La fuente principal de información de este blog es La Biblia. Todas las enseñanzas compartidas aquí, son y serán principalmente basadas en la Biblia Reyna Valera Versión de 1960

(Filipenses 2:14) Haced todo sin murmuraciones y contiendas, {15} para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo;

La palabra "todo" a la que Pablo se refiere, es “todo” lo que tiene que ver con la Palabra de Dios, no todo lo que tiene que ver con las cosas de la carne, o las cosas de este mundo. Pablo escribió esta epístola alrededor del año 62 después de Cristo, y habla de una generación maligna y perversa. Estamos en el siglo 21, y no hay duda de que estamos también en medio de una generación maligna y perversa. Aunque hablo especialmente por lo que sucede en Estados Unidos de América, como el Plan de salud (Obama Care), el matrimonio gay, la deshonestidad política en el Congreso, los intentos de limitar la libertad de expresión con su póliza ridícula de ser “políticamente correctos” y no ofender a nadie, hasta las negociaciones de la venta de partes de fetos humanos por Planned Parenthood (planeación familiar); disque, ¿por el bien de la ciencia? Y principalmente el hecho de querer sacar a Dios de las escuelas, de las oficinas de gobierno y hasta de lugares públicos. El simple hecho de mencionar a Dios o a Jesucristo su hijo puede ser hasta causa de demandas legales, ah, y no trates de decirle a alguien “Dios te bendiga” porque puede considerarlo como un insulto. Es cierto que tenemos que tener cuidado y ser inteligentes acerca de lo que decimos, y a quién se lo decimos, pero ¿dónde está entonces nuestra libertad? ¿La libertad en la que Cristo nos hizo libres para no estar otra vez sujetos al yugo de esclavitud? Sabemos que el adversario anda como león rugiente buscando a quien devorar, pero, ¿no debemos decir, o hacer nada por temor a las acusaciones?

(Romanos 8:33) ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. {34} ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.

Estos versículos nos hacen una pregunta y también nos confirma que ni Dios, ni Jesucristo acusarán a los escogidos de Dios, o sea, ¡nosotros! Todos sabemos muy bien, quien es el gran acusador, el que trajo condenación a la humanidad, así que ¿por qué tenemos que andar y vivir con temor, como si fuésemos culpables de algo? ¡Se supone que debemos caminar en amor y en libertad!

(Romanos 8:1) Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. {2} Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. {3} Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; {4} para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.

Todos estos versículos establecen una gran verdad, que debemos "andar conforme al espíritu" ¡Si hacemos eso, estaremos cubiertos contra cualquier cosa! Lamentablemente el 95% de la población mundial no conocen a Dios y su Palabra, y andan conforme a la carne; y no me atrevería a decir que porcentaje de creyentes cristianos realmente andan conforme al espíritu. ¡Solo ese andar en el espíritu es lo que nos hace completamente libres!

¡Libres de la condenación de Adán; libres del temor, libres de cualquier preocupación, tristeza, miseria, cualquier tipo de culpa, y libres de todo tipo de cautiverio, incluyendo tener que ser políticamente correcto!

La historia que voy a compartir, quizás no tenga mucha relación con todo lo anterior. Pero sin duda nos muestra que cuando cometemos algún error, al grado de sentir condenación, angustia, pena, temor y culpa, pero regresamos a Dios con un corazón genuinamente arrepentido, el amor, la misericordia, y la gracia de Dios, son mucho más grandes que cualquier dedo, apuntando a nuestras vidas.

(2 Samuel 11:2) Y sucedió un día, al caer la tarde, que se levantó David de su lecho y se paseaba sobre el terrado de la casa real; y vio desde el terrado a una mujer que se estaba bañando, la cual era muy hermosa. {3} Envió David a preguntar por aquella mujer, y le dijeron: Aquella es Betsabé hija de Eliam, mujer de Urías heteo. {4} Y envió David mensajeros, y la tomó; y vino a él, y él durmió con ella. Luego ella se purificó de su inmundicia, y se volvió a su casa. {5} Y concibió la mujer, y envió a hacerlo saber a David, diciendo: Estoy encinta.

La historia es clara, David vio a Betsabé, y siendo el rey, envió a sus siervos para que la trajeran a él, él la tomó, se acostó con ella, y ella quedó embarazada. ¿Qué está mal aquí? ¡Todo! Él era el rey, el líder, quien debía poner el ejemplo en rectitud, en justicia, en moral. En el capítulo 12 Dios envía al profeta Natán para confrontar a David de su fechoría.

(2 Samuel 12:1) Jehová envió a Natán a David; y viniendo a él, le dijo: Había dos hombres en una ciudad, el uno rico, y el otro pobre. {2} El rico tenía numerosas ovejas y vacas; {3} pero el pobre no tenía más que una sola corderita, que él había comprado y criado, y que había crecido con él y con sus hijos juntamente, comiendo de su bocado y bebiendo de su vaso, y durmiendo en su seno; y la tenía como a una hija. {4} Y vino uno de camino al hombre rico; y éste no quiso tomar de sus ovejas y de sus vacas, para guisar para el caminante que había venido a él, sino que tomó la oveja de aquel hombre pobre, y la preparó para aquel que había venido a él. {5} Entonces se encendió el furor de David en gran manera contra aquel hombre, y dijo a Natán: Vive Jehová, que el que tal hizo es digno de muerte. {6} Y debe pagar la cordera con cuatro tantos, porque hizo tal cosa, y no tuvo misericordia.

David mismo reconoció que lo que él había hecho, era digno de muerte, aunque no se imaginaba que Natán se refería a él.

(2 Samuel 12:7) Entonces dijo Natán a David: Tú eres aquel hombre. Así ha dicho Jehová, Dios de Israel: Yo te ungí por rey sobre Israel, y te libré de la mano de Saúl, {8} y te di la casa de tu señor, y las mujeres de tu señor en tu seno; además te di la casa de Israel y de Judá; y si esto fuera poco, te habría añadido mucho más.

Esto que Dios dijo a David por medio de Natán, que podía haberle añadido mucho más de todo lo que ya poseía, Dios también puede hacerlo por nosotros, no necesitamos ser codiciosos, ni con las cosas materiales, ni con la mujer de nuestro prójimo. Solo tenemos que ir al Padre y pedirle lo que necesitamos, creer que lo recibiremos, y lo tendremos.

(Mateo 21:22) Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis.

(Hebreos 4:16) Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.

(Efesios 3:20) Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros,

Mateo y Hebreos nos corrobora que si de verdad creemos recibiremos, porque tenemos total libertad de acercarnos al trono de Dios con confianza, y Efesios nos garantiza que Dios tiene tanto la capacidad como la voluntad de hacer lo que promete.

(2 Samuel 12:9) ¿Por qué, pues, tuviste en poco la palabra de Jehová, haciendo lo malo delante de sus ojos? A Urías heteo heriste a espada, y tomaste por mujer a su mujer, y a él lo mataste con la espada de los hijos de Amón. {10} Por lo cual ahora no se apartará jamás de tu casa la espada, por cuanto me menospreciaste, y tomaste la mujer de Urías heteo para que fuese tu mujer. {11} Así ha dicho Jehová: He aquí yo haré levantar el mal sobre ti de tu misma casa, y tomaré tus mujeres delante de tus ojos, y las daré a tu prójimo, el cual yacerá con tus mujeres a la vista del sol. {12} Porque tú lo hiciste en secreto; mas yo haré esto delante de todo Israel y a pleno sol. {13} Entonces dijo David a Natán: Pequé contra Jehová. Y Natán dijo a David: También Jehová ha remitido tu pecado; no morirás.

Lo que hizo David fue terrible, había matado a un buen hombre para quedarse con la esposa de este y para ocultar que la había embarazado, y estaba esperando un hijo suyo. Él sabía que había pecado contra Dios, y cuando aceptó su error, se arrepintió en su corazón. ¿Y sabes qué? Dios perdonó su pecado, y le dijo que no iba a morir, aunque Dios ya había determinado lo que iba a sucede con el niño, a consecuencia de lo que David había hecho.

(2 Samuel 12:14) Más por cuanto con este asunto hiciste blasfemar a los enemigos de Jehová, el hijo que te ha nacido ciertamente morirá. {15} Y Natán se volvió a su casa. Y Jehová hirió al niño que la mujer de Urías había dado a David, y enfermó gravemente. {16} Entonces David rogó a Dios por el niño; y ayunó David, y entró, y pasó la noche acostado en tierra. {17} Y se levantaron los ancianos de su casa, y fueron a él para hacerlo levantar de la tierra; mas él no quiso, ni comió con ellos pan. 

¿Qué le dijo Dios a David acerca del niño? ¡Que ciertamente moriría! Pero David, sabiendo que Dios es un Dios misericordioso, que había perdonado su pecado, pensó que quizás Dios permitiría que el niño viviera, y se tiró a tierra para rogar a Dios por el niño, y ayunó durante siete días.

¿No crees tú, que David se sentía aún lleno de condenación, angustia, pena, temor y culpa? ¿Atormentado, preocupado, triste, temeroso y miserable y con todo tipo de cargas, física, mental, emocional y espiritualmente en todos los sentidos que pudieras imaginar? ¡Por supuesto! Él era el rey, con una enorme responsabilidad de gobernar y guiar a su pueblo ¿Crees tú, que en ese estado, David era capaz de llevar a cabo sus funciones? ¡No lo creo!

Nosotros tenemos también una gran responsabilidad, somos sus escogidos, hijos e hijas del Dios todopoderoso, y debemos hablar y enseñar la Palabra de Dios, correctamente dividida, hasta lo último de la tierra. Pero cuando estamos bajo presión, llenos de condenación, de temor, de preocupaciones, tristeza, pena, culpa, miseria, y todo tipo de cargas físicas, mentales, emocionales y espirituales, tampoco podemos funcionar.

Pero que veamos lo que hizo David para salir de ese lío en el que se metió.

(2 Samuel 12:18) Y al séptimo día murió el niño; y temían los siervos de David hacerle saber que el niño había muerto, diciendo entre sí: Cuando el niño aún vivía, le hablábamos, y no quería oír nuestra voz; ¿cuánto más se afligirá si le decimos que el niño ha muerto? {19} Mas David, viendo a sus siervos hablar entre sí, entendió que el niño había muerto; por lo que dijo David a sus siervos: ¿Ha muerto el niño? Y ellos respondieron: Ha muerto. {20} Entonces David se levantó de la tierra, y se lavó y se ungió, y cambió sus ropas, y entró a la casa de Jehová, y adoró. Después vino a su casa, y pidió, y le pusieron pan, y comió.

¿Vistes lo que hizo? ¡Él se levantó! Ahora, una cosa que tienes que entender es que él hizo todo esto por sí mismo. ¡Se levantó por sí mismo, se lavó, se ungió, se cambió de ropa a sí mismo, entró en la Casa del Señor por sí mismo, y adoró por sí mismo! Cuando estaba tirado en tierra, para rogar por el niño y ayunar, los ancianos de su casa vinieron a tratar de levantarlo. Pero aquí, en ninguna parte dice que alguien vino a buscarlo, y lo levantó, lo lavó, le ungió, lo vistió, lo llevó a la casa de Jehová, y lo hizo orar. ¡No! ¡Todo lo hizo él mismo!

(2 Sam 12,21) Y le dijeron sus siervos: ¿Qué es esto que has hecho? Por el niño, viviendo aún, ayunabas y llorabas; y muerto él, te levantaste y comiste pan.

Y esto es lo que Satanás y el mundo quiere que hagamos, que sigamos tirados, llorando, tristes, y sigamos sintiendo lástima por nosotros mismos, que nos sintamos culpables, miserables, y condenados para siempre. ¡Dios no lo quiera! ¡No debemos complacer al mundo, sino a Dios!

¡Debemos levantarnos como David hizo, y andar! ¡Sin importar quién nos condene, o de qué se nos acuse!

(2 Samuel 12:22) Y él respondió: Viviendo aún el niño, yo ayunaba y lloraba, diciendo: ¿Quién sabe si Dios tendrá compasión de mí, y vivirá el niño? {23} Mas ahora que ha muerto, ¿para qué he de ayunar? ¿Podré yo hacerle volver? Yo voy a él, mas él no volverá a mí. {24} Y consoló David a Betsabé su mujer, y llegándose a ella durmió con ella; y ella le dio a luz un hijo, y llamó su nombre Salomón, al cual amó Jehová,

Podemos ver cómo este gran hombre de Dios se levantó a sí mismo, él sabía que lo que había hecho era bajo, pero se arrepintió genuinamente, y cuando se enteró que Dios había perdonado su pecado anduvo rectamente y Dios lo bendijo.

Ahora, no estoy compartiendo esto para condenar a nadie, sino para que sepamos qué hacer cuando batallamos con situaciones similares, o simplemente cometemos cualquier error. Saber que no tenemos que esperar a que alguien venga y nos levante, nos vista, nos unja, nos lleve a la casa del señor y nos anime a adorar a Dios. ¡No! Por supuesto que necesitamos todo el apoyo que podamos conseguir, principalmente de nuestros hermanos en Cristo, la familia de Dios. Pero tenemos que desarrollar nuestro propio andar, al igual que cuando nos despertamos por la mañana, no creo que tú llames a nadie para que te levante de la cama, lo haces por ti mismo, así, que, si de alguna manera nos sentimos como David se sentía cuando estaba tirado en tierra, podamos también levantarnos como él.

(Romanos 8:1) Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. {2} Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.

Tenemos que desarrollar nuestro propio andar espiritual, para tener la sabiduría y el entendimiento que necesitamos para hablar principalmente la Palabra de Dios, correctamente dividida, sin importar lo que el mundo diga o haga. Ya somos libres en Cristo Jesús nuestro Señor, y Dios está de nuestro lado porque somos parte de su familia, porque es un Dios perdonador, misericordioso, y lleno de gracia. ¿Por qué temer lo que el mundo diga o haga?

¿Recuerdas lo que sucedió a los apóstoles cuando predicaban la Palabra, sanaban a los enfermos y operaban milagros y señales? ¡Fueron encarcelados por los líderes religiosos de su era! ¡Pero eso no los amedrentó, por el contrario, continuaron haciendo la voluntad de Dios, anunciando todas las palabras de esta vida, con más denuedo que antes!

(Hechos 5:17) Entonces levantándose el sumo sacerdote y todos los que estaban con él, esto es, la secta de los saduceos, se llenaron de celos; {18} y echaron mano a los apóstoles y los pusieron en la cárcel pública. {19} Mas un ángel del Señor, abriendo de noche las puertas de la cárcel y sacándolos, dijo: {20} Id, y puestos en pie en el templo, anunciad al pueblo todas las palabras de esta vida. {21} Habiendo oído esto, entraron de mañana en el templo, y enseñaban. Entre tanto, vinieron el sumo sacerdote y los que estaban con él, y convocaron al concilio y a todos los ancianos de los hijos de Israel, y enviaron a la cárcel para que fuesen traídos. {22} Pero cuando llegaron los alguaciles, no los hallaron en la cárcel; entonces volvieron y dieron aviso, {23} diciendo: Por cierto, la cárcel hemos hallado cerrada con toda seguridad, y los guardas afuera de pie ante las puertas; mas cuando abrimos, a nadie hallamos dentro. {24} Cuando oyeron estas palabras el sumo sacerdote y el jefe de la guardia del templo y los principales sacerdotes, dudaban en qué vendría a parar aquello. {25} Pero viniendo uno, les dio esta noticia: He aquí, los varones que pusisteis en la cárcel están en el templo, y enseñan al pueblo. {26} Entonces fue el jefe de la guardia con los alguaciles, y los trajo sin violencia, porque temían ser apedreados por el pueblo. {27} Cuando los trajeron, los presentaron en el concilio, y el sumo sacerdote les preguntó, {28} diciendo: ¿No os mandamos estrictamente que no enseñaseis en ese nombre? Y ahora habéis llenado a Jerusalén de vuestra doctrina, y queréis echar sobre nosotros la sangre de ese hombre. {29} Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.

El relato de David nos enseña, que cuando cometemos errores y genuinamente nos arrepentimos, Dios nos perdona, que cuando estamos tirados en el suelo, condenados, avergonzados, consumidos por la culpa y totalmente devastados, física, mental, emocional, y espiritualmente, podemos levantarnos, porque la gracia y el amor de Dios son mucho más grandes y poderosos que cualquier acusación con la que Satanás y el mundo nos señalen.

El relato de hechos, nos enseña, que no debemos temer, sino creer. Que debemos obedecer a Dios antes que a los hombres. Que debemos hablar la Palabra de Dios correctamente dividida, siguiendo el ejemplo de los apóstoles, no permitir que el mundo nos amedrente, sino hablar con mucho más denuedo.

(Romanos 8:33) ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. {34} ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. {35} ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? {36} Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. {37} Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. {38} Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, {39} ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

Al inicio de esta enseñanza, mencioné, que especialmente hablaba por lo que sucede en los Estados Unidos de América, aunque entiendo que en la mayoría de los países hispano parlantes, desde México hasta la Patagonia también tienen problemas similares, y en algunos países, quizás aún más severos, como la falta de seguridad, debido a la alta criminalidad y la violencia, sin olvidar la pobreza.

No temas a lo que el mundo diga, ni tengas temor de hablar y declarar la Palabra de Dios correctamente dividida. ¡Dios quiere que seamos luminares, aún en medio de esta generación maligna y perversa, y también puede enviar a sus ángeles a protegerte, si lo necesitas! ¿Y sabes qué? No existe nada que pueda separarnos del amor de Dios, ni las políticas liberales o corruptas de cualquier gobierno, ni los grupos con intereses especiales que tratan de erradicad a Dios de todas partes, tal como los líderes religiosos de la iglesia del primer siglo hicieron, cuando trataron de frenar a los apóstoles.

¡Desarrolla tu andar espiritual, porque al hacerlo, estarás protegido contra absolutamente todo!

Andemos pues en el espíritu proclamando la libertad que Dios nos dio en Jesucristo y caminemos en amor.

¿Mi exhortación? ¡No te quedes callado! ¡Levántate y habla!

Dios te bendiga

E.S.N.

J.E.R.S.


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Quiero compartir hoy algunas escrituras que hablan acerca de la música y el canto.

El diccionario define la música como el arte de combinar tonos para que sean placenteros, expresivos e inteligibles.

La expresión de todo un rango de emociones vocal o instrumentalmente por medio del arte o de la música formaba gran parte de la vida de la gente en los tiempos bíblicos así como lo es en los tiempos modernos. Dios, nuestro padre celestial es un Dios de gozo y alegría, y quiere que nosotros seamos gente alegre, y llena de gozo.

La Biblia describe a un pueblo cantando y bailando, alabando al Señor con gratitud y reconociendo su poder, su fuerza, su amor, su excelencia.

(1 Samuel 18:6) Aconteció que cuando volvían ellos, cuando David volvió de matar al filisteo, salieron las mujeres de todas las ciudades de Israel cantando y danzando, para recibir al rey Saúl, con panderos, con cánticos de alegría y con instrumentos de música.

Casi dos capítulos enteros de la Biblia, 1 de Crónicas 15 y 16 hablan acerca de la música, de los músicos, instrumentos de música, canciones y gente con habilidades musicales a cargo de ella. David fue parte importante en la música.

(1 Crónicas 15:16) Asimismo dijo David a los principales de los levitas, que designasen de sus hermanos a cantores con instrumentos de música, con salterios y arpas y címbalos, que resonasen y alzasen la voz con alegría.

Una sola canción puede verdaderamente tocar la vida de la gente, la celebración de una comunidad, prácticas rituales o de adoración, aún los actos de guerra dieron pie a canciones. Por favor ve al libro de Éxodos para ver lo que sucedió cuando Dios liberó a su pueblo de Egipto.

(Éxodos 14:31) Y vio Israel aquel grande hecho que Jehová ejecutó contra los egipcios; y el pueblo temió a Jehová, y creyeron a Jehová y a Moisés su siervo.

(Éxodos15:1) Entonces cantó Moisés y los hijos de Israel este cántico a Jehová, y dijeron: Cantaré yo a Jehová, porque se ha magnificado grandemente; Ha echado en el mar al caballo y al jinete. {2} Jehová es mi fortaleza y mi cántico, Y ha sido mi salvación. Este es mi Dios, y lo alabaré; Dios de mi padre, y lo enalteceré.

Moisés cantó una canción, para compartir las maravillas y milagros que Dios había hecho por ellos. Dios ama a su pueblo cuando cantan con él. Dios le dio a Moisés los Diez Mandamientos y todas las leyes y ordenanzas, y les dijo todo lo que tenían que hacer. Dios también le dio a Moisés dos tablas del testimonio, tablas de piedra escritas por el dedo de Dios.

(Deuteronomio 31:16) Y Jehová dijo a Moisés: He aquí, tú vas a dormir con tus padres, y este pueblo se levantará y fornicará tras los dioses ajenos de la tierra adonde va para estar en medio de ella; y me dejará, e invalidará mi pacto que he concertado con él;

Dios sabía que el pueblo de Israel no iba a obedecer y seguirlo, sabía que iban a apartarse de él, y se lo dijo a Moisés.

(Deuteronomio 31:19) Ahora pues, escribíos este cántico, y enséñalo a los hijos de Israel; ponlo en boca de ellos, para que este cántico me sea por testigo contra los hijos de Israel.

(Deuteronomio 31:22) Y Moisés escribió este cántico aquel día, y lo enseñó a los hijos de Israel.

(Deuteronomio 31:30) Y habló Moisés a oídos de toda la congregación de Israel las palabras de este cántico hasta acabarlo.

(Deuteronomio 32: 1) Escuchad, cielos, y hablaré; Y oiga la tierra los dichos de mi boca. {2} Goteará como la lluvia mi enseñanza; Destilará como el rocío mi razonamiento; Como la llovizna sobre la grama, Y como las gotas sobre la hierba; {3} Porque el nombre de Jehová proclamaré. Engrandeced a nuestro Dios. {4} El es la Roca, cuya obra es perfecta, Porque todos sus caminos son rectitud; Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él; Es justo y recto.

¡Qué canción! Si quieres conocer el resto de la canción no dudes en leer todo el capítulo 32. Por ahora, ve por favor al versículo 44:

(Deuteronomio 32:44) Vino Moisés y recitó todas las palabras de este cántico a oídos del pueblo, él y Josué hijo de Nun. {45} Y acabó Moisés de recitar todas estas palabras a todo Israel; {4 y les dijo: Aplicad vuestro corazón a todas las palabras que yo os testifico hoy, para que las mandéis a vuestros hijos, a fin de que cuiden de cumplir todas las palabras de esta ley. {47} Porque no os es cosa vana; es vuestra vida, y por medio de esta ley haréis prolongar vuestros días sobre la tierra adonde vais, pasando el Jordán, para tomar posesión de ella. Y Moisés acabó de hablar todas estas palabras a todo Israel:

Los granjeros después de su jornada cantaban canciones alusivas a su cosecha, mientras otros cavaban pozos al ritmo de sus cantos. La música formaba parte importante cuando el joven rey Josías ordeno la reparación de la casa del señor.

(2 Crónicas 34:1) De ocho años era Josías cuando comenzó a reinar, y treinta y un años reinó en Jerusalén.

(2 Crónicas 34:8) A los dieciocho años de su reinado, después de haber limpiado la tierra y la casa, envió a Safán hijo de Azalía, a Maasías gobernador de la ciudad, y a Joa hijo de Joacaz, canciller, para que reparasen la casa de Jehová su Dios.

(2 Crónicas 34:12) Y estos hombres procedían con fidelidad en la obra: y eran sus mayordomos Jahat y Abdías, levitas de los hijos de Merari; y Zacarías y Mesulam de los hijos de Coat, para que activasen la obra; y de los levitas, todos los entendidos en instrumentos de música.

 La casa de Dios fue reparada al ritmo de la música, pero te aseguro que no al ritmo de rap, hip hop, rock, o banda sinaloense. Volviendo a David, por favor, ve a:

(2 Samuel 22:1) Habló David a Jehová las palabras de este cántico, el día que Jehová le había librado de la mano de todos sus enemigos, y de la mano de Saúl. {2} Dijo: Jehová es mi roca y mi fortaleza, y mi libertador; {3} Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y el fuerte de mi salvación, mi alto refugio; Salvador mío; de violencia me libraste. {4} Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado, Y seré salvo de mi enemigos.

 Ve el versículo 47:

(2 Samuel 22:47) Viva Jehová, y bendita sea mi roca, Y engrandecido sea el Dios de mi salvación. {48} El Dios que venga mis agravios, Y sujeta pueblos debajo de mí; {49} El que me libra de enemigos, Y aun me exalta sobre los que se levantan contra mí; Me libraste del varón violento. {50} Por tanto, yo te confesaré entre las naciones, oh Jehová, Y cantaré a tu nombre. {51} El salva gloriosamente a su rey, Y usa de misericordia para con su ungido, A David y a su descendencia para siempre.

Si lees a través del Antiguo Testamento, verás que cada vez que el pueblo judío desobedeció a Dios se metía en problemas, pero cada vez que volvían a él, Dios los liberaba de su cautiverio, y ellos escribían una canción para proclamar la grandeza de Dios.

Permíteme compartir unos versículos más:

(Salmo 7:17) alabaré a Jehová conforme a su justicia, y cantaré al nombre de Jehová el Altísimo.

(Salmo 13:6) Cantaré a Jehová, Porque me ha hecho bien

(Salmo 21:13) Engrandécete, oh Jehová, en tu poder; Cantaremos y alabaremos tu poderío.

(Salmos 30:4) Cantad a Jehová, vosotros sus santos, Y celebrad la memoria de su santidad. {5} Porque un momento será su ira, Pero su favor dura toda la vida. Por la noche durará el lloro, Y a la mañana vendrá la alegría. {6} En mi prosperidad dije yo: No seré jamás conmovido,

(Salmos 33:2) Alegraos, oh justos, en Jehová; En los íntegros es hermosa la alabanza. {2} Aclamad a Jehová con arpa; Cantadle con salterio y decacordio. {3} Cantadle cántico nuevo; Hacedlo bien, tañendo con júbilo. {4} Porque recta es la palabra de Jehová, Y toda su obra es hecha con fidelidad. {5} El ama justicia y juicio; De la misericordia de Jehová está llena la tierra. (Salmo 47: 6) Cantad a Dios, cantad; Cantad a nuestro Rey, cantad;{7} Porque Dios es el Rey de toda la tierra; Cantad con inteligencia.

Hasta ahora todas las canciones muestran una gran cantidad de amor, respeto, agradecimiento, gratitud, alegría y compromiso. Ninguno de esos cantos exalta al autor, ni al hombre mismo, tampoco describe sus emociones, sentimientos, o sus pasiones carnales; ni agreden verbalmente a los oyentes, ni insulta a los hombres y mujeres; simplemente exaltan la gloria y la majestad del creador de los cielos y la tierra.

(Proverbios 29:5) El hombre que lisonjea a su prójimo, Red tiende delante de sus pasos. {6} En la transgresión del hombre malo hay lazo; Mas el justo cantará y se alegrará.

Debemos cantar y regocijarnos, como el hombre justo, y no permitir que el enemigo y su contaminado y corrompido mundo, nos quite la alegría y la melodía de nuestro corazón para cantar a nuestro padre celestial. Si hacemos caso al adversario, el resultado, podría ser semejante a los versículos siguientes:

(Lamentaciones 5:1) Acuérdate, oh Jehová, de lo que nos ha sucedido; Mira, y ve nuestro oprobio. {2} Nuestra heredad ha pasado a extraños, Nuestras casas a forasteros. {3} Huérfanos somos sin padre; Nuestras madres son como viudas. {4} Nuestra agua bebemos por dinero; Compramos nuestra leña por precio.

¡Dios mío esto es realmente aterrador! Ve el versículo 14:

(Lamentaciones 5:14) Los ancianos no se ven más en la puerta, Los jóvenes dejaron sus canciones. {15} Cesó el gozo de nuestro corazón; Nuestra danza se cambió en luto.

¡No por nada este libro es llamado lamentaciones!

Desgraciadamente hay gente mala a nuestro rededor, aunque debes recordar que no tenemos guerra o enemigos en la carne. El diablo es nuestro verdadero enemigo; es él quien quiere que vivamos afligidos y derrotados,

(Efesios 6:12) Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.

Pero el amor de Dios que mora en nuestro interior es más poderoso que cualquier entidad maligna.

(2 Corintios 10:3) Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; {4} porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas. 

Cuando trabajaba en esta enseñanza me acordé de mi hermana, a ella le encanta cantar, es una de las cosas que recuerdo que solía hacer durante todo el día, cantar himnos a Dios. Ella cree que al hacerlo mantendría al diablo lejos de ella, y pienso que no estaba totalmente equivocada, aunque hay más cosas que debemos hacer para mantener a Satanás lejos, pero el canto sin duda ayuda mucho.

Estoy seguro que recuerdas a Josué en Jericó, ¿que destruyó a la gente y a la ciudad cuando las paredes cayeron, después de que gritaron y tocaron las trompetas? ¿Y recuerdan a Gedeón? ¿Quien con solo 300 hombres persiguieron y destruyeron a los madianitas, los amalecitas y los hijos del oriente que eran como langostas en multitud, y como la arena del mar, como la Biblia dice? Y otros tantos más que utilizaron el canto, las canciones, y los gritos como armas. Pero la historia que quiero compartir es aún más sorprendente, porque el pueblo de Dios ni siquiera tuvo que luchar. Ve a 2 Crónicas 20:

(2 Crónicas 20:1) Pasadas estas cosas, aconteció que los hijos de Moab y de Amón, y con ellos otros de los amonitas, vinieron contra Josafat a la guerra. {2} Y acudieron algunos y dieron aviso a Josafat, diciendo: Contra ti viene una gran multitud del otro lado del mar, y de Siria; y he aquí están en Hazezon-tamar, que es En-gadi. {3} Entonces él tuvo temor; y Josafat humilló su rostro para consultar a Jehová, e hizo pregonar ayuno a todo Judá.

¿No tendrías tu temor, si te dijeran que todos tus enemigos vienen contra ti como una multitud? ¿Cuál sería tu reacción? ¿Quizás correr a esconderte o huir? ¿Armarte hasta los dientes y buscar a tus mejores aliados? ¡Quizás lo último que se te ocurriría seria acudir a Dios por ayuda! ¡Josafat lo hizo!

(2 Crónicas 20:4) Y se reunieron los de Judá para pedir socorro a Jehová: y también de todas las ciudades de Judá vinieron a pedir ayuda a Jehová. {5} Entonces Josafat se puso en pie en la asamblea de Judá y de Jerusalén, en la casa de Jehová, delante del atrio nuevo; {6} Y dijo: Jehová Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en los cielos, y te tienes dominio sobre todos los reinos de las naciones? ¿No está en tu mano tal fuerza y poder, que no hay quien te resista? {7} Dios nuestro, ¿no echaste tú los moradores de esta tierra delante de tu pueblo Israel, y la diste a la descendencia de Abraham tu amigo para siempre? {8} Y ellos han habitado en ella, y te han edificado en ella santuario a tu nombre, diciendo: {9} Si mal viniere sobre nosotros, o espada de castigo, o pestilencia, o hambre, nos presentaremos delante de esta casa, y delante de ti, (porque tu nombre está en esta casa,) y a causa de nuestras tribulaciones clamaremos a ti, y tú nos oirás y salvarás.

Aquí vemos también que no solo Josafat vino a pedir socorro a Jehová, todo Judá y todas las ciudades de Judá y de Jerusalén vinieron a la casa de Dios. Josafat en su alegoría esta declarando las maravillas de Dios, y recordándole a la gente quien realmente es Dios, y reconociendo que solamente él puede oírlos y salvarlos.

(2 Crónicas 20:10) Ahora, pues, he aquí los hijos de Amón y de Moab, y los del monte de Seir, a cuya tierra no quisiste que pasase Israel cuando venía de la tierra de Egipto, sino que se apartase de ellos, y no los destruyese; {11} He aquí ellos nos dan el pago viniendo a arrojarnos de la heredad que tú nos diste en posesión. {12} ¡Oh Dios nuestro! ¿No los juzgarás tú? porque en nosotros no hay fuerza contra tan grande multitud que viene contra nosotros: no sabemos qué hacer, y a ti volvemos nuestros ojos. {13} Y todo Judá estaba en pie delante de Jehová, con sus niños y sus mujeres, y sus hijos.

¡Quiero resaltar el versículo 13, dice que todo Judá estaba delante de Jehová con sus niños y mujeres, y sus hijos! ¿Ves la importancia de ir ante el trono de Dios juntos, en unidad, como una familia?

(2 Crónicas 20:14) Y estaba allí Jahaziel hijo de Zacarías, hijo de Benaía, hijo de Jeiel, hijo de Matanías, levita de los hijos de Asaf, sobre el cual vino el espíritu de Jehová en medio de la reunión; {15} Y dijo: Oid, Judá todo, y vosotros moradores de Jerusalén, y tú, rey Josafat. Jehová os dice así: No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande; porque no es vuestra la guerra, sino de Dios. {16} Mañana descenderéis contra ellos; he aquí que ellos subirán por la cuesta de Sis, y los hallaréis junto al arroyo, antes del desierto de Jeruel. {17} No habrá para qué peleéis vosotros en este caso: paraos, estad quedos, y ved la salvación de Jehová con vosotros. Oh Judá y Jerusalén, no temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos, que Jehová estará con vosotros.

La batalla espiritual en la que nos encontramos tampoco es nuestra, sino de Dios, y él pelea todo el tiempo por nosotros aplastando la cabeza del adversario a cada paso, solo necesitamos creer en él, en su Palabra, adorarle y alabarlo, y confesar a Jesucristo como nuestro señor personal, y creer que Dios le levantó de entre los muertos.

(2 Crónicas 20:18) Entonces Josafat se inclinó rostro a tierra, y asimismo todo Judá y los moradores de Jerusalén se postraron delante de Jehová, y adoraron a Jehová. {19} Y se levantaron los levitas de los hijos de Coat y de los hijos de Coré, para alabar a Jehová el Dios de Israel con fuerte y alta voz. {20} Y cuando se levantaron por la mañana, salieron por el desierto de Tecoa. Y mientras ellos salían, Josafat estando en pie, dijo: Oidme, Judá y moradores de Jerusalén. Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados. {21} Y habido consejo con el pueblo, puso a algunos que cantasen y alabasen a Jehová, vestidos de ornamentos sagrados, mientras salía la gente armada, y que dijesen: Glorificad a Jehová, porque su misericordia es para siempre. {22} Y cuando comenzaron a entonar cantos de alabanza, Jehová puso contra los hijos de Amón, de Moab, y del monte de Seir, las emboscadas de ellos mismos que venían contra Judá, y se mataron los unos a los otros: {23} Porque los hijos de Amón y Moab se levantaron contra los del monte de Seir, para matarlos y destruirlos; y cuando hubieron acabado con los del monte de Seir, cada cual ayudó a la destrucción de su compañero. {24} Y luego que vino Judá a la torre del desierto, miraron hacia la multitud; y he aquí yacían ellos en tierra muertos, pues ninguno había escapado.

¿No es asombroso que el pueblo de Dios ni siquiera tuviera que desenfundar una sola espada? Nuestro Dios es capaz de eso y mucho más, él puede hacer eso para nosotros hoy, si se lo permitimos. Seamos personas felices, alegres, y llenas de gozo, como nuestro Dios quiere que seamos. ¿Quieres ser liberado de tus prisiones, cualquiera que estas sean? ¡Cántale a Dios! 

(Romanos 15:5) Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús, {6} para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. {7} Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para gloria de Dios. {8} Pues os digo, que Cristo Jesús vino a ser siervo de la circuncisión para mostrar la verdad de Dios, para confirmar las promesas hechas a los padres, {9} y para que los gentiles glorifiquen a Dios por su misericordia, como está escrito: Por tanto, yo te confesaré entre los gentiles, Y cantaré a tu nombre. {10} Y otra vez dice: Alegraos, gentiles, con su pueblo. {11} Y otra vez: Alabad al Señor todos los gentiles, Y magnificadle todos los pueblos.

(1 Corintios 14:15) ¿Qué, pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento.

Dios quiere que cantemos con gozo y alegría, que le alabemos, exaltemos su nombre, y proclamemos sus maravillas. Que le seamos testigos hasta lo último de la tierra.

Desgraciadamente la música de hoy y los ritmos modernos dejan mucho que desear. ¿Y qué podemos decir de las formas de baile exageradamente sugestivas de los jóvenes de hoy? completamente irreverentes, indecentes, hasta inmorales, totalmente desprovistos de pudor. La música y la danza han sido completamente adulteradas, contaminadas y corrompidas por el adversario y sus seguidores, quienes se ocultan enarbolando la falsa bandera de la “liberación” y la “diversidad”, y si te opones a ellos te acusan de “purista” “racista” e “intolerante”, no les temas y no te dejes influenciar por sus “modas” ni sus amenazas. ¡Mantente firme en la fe y declara la verdad! Como creyentes cristianos responsables, y dignos de la vocación con que fuimos llamados, mi exhortación como padre es proteger a nuestros hijos, nuestras familias y nuestras vidas, y no permitir que el mundo los absorba, ¡No sigas las modas ni las tendencias del mundo!

(Romanos 12:2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

Quizás no necesitemos cantar como Moisés, o como el Israel del Antiguo Testamento, pero si podemos cantar defendiendo nuestra creencia en Dios, en su Palabra, y en Jesucristo, su hijo, proclamando su amor, su misericordia, su gracia, su poder, su perdón, su salvación, su majestad y su excelencia.

El salmo 100 es un gran canto, que describe todo lo que nuestro Padre celestial representa y desea no solo para su pueblo del Antiguo Testamento sino para todas las generaciones que creen en él, en su Palabra, y confesamos a Jesucristo, su hijo, como salvador personal de nuestras vidas.

(Salmo 100:1) Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra. {2} Servid a Jehová con alegría; Venid ante su presencia con regocijo. {3} Reconoced que Jehová es Dios; El nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado. {4} Entrad por sus puertas con acción de gracias, Por sus atrios con alabanza; Alabadle, bendecid su nombre. {5} Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia, Y su verdad por todas las generaciones.

El siguiente versículo establece la voluntad de Dios para sus hijos hoy.

(Efesios 5:17) Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor. {18} no os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu; {19} hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; {20} dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo;

¿Quieres ser victorioso ante cualquier circunstancia de la vida?

(Romanos 8:35) ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? {36} Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. {37} Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. {38} Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, {39} ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

¡Que Dios te bendiga y no dejes de cantarle a Dios, porque él continúa luchando por nosotros hoy!

E.S.N.

J.E.R.S.

1 de octubre 2015.
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