanzar; nos impide movernos, y aunque a veces no sea tan pesado, se asemeja a una maleta que cuando salimos de viaje tenemos que cargar y que no nos permite movernos con facilidad. Piensa también, cómo una pequeña ancla puede evitar que un gigantesco buque se mueva hacia adelante. Pero Pablo nos muestra el mejor ejemplo que podemos hallar en la Palabra de Dios.


(Romanos 7:14) Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado.
{15} Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. {16} Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. {17} De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí. {8} Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. {19} Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. {20} Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.


¡Por eso es que Dios nos pide despojarnos del hombre viejo que está viciado a los deseos engañosos del pecado y ser más espirituales!


(Romanos 7:21) Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. {22 }Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; {23} pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.


Todo creyente cristiano renacido del espíritu de Dios siempre quiere hacer el bien, pero no puede deleitarse en la ley de Dios en el hombre interior porque ese hombre interior tiene que renovarse para derrotar esa ley de pecado que se rebela en su mente y que lo cautiva a la ley del pecado. ¿Cómo puede uno lograr eso?


(Romanos 7:24) ¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?


Pablo dice: ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte? Así es el pasado en nuestras mentes, es como traer un cuerpo muerto atado a nosotros todo el tiempo. Ese hombre viejo, con una vieja manera de vivir; viejas costumbres, buenas y malas; viejos recuerdos, buenos y malos; viejos hábitos, vicios, tradiciones, cultura, posición social, etc. Exactamente, todo lo que Pablo dio por perdido y contó por basura, esos recuerdos de pecados pasados que anegan la mente son como un maloliente cuerpo muerto que traemos atado a la espalda y debemos deshacernos de él. Todo está en la mente, la batalla espiritual que tenemos que pelear está en la mente, he ahí la importancia de renovar la mente, lo que es un tema para otra ocasión. Y también la importancia de aceptar a Jesucristo como nuestro señor y salvador personal de nuestras vidas.


(Romanos 7:25) Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.


Tenemos que pensar y decidir si vamos a seguir sirviendo al pecado cuando ya hemos muerto al pecado, cuando ya nuestros pecados han sido perdonados


(Romanos 8:1) Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. {2 }Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. {3} Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; {4} para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. {5} Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. {6} Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.


¡Quién no quiere tener vida y paz? Todo creyente cristiano renacido del espíritu de Dios tiene a Cristo en su interior, y puede decir: "Yo tengo a Cristo en mi". Pero eso no es lo mismo que decir : "Yo estoy en Cristo". En el versículo uno dice: "...para los que están en Cristo".  Estar en Cristo es sinónimo de andar conforme al espíritu, es sinónimo de haberse deshecho del hombre viejo y ponerse el hombre nuevo. Ese fue el segundo paso de Pablo, se movió, al dejar el pasado atrás, al soltarse de aquello a lo que estaba aferrado con uñas y dientes, su cultura, su religión, su posición, sus influencias, sus riquezas, su propia justicia, todo lo que era y lo que tenía, ¿Podrías hacer tú lo mismo? Cuando lo logres, podrás imitar a Pablo en su tercer paso.


(Filipenses 3:13)  Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, {14} prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.


Pablo no solo dejó el pasado atrás, se movió adelante y se detuvo a gritar ¡"Ya la hice! ¡Ya olvidé el pasado, lo logré! ¡No! En el versículo 14 Pablo dice: "Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús".


Ya vimos que la palabra "prosigo" del Griego díoko significa: "correr detrás de, o perseguir".  Vimos que Pablo se comparaba con alguien que corre detrás de algo, con grandes ansias de atraparlo, hacerlo suyo, y poseerlo. En Filipenses 3:12 dice que él corría detrás de la excelencia del conocimiento de Cristo para apoderarse de él, pero reconocía no haberlo hecho suyo aún. Ahora, después de dejar el pasado atrás, de extenderse a lo que está adelante, dice que prosigue a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. La palabra "premio" proviene del griego brabéion, que significa: "premio o galardón", como los que son otorgados en las competencias".


(1Corintios 9:24) ¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis.


"Premio" aquí es la misma palabra Griega, y "obtengáis" proviene también de katalambáno, apoderarse o poseer. Pablo quería apoderarse de ese galardón por el que corría para hacerse de él.


(1 Corintios 9:25) Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. {26} Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, {27} sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.


Golpear el cuerpo no significa fustigarse o azotar el cuerpo con látigos o artefactos de cuero, significa disciplinarse, renovar la mente y sujetarse a Cristo como un esclavo por amor.


(2 Corintios 10:3) Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; {4} porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, {5} derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, {6} y estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta.


La meta de Pablo era correr para obtener ese galardón,  y seguramente también obtendrá esa corona incorruptible, y ese reconocimiento maravilloso de parte de Dios por un andar cristiano genuino.


(2 Timoteo 4:7)  He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. {8} Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.


Efesios 5:1 es una meta que todos deberíamos esforzarnos por alcanzar, pero nadie dice que sea fácil de alcanzar, ni siquiera Pablo dijo eso. Ser un imitador de Dios es el resultado final de la exhortación dada en los versículos anteriores en el capítulo 4.


(Efesios 4:1) Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, {2} con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, {3} solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; 


La palabra "ruego" es básicamente una "exhortación amorosa, o una súplica de parte de Dios" a un andar balanceado. La palabra "vocación" es la palabra Griega klesis, que significa también "invitación", y es la misma palabra traducida como "llamamiento"  en Filipenses 3:14 donde Pablodice: " prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús". ¿Cómo podemos lograr eso?


(Efesios 4:17) Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, {18} teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; {19} los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza.


Eso éramos nosotros en nuestro hombre viejo, estábamos acostumbrados a andar en la vanidad de nuestras mentes , ajenos de la vida de Dios con un entendimiento entenebrecido, en  ignorancia por la dureza de nuestros corazones. Todos sabemos muy bien lo que sucedió después de que todos confesamos a Jesús como nuestro Señor y Salvador personal. Pablo pasó por el mismo proceso, quizás incluso peor siendo el tipo de persona que era y habiendo hecho todo lo posible en contra la Iglesia de Dios.


(Efesios 4:20) Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo, {21} si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús. {22} En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos,
{23} y renovaos en el espíritu de vuestra mente, {24} y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.


Debemos dejar el pasado atrás y extendernos a lo que está delante. El 2021 ya está aquí, no hay ningún beneficio en seguir revolcándonos  en los malos recuerdos, las malas relaciones y en las  metas no alcanzadas del pasado, todo ello son como piedras de molino atadas a nuestro cuello en medio del mar de confusión que es este mundo. Cristo ya nos ha liberado de ese cuerpo de muerte y nos ha liberado del pecado y de la muerte. La verdad de la Palabra de Dios nos ha dado ya liberación.


(Gálatas 5:1) Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.


Ser imitadores de Dios significa hacer la voluntad de Dios todos los días de nuestra vida, significa dejar atrás nuestra antigua manera de vivir, despojarnos del viejo hombre, y ponernos el nuevo que fue creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. Eso es lo que yo llamo un andar cristiano genuino, y esa es mi exhortación para todos nosotros, no solo por este nuevo año sino por la eternidad.


Ahora, en términos de comportamiento, la Palabra de Dios nos dice que Dios es amor, solo echa un vistazo en (1 Juan 4: 8,16), (1 Cor. 13), (Romanos 5: 8), (Efesios 2 : 4), Gal. 5:22), (Hebreos 6:10). Y es ahí básicamente donde debemos esforzarnos más para imitar a Dios, como dice la segunda parte del versículo uno en Efesios 5: "... como hijos amados". La palabra "amados" es la palabra griega agapetós, porque somos los amados de Dios. Pero esa será una historia para otro día, cuando veamos la tercera parte de "Ser Imitadores de Dios"


¡Dios los bendiga!

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