La fuente principal de información de este blog es La Biblia. Todas las enseñanzas compartidas aquí, son y serán principalmente basadas en la Biblia Reyna Valera Versión de 1960

Hace poco leí un libro titulado "La Vaca." Una historia sobre cómo deshacernos del conformismo y las excusas que nos impiden triunfar. Claro que no se puede comparar con el mejor de todos los libros, la Biblia, que trata con un nivel mucho más elevado, el reino espiritual. Pero en este mundo, repleto de cristianos carnales, engañados por las tradiciones y la religión, el libro de “La Vaca” es muy útil. El libro es muy divertido y muy directo, me hizo ver que también yo tengo un par de vacas que necesito eliminar de mi propia vida. Justo después que terminé de leer el primer capítulo, hasta pensé en escribir un libro similar pero dirigido específicamente a los cristianos, aunque Dios ya tomó cuidado de eso con las sagradas escrituras. El autor del libro de “La Vaca” dice, que la historia de la vaca es un cuento acerca de cómo deshacerse de las excusas, y actitudes que nos limitan; creencias y malos hábitos que nos mantienen atados a una vida de mediocridad. Lo que el autor descubrió es que, mientras la mayoría de nosotros aspiramos a la grandeza, a menudo caemos en el segundo lugar. En esta historia en particular, la vaca simboliza todas esas excusas que nos mantienen atados a una vida de mediocridad. Es la historia de una familia muy pobre que vivía en una pequeña y miserable choza a punto del colapso, donde el agua se filtraba a través del techo. En otras palabras, esta familia vivía en la pobreza total, pero curiosamente y dadas las circunstancias, la familia poseía algo inusual, una vaca, y esta vaca les proporcionaba el único alimento con valor nutricional que ellos tenían, pero también les servía para un propósito aún mayor, los hacía sentir que al menos, ellos no estaban en una miseria total, que por lo menos tenían algo. De ahí la idea de no quejarse, y la actitud de que por lo menos tenían algo. Pero, un día sucedió lo impensable, alguien mató la vaca. Y lo primero que viene a la mente es, que si con la vaca eran ya bastante pobres, ¿imaginas lo que va a pasar ahora que no tienen su vaca? Pero al igual que en muchas historias cuando se toca fondo, solo hay dos opciones: te sientas ahí a esperar la muerte, o rebotas y te levantas de nuevo, y lo que pasó con esta familia es que rebotaron. Se dijeron: "bien, ahora que no tenemos la vaca, vamos a tener que hacer otra cosa ", y al hacerlo, encontraron el camino para salir de esa pobreza y mediocridad en que vivían, y se dieron cuenta de que esta vaca, que ellos consideraban como su posesión más preciada, era en realidad una cadena que los habían mantenido aprisionados a esa vida de miseria y de mediocridad. Y obviamente, la gran lección de esta historia es que todos tenemos vacas en nuestras vidas y nuestras vacas son nuestras excusas, nuestras justificaciones, nuestros pretextos. Todas esas mentiras que nos contamos a nosotros mismos para tratar de justificar dónde estamos, aunque no estemos contentos con la condición o estado en el que nos hallamos.

Tengo que aceptar que este es un gran libro, a diferencia de muchos otros libros motivacionales, éste básicamente nos muestra cómo confrontarnos a nosotros mismos. Tú sabes quién eres, cómo eres, lo que haces, y cómo haces las cosas. Puedes quizás engañar a todos los demás, pero no a ti mismo, y tampoco puedes engañar a Dios. Muchos llamamos la epístola a los Efesios como el desayuno de los campeones y realmente lo es, porque nos da las instrucciones que se supone debemos seguir, y también nos muestra de una manera práctica cómo hacer las cosas que se supone que debe hacer como seguidores de Cristo, e imitadores de Dios. Nosotros, como creyentes cristianos hemos sido llamados a un andar digno de la vocación con que fuimos llamados. Pero muchas veces fallamos, ya sea porque nos olvidamos de mostrar la humildad, la mansedumbre, la paciencia, y el amor (agápe) unos a otros, o por ignorar lo que la Palabra de Dios realmente dice, ya sea porque no se nos ha enseñado la Palabra de Dios, o porque hemos sido desviados del conocimiento correcto de la Palabra de Dios. Una ocasión escuché a un famoso trovador y poeta decir, que lo más costoso en la vida no es pagar una carrera universitaria, sino la ignorancia, y eso es una triste realidad tanto en el mundo material, como en el reino espiritual. Los creyentes cristianos deberíamos ser la gente más próspera, más amorosa, más pacífica, más sana, más humilde, más fiel, más gozosa, más generosa, y más agradecida sobre la faz de la tierra. En resumidas cuentas, deberíamos ser los más exitosos en cualquier área de la vida, sin embargo una gran mayoría de creyentes cristianos continúan viviendo esclavizados a la pobreza, la enfermedad, y la derrota. Por esa razón decidí comenzar una serie de enseñanzas tituladas: “Los cristianos no deberían tener vacas.” Y hoy quiero compartir el primer episodio, que tratan con lo que Dios dice en su Palabra al respecto de la ignorancia, y la oración.

(Romanos 10: 9) Que si confiesas con la boca a Jesús como tu Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. {10} Porque con el corazón se cree para justicia; y con la boca se confiesa para salvación. (Traducción literal del Nuevo Testamento Interlineal Griego-Español)

Confesar a Jesús como nuestro Señor y Salvador personal, y creen que Dios le levantó de los muertos, es el inicio de nuestro andar como creyentes cristianos. Además de ser salvos por la eternidad y nacer de nuevo como miembros de la familia de Dios, hay algo más que debemos tener en cuenta y aprender de estos dos versículos. El hecho de que hablan de dos seres diferentes, o quizás debería decir, dos diferentes personas. Jesús, el unigénito de Dios, quien es el único que debemos confesar como nuestro Señor y Salvador personal; y Dios, el creador de los cielos y la tierra, el que resucitó a Jesús de entre los muertos. No solo hay una creencia generalizada, sino, mundial, de que Jesús es Dios, y esta creencia para millones de “cristianos,” es una vaca tan grande como el universo mismo, y como esa familia en la historia de la vaca, que no sabían que esa vaca era la razón principal por la que no prosperaban ni salían de su miseria, esos millones de “cristianos,” espiritualmente hablando, también están atrapados en un miserable estilo de vida.

Cuando las personas no reconocen a Dios como el supremo, el creador de todo lo que existe, y a Jesús como su Hijo unigénito, todos ellos comienzan su andar cristiano con el pie izquierdo, por decirlo de alguna manera. La ignorancia o la falta de entendimiento es probablemente una de las vacas más grandes de todas las vacas, y Dios no quiere que seamos ignorantes.

(1 Corintios 12:1) No quiero, hermanos, que ignoréis acerca de los dones espirituales.

 La palabra “dones” no aparece en el texto Griego, fue agregada por los traductores aún cuando no hay una palabra Griega que la soporte. Pablo habla aquí acerca de las cosas o asuntos espirituales, y de la operación de las manifestaciones del espíritu santo. Básicamente, toda la Escritura habla de asuntos espirituales, porque la Palabra de Dios es de naturaleza espiritual, y Dios no quiere que seamos ignorantes de sus asuntos.

(2 Timoteo 3:16) Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, {17} a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.

Si toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñar, para reprender, y para corregir, lo que significa instruir en justicia, ¿qué debemos hacer? ¡Estudiarla, entenderla y aplicarla en nuestras vidas!

(2 Timoteo 2:15) Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.

La palabra “usa” es la palabra Griega orthotomeo que significa: “hacer un corte recto, o dividir correctamente.” Y dividir correctamente significa, entender que es lo que Dios dice en su santa palabra, porqué lo dice, cómo lo dice, cuándo lo dice y a quién se lo dice. Y si para empezar, tú no sabes quién es Dios y quien es Jesús, no estas “usando” o “dividiendo correctamente” la Palabra de Dios, por lo que te exhorto fuertemente a que estudies la Palabra de Dios, para que reconozcas que Dios es nuestro padre celestial, el creador de los cielos y la tierra, el ser supremos, todo poderoso, omnisciente, omnipresente, el padre de nuestro señor Jesucristo. La Biblia dice claramente en una gran cantidad de versículos que Jesús es el hijo de Dios, no Dios, y solo unos cuantos versículos sugieren que Jesús es Dios, ninguno de ellos con toda claridad. Jesús es el hijo de Dios, no Dios, y tampoco “dios hijo,” frase que nunca aparece en ninguna parte de la biblia. Jesús es el hijo de Dios, el mesías prometido, la oveja pascual, el redentor del mundo, el salvador de la humanidad, nuestro abogado, pero no es Dios, aunque este no es el momento para ahondar en ese tema, la Biblia nunca se refiere a Jesús como el Dios supremo, a pesar de ello, muchos continúan creyendo que Jesucristo es Dios, ya sea por ignorancia, o por haber sido enseñados incorrectamente. Hablemos un poco acerca de la oración.

Muchos sabemos y declaramos que la oración tiene poder, aún así, muchos no oran ni por las cosas más básicas de la vida. La oración es la primer arma que tiene el creyente cristiano en la batalla espiritual entre el bien y el mal, y muchas veces nos quejamos que no recibimos las cosas por las que oramos.

Orar significa hablar con Dios, sobre todo con el fin de dar gracias o hacer alguna petición, con adoración, confesión, súplica o acción de gracias.

Existen diversos tipos de oración que los creyentes del primer siglo practicaron fielmente. Hoy día, la oración a veces representa una vaca en la vida de muchos cristianos, especialmente cuando no reciben las cosas de Dios. En primer lugar debemos saber cómo orar y a quien orar.

(Juan 14:12) De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre. {13} Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. {14} Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré. {15} Si me amáis, guardad mis mandamientos. {16} Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: {17} el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.

Cuando oramos, debemos pedir al Padre (Dios) en el nombre de Jesucristo su hijo, no pedirle a Jesús en el nombre de Jesús, la Biblia nunca enseña que oremos a Jesús. Por eso es importante reconocer quien es Dios y quien es Jesucristo, su hijo. Dios quiere que oremos en todo y para todo, aunque muchos “cristianos” oran solamente cuando están en apuros.

(1 Tesalonicenses 5:17) Orad sin cesar (adiáleiptos, adiáleiptos - ininterrumpidamente).

Ora aquí es la palabra griega proséucomai, que significa: oración ferviente, un tipo de oración que tiene lugar durante largos períodos de tiempo y que se realiza con gran seriedad.

Sin el afán de ofenderte podrías decirme ¿cuántas veces has usado este tipo de oración? Personalmente, no tengo excusa, yo oro, pero rara vez proséucomai, y Dios nos pide en su Palabra que hagamos este tipo específico de oración ininterrumpidamente, eso es lo que “sin cesar” realmente significa, o sea; orar sin parar. Pero el trabajo, las actividades sociales, los amigos, la familia y los afanes del mundo toman nuestro tiempo, al grado que difícilmente llegamos a proséucomai, mucho menos, “sin cesar.” Por lo que leímos en Juan 14 sabemos que cuando oramos debemos hacerlo en el nombre de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

Demos un vistazo al corazón de Pablo con respecto a proséucomai.

(Efesios 1:15) Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y de vuestro amor para con todos los santos, {16} no ceso de dar gracias (eucaristéo) por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones (proseucé), {17} para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, {18} alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, {19} y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, 

Pablo daba gracias sin parar por todos los creyentes de la iglesia de Éfeso, y oraba para que Dios les diera a los creyentes espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, y alumbrara los ojos de su entendimiento para que supieran cuál era la esperanza a que él los había llamado, y conocieran las riquezas de la gloria de su herencia en los santos.

 (Filipenses 1:8) Porque Dios me es testigo de cómo os amo a todos vosotros con el entrañable amor de Jesucristo. {9} Y esto pido en oración (procéucomai), que vuestro amor abunde aun más y más en ciencia y en todo conocimiento, {10} para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo, {11} llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios.

Pablo también proséucomai por los creyentes de la iglesia de Filipo, manifestándoles su entrañable amor y su deseo de abundar más y más en agápe, en ciencia, y en todo conocimiento relacionado a la Palabra de Dios.

 (Colosenses 1:1) Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo, {2} a los santos y fieles hermanos en Cristo que están en Colosas: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. {3} Siempre (en todo momento) orando (proséucomai) por vosotros, damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, {4} habiendo oído de vuestra fe en Cristo Jesús, y del amor que tenéis a todos los santos,

Desde el momento que Pablo oyó de la creencia que los Colosenses tenían en Jesucristo y el amor por todos los santos (creyentes cristianos) oraba (proséucomai) en todo momento por ellos, como lo corrobora en los siguientes versículos. (Colosenses 1: 7) Como habéis aprendido de Epafras, nuestro consiervo amado, que es un fiel ministro de Cristo; {8} El cual también nos ha declarado vuestro amor en el Espíritu. {9} Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos (paramos, refrenamos, dejamos de) de orar (proséucomai) por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual; {10} para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; {11} fortalecidos con todo poder, de acuerdo con la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad; {12} Dando gracias (eucaristéo) al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz: {13} ¿Quién nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y él nos ha trasladado al reino de su amado Hijo,

Pablo oraba específicamente para que los creyentes cristianos de esa época ¡NO FUERAN IGNORANTES! Sino que fueran llenos del conocimiento de la Palabra de Dios. ¡Pablo trabajaba con sus manos, él no vivía de los demás, pero halló el tiempo para proséucomai sin cesar!

También oró en todo momento, por todos los creyentes de la iglesia de Tesalónica.

(1 Tesalonicenses 1:1) Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los Tesalonicenses que es en Dios Padre y en el Señor Jesucristo: Gracia a vosotros y paz de parte de Dios nuestro Padre, y el Señor Jesucristo. {2} Damos gracias (eucaristéo) a Dios siempre (en todo momento) por todos vosotros, haciendo memoria de vosotros en nuestras oraciones (proceucé); {3} acordándonos sin cesar la obra de vuestra fe, del trabajo de amor, y la paciencia de la esperanza en nuestro Señor Jesucristo, a los ojos de Dios y Padre nuestro;

Como mencioné anteriormente, Pablo trabajaba con sus manos, pero hallaba el tiempo para orar (proséucomai) sin cesar, en todo momento, sin parar, por todas estas iglesias. ¿Cómo podía hacerlo?

¿Recuerdan que leímos que Dios no quiere que seamos ignorantes de las cosas o asuntos espirituales? La ignorancia es una de las vacas más grandes que un creyente cristiano pudiera poseer. Toda la escritura es inspirada por Dios y es espiritual, y la voluntad de Dios es que procuremos todo lo que tenga que ver con lo espiritual.

(1 Corintios 14:1) Seguid el amor; y procurad los dones (cosas o asuntos) espirituales, pero sobre todo que profeticéis. {2} Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios; pues nadie le entiende, aunque por el Espíritu habla misterios. {3} Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación. {4} El que habla en lengua extraña, a sí mismo se edifica; pero el que profetiza, edifica a la iglesia. {5} Así que, quisiera que todos vosotros hablaseis en lenguas, pero más que profetizaseis; porque mayor es el que profetiza que el que habla en lenguas, a no ser que las interprete para que la iglesia reciba edificación.

Nuevamente aquí, la palabra “dones” no aparece en el texto Griego, el versículo realmente lee: 

“Procurad el amor, pero anhelad (desear con ardiente celo) las cosas espirituales...”

El Profetizar, se refiere a la manifestación de palabra de profecía, no al ministerio de profeta; hablar en lengua extraña, y la interpretación de lenguas, también son manifestaciones del espíritu santo, por lo tanto son cosas espirituales. Pablo era un hombre espiritual, lleno del espíritu de Dios y operaba todas y cada una de las manifestaciones del espíritu santo.

(1 Corintios 14:15) ¿Qué, pues? Oraré (proséucomai) con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento.

Pablo podía orar con el entendimiento, y lo hacía por todas las iglesias, pero también podía orar con el espíritu, y así como podía cantar con el entendimiento, también podía cantar con el espíritu, lo cual lo habilitaba a proséucomai (orar ferviente mente por largos períodos de tiempo) por todas las iglesias. ¿Sabías que como creyente cristiano renacido del espíritu de Dios, tú también estás habilitado para operar todas y cada una de las manifestaciones del don del espíritu santo?

¡Mientras designamos el tiempo para proséucomai con nuestro entendimiento debemos hablar en lenguas, eso es lo que orar en el espíritu significa! Eso es algo que podemos hacer mientras trabajamos, o tomamos cuidado de cualquier otra actividad. Hablar en lenguas no sólo es una oración ferviente, sino la manera correcta de orar, es en sí la oración perfecta.

(1 Corintios 14:1) Seguid el amor; y procurad los dones (cosas o asuntos) espirituales, pero sobre todo que profeticéis. {2} Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios; pues nadie le entiende, aunque por el Espíritu habla misterios. {3} Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación. {4} El que habla en lengua extraña, a sí mismo se edifica; pero el que profetiza, edifica a la iglesia. {5} Así que, quisiera que todos vosotros hablaseis en lenguas, pero más que profetizaseis; porque mayor es el que profetiza que el que habla en lenguas, a no ser que las interprete para que la iglesia reciba edificación.

¿Quieres edificarte a ti mismo? ¡Habla en lenguas en tu vida privada! ¿Quieres edificar a tu iglesia? ¡Habla palabra de profecía, o habla en lenguas con interpretación! ¡Esa es la voluntad de Dios, y Dios no quiere que seamos ignorantes!

(1 Tesalonicenses 5:16) Estad siempre gozosos. Orad (proséucomai) sin cesar. {18} Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús. {19} No apaguéis al Espíritu. {20} No menospreciéis las profecías. {21} Examinadlo todo; retened lo bueno. {22} Absteneos de toda especie de mal. {23} Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. {24} Fiel es el que os llama, el cual también lo hará. {25} Hermanos, orad (proséucomai) por nosotros. {26} Saludad a todos los hermanos con ósculo santo. {27} Os conjuro por el Señor, que esta carta se lea a todos los santos hermanos. {28} La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros. Amén.

Encuentra el tiempo para proséucomai, es una gran necesidad en el cuerpo de Cristo, tenemos que orara unos por otros mientras nos apoyamos en amor unos a otros.

¡Matemos juntos la vaca de la ignorancia, estudiando la Palabra de Dios y usando bien (dividiendo correctamente) la Palabra de verdad, si hiciéramos eso, los cristianos no tendríamos vacas!

Evitemos las excusas, los pretextos, y la desidia que nos impiden hacer la voluntad de Dios. La oración tiene poder, y debemos orar sin cesar, todo el tiempo, sin parar, por todas las cosas. ¡Esa es la voluntad de Dios para sus hijos en Cristo Jesús! ¡Pidamos a Dios, nuestro Padre Celestial, en el nombre de su hijo, nuestro señor y salvador Jesucristo!

¿Quieres recibir las cosas que le pides a Dios? ¡Entonces anhela (desea con ardiente celo) las cosas espirituales, has todo de acuerdo a la Palabra de Dios, y te aseguro que recibirás, porque fiel es el que nos ha llamado, el cual también lo hará!

E. S. N.

J. Edixon Rosales

Febrero 23- 2015
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