La fuente principal de información de este blog es La Biblia. Todas las enseñanzas compartidas aquí, son y serán principalmente basadas en la Biblia Reyna Valera Versión de 1960

En mi línea de trabajo, he conocido y conversado con mucha gente, hace algún tiempo, una de esas personas fue atacada violentamente por un familiar y falleció. Inmediatamente vino a mi mente la primera parte de Juan 10:10 “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir…” Sentí pesar al enterarme de la noticia, pues no sabía si esa persona había tenido la oportunidad de aceptar a Jesucristo como su señor y salvador personal, y pensé que como creyentes cristianos todos tenemos la responsabilidad de dar a la gente la oportunidad de conocer a Dios y su Palabra, y advertirles acerca de quién es el enemigo y de su ministerio de maldad, de sus maquinaciones, y su propósito de evitar que la gente conozca a Dios y su Palabra y se conviertan, para que puedan escapar de su potestad, y de la ignorancia en la que los tiene cautivos, y vengan al reino de Dios y de su hijo Jesucristo. Por esa razón, exhorto a todo creyente cristiano renacido del espíritu de Dios a declarar la Palabra, y a revelar el ministerio real de Satanás, el archí- enemigo de Dios, y de todos nosotros, los creyentes cristianos.

(Juan 10:10) El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

Este versículo es muy compartido el mundo cristiano, para describir la eterna diferencia entre el bien y el mal, entre el ministerio que Dios delegó en las manos de su hijo unigénito, Jesucristo, y el ministerio de Satanás. No debería haber ningún problema para entender este maravilloso versículo, todos podemos entender que es un ladrón, que significa hurtar, matar, y destruir. También podemos entender que es vida y lógicamente podemos entender la palabra abundancia. Estudiaremos cada una de estas palabras para entender como todo esto pudiera afectar nuestras vidas. Mucha gente que no conoce a Dios y su Palabra, incluyendo a algunos “cristianos”, se preguntan ¿Si Jesucristo ya vino y ya somos salvos, para qué va a venir de nuevo? El simple hecho de hacerse esa pregunta, me demuestra que algunos “cristianos” en realidad nunca entendieron el propósito de su primera venida, y por esa razón, muchos ignoran las acechanzas del diablo, y viven enfermos, cautivos, miserables, pobres, y derrotados.

La primera parte de Juan 10:10 revela el ministerio real del adversario: hurtar, matar, y destruir. La segunda nos enseña una de las razones por las que Jesucristo vino la primera vez. ¡Para que tengamos vida, y para que la tengamos en abundancia!

(Juan 10:10) El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

“Ladrón” es la palabra Griega kléptes, que describe a un ladrón, alguien que hurta, roba, o simplemente toma de lo que no es suyo. “Hurtar” es la palabra Griega klépto que significa: hurtar, robar. De aquí proviene la palabra “cleptomanía,” que es una propensión morbosa o enfermiza al hurto. Una palabra interesante que klépto también significa es “sisa,” palabra que proviene del francés antiguo “assise,” que en su momento significaba “impuesto,” un impuesto que se cobraba sobre géneros comestibles, reduciendo las medidas, o sea; si comprabas un kilo de arroz, solamente te daban 850, 900, o, 950 gramos. Esa práctica de pesar o medir menos de la justa medida, es algo que aún sucede en muchas tiendas rurales de México, y no tiene nada que ver con ningún tipo de impuesto, sino con la deshonestidad de los tenderos que no pesan o miden sus productos con rectitud y honestidad. “Sisa” significa: “parte que se hurta o se defrauda, o tomar de otros sin tener derecho y sin ser detectado, y esa es una de las especialidades de Satanás tomar de lo que no le pertenece, muy sutilmente, porque en su naturaleza misma, Satanás tiene una propensión enfermiza al hurto, sin que nadie se dé cuenta.

En resumen, estas dos palabras Griegas, kléptes, y klépto, realmente describen la naturaleza misma de Satanás, en la que se basa no únicamente su ministerio sino su personalidad propia, su carácter. Satanás es un ladrón, y ¿cuál es la función que mejor describe a un ladrón? ¡Hurtar, robar, tomar lo que por derecho, no le pertenece! La manera en la que el ladrón y su gente actúan se encuentra grabada en el libro de hechos, cuando Pablo y Bernabé viajaban juntos hablando la Palabra de Dios.

(Hechos 13:6) Y habiendo atravesado toda la isla hasta Pafos, hallaron a cierto mago, falso profeta, judío, llamado Barjesús, {7} que estaba con el procónsul Sergio Paulo, varón prudente. Este, llamando a Bernabé y a Saulo, deseaba oír la palabra de Dios. {8} Pero les resistía Elimas, el mago (pues así se traduce su nombre), procurando apartar de la fe al procónsul. {9} Entonces Saulo, que también es Pablo, lleno del Espíritu Santo, fijando en él los ojos, {10} dijo: ¡Oh, lleno de todo engaño y de toda maldad, hijo del diablo, enemigo de toda justicia! ¿No cesarás de trastornar los caminos rectos del Señor?

Las palabras traducidas como “apartar” del versículo 8 y “trastornar” del versículo 10 es la misma palabra Griega diastréfo, que significa: distorsionar, pervertir, corromper. Eso es lo que precisamente hace Satanás, distorsiona, pervierte, corrompe la Palabra de Dios, con el propósito de apartar de la fe a todos los creyentes cristianos.

“Matar”, es traducida de la palabra Griega thúo, que literalmente significa “matar, inmolar, sacrificar,” lo que también demuestra la personalidad y el carácter mismo de Satanás y del ministerio que lleva a cabo. Además de ser un ladrón innato, Satanás es un asesino, pero no únicamente trata de matar a los creyentes cristianos, mata, inmola, sacrifica y masacra a sus propios seguidores, cuando ya no sirven a sus propósitos.

“Destruir” es la palabra Griega apóllumi, que significa: estropear, desfigurar, perecer, pérdida, o destrucción total. Lo cual es una de las metas de Satanás, y de su ministerio, no únicamente desfigurar, o estropear a los creyentes cristianos, sino detener completamente el movimiento de la palabra de Dios, con el propósito final de poder logra la destrucción total de la Palabra de Dios.

Ahora, que conocemos un significado más exacto de esas tres palabras, veamos, cómo es que Satanás en su ministerio hurta, mata, y destruye, al distorsionar, pervertir y corromper la Palabra de Dios, afectando así la vida de muchos creyentes cristianos.

(Juan 10:1) De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador. {2} Mas el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es. {3} A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca. {4} Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. {5} Mas al extraño no seguirán, sino huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños. {6} Esta alegoría les dijo Jesús; pero ellos no entendieron qué era lo que les decía. 

Jesús mismo advirtió tanto a sus discípulos como a algunos de los fariseos acerca de quién era el ladrón y quién el pastor, el versículo seis declara que ellos no entendieron lo que les decía. Hoy, muchos tampoco entienden las sagradas escrituras, que en su mayoría, como en Juan 10:10, son fáciles de entender; pero siendo un libro oriental, expresa ciertas costumbres del oriente llamadas “orientalismos,” y contiene también una gran variedad de figuras literarias. Un ejemplo de ello, precisamente habla acerca de aquello que a Satanás le encanta hurtar de los creyentes cristianos, y se encuentra en el libro de Mateo.

(Mateo 6:19) No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; {20} sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. {21} Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.

La interpretación occidental a esta sección de las escrituras, es que los tesoros a los que se refiere, se trata de dinero acumulado aquí en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen y donde ladrones minan y hurtan. Pero el significado espiritual de este pasaje se entiende, cuando se interpreta, precisamente a la luz de los orientalismos y de las figuras deconstrucción. Jesús no se refería a dinero, los “tesoros” a los que se refiere aquí, son nuestros “pensamientos.” De hecho, existen varios símbolos aquí usados: La palabra “cielo” se refiere al reino espiritual, “tierra”, al reino material. La “polilla” significa el “temor,” que devora nuestros pensamientos, el “orín” es como el óxido que corroen el metal, aquí significa que corroe y destruye nuestros pensamientos positivos. A la luz de la filosofía oriental estos versículos leen:

“No permitas que tu pensamientos se centren en las cosas materiales, donde el temor y las preocupaciones forjan derrota y frustración, y donde la duda brota y roba tus pensamientos; sino, permite que tus pensamiento se centren en lo espiritual, donde ni la preocupación, ni el temor forjan derrota y frustración, y donde la duda no brota, ni roba tus pensamientos. Porque donde estén tus pensamientos ahí estará también tu corazón. (Mateo 6:19 -21)

El temor, la duda, la frustración, la corrupción, son palabras que el adversario usa como armas, para intoxicar el vocabulario en las conversaciones de los creyentes cristianos y amedrentarlos. Cuando esas palabras saturan nuestra lengua, se filtran en nuestros pensamientos y los contaminan, envenenando así, la esencia misma del corazón del hombre, dejándolo cautivo, enfermo, miserable, pobre, y derrotado.

Los pensamientos provienen de lo más profundo de nuestro corazón, que es el asiento de nuestra existencia misma, si nosotros permitimos que Satanás nos robe nuestros pensamientos, le estamos abriendo la puerta para robar nuestras propias vidas, como lo expresa el libro de Proverbios. 

(Proverbios 4:23) Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.

La palabra “guarda” no significa poner en un cajón y esconderlo, significa “proteger,” como quien pone un destacamento militar para su protección. Satanás es un especialista en hurtar pensamientos, especialmente cuando nos centramos más en las cosas materiales, pero él no puede hurtarlos cuando nos enfocamos más en las cosas espirituales.

El libro de romanos nos enseña la importancia y el valor de centrar nuestras vidas en las cosas espirituales.

(Romanos 8:1) Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. {2} Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. {3} Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; {4} para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. {5} Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. {6} Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.

Ya hemos sido perdonados y librados del pecado y de la muerte, gracias a la amorosa obra de nuestro señor y salvador personal Cristo Jesús, no tenemos porqué condenarnos ni creer ninguna de las mentiras que el adversario quiera poner en nuestras mentes. Dejemos de ocuparnos de las cosas de la carne, o sea, las cosas materiales, todo aquello que tiene que ver con los sentidos. ¡Centrémonos pues en las cosas espirituales, hagamos tesoros en el cielo! ¿Quieres tener vida y paz? ¡No abras tu mente y no permitas que Satanás, el adversario, hurte tus pensamientos!

Veamos ahora que es lo que Satanás puede matar. En el libro de hechos hay un relato muy interesante acerca de un matrimonio que pretendían ser cristianos, pero veamos antes un poco del contexto de esta historia.

(Hechos 4:32) Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común. {33} Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos. {34} Así que no había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido, {35} y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad.

Podemos ver que todo lo que los creyentes hacían y daban era voluntario, los apóstoles no los forzaban a dar ni les pedían que vendieran sus propiedades. Los que tenían propiedades las vendían, y daban todo el dinero de la venta a los apóstoles, para así suplir las necesidades de los que no tenían nada.

(Hechos 4:36) Entonces José, a quien los apóstoles pusieron por sobrenombre Bernabé (que traducido es, Hijo de consolación), levita, natural de Chipre, {37} como tenía una heredad, la vendió y trajo el precio y lo puso a los pies de los apóstoles.

Si los creyentes cristianos de hoy fuésemos de un corazón y un alma, las cosas serían mucho más diferentes, sin tantas denominaciones, ni ideologías, ni divisiones, ni envidias; simplemente no habría necesidades. Veamos ahora el ejemplo de Ananías y Safira su esposa, opuesto completamente a los principios de dar establecidos en la iglesia de Dios.

(Hechos 5:1) Pero cierto hombre llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una heredad, {2} y sustrajo del precio, sabiéndolo también su mujer; y trayendo sólo una parte, la puso a los pies de los apóstoles. {3} Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? {4} Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios. {5} Al oír Ananías estas palabras, cayó y expiró. Y vino un gran temor sobre todos los que lo oyeron. {6} Y levantándose los jóvenes, lo envolvieron, y sacándolo, lo sepultaron.

Ananías y Safira estaban en todo su derecho de traer y dar todo el dinero, solo una parte del dinero, o absolutamente nada del dinero de la venta de su heredad. Eso es lo que Pedro le dijo a Ananías en el versículo 4, pues al parecer, no se presentó junto a su esposa delante de Pedro, Ananías fue primero, y tres horas después, llegó Safira. Lo interesante de todo esto se halla en el versículo 3, donde Pedro le dice a Ananías: “¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al espíritu santo, y sustrajeses de la heredad?” Satanás llenó el corazón de Ananías para tratar de engañar no solo a Pedro, sino al ministerio que él y los demás apóstoles representaban, y lo que es peor aún, tratar de engañar al espíritu santo de Dios mismo, al decir que todo lo que entregaban, era todo lo que habían adquirido por la venta de su heredad, cuando en realidad se habían quedado con parte de ella.

(Hechos 5:7) Pasado un lapso como de tres horas, sucedió que entró su mujer, no sabiendo lo que había acontecido. {8} Entonces Pedro le dijo: Dime, ¿vendisteis en tanto la heredad? Y ella dijo: Sí, en tanto. {9} Y Pedro le dijo: ¿Por qué convinisteis en tentar al Espíritu del Señor? He aquí a la puerta los pies de los que han sepultado a tu marido, y te sacarán a ti. {10} Al instante ella cayó a los pies de él, y expiró; y cuando entraron los jóvenes, la hallaron muerta; y la sacaron, y la sepultaron junto a su marido. {11} Y vino gran temor sobre toda la iglesia, y sobre todos los que oyeron estas cosas.

Aquí leemos que Safira se había confabulado con su esposo para tratar de engañar a Pedro, y defraudar el movimiento de a Palabra de Dios, ella murió de la misma manera que su esposo.

Muchos toman esta sección de las escrituras para infundir temor, y promover que Dios te puede matar si no le das lo que le corresponde, eso, no es verdad, porque ni Dios necesita dinero, ni fue Dios quien le quitó la vida a Ananías y Safira, fue Satanás, cuyo ministerio es el de hurtar matar y destruir, él hurtó los pensamientos de esta pareja, ellos permitieron que su influencia llegara hasta lo más profundo de sus corazones, al grado que trataron no solo de contaminar el movimiento de la Palabra de Dios, con el fin de corromper el ministerio de la gracia con su ejemplo, sino, detener el crecimiento de la Palabra de Dios, tratando de engañar a Pablo, los apóstoles, y a Dios mismo. Cuando ellos dejaron de ser útiles al ministerio del adversario, el simplemente los eliminó. El temor que sobrevino a todas las iglesias no era hacia Dios, sino, a dejarse engañar por Satanás, y permitirle influenciar sus vidas, hurtando sus pensamientos y matando a quienes ya no les servían para su ministerio, en su deseo ferviente de detener el movimiento de la Palabra de Dios. Satanás es un asesino, y es él quien tiene el ministerio de la muerte, como lo expresa claramente el versículo siguiente.

(Hebreos 2:14) Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, 

La palabra “destruir” aquí es diferente a la usada en Juan 10:10, lo que veremos con más detalle en la segunda parte de esta enseñanza, quiero cerrar con algo que leímos anteriormente en el libro de Romanos

(Romanos 8:1) Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. {2} Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. {3} Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; {4} para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. {5} Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. {6} Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.

¡Dios los bendiga!

E. S. N.

J.E.R.S.

Agosto 22, 2017
publicado | | Comenta
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